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Intentos históricos de establecer edades absolutas en Geología.

Hace ya bastante tiempo subí un post en el que hablé sobre el concepto de tiempo geológico, y más tarde hablé de la determinación de edades relativas, y les prometí hablar de las dataciones absolutas.

Hoy voy a entretenerlos un rato contándoles la evolución de esos métodos, desde los más dogmáticos y doctrinarios hasta los más científicos, y dejaré para más adelante los métodos en uso actualmente.

Les recuerdo que mientras que las dataciones relativas sólo intentan establecer un orden de acontecimientos geológicos, las dataciones absolutas intentan asignar valores numéricos, es decir establecer dentro de cierto rango, la edad probable, tanto de la Tierra, como de sus diversos materiales y eventos.

Los intentos para alcanzar esos resultados fueron muy interesantes a lo largo del tiempo, veámoslos.

¿Qué métodos de datación absoluta se fueron intentando a lo largo del tiempo histórico?

Repito que hoy se trata de un post enfocado en los avances históricos, de modo que ninguno ha sobrevivido al tiempo, y ellos son:

  • La interpretación del hinduismo, basado sobre creencias religiosas.
  • La interpretación cristiana, basada en la lectura bíblica.
  • La medición de la tasa de la sedimentación.
  • La salinización de los océanos.
  • El método de Kelvin.

¿Qué se planteó la filosofía hindú?

En la antigua filosofía hindú, la observación de los permanentes cambios que acontecen en la naturaleza condujo a pensarla en términos de ciclos, relacionados a su vez con los días de la vida de Brahma. Se entendía que cada ciclo- que a su vez se repetirían indefinidamente- tenía la duración de un día en la vida del dios, cuya longitud estimada era de 4.300.000.000 de años (en la nomenclatura actual lo escribiríamos como 4.300 Ma). No había otros fundamentos que la meditación de los sabios, plasmada en sus escritos sagrados, los que estipulaban además, que en el presente ciclo estaríamos transitando aproximadamente el año 2.000.000.000 (o 2.000 Ma). Si lo pensamos un poco, a la luz de la edad que hoy se le asigna al planeta (alrededor de 4.500 Ma), se aproximaba a la realidad mucho más que la siguiente versión, establecida por el cristianismo.

¿Qué se intentó en la religión cristiana?

La religión cristiana no aceptaba otra ciencia que la contenida en la Biblia, o eventualmente en los escritos de sus intérpretes. Por ende, siguiendo al libro del Génesis, según el cual el mundo fue creado por dios en seis días (ya que el séptimo fue su descanso), se consideró por muchos siglos ese espacio de tiempo de modo literal para el desarrollo de todas las características de la Tierra, pero no se especuló nunca sobre cuánto tiempo atrás eso habría tenido lugar.

Posteriormente, se descubrió, en las propias escrituras, un salmo que expresa: «Porque mil años a Tus ojos son como ayer…» Eso abrió la puerta a nuevas interpretaciones según las cuales, un día correspondía a mil años, y por ende la creación habría tardado 6.000 años. Considerando ese lapso, y el calendario por entonces vigente, hacia el año 1600 dC, el Arzobispo de Ussher se pronunció por una antigüedad específica para el planeta. Según sus «investigaciones» el mundo había sido creado en el mes de octubre del año 4004 aC.

¿Cómo se empleó la medida de la tasa de sedimentación?

Debido a que cualquier idea contraria a la religión dominante por entonces en Occidente era considerada herética, y por consiguiente muy peligrosa, dado el poder de la Curia, todo el desarrollo del pensamiento científico se retrasó algunos siglos. No obstante, la razón se fue imponiendo por su propio peso, y comenzaron a surgir intentos de datación con fundamento en observaciones objetivas.

Los primeros audaces que desafiaron todos los riesgos de presentar ideas ajenas a las bíblicas comenzaron a multiplicarse a partir del S. XVII, cuando el intento de explicar las diversas especies fósiles que se iban encontrando, a través de sucesivos actos de creación y destrucción divinas, comenzó a resultar claramente irracional, y los naturalistas llegaron a la conclusión de que la Tierra debía ser mucho más antigua de lo pregonado por Ussher.

No obstante, los primeros intentos de medir esa antigüedad sólo surgieron hacia los siglos  XVIII y XIX, a favor de las leyes estratigráficas ya establecidas, y que estimaban las edades relativas de los diversos materiales terrestres.

Cuando quedó claro que la depositación de estratos procedía lentamente para alcanzar un cierto espesor, se pensó en un método muy lógico: si se medía el espesor total de una pila de estratos, y se lo dividía por la tasa de sedimentación, podía obtenerse la edad total del paquete sedimentario.

Se entiende por tasa de sedimentación, el espesor promedio de materiales que se depositan en la unidad de tiempo elegida, en este caso un año.

Si había un espesor de 5 metros, y se calculaba que se depositaba 1 metro por año (tasa de sedimentación) la edad era la resultante de dividir 5 por 1, es decir que la edad del paquete era de 5 años.

Usando la información que podía establecer las edades relativas, el intento implicó un trabajo formidable, ya que se sumaron cientos de mediciones en distintos sitios para ir agrandando cada vez más el volumen de estratos que se sumaban en un apilamiento que pretendía representar toda la historia.

Se sumaron cientos de mediciones, y se estimó la edad de la Tierra en alrededor de al menos 100 Ma. Lejos de la realidad, pero representando un verdadero avance respecto a los pocos miles de años del Arzobispo.

Por supuesto los errores del método eran muy numerosos, veamos algunos:

  • Por empezar, no se podía medir en ningún lugar un apilamiento sedimentario que abarcara todo la historia terrestre.
  • Las tasas de sedimentación no pueden generalizarse para grandes intervalos de tiempo pues a lo largo de él van cambiando según se modifican numerosos factores intervinientes.
  • No se tomaban en cuenta los procesos erosivos que en muchos casos eliminan parte del registro sedimentario.
  • Tampoco se estimó la influencia de modificaciones tectónicas.

Por cierto, un paquete limitado, en un sitio determinado, con una tasa de sedimentación bastante confiable, puede llegar a ser asignado con cierta credibilidad a un determinado intervalo de tiempo, pero su aplicación a la edad toda de la Tierra decididamente fue demasiado aventurado.

¿Cómo se aplicó la salinización de los océanos?

Al iniciarse el S. XVIII, se propuso la salinización de los océanos como un posible reloj geológico confiable. En ese momento se estableció una fórmula teórica que debió esperar casi un siglo para su aplicación en la realidad, porque en el momento inicial no se contaba con los datos que debían ingresarse en la expresión matemática.

El razonamiento era similar al del método ya explicado. Asumiendo que el sodio era aportado por los ríos, a una tasa dada por año, la edad de los océanos podría conocerse dividiendo entre sí ambos valores. Cuando se estimaron, muchos años más tarde algunos valores idealmente confiables, se estableció la siguiente fórmula:

edad de los océanos = toneladas de sodio en el océano / toneladas de sodio añadido por año.

Los valores que se introdujeron inicialmente en la ecuación fueron 1,6 por 10 a la dieciséis toneladas de sodio, y 1, 6  por 10 a la octava toneladas de sodio por año.

Esto también arrojó un resultado de 100 Ma, lo que por un tiempo, dada la coincidencia con el resultado de la otra aproximación, se consideró la mejor estimación para la edad de la Tierra.

Pero también había numerosos errores en la medición, entre ellos:

  • El sodio que entra cada año a los océanos no necesariamente permanece disuelto en él, ya que una parte importante genera rocas o es incorporado por organismos vivientes.
  • Tampoco la tasa es totalmente uniforme a lo largo del tiempo.
  • La posición de los océanos ha variado a lo largo de la historia.
  • Tampoco los ríos existieron siempre o para siempre.

¿Qué método propuso Lord Kelvin?

Ya en pleno S. XIX, William Thompson, Lord Kelvin, propuso un método basado en conocimientos y mediciones de su área de especialización, es decir, la historia del calor.

Para comprender mejor este tema, les recomiendo leer este post, ya que se relaciona con el calor de la propia Tierra, independientemente del que le llega con la radiación solar.

Con alguna anterioridad a la formulación de esta metodología, se había medido ya en diversos lugares,  la ocurrencia de pérdidas de calor desde la superficie terrestre, del orden de las 40 calorías anuales por cm².

Suponiendo una pérdida continuada y homogénea por un lado, y por el otro de la premisa de que la Tierra se habría formado a partir de una masa originalmente fundida, Lord Kelvin propuso con razonamientos semejantes a los ya mencionados en los dos puntos anteriores, una nueva forma de datar la Tierra.

Según él la Tierra tendría al menos 40 Ma.

Por supuesto también esas dataciones cargaban con sus propios inconvenientes:

  • No podía probarse la existencia de una Tierra inicialmente fundida, sobre todo a la luz de las teorías cosmogónicas con más consenso en el presente, pero que ya comenzaban a formularse en la época de esta medición.
  • No se consideraba el aporte de calor generado internamente en la propia Tierra con posterioridad a su surgimiento como planeta.
  • No alcanzaba coincidencia cuantitativa con los otros métodos propuestos.

En suma, sólo fue un valioso intento, que como todos los anteriores subestimó largamente la verdadera antigüedad del planeta, y por ende de sus materiales constituyentes.

¿Cuál fue el mérito de los intentos no religiosos?

Pese a los resultados erróneos que se obtuvieron, los métodos que se alejaron de las interpretaciones religiosas tenían precisamente el mérito de liberar el pensamiento de las estructuras rígidas que le impedían avanzar por caminos lógicos y con métodos científicos.

Por otra parte, condujeron a un importante cambio de escala para la apreciación del tiempo geológico, llevando el rango aceptable, desde unos pocos miles de años a decenas o cientos de millones de años, lo cual es un cambio de paradigma notable, y abrió las puertas a todas las dataciones posteriores, que habrían parecido descabelladas sin ese salto previo.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

International Conference on Geosciences and Geographic Information Systems ICGGIS on November 11-12, 2022 in Rome, Italy

  • Short Name: ICGGIS
  • Event Type: Conference
  • Website URL 
  • Contact URL 
  • Location: Rome, Italy
  • Date: November 11-12, 2022
  • Organization: World Academy of Science, Engineering and Technology
  • Exploration geology
  • Geographic information systems
  • Management of geoscientific data by geological surveys
  • Rock mechanics applied to seismology
  • Deep seismic soundings and deep geologic repositories
  • Earthquake and structural engineering
  • Structural geology and tectonics
  • Dynamic tectonics and seismology
  • Sedimentology and costal process
  • Exploration, development and production of earth
  • Mining and mineral exploration
  • geology and mineral resources
  • Mineral processing, waste management and recycling
  • Geological map of the world
  • Mapping and regional geochemistry
  • Geochemical exploration
  • Geosphere-biosphere interactions
  • Petroleum and environmental geology
  • Igneous and metamorphic petrology
  • Mineralogy, petrology and geochemistry
  • Geochronology including for crude oils and oil deposits
  • Industrial processes and ore beneficiation

Los relojes geológicos: edades relativas.

Discordancia Angular.png

Discordancia angular Dibujo de Chiche Ojeda. Link al pie del post.

Hace ya mucho tiempo, les adelanté algunos conceptos que sin duda les conviene ir a repasar antes de entrar de lleno en el tema de hoy. Este post es el que deberían volver a leer, porque allí les expliqué el concepto de tiempo geológico y los correspondientes relojes.

Ya sabrán, si han repasado el post, que las edades pueden ser relativas o absolutas. En este momento señalaremos los variados métodos que permiten establecer las edades relativas de los diversos materiales, estructuras y geoformas que constituyen la geología de un lugar.

¿Cuáles son los métodos más utilizados para obtener edades relativas de los estratos terrestres?

Básicamente, los métodos que permiten establecer edades relativas entre formaciones o simplemnete estratos, son los que se sustentan sobre principios estratigráficos. Los principios que fundamentan esos métodos son:

  • Ley de la superposición. Esta ley ya fue tratada en detalle en este post y consecuentemente no la volveré a explicar aquí.
  • Principio de la horizontalidad original. También este principio tiene su propio post explicativo en el blog, de modo que les recomiendo repasarlo ahora.
  • Principio de intersección.
  • Regla de las inclusiones.

Existen también otras herramientas que nos aproximan a la estimación de las edades relativas, y ellas proceden de otras disciplinas como la Paleontología, la Geofísica y hasta la Biología o la Arqueología. Veamos algunas de esas apoximaciones:

  • Principio de la Sucesión de Faunas.
  • Paleomagnetismo.
  • Principio de Correlación, el que a su vez se vale de ciertos proxis que veremos con cierto detalle más abajo, y que incluyen los varves, la dendrocronología y el análisis de corales, entre muchos otros que comienzan a probarse en diversos estudios más recientes, y que en su novedad reciben críticas e impulsos casi por partes iguales. Debido a esto último, les dedicaremos posts más adelante.

Volvamos ahora a los Principios procedentes de la Estratigrafía.

¿A qué se refiere el Principio de intersección?

Este principio llevó también un tiempo para su formulación, aunque hoy parezca algo obvio, y lo que dice es que si un paquete de rocas (puede ser también un cuerpo masivo como un batolito, llegado el caso) es cortado por una falla que lo atraviesa, o por una efusión o intrusión magmática, la falla o el proceso de intrusión son posteriores a las rocas afectadas, es decir que estas últimas tienen mayor edad.

Toda vez que haya una intersección de cuerpos geológicos, el que resulta «cortado» es el más viejo. En el gráfico que ilustra el post, los cuerpos A, B, C, D, E y F son más antiguos que la discordancia y que los cuerpos H, I y J. A su vez, aplicando la ley de superposición, el orden de edades (desde mayor a menor) se corresponde con el orden alfabético.

¿Qué puede inferirse de las Inclusiones?

Cuando se encuentran fragmentos de una unidad de roca en ei interior de un cuerpo litológico diferente, se habla de inclusiones (de includere=encerrar). Esas inclusiones (no confundir con intrusiones) se interpretan como la lógica indica: seguramente la masa que envuelve a las inclusiones es la más joven, porque éstas deben proceder de una roca que estaba antes y cuyos fragmentos quedaron dentro de la que luego se depositó «engulléndolos».

Por consiguiente, la confusión entre inclusión e intrusión es gravísima, porque unas y otras señalan relaciones de edad precisamente opuestas. La inclusión es más vieja que la masa que la envuelve, mientras que la intrusión es posterior a ella. Insisto en este detalle por su importancia.

¿Qué circunstancias complican la interpretación de los relojes estratigráficos?

Los dos primeros principios que hemos discutido ya en otros posts, asumen estratos horizontales, y con depositación continuada en el tiempo, pero existen situaciones que deben ser tenidas en cuenta a la hora de interpretar las edades  relativas en un cuerpo de estratos, y ellas son producto de las discontinuidades estratigráficas.

¿Qué son las Discontinuidades estratigráficas y qué pueden indicar?

Como dije más arriba, la sucesión de los estratos se interpreta fácilmente cuando las capas son concordantes. Y se entiende que hay concordancia cuando no aparecen interrupciones en el registro de los acontecimientos ocurridos a lo largo del tiempo geológico. Teóricamente eso permitiría un seguimiento de la historia completa de la Tierra, pero no existe lugar alguno en que la concordancia haya permanecido siempre como tal, porque el registro litológico se ha interrumpido muchísimas veces a lo largo de las eras. Cada una de esas interrupciones se conoce como «discontinuidad estratigráfica».

Es decir que cada discontinuidad representa un largo período durante el cual algún evento determinó que se viera interrumpida la sedimentación, teniendo en cambio lugar una activa erosión que eliminó inclusive parte de los depósitos más antiguos. Normalmente esto sucede cuando tiene lugar un levantamiento del territorio que transforma un área baja donde ocurría el depósito, en una zona elevada, sujeta a desgaste.

Pero también otros eventos pueden complicar el cuadro, por lo cual existen diversos tipos de discontinuidades, a saber:

  • Discordancias angulares: se reconocen con relativa facilidad, tal como se ilustra con la figura que encabeza el post, ya que implica rocas sedimentarias inclinadas o plegadas a las que sobreyacen capas más jóvenes y prácticamente horizontales. Estas discordancias corresponden a cortes en la secuencia de sedimentación, durante los cuales se instalaron períodos de deformación – responsables de la inclinación- y también de erosión, causantes de la ausencia de determinados intervalos en el registro.
  • Paraconformidades: si bien son más comunes que las anteriores, son bastante más difíciles de reconocer y de interpretar, porque no hay cambios notables en la inclinación de las capas a uno y otro lado de ellas. Su nombre se deriva del hecho de que los lineamientos litológicos sea por arriba o por abajo de la propia discontinuidad se mantienen aproximadamente paralelos, con lo que pueden confundirse con simples planos de estratificación. En situaciones especiales, si la superficie de erosión se mete muy irregular y profundamente en el paquete subyacente, el reconocimiento es más sencillo, y la estructura misma suele conocerse como disconformidad.
  • Inconformidades: En este caso, los estratos sedimentarios no sobreyacen a otros sedimentos, sino a materiales cristalinos como rocas ígneas o metamórficas. Las inconformidades delatan períodos de levantamiento, porque tanto los magmas como las rocas metamórficas se originan en las profundidades. A ese levantamiento suelen seguir largos períodos de meteorización, en respuesta a las nuevas condiciones ambientales, tal como se preconiza en la Ley de estabilidad mineral. También se instala entonces la erosión y sólo después, en caso de ocurrir subsidencia, puede volver a generarse una cuenca donde se reanuda la sedimentación. Todo eso da cuenta de los tiempos ausentes en el registro.

¿Qué aporta el Principio de la Sucesión de Faunas?

Este principio fue formulado en Inglaterra, por William Smith, quien pudo demostrar que los cambios en las características de los ejemplares fósiles presentes en los sedimentos respetan un cierto orden vertical bien definido y constante, aun en columnas estratigráficas de diferentes lugares y litologías. La biología aporta además el conocimiento de que no hay vueltas atrás en la evolución de las especies, de modo tal que la edad relativa de las rocas puede definirse según su contenido fosilífero. Si un estrato contiene restos más antiguos y/o menos evolucionados que otro, será también más antiguo que él.

¿Qué aporta el Paleomagnetismo?

En un post de hace bastante tiempo, adelanté en parte el concepto de paleomagnetismo o magnetismo remanente de las rocas. Les recomiendo leerlo.

En su momento vimos cómo esta herramienta demostró la deriva de las placas, y pronto volveremos con ese tema y usaremos ese conocimiento en otro lugar de la teoría hoy vigente, pero su versatilidad es tal que también sirve de apoyo para establecer edades relativas.

Esto es así porque al estudiar los registros paleomgnéticos en las rocas puede observarse que a lo largo de la historia de la Tierra se han sucedido numerosas inversiones de los campos magnéticos, alternándose tiempos de polaridad normal como la hoy vigente, con otros de polaridad opuesta. Estudios en todo el mundo han permitido la construcción de una columna integrada conocida como Escala Estándar de Magnetopolaridad, que cubre los últimos 250 Ma de la historia de la Tierra, es decir desde el Mesozoico en adelante.

En situaciones favorables, se puede aproximar una edad hasta absoluta, dentro de un cierto intervalo. Pero cuando no se cuenta con dataciones de las rocas en estudio, al menos edades relativas en el marco de análisis comparativos  pueden arriesgarse.

¿Cómo se utiliza el Principio de Correlación?

Ya adelanté más arriba que el Método de Correlación Geológica se basa esencialmente en herramientas como los proxis. Lo que se intenta es reconocer estratos, formaciones o cuerpos litológicos que por su posición en el registro podrían ser coetáneos, es decir que se relacionan en el tiempo de generación. De conocerse la edad absoluta de uno de los cuerpos comparados, una edad estimada puede asignarse al o a los otros.

El uso más efectivo y seguro es para espacios no demasiado distantes, y dentro de un marco geológico que puede asimilarse de alguna manera. Su confiablidad decrece con la distancia de aplicación y cuanto más variabilidad aparece en las condiciones de la litología.

¿Qué es una variable proxy y cómo podría aplicarse aquí?

Estadísticamente se define una variable proxy como una medida cuyo verdadero interés reside en que puede ser el puente o vector para obtener otras medidas más importantes. Eso es posible porque la variable proxy tiene fuerte correlación, (no necesariamente lineal ni positiva) con el valor que permite inferir.

¿Qué proxis se utilizan en la correlación?

Los más frecuentes son:

  • Dendrocronología: es la disciplina que analiza los anillos de crecimiento de los árboles, que al ser anuales permiten en su recuento establecer la duración de los períodos de biostasia en un sitio dado. Por supuesto sólo puede establecerse el tiempo mínimo de dicha duración, porque no necesariamente cada árbol ha comenzado a crecer cuando se instaló la biostasia en una región dada. No obstante permite indicar que ese momento del ciclo duró al menos el tiempo que los anillos indican. Si además hay un evento datado que puso fin a la vida del árbol en cuestión, supongamos algo como una gran creciente, un incendio forestal, o una deforestación para urbanizar, puede establecerse cuánto fue el tiempo mínimo que duraron las condiciones previas al acontecimiento conocido. Como además el espesor de cada anillo y su coloración dan pistas sobre las condiciones del medio, los anillos de los árboles prestan una gran utilidad como proxis climáticos.
  • Interpretación de varves: Los varves son estructuras diamícticas, es decir que están constituidas por pares de estratos o láminas de depósito estacional en este caso. Si los varves son glariarios responden a los pares verano-invierno; y si son de regiones semidesérticas corresponden a la alternancia de temporadas secas y húmedas. En el caso de los glaciales, durante las estaciones frías, los sedimentos gruesos quedan retenidos en el hielo, mientras que el deshielo del estío aporta materiales gruesos arrastrados por las corrientes fluiviovlaciales, lo que da una estratificación perfectamente reconocible. Normalmente la depositación se produce en los lagos periféricos, y su análisis, no solamente al contarlos sino que- como en el caso de los anillos de los árboles- reconocer sus propiedades de color, textura, espesor, composición mineral, etc., permite reconstruir paleoambientes. Paleoambientes similares son herramientas útiles en la correlación de la que venimos hablando. Cuando hablemos de edades absolutas veremos que además los núcleos de hielo permiten ciertas técnicas de datación. Pero todavía no es el momento de hablar de eso.
  • Interpretación de los corales. En este caso se usa el ciclo diario de formación de los anillos de crecimiento, con aplicación sobre todo para estimar la duración de intervalos climáticamente aptos para su proliferación, pero tiene otras aplicaciones tan interesantes que hablaremos de ellos nuevamente en otro post más adelante.

¿Qué es un horizonte guía y qué utilidad presta como reloj geológico?

Si bien es un elemento clave en la correlación, no lo incluyo como proxy porque este último concepto es estadístico, y los estratos guía son un aporte cualitativo más que cuantitativo, aunque según veremos algunas veces aporta algún límite muy concreto y de edad conocida.

Existen determinados estratos, capas o grupo de estratos que ostentan propiedades muy reconocibles y características, ya sea por el espesor, composición, textura, color, tenacidad, etc., que pueden coniderarse como similares cuando se los encuentra en afloramientos diferentes y permiten establecer la edad aproximada de uno de ellos si el otro ha sido datado en otra locación.

A veces, aun cuando ninguno haya sido sometido a datación, su utilidad pasa por el hecho de ser claramente atribuibles a un evento de fecha cierta, como una erupción volcánica reciente o registrada históricamente con fecha de ocurrencia. En tal caso, lo que está por debajo es » anterior a», y lo que queda por encima es obviamente posterior.

Otro tanto ocurre con las capas de una inundación de fecha conocida o de una corriente de barro, entre otros eventos de rápida ocurrencia.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de Chiche Ojeda – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0,

Extracto de una conferencia Central sobre Cuaternario y Geomorfología.

Otro de los trabajos en que soy coautora. Debe citarse como:

Frechen, M.; Argüello, G.L.; Budziack,D.; Cantú, M.; Carlini, A. Frilling, A.; Kruck,W.; Noriega,J.; Sanabria, J.A.; Scheele, B.; Tonni,E. 2003. «Chronoestratigraphy of Pampa loess- A Review». Conferencia invitada. Actas del Segundo Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología. Tucumán. Septiembre de 2003. pp 19-21.

Frechen Et Al. 2004

¿De dónde salen los extraños nombres de las eras geológicas? Parte 2

dinosaurios-50Este post es continuación del del último lunes de octubre, y estaba pensado para el dia 4, pero se vio demorado porque intercaló otro de ingente actualidad, la tormenta Berta.

Es decir que si no han visto la primera parte todavía, eso es lo primero que deberían hacer, para acomodarse en la línea de largada de éste.

En la primera parte he respondido las siguientes preguntas:

¿A qué se refieren los nombres de los eones ?

¿A qué se refieren los nombres de las eras?

A partir de aquí comienzan los nuevos contenidos, pues.

¿De dónde salen los nombres de los períodos?

A medida que nos adentramos en el cuadro, el origen de las denominaciones comienza a hacerse más ecléctico, ya que algunas veces hace referencia a lugares donde se encuentran las mejores exposiciones de los materiales de ese tiempo, o a las etnias y tribus antiguas que ocuparon esos lugares; mientras que otras veces se usan nombres que evocan los rasgos característicos de los materiales implicados.

¿Cuál es el origen de la denominación de los periodos de la era Paleozoica?

Dentro de la era Paleozoica, hay seis periodos, a saber:

Cámbrico, que se describió originalmente en Gales, cuyo nombre durante el Imperio Romano era Cambria.

Ordovícico, aquí se da el caso de utilización del nombre de una de las tribus celtas que ocuparon alguna vez Gales, y que era en este caso, la de los ordovicios.

Silúrico: se acuñó en recuerdo a otra de las tribus celtas, la de los siluros. Este nombre, sin embargo fue y vino varias veces a lo largo del tiempo, ya que durante la primera mitad del siglo pasado, el periodo se denominaba también Gotlándico, señalando las muy buenas exposiciones de formaciones de esa edad en la isla de Gotland (Tierra de Dios) , perteneciente a Suecia. Durante mucho tiempo, ambos nombres coexistieron, y según la nacionalidad de los autores de los diversos trabajos de investigación, resultaba privilegiado uno u otro nombre. Finalmente el término Gotlándico cayó en desuso, y hoy no figura en el cuadro ICS de la Comisión Internacional de Estratigrafía, vigente en su forma del año 2009.

Devónico: se refiere al condado de Devonshire en Inglaterra.

Carbonífero, que en alguna bibliografía todavía aparece como Carbónico: Éste es un ejemplo, donde la palabra elegida alude a una característica distintiva del período: la profusión de yacimientos de carbón, resultantes de la gran riqueza florística de ese momento geológico. Aquí me voy a permitir una digresión: muchos autores insisten en el uso de la palabra Carbónico, porque resulta más nemotécnica, por imitar la terminación de todos los demás nombres de los periodos del Paleozoico; no obstante, el nombre más correcto es Carbonífero, ya que la terminación latina ferre significa portar, cargar o llevar, que es precisamente la característica de los materiales de ese periodo. Ellos no están «hechos de» carbón, sino que a veces lo contienen.

Pérmico: en alusión a la provincia rusa de Perm.

¿De dónde salen los nombres de los periodos del Mesozoico?

Desde el más viejo al más nuevo, los períodos mesozoicos son tres:

Triásico: esta palabra procede del alemán Trias, derivado a su vez de idénticos términos en latín y griego, todos los cuales significan formado por tres partes. Ese nombre fue acuñado por un geólogo alemán, Friedrich August von Alberti, (1795-1878) quien en 1834 lo aplicó a un conjunto de tres grandes series sedimentarias, correspondientes al periodo en cuestión.

Jurásico: esto ya se los conté antes en otro post, bastante detalladamente, de modo que ahora me limitaré a repetirles que esta palabra deriva de los Montes Jura, en Europa.

Cretácico: también en otro post les dije que hay quienes lo llaman Cretáceo, y les expliqué por qué. Pero hoy digamos que cualquiera de ambos términos hace alusión a los depósitos de creta que son propios de ese tiempo.

¿Y los nombres de los periodos de la era Cenozoica?

Esto sí que da tela para cortar, porque se ha venido modificando una y otra vez en la última década.

Alguna vez fueron considerados sólo dos períodos cenozoicos: el Terciario y el Cuaternario. Pero ahora, la última versión de la ICS de 2009, menciona tres: Paleógeno, Neógeno y Cuaternario.

Como luego vienen otras preguntas relativas a los otros nombres, aquí me limito a decirles que Paleógeno significa «de generación antigua», mientras que Neógeno indica «de nueva generación», y con esos términos se alude a las edades relativas de ambos periodos.

¿Qué pasa hoy con el nombre Terciario ?

El nombre Terciario ha desaparecido de la Carta internacional, en la década del 2000, porque era en realidad una herencia de aquella vieja nomenclatura que les comenté el lunes pasado, y actualmente ha perdido todo su sentido por falta de contexto.

Sin embargo, muchos geólogos se toman su tiempo para adecuarse al cambio y todavía hoy se lee Terciario en publicaciones recientes. Asumo que llevará un tiempo todavía hasta que la palabra desaparezca del todo del vocabulario habitual geológico.

¿Qué puede decirse sobre el Cuaternario específicamente?

¡Ay, el Cuaternario! ¡¡¡¡Justo mi área de especialización, y viene a ser tan problemático!!!!

Ahora les explico por qué:

Veamos, para empezar, está el tema de su límite cronológico inferior que va y viene de un punto a otro, a medida que hay nueva información. Pero ese tema, ya lo he tratado en un post hace bastante tiempo, y hasta le dediqué un chiste en mis posts de humor, de modo que no lo repetiré aquí.

Después está la discusión respecto a la denominación más adecuada, que duró un par de décadas, hasta que se entronizó de manera definitiva, la que a mí entender fue- en su momento- la menos afortunada, es decir Cuaternario.

En efecto, Cuaternario significa exactamente «constituido por cuatro» así como binario significa » en dos partes». Pero… el cuaternario no está constituido por cuatro partes, sino solamente por dos (las épocas: Pleistoceno y Holoceno). Por ese motivo, y mientras existía el término Terciario (como tercero) la palabra adecuada parecía ser Cuartario, porque era la cuarta instancia o parte.

Esa discusión duró años, abarcando las décadas del 70 y 80, hasta que ganó Cuaternario, sin mucha lógica, pero casi premonitoriamente, porque hoy, al desaparecer el término Terciario, tampoco Cuartario tendría ningún sentido.

Y por si todo ello fuera poco, el Cuaternario murió y resucitó en el cuadro internacional.

En efecto, en la versión 2004, las dos épocas que constituyen el Cuaternario se incorporaron dentro del Neógeno, y el nombre Cuaternario recibió un certificado de defunción. No obstante, en la versión 2009, el nombre reaparece, y los periodos Cenozoicos pasan a ser los tres que ya expliqué más arriba.

¿Cómo se forman los nombres de las épocas?

Conviene señalar que ya más adentro del cuadro, no voy a explicar cada nombre, porque son cientos, pero es bueno indicarles que las épocas (en las que los periodos se dividen) pueden tener nombres propios como los ejemplos que les di para el Cuaternario, o simplemente ordenarse como Inferior, Medio y Superior, (o a veces sólo Superior e Inferior) entremezclándose ambos criterios en algunos periodos.

¿Y las edades, a qué deben su nombre?

Aquí los criterios son muy variables, y comprenden todas las posibilidades anteriormente mencionadas: alusiones a localidades, a rasgos, o a posiciones relativas como superior o inferior.

Pero bueno, ya creo haberlos confundido lo bastante, como para darme por satisfecha por hoy 😀

Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente, porque esta página está registrada con IBSN04-10-1952-01.

Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post la he tomado de Imágenes Google.

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