Archivo de octubre de 2013
¿De dónde salen los extraños nombres de las eras geológicas? Parte 1
Si ustedes revisan un poco el cuadro cronológico que es una base fundamental de análisis para los geólogos, notarán sin dudas, que casi todos los nombres son bastante complicados, pero todos responden a una serie de normas y códigos ya establecidos, que es interesante conocer.
Para que puedan sacar todo el jugo a este post, les conviene ir primero a leer algunas aclaraciones generales respecto al tiempo y al cuadro mismo en sus correspondientes entradas.
Además, les hago notar que el cuadro que está ilustrando este post no es completo sino el más apretado resumen que puede hacerse, y será por otra parte cuestionado aquí mismo, como ya lo fue en los posts que he linkeado más arriba, y en uno de los cuales está el cuadro completo y más oficial de los existentes hoy.
¿A qué se refieren los nombres de los eones ?
Primero, noten que los eones no aparecen en este cuadro, y corresponden a la más externa y grande de las divisiones del tiempo geológico. Tanto es así, que todo el tiempo se incluye en sólo tres Eones formales: el Arqueano, el Proterozoico (antes incluidos en uno solo, conocido como Criptozoico) y el Fanerozoico, que comenzó hace aproximadamente 542 millones de años y se extiende hasta el presente.
Cada eón se divide luego en eras, y tanto unos como otras, reciben su nombre principalmente (pero no exclusivamente) por las características de las formas de vida que medraron en ellas. Por supuesto esos nombres derivan de las lenguas clásicas, el griego en este caso.
Ése era el caso originalmente al menos, pero en la última versión del cuadro, se introduce otro término, con otra raíz. Paso a explicarlo.
Cuando los nombres eran Criptozoico y Fanerozoico, los correspondientes significados eran vida oculta (de criptós= oculto y zoico, relativo a la vida) y vida visible (phaneros= visible), respectivamente, significando que en el primero de los casos, la vida había dejado tan tenues huellas que no podía describírsela con seguridad.
No obstante, a medida que se fueron identificando fósiles y/o registros asimilables a ellos- como los yacimientos de hierro de origen casi seguramente orgánico- la manifestación de organismos vivientes comenzó a ser cada vez menos oculta, y el nombre fue perdiendo rigurosidad, razón por la cual fue al fin reemplazado por esos otros dos términos en los cuales, Proterozoico significa vida primitiva y Arqueano es una derivación de archaikos que hace alusión a los «primeros tiempos», es decir algo muy antiguo.
Antes de pasar a las divisiones siguientes, las eras, debo aclararles que hay una denominación más, pero todavía de carácter informal para un eón todavía más viejo (entre 4.500 y 4.ooo millones de años atrás) al que se conoce como Hadeano.
Para evitar tal profusión de nombres, se acepta también que a todo tiempo anterior al Fanerozoico se lo llame Precámbrico, o tiempos Precámbricos, con lo que se señala que es todo el largo momento anterior a la primera de las eras del Fanerozoico.
¿A qué se refieren los nombres de las eras?
Ya les adelanté más arriba, que las eras también reciben sus nombres a partir del griego antiguo, y que los más recientes aluden a cambios notables en los seres vivos cuyos restos se conservaron como fósiles.
Las denominaciones resultantes para las eras del Fanerozoico son pues: Paleozoico (vida antigua) Mesozoico o era Mesozoica (vida intermedia) y Cenozoico (vida reciente o actual).
Aquellos lectores que han tenido oportunidad de bucear en los libros de texto de sus abuelos, se sorprenderán encontrando que por ese entonces, a las eras las llamaban según un simple orden de aparición, y así al Paleozoico se lo denominaba Era Primaria; al Mesozoico, Era Secundaria, y aparecían luego otros nombres que hoy designan no eras, sino divisiones dentro de ellas (es decir periodos), como el Terciario y Cuaternario, que nos darán bastante que hablar en la parte dos de este post.
Para los otros dos eones más antiguos, los nombres de las eras aluden a sus partes, es decir hay nombres como Paleoproterozoico, Mesoproterozoico y Neoproterozoico, y sus equivalentes para el arqueano (Paleo, Meso y Neo arqueano). En el último caso se suma también el término Eoarqueano, que quiere decir «el inicio de», ya que recordarán que Eo es el alba.
Si mi percepción no me engaña, a esta altura del campeonato, ya deben estar con ganas de tirarme con algo, o de tomarse un merecido descanso, de manera que las respuestas a las siguientes preguntas vendrán en el post del próximo lunes. Los espero, no me fallen que queda feo dejarlo a uno con la palabra en la boca.
En la continuación del post, (que por haber intercalado un tema de actualidad pasa al lunes 11 de Noviembre) responderé las siguientes preguntas:
¿De dónde salen los nombres de los períodos?
¿Qué pasa hoy con el nombre Terciario ?
¿Qué puede decirse sobre el Cuaternario específicamente?
¿Cómo se forman los nombres de las épocas?
¿Y las edades, a qué deben su nombre?
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post la he tomado de Imágenes Google.
¡Locos por la geología superó el millón de visitas!
Hace como dos meses que quería comentarles esto, pero se me fue pasando: ¡¡¡LOCOS POR LA GEOLOGÃA YA HA SUPERADO EL PRIMER MILLÓN DE VISITAS!!!!
Y se los cuento así, gritando y saltando en una pata, porque nunca, ni en el más remoto de mis sueños habría pensado que un blog tan de nicho (de nicho quiere decir muy específico, con un público acotado y no tiene nada que ver con cementerios, conste) podría atraer a tantos lectores.
De hecho, cuando Pulpo y Dayana comenzaron a espolearme para que lo iniciara, siempre les contestaba «¿pero quién va a entrar a leer lo que una geóloga ignota pueda contarles sobre su profesión?»
Pero ellos no me hicieron el menor caso, como siempre, y armaron el escenario, largándome luego a él, para que pusiera en escena lo que me viniera en gana.
Y sí, me vinieron miles de cosas en gana, claro, después de todo, por eso soy una Loca por la Geología. 😀
Y acá estoy, cuatro años después, festejando el haber sobrepasado el primer millón de visitas, y muchísimos logros más.
Así es que allí les dejo una torta para compartir el festejo, y me voy a «cantar, saltar y bailar y a moverme con mucho donaire», como decía aquella vieja ronda infantil, para conmemorar el evento.
Nos vemos el lunes, que ahora vamos por el segundo millón. Un abrazo, Graciela.
P.S.: Sepan que la torta que están por comer la saqué de este sitio.
Geología para periodistas y comunicadores sociales
Muchas son las veces en que escuchar la información periodística me pone al borde de un ataque de nervios, al mejor estilo Almodóvar.
Porque convengamos que observar cómo los supuestos vectores de la educación informal mediática confunden un meteoro (lluvia, viento, etc.) con un meteorito; o no distinguen entre la variabilidad climática y el cambio climático global, puede desafiar la estabilidad emocional de cualquiera.
Por ese motivo, recomiendo especialmente a los comunicadores sociales que tomen un mínimo de precauciones antes de decir que se aproxima el fin del mundo, sólo porque coinciden un par de inundaciones en la India con una erupción volcánica en Chile.
Para evitar esos papelones, y a instancias de Dayana, que se horrorizó como yo misma cuando los medios cordobeses atribuyeron una tormenta de polvo a la «desertificación» en nuestra provincia, les he reunido los links de algunos posts que pueden ayudarlos a informar con un mínimo de fundamento científico.
Les recomiendo que sigan todos esos links que les voy incorporando al texto, o al menos los tengan en cuenta a la hora de referirse a alguno de esos casos en particular.
¿Cómo informar sobre fenómenos naturales que causan daños recurrentemente en su área de influencia?
Para comenzar, no debe atribuirse todo evento a la intervención antrópica, a la proximidad del fin del mundo, ni al cambio climático global.
Muchos de los acontecimientos que redundan en daños, son parte de un ciclo natural y ocurren con una cierta periodicidad. El tema es que muchas veces esa periodicidad es tal que abarca miles de años, y es por esa única razón que no hay precedentes documentados.
Pero la falta de documentación no implica que algo determinado no haya ocurrido antes muchísimas veces.
Y es importante entonces, informarse acerca de cuáles son los eventos que se repiten con cierta asiduidad (en la escala temporal geológica, obviamente, no en la humana) en una región determinada.
Algunos ejemplos de esos casos son:
- las inundaciones y anegamientos, que pueden verse agravados por la intervención humana, pero que no son entera y exclusivamente provocados por ella.
- las tormentas de tierra y sus consecuentes brumas -que no necesariamente ocurren sólo sobre áreas desérticas como algunos parecen creer, y como les conté más arriba- que son muy recurrentes en regiones áridas y semiáridas durante los meses de sequía.
- algunos fenómenos meteorológicos, como las lluvias intensas, los tornados, la caída de granizo, etc.
¿Cómo informar sobre fenómenos naturales de mayor magnitud?
En estos casos, la función de la prensa debería limitarse a reportar los acontecimientos de manera objetiva, sin aventurarse en campos en los cuales carecen de idoneidad. Predecir la secuencia de acontecimientos geológicos que podrían sobrevenir con posterioridad al hecho, evaluar y comparar magnitudes o intensidades sin conocer sus diferencias ni su significado real, buscar actividades «disparadoras» de los fenómenos, etc., etc., implica un accionar riesgoso y compromete -por lo general sin ningún fundamento- la respuesta emocional de la población afectada que lo último que necesita es pronosticadores no científicos.
Si de todas maneras quieren editorializar al respecto, les sugiero leer como mínimo los posts relacionados con los siguientes temas:
- Sismos.
- Tsunamis.
- Erupciones volcánicas.
- Deslizamientos de tierras.
- Inundaciones extremas y repentinas.
¿Cómo informar sobre fenómenos aparentemente inexplicables o cargados de misticismo?
En este caso, el periodista debe despojarse de su parte ingenua, para dirigirse a los científicos que pueden dar una explicación coherente, con argumentos lógicos y objetivos. Casos hay en que lo mítico y/o el misticismo se cuelan en el imaginario colectivo, y es allí donde el comunicador social debe mantenerse dentro de los límites del conocimiento racional. Ejemplos al canto:
- El «cráter» de Guatemala.
- El sismo de Lorca, España.
- El Señor de los temblores.
- El hundimiento en Alemania.
¿Qué términos frecuentes deberían conocer los periodistas para no cometer errores al informar?
Hay una multitud de términos que son esencialmente diferentes, pese a referirse a fenómenos parecidos o relacionados entre sí de una u otra manera, o a aspectos distintos del mismo proceso. Algunos ejemplos:
– Desertización y desertificación.
– Alud y avalancha.
– Intensidad y magnitud sÃsmica.
Hay otros casos en que no existe la diferencia que el vulgo les confiere, o se trata de términos que lisa y llanamente no son aceptables. Por ejemplo:
– Sismo y terremoto.
– Piedras preciosas y semi preciosas.
Y por fin hay situaciones en que hay códigos muy específicos para aludir a determinadas actividades o evaluaciones científicas. Esos códigos deben reproducirse con exactitud si se pretende informar de manera correcta y completa. Serían los casos de:
– Desarrollo sostenible y desarrollo sustentable.
– Concepto y evaluación de Riesgo geológico.
Además de los posts que he linkeado en cada caso, puede serles útil un paseo completo por la categoría Glosario Geológico.
¿Qué deben tener en cuenta los periodistas a la hora de informar sobre los sistemas naturales?
Hay algunas premisas básicas que una buena información no puede dejar de considerar. En primer lugar, los procesos geológicos ocurren en el marco de sistemas complejos, de modo que es irresponsable su análisis descontextualizado, sobre todo cuando se busca responsabilizar a alguien de determinadas catástrofes.
En segundo lugar, el concepto mismo de catástrofe, tanto como muchos otros, parte de una mirada antropocéntrica, y por ende debe ser valorado como tal, y no como una conceptualización absoluta.
Y por último, hay que tener mucha cautela al pronunciarse sobre ciertas actividades, como el uso del suelo en la producción agropecuaria o la minería, que han padecido y padecen una demonización ideológica, apartada de los criterios científicos y técnicos.
Como una yapita final, que casi podría creerse que está de más, pero que lamentablemente ya ha quedado demostrado que es un consejo necesario, siempre, siempre sean cuidadosos con el idioma, la ortografía, la gramática, la sintaxis, etc.
Un ejemplo de destrucción sistemática del idioma es el uso erróneo del género en determinados sustantivos (casos como área, agua, etc.). Y tanto es así, que en mi otro blog, el literario y personal, he subido un post que no pueden dejar de leer, para no volver a cometer semejante burrada. Y eviten por favor el horror gramatical cuando de alertas se trata.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post la he tomado de Imágenes Google.
«Luz, Cámara y Ciencia», una historieta de divulgación científica cordobesa
«Luz, Cámara, Ciencia: Exploradores de la UNC» es una historieta de divulgación científica, guionada por Matías Zanetti, dibujada por Coty Taboada, coordinada por Guillermo Goldes y Daniel Barraco, realizada para la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la Universidad Nacional de Córdoba.
La tira cuenta las vivencias de un equipo de exploradores de la UNC (un profesor de Física, un camarógrafo, una geóloga y un estudiante del FAMAF) que deciden realizar una miniserie de documentales sobre la ciencia en Córdoba y para ello viajarán por toda la geografía de la provincia registrando con una cámara de video diferentes problemáticas.
La publicación impresa se distribuye en los espacios académicos de la Casa de Trejo y a escuelas provinciales y municipales que lo soliciten.
El episodio 1 de la historieta lleva al grupo de exploradores a la laguna Mar Chiquita.
La versión digital puede leerse en la página http://luzcamaraciencia.blogspot.com.ar .
Facebook: www.facebook.com/luzcamaraciencia .
14 Consejos para elegir al Director de Trabajo Final en una carrera de grado universitaria
En muchas carreras universitarias del mundo entero, un requisito sine qua non para recibirse es la elaboración de un Trabajo Final, que implica poner en juego todas las competencias adquiridas, y que obviamente debe ser presentado por escrito y defendido ante un Tribunal.
Las normativas varían de una Casa de Estudios a otra, pero, en la gran mayoría de los casos, el alumno es acompañado en el proceso por un Director de Trabajo Final, que será de alguna manera su mentor, y que por eso mismo debe ser elegido por el aspirante a ______ (ingresá tu título en el espacio en blanco), de manera reflexiva e inteligente.
Si bien este blog trata sobre geología y originalmente el post fue pensado desde mi experiencia docente en esta especialidad, creo que puede aplicarse a la gran mayoría de los TF.
Introducción
A los fines de la elaboración del informe pueden ser útiles un par de posts que ya he subido con anticipación, pero hoy quiero compartir algunos TIPS para reconocer a un docente que puede ser el mentor ideal, y también los que les servirán para darse cuenta de que hay otros en cambio, de los que conviene huir como de la peste.
Es importante recordar que el Trabajo Final debe ser tomado muy seriamente, porque es la más integradora capacitación que los estudiantes recibirán antes de volar con sus propias alas profesionales. Por eso, un buen director de Trabajo Final (TF) no será el que les dé poco trabajo y escasos desafíos, sino muy por el contrario, el que los obligue a crecer con su consejo, su crítica respetuosa, y sobre todo con su apoyo incondicional.
Y ahora sí, vamos al grano.
¿Qué requisitos debe reunir un Director de TF recomendable?
- Debe conocer sus funciones y obligaciones. Es decir, que si no conoce previamente el reglamento, lo leerá con el alumno, para cerciorarse de que se cumplirán todos los pasos y requisitos, desde el momento mismo de elaborar el proyecto o plan de trabajo.
- Debe ser honesto con el alumno, no comprometiéndose en la empresa si no está seguro de estar a la altura de lo que se espera de él, por la razón que sea, desde salud hasta idoneidad en el tema, o simplemente ganas.
- Debe disponer del tiempo que la dirección requiere. Es decir que antes de decir que sí, habrá analizado su agenda, asegurándose de que no estará ausente durante la mayor parte del cronograma de trabajo del dirigido, con motivo de algún viaje, campaña extensa, o la razón que sea. También deberá estar seguro de que no estará demasiado sobrecargado de otros trabajos en el tiempo de realización de cada TF.
- Debe estar predispuesto a atender y acompañar al «trabajo-finalista» en todo el proceso. Eso no significa que hará el trabajo por él, sino simplemente que no lo dejará solo y desorientado en la mitad de la tarea. Siempre debe estar listo a escuchar sus dudas y consultas, aunque no tenga las respuestas a priori, y deba estudiar los casos con él.
- Debe amar la docencia, y ser generoso con su conocimiento y experiencia. He escuchado lamentablemente a demasiados colegas diciendo barbaridades como que «no están para avivar giles que serán competencia mañana».
- Y por supuesto, debe tener criterio, conocimiento y voluntad para actualizarse de manera permanente.
¿Cuáles son las señales de alarma que indican que se debería huir de ciertos potenciales directores de TF?
Por suerte, hay pistas muy claras, que cualquier estudiante puede por sí mismo detectar, algunas de las cuales son:
- Desconocer los términos de las reglamentaciones vigentes relacionadas con el TF. Si es su primera experiencia, seguramente su inquietud inicial será informarse al respecto, para dar su consentimiento de manera responsable.
- No involucrarse en el proyecto a llevar a cabo. Se nota cuando permanentemente olvida, posterga o reprograma consultas y reuniones con su dirigido.
- Dar la sensación de estar perdiendo un «valioso tiempo», cada vez que revisa los avances del alumno. Mostrarse siempre apurado, o comenzar los diálogos diciendo «tengo diez minutos, así que veamos rápido…»
- No corregir ni cuestionar nada de lo que se le va presentando. Difícilmente un borrador será tan perfecto como para que no falte siquiera alguna coma. Si NUNCA hay NADA señalado para corregir, pulir, completar o mejorar, suele ser una clara indicación de que el docente ni siquiera ha leído lo que se le presentó.
- No empujar los límites. Cuando el docente no plantea desafíos, muy poco estará preparando al trabajo finalista para su salida al competitivo mundo del ejercicio profesional.
- Derivar trabajos privados propios para que los realice el alumno, sin costo de tercerización. Esto además es antiético, pero lamentablemente sucede. El docente puede, y es recomendable que lo haga, incluir al alumno en sus proyectos de investigación, señalándole tareas específicas en ese marco, lo cual ayuda a solventar los gastos inherentes al Trabajo Final. Pero, ¡ojo! eso debe estar debidamente explicitado, y NO se aplica a trabajos privados técnicos y/o rutinarios. En todo caso, sólo puede hacerse en otra tarea diferente que también existe en algunas Universidades, y que se conoce como Práctica Profesional Supervisada, o expresiones similares. Esta PPS tiene un alcance diferente al del TF, y se rige por otras normas. Aquí NO ESTOY refiriéndome a ella.
¿Hay maneras de remediar un error cometido en la selección de tu Director?
Eso depende de cada Universidad y sus reglamentos. En algunos, existen artículos que permiten solicitar tanto cambio de tema como de director, por causa debidamente justificada. Un consejo sano es que en todo caso, utilicen el argumento del cambio de tema, de manera que eso mismo los derive a un especialista en un área diferente, porque lo contrario genera enemistades- y a veces hasta represalias- difíciles de remontar, hasta por años después del egreso. No olviden que al comienzo de sus carreras, necesitarán manos que ayuden y no zancadillas en su camino.
Por eso mismo, lo importante es averiguar ANTES de elegir un director y guiarse por la experiencia de otros compañeros que hayan pasado antes por el puente que ustedes deberán cruzar. Los egresados recientes pueden decirles si se sintieron o no acompañados, contenidos y orientados por sus Directores. Escuchen esos relatos y actúen en consecuencia.
¿Cuál debe ser la actitud una vez terminado el Trabajo Final?
Por lo que les expliqué más arriba, es importante que ustedes comenten sus experiencias. El mejor premio para un buen Director es que los alumnos lo elijan por recomendación de sus compañeros. A la inversa, un mal director, merece ser desenmascarado antes de que perjudique a otros.
Pero recuerden que la selección o no de un profesor como Director de TF no será necesariamente un juicio de valor sobre el docente como persona o como profesional (a veces sí, pero no siempre), sino solamente acerca de la entrega o falta de ella, que lo caracterice en su relación Director- Dirigido.
Bueno, espero que les haya sido útil este pequeño mensaje, y que lo tomen en cuenta.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.