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El Departamento de Tarija en Bolivia

Hoy les traigo alguna información sobre otro de esos lugares que considero interesantes para los geólogos y turistas en general, y que he tenido la fortuna de conocer hace algunos años. Se trata del Departamento de Tarija en cuya ciudad principal y homónima he probado las comidas más ricas en muchos años. Recuerdo la belleza de los paisajes, la amabilidad de su gente y su excelente gastronomía con muchísimo cariño. Y ojo que ni siquiera incursioné en sus platos típicos, sino que me maravillé ante la perfección de los platos que podría comer en mi propia casa, sólo que los preparan con tal dedicación y maestría que fueron como un redescubrimiento de lo cotidiano.

¿Dónde queda el departamento de Tarija?

El Departamento de Tarija se encuentra en la porción sur de Bolivia, limitando al sur y suroeste con Argentina; al este con Paraguay, y al oeste y norte con los departamentos bolivianos de Potosí y Chuquisaca respectivamente. Está alojado en la región conocida como El Gran Chaco, que puede definirse como una altiplanicie localizada entre los Andes y el Amazonas, caracterizada por un clima semitropical de altura.

¿Qué origen tiene su nombre?

Cuando comencé a investigar sobre este punto, me encontré con una información muy interesante, ya que hay una gran controversia al respecto, en la que se mencionan diversas posibilidades que eventualmente se relacionan entre sí.

En realidad no está claro si el departamento toma el nombre de su ciudad capital, o si ésta toma su nombre del valle que la incluye. Esta última posibilidad parece más creíble ya que en antiguos documentos la ciudad comienza por llamarse «Villa de San Bernardo de la Frontera de Tarija», más tarde aparece como San Bernardo de Tarija y finalmente como Tarija a secas.

Pero la palabra misma genera también algún grado de discusión, ya que es bastante común asumir que la raíz de la palabra Tarija, viene del nombre árabe Tariq o Tarik, correspondiente a un general musulmán (Táriq ibn Ziyad) que en el año 711 cruzó hacia la península ibérica por el estrecho del monte o peñón al que bautizó como Jabal Tariq, es decir la montaña de Tariq, nombre que derivaría luego en Gibraltar.

La propia palabra Táriq, evolucionó luego a Tarij, Torija y finalmente Tarija.

Pero cómo llegaría este nombre a Bolivia es también muy discutido, ya que los historiadores eligen una de al menos tres posibles vertientes.

  • La vertiente patronímica tradicional que alude a un supuesto conquistador español llamado Francisco de Tarifa o Tarija, separado de la expedición de Diego Almagro a Chile. Salvo tradiciones orales, no hay documento oficial alguno en que se mencione a este personaje, pero la falta de pruebas no es prueba tampoco, si se considera la precariedad de las crónicas de la época.
  • La vertiente toponímica, según la cual tres miembros de la avanzada de Diego de Almagro, llamados Juan de Sedizo o Sedizio, Antonio Gutiérrez y Diego Pérez del Río habrían llegado a Tarija, alrededor del mes de agosto de 1535, y la habrían denominado así en recuerdo y homenaje al monte Torija del que ya hablamos más arriba. Tampoco hay demostración fehaciente de la existencia real de esos soldados.
  • La vertiente autóctona y probablemente la más creíble, aunque no aclare el significado de la palabra misma es la siguiente: la denominación valle de Tarija aparece por primera vez (aunque escrito como balle -así, con be labiel- de Tarija) en un documento oficial, aludiendo a un nombre preexistente e informado a Francisco de Pizarro por Manco Inca, a pedido del primero, que intentaba dejar por escrito la composición territorial de las áreas que gobernaba.

¿Cómo puede describirse de manera general?

El departamento de Tarija en su totalidad cubre una superficie de unos 37.623 km2, implicando con ello alrededor del 3,4% del total del territorio boliviano. Su rasgo dominante es la presencia de la Alta Cuenca del Río Bermejo que ocupa casi la tercera parte del departamento con un área de 12.180 km2.

Sus principales productos agrícolas son: maíz, trigo, papa, vid y hortalizas, constituyendo un circuito turístico de bodegas tradicionales. En cuanto a la ganadería se explota ganado vacuno, ovino, porcino y caprino.

¿Por qué es interesante para la Geología?

En las últimas décadas el creciente conocimiento del marco estratigráfico, obtenido sobre la base de análisis paleontológicos, geología de campo e interpretación de información sísmica y de pozos en la Cuenca de Tarija, ha despertado un interés centrado en su potencial como portador de hidrocarburos en los conjuntos de secuencias de edad silúrica y devónica.

Por otra parte, la cuenca ha preservado una rica fauna de mamíferos que se descubrió hacia comienzos del Siglo XIX. Adicionalmente, hay dataciones de radiocarbono que proveen una cronología para el Plestoceno tardío que se utiliza como proxy de cambios climáticos de las últimas decenas de miles de años.

¿Cuál es el contexto geológico?

La Cuenca de Tarija contiene espesores que superan los 10 km de rocas sedimentarias a partir del Silúrico, repartidos en varios ciclos sedimentarios con diferentes mecanismos de subsidencia e historias deposicionales.

Se trata de ciclos que sobreyacen en discordancia a rocas de edad Cambro-Ordovícico consideradas como basamento.

El Ciclo Siluro-Devónico incluye más de 3.000 m de sedimentos clásticos de origen marino en que alternan facies arenosas y arcillosas. Estas últimas, de colores negro y gris oscuro tienen potencial como roca madre de hidrocarburos, o bien alernativamente como sellos de trampas regionales en que las facies de areniscas son los reservorios, alojando la mayor cantidad de reservas de gas de esta cuenca.
El Ciclo Carbónico-Pérmico yace en discordancia erosiva sobre el ciclo anterior e incluye más de 1.500 m de espesor de facies clásticas continentales con indicios de eventos glaciales que habrían afectado al Supercontinente de Gondwana durante el Carbónico. Las facies glaciales y periglaciales están formadas por areniscas de canales y rellenos de valles, y limoarcilitas rojas y diamictitas, con la porción superior del depósito indicando condiciones climáticas más cálidas y con influencia marina.

El Ciclo Mesozoico está compuesto por aproximadamente 1.000 m de facies clásticas continentales, dominantemente eólicas, de edad jurásica. Estos depósitos arenosos constituyen interesantes reservorios.

El Cretácico Superior está señalado por eventos transgresivos que alcanzaron el sector norte de la cuenca de Tarija y depositaron unos 300 m de sedimentos clásticos calcáreos.

El Ciclo Terciario está vinculado con el levantamiento tectónico de la Cordillera de los Andes, con materiales clásticos continentales que superan los 5.000 m de espesor, con secuencia típicamente grano y estratocreciente, característica de depósitos sinorogénicos.

Este ciclo de deformación acontecido en el Terciario no afectó el sector oriental de la Cuenca, conocido como Llanura Chaqueña.

Ya el Cuaternario implica los sedimentos más recientes, donde se han desarrollado los suelos agrícolas con las producciones que mencionaba más arriba.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela. P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio.

Huanuni – Eduardo galeano

Para empezar el fin de semana, un nuevo texto de Galeano, esta vez referido a la minería, con ese tono tan magistral que lo caracteriza.

Huanuni
Patiño

El jinete viene desde la desolación y por la desolación cabalga, atravesando vientos de hielo, a tranco lento sobre la desnudez del planeta. Lo sigue una mula cargada de piedras.

El jinete ha pasado mucho tiempo perforando rocas y abriendo cuevas a tiros de dinamita. Él nunca ha visto la mar, ni ha conocido siquiera la ciudad de La Paz, pero sospecha que el mundo está viviendo en plena era industrial y que la industria come minerales hasta ahora despreciados.

No se ha metido montaña adentro en busca de plata, como tantos. Buscando estaño, como nadie, ha entrado hasta el fondo de la montaña, hasta el alma, y lo ha encontrado.

Simón Patiño, el jinete acribillado por el frío, el minero castigado por la soledad y por las deudas, llega al pueblo de Huanuni. En las alforjas de una mula, trae pedazos de la vena de estaño más rica del mundo. Estas piedras lo harán rey de Bolivia.

Espero que lo hayan disfrutado, y nos vemos el lunes. Graciela

La maldición del cerro de plata, Eduardo Galeano

Nuevamente Galeano nos deleita con sus palabras, esta vez relativas a la minería. Compartimos un cuento de su libro Bocas del tiempo.

La maldición del cerro de plata

Poca plata da Potosí, que tanta plata ha dado. El cerro no quiere.
Durante más de dos siglos, el cerro escuchó gemir a los indios en sus entrañas. Los indios, los condenados de los socavones, le suplicaban que agotara sus vetas. Y por fin el cerro maldijo la codicia.
Desde entonces, misteriosas caravanas de mulas llegaban en las noches, se metían en el cerro y se llevaban, a escondidas, los cargamentos de plata. Nadie podía verlas, nadie podía atraparlas; y el cerro se fue vaciando noche a noche.
Cuando alguna mula se quebraba una pata, porque era mucho el peso del mineral, algún escarabajo amanecía cojeando penosamente en el camino.

Un abrazo Graciela

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