El Museo de Paleontología de la Universidad Nacional de Córdoba.
El Museo de Paleontología de la Universidad Nacional de Córdoba merece un post por su historia e importancia, y a eso nos dedicaremos hoy.
¿Dónde se encuentra el Museo?
Este Museo tiene su sede en un edficio que pertenece a la Academia Nacional de Ciencias y que ha sido declarado Monumento Histórico Nacional. Su dirección es Avda Vélez Sarsfield 299, y depende de la Universidad Nacional de Córdoba.
¿Cuándo se fundó?
No es sencillo establecer una fecha cierta, ya que inicialmente las colecciones fósiles que lo constituían ocupaban algún espacio en las mismas instalaciones que el Museo Stelzner de Geología y Mineralogía (del cual también hablaremos alguna vez) de la U.N.C, que había sido fundado durante la presidencia de Sarmiento en 1871.
Tal vez el hito que podría tomarse como su puntapié inicial es el nombramiento, en 1885, de Florentino Ameghino, como su primer director.
¿Cómo evolucionó a lo largo de su historia?
Las primeras colecciones que darían pie a su nacimiento son las que realizaron los primeros geólogos, de origen alemán, que llegaron al país de la mano del Presidente Sarmiento, y que trabajaron de manera muy fecunda entre 1871 y 1900.
Como dije más arriba, fueron albergadas en otro Museo ya existente, padeciendo la falta de espacio propio, hasta el extremo de perder su identidad entre 1905 y 1909.
Durante un largo lapso, sólo hubo un pequeño espacio «prestado» en el ya mencionado Museo Stelzner, hasta que en 1995, durante el rectorado de Francisco Delich, y bajo la responsabilidad del Dr. Mario Hünicken, se habilitaron un par de salas para exhibición al público. Esta situación continuó hasta el año 2006, en que por razones presupuestarias volvió a cerrarse.
No obstante, el tiempo de cierre fue también de impulso para reorganizaciones internas que permitieron la reapertura en 2010.
¿De dónde proceden sus colecciones?
Pese a la falta de espacio genuino, que motivó varias interrupciones en la historia de las salas abiertas al público, las colecciones siempre siguieron creciendo, mayormente por gestión de la Cátedra de Paleontología, y de la mano de los trabajos de investigación llevados a cabo por los docentes de la Universidad e investigadores de CONICET, y gracias a donaciones varias.
Las colecciones históricas más importantes son las de los fósiles colectados en las campañas de Stelzner a La Rioja, San Juan y Mendoza; las de Brackebush a Mendoza y San Juan; las de paleobotánica de Kurtz; y las de ejemplares coleccionados por Bodenbender, Carlos Ameghino, y Windhausen entre otros.
De las colecciones más modernas, a cuyo origen me referí más arriba, merecen ser mencionadas las de microfósiles como los conodontes, que fuera tema de especialización de muchos de los investigadores que pasaron por la Cátedra.
¿Qué características tiene hoy el Museo y qué objetivos persigue?
El museo cuenta con un hall de acceso y un salón con la exhibición permanente, donde se puede leer una breve síntesis de la historia evolutiva de la vida en el planeta.
Hay tanto ejemplares reales como réplicas, que abarcan un rango de escalas que va desde los microfósiles hasta un dinosaurio de 13 metros de longitud.
La evolución geológica y climática también puede seguirse en la visita, junto con información acerca de las causas de extinción, y conceptualizaciones sobre el tiempo geológico.
En la nueva sala de exhibición hay dos secciones, una de las cuales ilustra acerca de las condiciones en que se forman los fósiles, y la otra hace un recorrido cronológico de la evolución biológica.
El objetivo excede la mera presentación de curiosidades, para adentrarse en la educación y divulgación de la ciencia y el conocimiento ambiental.
¿Qué se puede agregar?
Uno de los rasgos más interesantes es la existencia de una «Sala de descubrimientos», organizada para la visita de niños de entre 4 y 13 años de edad, que pueden visualizar microfósiles o pequeñas partes de macrofósiles, recurriendo a lupas binoculares, además de participar en juegos didácticos y dejar sus propias impresiones a través de dibujos y comentarios.
P.S.: Tanto la foto que ilustra el post como la información básica fueron extractadas del libro Memorias Materiales, Museos de la Universidad Nacional de Córdoba, editado por esta última, como parte de la colección de los 400 años. Corresponde al Capítulo redactado por Tauber, A. ; Mazzoni, A.; Ortega, G. y Albanessi G.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
Video de turismo geológico: Quebrada de las Conchas, Salta, Argentina
Un excelente video de la Fundación Empremin, nos permite un paseo virtual muy bien explicado, por un verdadero parque geológico en Salta.
¿Existen posibilidades reales de una salida laboral para aquéllos que tienen más de 25 años y quieren empezar a estudiar Geología?
Este post nació a partir de la cantidad de preguntas que me han hecho adultos de 25, 30, 35, 40 o más años que sienten que la Geología es su vocación y que desean ingresar a la universidad para hacer la carrera.
Para resumir en un solo punto todas mis respuestas, es que decidí transformar el apartado que había hecho en el post de 10 Preguntas frecuentes sobre estudiar Geología, en un artículo individual.
Dicho esto, un repaso por las cosas que deberán tener en cuenta:
Aspectos Académicos
Materias
Les recuerdo que como cualquier otro estudiante deben tener en cuenta los 10 puntos listados en el link anterior, incluidos los «cucos» de la carrera que han manifestado muchos lectores en sus mensajes:
-Deberán convivir con matemática, física y química. En este punto quiero señalar algo muy curioso: ningún adulto manifiesta preocupación por este tema, mientras que la gran mayoría de los adolescentes que están por entrar a la universidad sí lo hacen.
-Dominar el inglés es indispensable. Deberán poder leer material técnico y lo necesitarán para establecer relaciones con colegas de todo el mundo.
-Tendrán viajes al campo. Esto sucederá tanto en su vida de estudiantes como en la de profesionales, por lo que deberán tener en cuenta cómo puede afectar esto su realidad laboral y familiar.
– Deberán tener un buen estado físico para soportar las campañas.
Si asumen que pueden lidiar con todo esto, pasemos al siguiente punto.
Tiempo de cursado
– Cursado presencial. Al menos en Argentina, Geología es una carrera de cursado sólo presencial, de manera que deberán disponer de tiempo para asistencia a clase, rendir exámenes, etc; además del tiempo en sus hogares para estudiar.
– Años de cursado. Ya he comentado que en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) el cursado es en teoría de 5 años, pero la estadística dice que se prolonga bastante más, por la exigencia de un trabajo final. Pero, siempre, al final, cuánto tiempo se extienda el cursado de la carrera, depende de la dedicación de cada estudiante
Según datos del portal Educ.ar, en Argentina el promedio general del cursado de una carrera universitaria es de 1,6. Es decir, los alumnos tardan un 60 por ciento más en graduarse que el tiempo «oficial» indicado por el currículum de la carrera. Así que piensen que los 5 años pueden ser en realidad 8 en jóvenes que en su mayoría no tienen la responsabilidad de mantener una casa ni criar hijos.
Objetivos a largo plazo
Antes de decidirse, les recomiendo que piensen cuál es su objetivo para iniciar la carrera:
– Objetivos intelectuales: ¿desean conocer y darse el gusto de hacerlo? entonces ¡nunca es tarde!.
– Objetivos laborales: ésta es la pregunta que se repite una y otra vez por parte de los adultos que quieren empezar a estudiar la carrera.
Si lo que ustedes quieren es ganarse la vida con la Geología, puede ser algo más difícil. Piensen que muchas ofertas de trabajo especifican edades límite que suelen rondar los 40 años. Por supuesto que podrían ejercer por su cuenta, pero no quiero engañarlos, tendrían que competir con personas de más experiencia laboral, y eso podría dificultarles las cosas.
Si después de todo lo expuesto aún les quedan dudas es porque su pregunta requiere una respuesta que en realidad no existe, porque nadie puede saber hoy cuáles serán las condiciones laborales de acá a 5, 8 o 10 años cuando se reciban.
El mundo actual es cambiante, y cuando cambia lo hace muy rápido, yo no tengo una bola de cristal para decirles cuáles serán sus posibilidades reales.
Circunstancias familiares, laborales y económicas del corto y mediano plazo
– ¿Hay hijos o familiares a cargo, a quienes deba prestarse asistencia económica o cuidados?
– ¿Se es el único sostén del hogar?
– ¿Estudiar implica desplazarse a otra ciudad, con el consiguiente cambio de vivienda, empleo, etc?
– ¿Se está en condiciones económicas de afrontar los gastos de cursado?
– En caso de tener hijos o familiares a cargo, ¿existen otras personas que puedan funcionar como red de apoyo para cuidarlos, mientras ustedes cursan o estudian?
Mi experiencia con alumnos «mayores»
A lo largo de los años, pocos de los alumnos de más de 30 años terminaron la carrera, generalmente porque estaban ya tan inmersos en sus respectivas actividades laborales, que el esfuerzo llegó a superar sus posibilidades reales.
No obstante, hubo quienes sí terminaron la carrera, y de ellos, muchos sólo lo hicieron como un logro personal, porque ya estaban en una posición ventajosa en otro camino laboral, y empezar desde cero en un nuevo campo, significaba un retroceso económico.
Pero también hubo quienes tenían trabajos precarios por la falta de preparación académica, y al obtener su título, y pasado el tiempo prudencial del «derecho de piso», consiguieron un considerable progreso en su situación económica, junto con la mayor satisfacción de una actividad que colmaba mejor sus expectativas.
Entonces ¿qué hago?
Sólo puedo contestarles desde el más puro sentido común: no olviden que la suya será una elección de vida, ya que desde el momento en que comiencen a estudiar, todas sus actividades comenzarán a dirigirse hacia otros rumbos.
La gran pregunta la pueden contestar solamente ustedes: valdrá la pena el esfuerzo? ¿serán más felices con esa nueva forma de vida que con la que tienen hoy?
Yo me recibí muy joven (21 años recién cumplidos ya que nací en octubre y me recibí en diciembre del año en que cumplí esos 21), y nunca me faltó trabajo porque obtuve la Medalla de Oro de mi promoción, lo que me abrió instantáneamente puertas; pero si no hubiera sido ése el caso, al mirar hacia atrás pienso que en algún momento de mi vida estaba llamada a este camino.
Eso se llama vocación, y si ustedes la tienen, tarde o temprano el llamado (que es lo que etimológicamente significa la palabra vocación) se hará ensordecedor.
Si ése no es el caso, puede que las dudas los detengan, y tal vez sea para bien…yo no puedo saberlo, sólo puedo invitarlos a pensar en estos términos que acabo de plantearles.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
Humor gráfico espeleológico
Si no entendieron el chiste, vayan a leer el post donde expliqué las diferencias entre las estalactitas y las estalagmitas.
Confieso que no recuerdo cómo llegué a este dibujito o quién me lo envió, pero si alguien lo reconoce como propio, sólo debe indicarlo así.
¿De qué depende el valor de un diamante?
Ya antes les he hablado del diamante, en un caso con relación al quilate, y en otro como recurso natural.
También les he hablado de los requisitos que debe cumplir una sustancia para ser considerada gema.
Pero hoy voy a hablar un poquito acerca de algunas características del diamante, y de las condiciones que se toman en cuenta para su tasación como gema, que son un poco más específicas que las reglas generales de las que ya hablamos.
¿Qué es el diamante?
La palabra diamante deriva del vocablo griego adámas, que significa invencible o inalterable, lo cual señala su gran dureza por un lado, y su escasa reactividad química por el otro.
Es una forma de presentación del elemento químico carbono (C) que debido a su particular estructura cristalina (cúbica) y fuerte enlace covalente entre las partículas, adquiere propiedades de gema, en grados de los que hablaremos más adelante.
¿Cómo se forman los diamantes?
Los diamantes naturales (lo aclaro porque ya se producen también artificialmente, tema del que hablaremos en otro post) se forman en condiciones de altísima presión y temperaturas extremas, en general en profundidades de entre 140 km y 190 km en el manto terrestre.
Por su origen profundo, se requiere de otros procesos posteriores a su formación para que aparezcan en la superficie terrestre, o a profundidades accesibles a la explotación.
Esos procesos son los ígneos, en los cuales desde un magma rico en C, se enfrían las rocas denominadas kimberlitas y lamproitas, en las cuales, los diamantes aparecen diseminados, como si fueran las frutas abrillantadas de un budín inglés. Si alguien quiere mandarme uno para su uso como material didáctico, será debidamente apreciado. (Me refiero tanto a un budín como a un diamante :D)
Con posterioridad a la formación de los diamantes en el seno de las rocas ya mencionadas, múltiples fenómenos erosivos pueden liberarlos de su matriz litológica y depositarlos, luego de algún transporte, en los yacimientos que se conocen como placeres. ¡Y vaya si es un placer encontrarlos!
¿Por qué se considera al diamante una de las gemas más valiosas?
Porque cumple con todos los requisitos que señalé en el post cuyo link está incluido más arriba, (si no fueron todavía a leerlo vayan ya, ¡caramba!); pero por sobre todas las cosas, porque es el material natural más duro según la escala de Mohs, lo que garantiza su durabilidad.
Por otra parte, los diamantes y todas las piedras preciosas son fácilmente transportables, sobre todo si se los compara con el oro, patrón internacional de la moneda, ya que para igualar el valor de mercado de unos pocos diamantes, el oro, debido a su alta densidad, alcanzaría pesos que nadie podría llevar en su bolsillo.
¿Cuáles son las condiciones que se consideran a la hora de tasar un diamante?
Estamos hablando por supuesto de los diamantes de joyería, vale decir los que ya pasaron el filtro de los requisitos comunes a todas las gemas. Si no superan esa primera selección, se trata de diamantes industriales, cuyo uso es esencialmente como abrasivos, por su alta dureza.
Por eso a veces uno se sorprende al escuchar que el principal productor de diamantes en el mundo es Australia. El tema es que son industriales. Los gemológicos proceden mayormente de África, en cambio.
Los factores que modifican el valor de un diamante son:
- El quilate
- La claridad
- El color
- El corte o tallado
¿Cómo se evalúa el quilate?
Ya les he explicado el tema del quilate en otro post, que asumo que ya fueron a leer después del reto que ya les he dado. Por eso, partimos del conocimiento de que 1 quilate corresponde, en peso a 0,200 g, pero hay algo más.
Se considera que cada quilate es igual a 100 puntos, de modo que un diamante de 0,100 g o 100 mg, como prefieran, es considerado como de medio quilate, o 50 puntos, indistintamente.
Esto se plantea así, porque para diamantes muy pequeños, hablar de la novena parte de un quilate, o de 22,22222 mg es incómodo, pero decir de él que tiene 11 puntos, es mucho más sencillo.
Lo importante es no dejarse confundir por la terminología, porque ni remotamente es lo mismo comprar un diamante de 1 quilate que uno de 1 punto (cien veces más chico).
¿Cómo se evalúa la claridad?
En general los minerales naturalmente tienden a crecer, incluyendo impurezas en su red. Esas impurezas, en el caso de los diamantes le restan «claridad», ya que ante la lupa de un experto se manifiestan como plumas o nubes que empañan el interior del cristal.
Si las impurezas se llegan a ver a simple vista el valor del diamante disminuye notablemente y se lo clasifica como I1 hasta I3, en sentido de valor decreciente en el mercado.
Si las impurezas son solamente apreciables con aparatos ópticos, la clasificación de claridad es VVS1 o VVS2.
¿Cómo incide el color?
Los diamantes se definen como incoloros, y cuanto menos invasión de tonalidades variadas tengan, más valiosos son. Se los clasifica con letras desde la D (el absolutamente incoloro) en adelante, siendo los más valiosos los que menos se alejan de la D.
Pero vale la pena señalar una excepción importante: si los diamantes no están matizados, sino que son definidamente de un color dado como rojo, rosa, azul, verde o amarillo, totalmente puros, se trata de ejemplares de extrema rareza, por lo cual su valor asciende vertiginosamente en el mercado.
¿Cómo se considera el corte?
Para entender más profundamente el tema deberían conocer mucho más sobre la transmisión de la luz a través de ondas, tema que en realidad veremos más adelante en otros posts, por su importancia para entender los sismos, las olas, y muchos otros fenómenos. Pero por ahora basta con que recuerden lo que aprendieron en la escuela primaria acerca de reflexión y refracción de la luz.
Lo que deben recordar, es que ambos fenómenos ocurren cuando la luz atraviesa la superficie que separa dos medios distintos (en este caso cristal y aire). Sepan también que reflexión es el retorno de la luz incidente al medio del que procede, y refracción es el cambio de dirección de transmisión al cambiar de medio.
Y ahora, piensen en otro concepto: el ángulo crítico que es ese ángulo en el que cuando la luz incide, en vez de seguir su viaje en el segundo medio, vuelve al medio del cual procede, como si fuera una reflexión más.
Ahora, volviendo a la tasación de un diamante, mientras que color y claridad son propiedades naturales, el quilate depende del tamaño en que se lo pueda fraccionar para su uso en joyería, lo cual depende en parte de la calidad original del cristal, y en parte de cuánto de él se conserve luego del tallado.
En cambio, el corte que valoriza o devalúa un diamante es enteramente dependiente de la habilidad del tallador, por lo cual no debe sorprendernos que se trate de uno de los oficios más especializados y mejor pagados que existen, aunque también sea de los más estresantes, ya que arruinar una gema que vale muchos miles o millones de dólares, puede significar la muerte social de un experto. Cuando no de la muerte real por infarto…
Si los cortes están bien realizados, se aprovecha la reflexión de la luz en cada una de las facetas, y se aprovechan también los ángulos críticos para disponer los ángulos de incidencia de la luz, de modo que se sume la luz que retorna de una reflexión, con la que resulta de una refracción en el ángulo crítico, precisamente.
Por eso, cuando definimos los brillos de los minerales en otro post, dijimos que el que se parece al del diamante tallado tiene nombre propio (adamantino), y significa muchos puntos de luz o destellos.
Si este tema les parece interesante, podría llegar a contarles muchas cosas más del tallado de gemas, díganme ustedes si les parece un tema potable.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post la tomé de Imágenes google, que me direccionó a este sitio.