Archivo de la categoría ‘Turismo geológico’

Una página recomendable

Hoy solamente paso para dejarles un link a una página muy interesante, donde pueden encontrar numerosos libros de turismo geológico. La recomiendo especialmente .

Un abrazo y hasta el próximo lunes, con un post científico. Graciela.

Un podcast de Madrid en que me entrevistan

Hoy les presento un canal de Podcasts que descubrí porque me entrevistaron para una de sus entregas, pero que les aseguro es excelente, y muy entretenido.

A mí llegaron a partir de haber leído el post sobre las Montañas Superstición, que pueden repasar aquí, y que les recomiendo leer porque tiene mucho más detalle desde el punto de vista geológico, que lo que escucharán en el podcast.

Ahora les dejo el link al episodio en que participé, y que les recomiendo escuchar, porque es muy ameno, ya que incluye mucha información además de la específicamente geológica que está a mi cargo.

Un abrazo y hasta el miércoles.

Una «Puerta del Infierno» en Alemania, la Brennender Berg

Ya antes he enumerado algunos de los sitios en que se producen fuegos de origen subterráneo que llevan desde décadas a siglos ardiendo, como es el caso del Pozo de Darvaza, del que ya les hablé. Hoy quiero enfocarme en otro sumamente antiguo, que arde en Alemania.

¿Qué es la Brennender Berg?

Brennender Berg, que en alemán significa «Montaña ardiente» es hoy un monumento natural, que se constituye como atractivo turístico, ya que se trata de una combustión sin llamas visibles, que está en curso desde el año 1668, y que la imaginería popular bautiza con el apelativo «puerta al infierno» o expresiones similares. Pese a la falta de salida de las llamas, las grietas del terreno emiten intenso calor, denunciando así la continuidad del incendio subterráneo.

Por supuesto, dada la antigüedad del comienzo del evento, se desconocen las causas exactas que lo provocaron, pero sería atribuible a la combustión espontánea resultante de la presión y la descomposición asociadas a una minería del carbón primitiva y precaria. Más abajo hablaremos de otras causas también posibles y tal vez concurrentes.​

¿ Qué cuenta la leyenda al respecto?

Antiguos dichos que se transmiten ya por generaciones, señalan que el incendio lo habría iniciado un pastor al encender una pequeña fogata al pie de un árbol, por cuyas raíces el fuego se habría transmitido al yacimiento de carbón subyacente. Por cierto, no deja de ser un relato meramente local pero muy pintoresco.

¿Dónde está situada la montaña?

La montaña que nos ocupa se encuentra entre Dudweiler (Saarbrücken) y Sulzbach, en el estado alemán de Saarland, que en castellano se conoce como El Sarre.

Toda la zona toma el nombre de la docena de puentes que cruzan el río Saar, ya que precisamente la traducción de Saarbrücken es «puentes de Saar». Este río Saar o Sarre es afluente del Mosela, que forma parte a su vez de la cuenca del Rin. que fluye desde el sur hacia el noroeste.

Saarbrücken es la capital del estado alemán de Saarland, el cual limita con la frontera francesa por el sur y por el oeste, con Luxemburg. Al norte y este su límite es con Renania-Palatinado.

¿Cuál es su característica geológica general?

Regionalmente, el área del enclave geológico es muy próximo al gran distrito carbonífero del Ruhr, o Ruhrgebiet. Es precisamente la zona en que yace uno de los más grandes yacimientos de carbón del mundo, y por cierto el más grande de Alemania, lo que explica en gran medida el fenómeno que nos ocupa.

¿Por qué se producen estos fuegos espontáneos?

Si bien no hay una explicación definitiva sobre el fenómeno de combustión espontánea en general, y menos aún sobre este caso que nos ocupa, en particular, hay bastante consenso con relación al curso posible del inicio de esos eventos. Veamos algunos principios generales.

Ya he explicado antes el concepto de combustión, pero conviene recordar que es esencialmente una forma de oxidación, y que toda oxidación (y la del carbón no es una excepción) es una reacción exotérmica, es decir que libera calor.

Ahora bien, por qué llega a producirse una verdadera ignición es algo todavía en estudio, aunque se teoriza un esquema según el cual la interacción entre el carbón y el oxígeno a temperaturas inicialmente bajas se dispara por adsorción (es decir una combinación a nivel de superficie, no de volumen total como en la absorción), lo cual es un fenómeno físico, que sólo en pasos siguientes se vuelve una quimisorción, donde las moléculas involucradas crean enlaces químicos entre sí.

Cuando el carbón entra en contacto con el aire en una superficie recientemente liberada, gana oxígeno a gran velocidad, produciendo gases como CO, CO2, y vapor de agua, además de liberar calor. La consunción del oxígeno es inicialmente muy rápida y con suficiente suministro puede acelerarse y aumentar aún más la temperatura, que eventualmente alcanza la temperatura crítica para la ignición que es de alrededor de 160 a 170 °C para el carbón bituminoso y de aproximadamente 185 °C para la antracita.

Mientras coexistan el oxígeno y el carbón, la combustión puede prolongarse casi indefinidamente, sin que sea viable revertir o detener el proceso.

¿Hay otros ejemplos en la misma Alemania?

Por supuesto, dada la presencia de grandes yacimientos subterráneos de carbón, no es una sorpresa que haya habido otros eventos parecidos.

Por ejemplo, en Planitz, actualmente incluido en la ciudad de Zwickau, existió un incendio entre 1476 y 1860, cuando pudo sofocarse, en buena medida a favor de un agotamiento del suministro natural.
Se conoce también el caso de Stinksteinwand (que podría traducirse como » pared de piedra hedionda») en Schwalbenthal, sobre el faldeo oriental de Hoher Meibner, donde hay fuegos intermitentes desde hace cinco siglos, los que se habrían iniciado después del abandono de antiguas explotaciones.

Se calcula que en la región del Rhur se llegan a producir hasta diez incendios espontáneos por año, los que por suerte son rápidamente controlados con nuevas tecnologías.

¿Qué puede agregarse?

Hoy puede verse sobre una parte de las piedras de la Brennender Berg, un cartel oscuro que conmemora la visita de Goethe en junio de 1770, y que fue instalado 220 años más tarde, en 1990.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de la red.

Breve historia del Parque Nacional Yellowstone

Ya hace bastante tiempo les conté algunas generalidades acerca de ese extraordinario lugar que es el Parque Nacional Yellowstone, y les señalé sus coordenadas, de modo que daré por conocidos esos puntos, y me referiré específicamente ahora a su historia, ya que tuve la oportunidad de enterarme de ella a través de un  video de la National Geographic, en la que su Director de Expediciones y docente en Ciencias de la Tierra, el multipremiado John Cochran, la relata con gran detalle.

Aquí les presento una versión libre de lo que aprendí en esa conferencia, dándole el crédito a quien le corresponde.

¿Quién fue el primero en reconocer la existencia de ese lugar tan majestuoso?

Obviamente no lo sabemos, porque naturalmente debe haber sido uno de los pobladores originarios, de los cuales no se guardan reportes de ese tipo. Somos nosotros, «la gente moderna», los que nos preocupamos por detalles como ése, 😀

No obstante, sí se sabe, por la cultura que aún se conserva, que las diversas tribus que se movían por la región, coincidieron todas en considerarla un territorio sagrado, debido a la existencia de geysers, barros humeantes, piletas termales y otras manifestaciones que consideraron sobrenaturales, y atribuyeron a espíritus y dioses.

¿Y quién fue el primer hombre blanco que lo recorrió?

Según las crónicas de la época, las primeras referencias a la zona de Yellowstone se deben a John Colter, (1775-1813) un aventurero probablemente analfabeto, razón por la cual la ortografía de su apellido se discute aún, entre estudiosos que a veces le llaman Colter, pero también Coulter o hasta Coalter.

Cualquiera sea el caso, este hombre, reconocido como excelente cazador y profundo conocedor de las prácticas de supervivencia en zonas todavía inexploradas, fue contratado como soldado raso, y con un sueldo de 5 dólares mensuales, para ser uno de los guías de la expedición encomendada por el Gobierno a Meriwether Lewis y William Clark, quienes debían remontar el Río Missouri hacia las nacientes, y en lo posible llegar hasta la costa Pacífica. Se trataba de una tarea de reconocimiento para establecer las potencialidades del área como futuro hábitat de la población blanca en aumento.

En el viaje de regreso, Colter y algunos audaces, entre los que se menciona a Pott, con quien comparte una jugosa hostoria, que tal vez algún día se me dé por relatarles, decidieron abandonar la expedición original, para aventurarse en áreas que no habían sido reconocidas en su transcurso, sobre todo con la intención de realizar cacerías y obtener pieles.

Sus compañeros fueron quedando por el camino, pero según lo que describe a su regreso, en los largos meses de su vagabundeo, habría recorrido casi toda la superficie de lo que es hoy el Parque Nacional. Lo que relata es obviamente extraordinario, al punto de que muchos lo consideraron como un mero invento, o el delirio de un tipo que había estado demasiado tiempo aislado del mundo civilizado.

¿Qué repercusiones tuvo su relato?

El relato de Colter incluía aguas calientes que saltaban verticalmente muchos metros, piletas de lodos burbujeantes y lagos que exhalaban vapores densos y a veces malolientes. Todo eso provocó que se extendiera la expresión burlona con que comenzaron a designar el área: «El Infierno de Colter».

Pero mucho después de su muerte, en el año 1871, el Capitán de Caballería Gustavus Doane (1840-1892) lideró otra expedición por los territorios del futuro parque, a los que describió como muy promisorios para la investigación de Ciencias como Geología, Botánica, Zoología y Mineralogía entre otras.

Según sus palabras (y según mi propia traducción), Yellowstone era «probablemente el mejor laboratorio provisto por la Naturaleza en toda la superficie del Globo».

¿Cómo siguió la historia del redescubrimiento de Yellowstone?

Luego de la exploración de Doane, en el mismo año 1871, Ferdinand Hayden (1829-1887) condujo la primera expedición científica, en compañía del fotógrafo William Henry Jackson (1843-1912) y el pintor Thomas Moran (1897- 1926), quienes por fin pudieron a través de sus respectivos artes despejar toda duda acerca de la existencia y valor de las maravillas que iban encontrando y estudiando.

Así fue que en 1872, el Presidente Ulysses S. Grant promulgó la legislación que reservaba el territorio, prohibiendo actividades que significaran modificaciones profundas, con lo cual Yellowstone se constituyó en el Primer Parque Nacional protegido, en el mundo.

¿Qué se puede agregar a esta historia?

Solamente un par de datos de color, que despejarán tal vez las dudas respecto a algunos toponímicos que encontrará el visitante en el parque.

Es bastante obvio después de lo que acaban de leer, que el Valle Hayden debe su nombre al director de la primera expedición científica; pero hay también dos montes de más de 300 m de altura dedicados a sendos ayudantes de Doane. El Monte Washburn es en homenaje a Henry Washburn; y el Langford, está dedicado a Natahaniel Langford.

Una última nota de color se relaciona con el nuevo nombre que se popularizó para el que hasta entonces llamaban «El Infierno de Colter». Sucede que en 1865, el escritor inglés Charles Dawson, más conocido por el pseudónimo Lewis Carrol, había publicado «Alicia en el país de las Maravillas» (Alice in Wonderland), con gran éxito de ventas. A partir de 1872, la gente comenzó a llamar al Parque con el sobrenombre de «Wonderland», muy merecido por cierto.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La foto que ilustra el post es de mi propia cosecha, y retrata un rasgo del parque del que hablaremos específicamente en otro post.

Mammoth Terraces en el Parque Yellowstone en Estados Unidos

Si me siguen desde hace mucho, ya saben que uno de los viajes que más he disfrutado fue la gira por parques nacionales del Oeste Americano, y pienso que un paseo virtual con ustedes por algunos de los sitios visitados sería interesante. Vamos a ello de la mano de la información que nos entrega la Revista National Geographic a través de un video que ya les he presentado antes, y alguna más recabada por mí.

¿Dónde quedan las Mammoth Terraces?

Las Terrazas Mammoth, se encuentran en el interior del Parque Nacional Yellowstone, próximas a su entrada norte, y adyacentes al Distrito Histórico del Parque, donde se localizan tanto el Fuerte Yellowstone que se mantuvo en actividad entre 1886 y 1918, como el actual centro administrativo. Las coordenadas geográficas aproximadas (y lo menciono así porque las terrazas travertínicas tienen rápida evolución y crecimiento, con lo cual la posición de su centro migra con relativa rapidez) son: 44°58’01» de latitud N y 110°42’44» de longitud W.

Fueron descriptas en detalle por primera vez por la expedición de relevamiento de Hayden en 1871, cuando se las denominó White Mountain Hot Springs (Manantiales Calientes de la Montaña Blanca).

Su extensión areal es de alrededor de 2,6 km² aunque como dije más arriba, el cálculo es siempre provisorio por su rápido crecimiento tanto vertical como horizontal. Esta superficie estimada convierte a las Terrazas Mammoth en las más grandes del planeta en su género.

Respecto a su evolución, analizando secuencias fotográficas de diversos momentos, ha llegado a establecerse que en diez meses, pueden llegar a avanzar hasta algo más de 60 cm. Fue a consecuencia de este crecimiento que algunos edificios históricos debieron abandonarse, pues llegaron a ser cubiertos por nuevos depósitos de travertino.

Pero también sucede lo inverso, es decir que eventuales explosiones pueden obliterar partes de las terrazas. Se crean así y destruyen porciones del paisaje que adquiere por ende un marcado dinamismo.

¿Qué características especiales tienen?

En el Parque Yellowstone existen cinco rasgos bien diferenciables, aunque relacionados todos con la anomalía térmica de la gran cámara magmática que subyace el área. Esos rasgos son:

  • Geysers
  • Fumarolas
  • Pozos de barro caliente
  • Manantiales calientes
  • Terrazas de travertino

Los dos últimos se relacionan muy estrechamente, y las Mammoth son precisamente Terrazas de travertino.

Las principales terrazas que se reconocen con nombre propio dentro del grupo Mammoth, por tener particularidades distintivas son:

  • Liberty Cap (Gorro Frigio). Presenta una altura de aproximadamente 13,70 m y forma de cono, como permite suponer su nombre. Actualmente está inactiva y es hábitat de líquenes y pasto, y hasta ha crecido allí un pequeño árbol.
  • Opal Terrace. Con temperatura de alrededor de los 71°C, comenzó a ser muy activa en 1926, llegando a cubrir de minerales una antigua cancha de tenis que debió ser retirada en 1947. Su actividad es hoy en día muy intermitente.
  • Minerva Spring (surgencia o manantial) and Terrace. Es considerada la Terraza más atractiva, con numerosas terracetas en las que durante los periodos de inactividad proliferan las algas azules y las cianobacterias coloreadas.
  • Orange Spring Mound. La palabra mound significa montículo, y ésa es su forma, con dimensiones de alrededor de 14 m por 6 de altura. Dominan las cianobacterias de color naranja, y su temperatura es de unos 69°C.  El cono se ha formado a lo largo de una fisura en la cual también se observan formas menores igualmente cónicas, como Tangerine Spring. Se supone que es uno de los rasgos más antiguos.
  • New Highland Spring. Su actividad es bastante reciente, ya que hasta comienzos de la década de 1950, la zona hoy ocupada por la terraza era una colina boscosa, cuyos árboles fueron luegos engullidos por el travertino.
  • Canary Spring and Terrace. Forma parte de la Terraza Principal, que incluye otras formas como los manantiales Blue, Júpiter, Naiad y Main, todos los cuales tienen actividad intermitente, siendo precisamente Canary la de actividad más regular. Debe su nombre a las algas amarillas y filamentosas que crecen en su borde, aunque incluye una pileta de color ultramarino.

¿Cómo es su origen?

Como ya les dije, hay por debajo del Parque un importante cuerpo magmático que provee aguas sobrecalentadas, generando los fenómenos postvolcánicos de los que ya hemos hablado en otro post.

En el caso particular de la zona de las terrazas, el agua asciende por la Falla de Morris-Mammoth, atravesando un terreno constituido por calizas sedimentarias organógenas, es decir que contienen las conchillas de la fauna que medraba en un antiguo mar somero que alguna vez ocupó toda el área. Como las calizas son dominantemente constituidas por Carbonato de Calcio, las aguas lo cargan en disolución (como bicarbonato) hasta la superficie, donde la sobresaturación por un lado, y la pérdida de presión confinante por el otro, determinan la depositación de los minerales calcita y aragonita, generando los travertinos que constituyen las terrazas. El proceso químico se los he explicado en detalle en este post. Se trata de un fenómeno semejante al que genera las estalactitas y estalagmitas en las cavernas.

Los distintos colores que se observan responden, como ya les fui adelantando, a la presencia de microorganismos termófilos, es decir que se han adaptado para vivir en las altas temperaturas reinantes en las aguas, y que ya he ido mencionando, como algas y bacterias de diversas tonalidades.

¿Qué interés presentan además del turístico?

Como si la belleza y espectacularidad del paisaje no fuera suficiente, estas terrazas además prestan un servicio científico puesto que son proxis climáticos, es decir indicadores que permiten deducir antiguas condiciones del clima, debido a que los diversos organismos tienen su mejor desarrollo en diferentes entornos de temperatura. Los colores amarillos, verdes y naranjas señalan mayores temperaturas, y los pardos y grises, menores. Si además se cuenta con registros de crecimiento y hasta dataciones, puede realizarse un buen seguimiento de los cambios climáticos a lo largo del tiempo.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

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