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¿De dónde toman sus nombres los minerales?

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Seguramente les habrá llamado la atención lo extraño de algunos de los nombres científicos de los minerales, pero todos tienen una razón de ser. Hoy veremos qué razones son ésas, pero aclaremos antes que existe un organismo que regula la asignación de los nombres, que no es por lo tanto injustificada ni caprichosa. El ente regulador es la Comisión de Nuevos Minerales y Nombres de Minerales, creada en el seno de la I.M.A. (Asociación Internacional de Mineralogía) en 1959.

¿Cuáles son los orígenes más comunes de los nombres de los minerales?

Alguna vez se intentó dividir los nombres de los minerales como «racionales», que incluían los que responden a propiedades varias y a la composición química; o «irracionales», cuando se seleccionaban los nombres por las localidades donde se los describió por primera vez, o como homenajes a personajes destacados.

Cumplo al contarles que hay quienes adhieren a tal divisió³n, pero yo no le encuentro sentido, porque no me parece en absoluto irracional que exista un mineral denominado smithsonita, como homenaje a James Smithson (1765-1829), químico y mineralogista inglés con cuya herencia se fundó la Smithsonian Institution en 1846.

Hecha esa salvedad, he aquí las diversas fuentes que podemos reconocer para el origen de los nombres de los minerales:

  • La gran mayoría de los minerales reciben denominaciones que se relacionan con su composición química, como es el caso para la calcita (carbonato de calcio), la cuprita (óxido de cobre), la molibdenita (sulfuro de molibdeno), magnesita por su contenido en magnesio, vanadinita por su vanadio, la cromita que contiene cromo, entre cientos de otros ejemplos posibles.
  • Es también común que el nombre de un mineral le sea asignado como reflejo de algunas propiedades fácilmente reconocibles. Ejemplo típico de estos casos es la ortoclasa, cuyo nombre reúne dos vocablos griegos: orthós= recto, y klastés, que a través de su derivación clasta= el que rompe, llega a su forma final «clasa». A lo que se alude con esta denominación es al clivaje característico. La tetraedrita se llama así, porque cristaliza en el sistema tetraédrico.
  • Es también corriente que se usen las designaciones de los lugares en que fueron encontrados los primeros ejemplares descritos. Ejemplos: la caolinita, cuyo nombre deriva de Kao Ling, una montaña rica en ese tipo de arcillas; o la turingita, cuyos depósitos históricamente importantes se describieron en Turingen.
  • También se los nombra en homenaje a científicos destacados, como la gaylussita, que obviamente se dedicó a Gay- Loussac, o la proustita, mineral de plata que homenajea a Proust.
  • En otros casos, el nombre se debe a la característica más rápidamente identificable de las propiedades: el color. Obviamente sólo se aplica en minerales idiocromáticos. Son ejemplos la azurita y la limonita (por su color amarillo limón).
  • Hay minerales denominados, no para recordar a científicos, sino a coleccionistas, que reunieron especímenes que significaron un importante legado a la posteridad. Un ejemplo es la morganita, bautizada así por John Pierpont Morgan (1837-1913), banquero y filántropo americano que coleccionaba gemas.
  • También existen minerales cuyos nombres se relacionan con personajes mitológicos, ejemplos de lo cual son: aegirina, por Aegir, dios escandinavo del mar; mercurio por el dios romano del comercio, hijo de Júpiter y Maia Maiestas; o tautalia que alude a Tautalus, rey de la mitología griega.
  • Finalmente, hay minerales que incluyen nombres de personas, a las que le fueron dedicados, por simples razones afectivas, sin que se requiera que se trate de personas destacadas o no. El privilegio de elegir el nombre se reserva a su descubridor, de allí que aparezcan nombres como Silvina para el cloruro de potasio, sin que se sepa a quién hace referencia.

¿Existen también nombres no científicos?

Sí, desde luego, pero no tienen otro valor que el del uso corriente, y sólo lo emplean los artesanos, el público común y los comerciantes. Casi siempre son incorrectos, cuando no son casi, casi, intentos de estafas, o por lo menos maneras de embaucar incautos sin incursión real en delito.

En efecto, casi siempre que al nombre de una gema se le agrega el término «oriental», se trata de un cuento chino (será por eso lo de oriental). Si se dice «esmeralda oriental» puede tratarse de cualquier sucedáneo que se le parezca, desde una dioptasa a un epidoto, más o menos translúcido. Pero si se vende no como esmeralda a secas sino como «esmeralda oriental», la responsabilidad es de quien la compra, no de quien la vende, ya que se supone que esa denominación es una advertencia. El problema es que nunca se aclara eso, y si el cliente no lo sabe, cae como un chorlito (que de paso, es también el diminutivo del nombre de una variedad de turmalina, la chorlita o chorlo).

Otros nombres comerciales son: el mármol ónix, con que se suele designar a la aragonita, que ni es mármol, ni es ónice.

Recordemos que en el comercio se denomina mármol a toda roca susceptible de ser pulida para usos ornamentales, aunque científicamente sólo las calizas metamorfizadas son verdaderos mármoles.

Y el término ónice se refiere a una variedad de ágata, pero el uso de la expresión mármol ónix, para referirse a la aragonita se debe a que muchas aragonitas presentan un aspecto bandeado como las ágatas.

La esteatita, una variedad de talco, se suele denominar piedra sapo, jaboncillo de sastre o piedra ollar, todos nombres vulgares no aceptables en la ciencia mineralógica.

Y por último se suele hablar de «oro de los tontos» para aludir a la pirita, sulfuro de hierro que al ojo inexperto presenta notable parecido con el oro noble.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de uno de los viajes del Pulpo y específicamente corresponde al museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles. Ésta y otras fotos se encuentran en el Flickr de Dayana.

¿Qué significan los términos biostasia y rexistasia?

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Cuando se habla de algo tan mutable y dinámico como es un paisaje natural, hay términos de indudable utilidad, más allá de que no sean ya novedosos.

Entre ellos, hay dos palabras que vale la pena conocer, y ellas son biostasia y rexistasia, que describen muy bien diferentes situaciones en la historia de la evolución de un relieve.

¿Qué significa biostasia?

A lo largo de la evolución de un paisaje, la situación en que dominan los procesos biológicos y químicos por sobre los mecánicos, se conoce como biostasia, de bios= vida y stasis= equilibrio.

Puede definirse también como la condición ambiental en la que se favorece la proliferación vegetal. En este estado de la topografía, el clima y el relieve, hay fuerte meteorización y débil erosión; poco transporte de materiales fuera del lugar, y dominante sedimentación clástica de grano fino, y de todos los tamaños de partículas de origen orgánico.

Más aún que la simple meteorización química, se instalan con fuerza los procesos pedogenéticos, por lo cual se dice que la situación es de pedogénesis.

¿Qué es la pedogénesis?

Pedogénesis es el conjunto de procesos que dan origen al suelo, y definen su posterior evolución. Cuando domina la pedogénesis, está implícita una calma geológica, sin cambios en el nivel de base; y consecuentemene, hay un relativo «descanso» en lo que hace a los procesos que modelan el relieve.

¿Qué es la rexistasia?

La palabra rexistasia procede del latín, en el que rhexein significa romper, y se refiere al intervalo de tiempo en el cual la vegetación se encuentra desfavorecida por las condiciones climáticas, o bien resulta empobrecida o eliminada por otras causas, tales como incendios, naturales o no, cubiertas de cenizas volcánicas, etc.

En ausencia de la vegetación, se vuelven dominantes los procesos erosivos, y se habla de una situación general de morfogénesis, en la que la meteorización física es más intensa que la química, y los materiales resultantes son transportados por los agentes erosivos como agua, viento, etc.

¿Qué es la morfogénesis?

Como ya venimos adelantando en el punto anterior, durante los intervalos de rexistasia, el proceso dominante es la morfogénesis, es decir, el labrado de las formas del relieve por los agentes que lo erosionan.

Esto se debe a que al faltar la cubierta vegetal, el suelo queda desprotegido del ataque pluvial y eólico, y también a que cambia el balance del ciclo hidrológico, aumentando el volumen de agua que escurre, por haber disminuido las fracciones evapotranspiradas. Cuando la morfogénesis avanza, también disminuye la fracción infiltrada, porque se pierde el suelo y se expone la roca desnuda, mucho menos porosa y permeable.

¿Cómo se alternan ambas situaciones?

La combinación secuencial de ambas situaciones se expresa en la teoría de la biorexistasia, creada por el edafólogo francés Henri Erhart.

Dicha teoría se manifesta a través del más puro sentido común. En efecto, una vez instalada cada una de las etapas, ellas comienzan a trabajar a favor de la otra, que habrá de sucederla en algún momento más o menos alejado en el tiempo.

Efectivamente, si comenzamos el análisis durante el tiempo inicial de la rexistasia, obviamente los agentes erosivos se enfrentarán al suelo preexistente que acaba de perder su protección vegetal. En esa primera instancia, los procesos son comparativamente rápidos ya que el suelo es material desagregado de fácil transporte.

No obstante, al continuar el proceso, a medida que desaparece el suelo y aparece la roca subyacente, más compacta, la erosión se desacelera, facilitando una mayor meteorización, y eventualmente, la nueva generación de un suelo adecuado a las condiciones climáticas imperantes en esa nueva instancia.

Pero cuando el paisaje nuevamente alcanza su biostasia, basta un cambio climático hacia la aridez, un incendio, un anegamiento más o menos prolongado, la depositación de cenizas volcánicas o sedimentos finos, o – lamentablemente algo muy común- la deforestación antrópica, para que la cubierta desaparezca, y el equilibrio vuelva a correrse hacia un nuevo periodo de rexistasia.

En otras palabras, cada etapa se mueve hacia su propio final desde el momento mismo en qne se inicia, del mismo modo que todos al nacer caminamos hacia la muerte, sea ésta próxima o distante en el tiempo, pero siempre inevitable.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La foto que ilustra el post es del Cañón del Colorado (Grand Canyon) en Estados Unidos, un paisaje típicamente en rexistasia.

¿Qué se entiende por patrimonio geológico?

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Este post introduce un tema sobre el que volveremos a hablar muchas veces, creo yo.

¿Qué se entiende por patrimonio geológico?

Comencemos, como me gusta a mí, por buscar el origen del término que nos ocupa. La palabra patrimonio deriva de los vocablos latinos patri : padre, y onium: recibido. Por ende, podría entenderse el patrimonio como «lo recibido de los padres».

En otras palabras, alude de alguna manera a la herencia de una comunidad, que hoy entendemos como depositaria provisoria de una riqueza que tiene la obligación de conservar, para poder transmitir luego a las generaciones futuras.

Para que un paisaje natural o alguno o algunos de sus componentes se consideren patrimonio geológico, deben ser resultantes de procesos geológicos de particular interés, y/o presentar alguna singularidad por su valor estético, científico o didáctico.

Una definición tan amplia no puede menos que abarcar componentes que interesan a tan variadas disciplinas dentro de la Ciencia Geológica como la Geomorfología, Estratigrafía, Tectónica, Petrología, Mineralogía, Paleontología, Hidrogeología, Geología Ambiental, Minería, etc.

Por otra parte, si bien tiende a pensarse en el patrimonio geológico como algo siempre relacionado con una vista o paisaje, hay también una parte del patrimonio que es mueble, vale decir que puede trasladarse, y se conserva en museos o colecciones, como es el caso de determinados fósiles, minerales, rocas o meteoritos, por mencionar algunos.

Cabe consignar también que el patrimonio geológico puede pasar desapercibido para el ojo de la persona no entrenada para reconocerlo, cuando su valor es científico, a menos que a él vayan unidas belleza y/o espectacularidad.

También debe señalarse la intrínseca heterogeneidad del patrimonio geológico, que puede incluir tanto elementos microscópicos, como las mayores estructuras del planeta; activos como inactivos; relativamente permanentes o comparativamente efímeros.

¿Qué clase de elementos naturales pueden constituirse en patrimonio geológico?

Enumeremos los posibles candidatos, y luego, en la siguiente pregunta, veremos los requisitos que estos elementos deberán satisfacer para su ingreso definitivo al listado de la riqueza que la geología nos entrega y que debemos preservar.

Pueden llegar a considerarse patrimonio geológico, los elementos como:

  • yacimientos mineralógicos, minerales y colecciones de minerales,
  • estructuras tectónicas, como fracturas, domos, pliegues, corrimientos, etc.,
  • yacimientos paleontológicos, fósiles y colecciones de fósiles,
  • afloramientos de diferentes tipos de rocas,
  • sitios de impacto meteorítico y meteoritos,
  • localidades-tipo,
  • secciones estratigráficas, estratotipos y estructuras sedimentarias,
  • suelos y perfiles edáficos,
  • depósitos de inundaciones, rastros de tsunamis o de actividad geotérmica o volcánica, deslizamientos, etc.,
  • elementos geomorfológicos, que generan formas de relieve características.

Y un largo etcétera.

Pero debe tenerse en cuenta que NO se pueden clasificar como patrimonio geológico, aquellos elementos del paisaje que- por muy llamativos que sean- hayan implicado intervención humana en su generación. Ejemplos de estos casos serían las instalaciones mineras, ruinas antiguas, megalitos o manifestaciones de arte rupestre. En cambio, muchos de estos elementos pueden llegar a ser patrimonio arqueológico.

No obstante, hay que hacer una salvedad, puesto que sí son considerados parte del patrimonio geológico aquellos elementos cuya génesis es natural, pero sólo han quedado expuestos o son visibles con posterioridad a la intervención humana, como sucede cuando una excavación vial, pone al descubierto un yacimiento fosilífero, por ejemplo.

¿Qué requisitos son exigibles para que un elemento natural se considere patrimonio geológico?

En general puede decirse que el particular interés que caracteriza al patrimonio geológico procede de una de las siguientes circunstancias, o de la reunión de dos o más de ellas:

  • el hecho de tratarse de un «first site», es decir un lugar en que se definió o reconoció por primera vez un aspecto, estructura, registro o fenómeno geológico. Esos primeros sitios son valiosos por el impulso que generaron en el avance de la ciencia, aunque después las definiciones y/o explicaciones originales se vayan modificando al reconocerse nuevos ejemplos que hasta pueden llegar a ser mejores que el inicial. A veces, minerales, formaciones, fósiles, rocas, etc., toman el nombre del sitio de su primer reconocimiento.
  • ser lugares relacionados con procesos geológicos activos de ocurrencia reciente, lo cual permite comprender mejor la dinámica geológica.
  • tratarse de lugares representativos de la geodinámica propia de una región dada.
  • ser lugares modélicos o best sites, donde mejor puede verse un determinado aspecto, proceso o elemento geológico. No tienen que ser ni característicos de la región, ni constituirse en el primer lugar donde se describió el típico en cuestión, pero sí debe verse claramente el objeto de interés.
  • ser sitios patrón (pattern sites), donde se puede reconocer el diseño general de un periodo de tiempo geológico específico. Allí se encuentra el registro sedimentario más completo y continuo para ese intervalo, y con ellos se comparan los registros de otras regiones.
  • ser lugares que muestren procesos únicos (unique sites): por ejemplo, donde se conservan restos de organismos transicionales que no volverán a repetirsea lo largo de la evolución.

¿Qué implicancias tiene la declaración de patrimonio geológico?

Por la definición misma, la primera noción implícita es la del compromiso de legar el patrimonio geológico a las generaciones venideras. Esta noción se reconoce ya desde mediado el siglo pasado, aunque el gran impulso se produjo recién en el año 1991, con la realización del Primer Congreso Internacional de Conservación del Patrimonio Geológico, en Digne, Francia.

Asistieron a esa reunión más de 100 especialistas de 30 países, los que firmaron la Declaración Internacional Sobre los Derechos de la Memoria de la Tierra, en la cual se solicita a todos los gobiernos a poner en práctica medidas legales, financieras y organizativas tendientes a la preservación de esa memoria registrada en el patrimonio geológico.

Para alcanzar ese objetivo, hay esencialmente cuatro conjuntos de acciones:

  • realización de inventarios para conocer el patrimonio geológico de cada país, estado o región,
  • desarrollo de legislación que proteja ese patrimonio inventariado,
  • geoconservación, a través de la aplicación de las leyes mencionadas arriba, y
  • divulgación, ya que se entiende que toda la humanidad debe acceder al disfrute de ese patrimonio.

Todas esas acciones deben encararse en conjunto, y recordando que debido a que el patrimonio geológico constituye la memoria que la propia naturaleza acuña de eventos que pudieron tener lugar a veces cientos o miles de millones de años atrás, es un recurso no renovable, y lo que pueda perderse es por lo tanto irrecuperable.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es la divisoria de aguas en el circuito de parques nacionales de la Meseta de Colorado en USA.

La Bibliografía básica que he consultado para este post es: la Guía práctica para entender el patrimonio geológico de Luis Carcavilla Urquí, publicada por el Instituto Geológico y Minero de España. C/Ríos Rosas 23, 28003, Madrid. E-mail:

Los nombres de los huracanes del Océano Atlántico.

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Un tema que interesa al público en general es conocer el por qué de los nombres de los huracanes, o ciclones tropicales, tema sobre el cual ya he subido otro post.

Hoy comenzaremos por explicar las convenciones que rigen para el Océano Atlántico, que es importante aclarar que no son las mismas que se aplican para el Pacífico, y cada una de sus porciones. Sobre esas otras normas, hablaremos en distintos posts, más adelante.

¿Cómo comienza la costumbre de dar nombres propios a estos eventos naturales en particular?

Es hacia finales del Siglo XIX que- al comenzar a llevarse estadísticas sobre esta clase de fenómenos, a los fines de intentar prepararse para ellos- se comprobó que era importante idear un método de identificación confiable y regulado.

Pero recién a comienzos del siglo siguiente se generalizó la costumbre de designar los eventos con el nombre del santo correspondiente a la fecha de ocurrencia.

Esta generaba confusión porque podía suceder que el mismo día, con horas de diferencia y en distintos sitios ocurrieran dos eventos que deberían denominarse igual. Por otra parte la repetición del mismo nombre con distancias temporales de apenas un año también confundía los episodios.

¿Cómo evolucionó esa primera aproximación?

Ya comenzando el Siglo XX, la Armada Norteamericana tomó por costumbre denominarlos por orden alfabético con los nombres que se emplean en las comunicaciones para evitar confusiones fonéticas: Able, Baker, Charly, etc.

No obstante, el empleo de esos nombres no era exclusivo para los eventos meteorológicos que se quería documentar, y se impuso la necesidad de la búºsqueda de otra modalidd.

¿Cuándo comenzó la costumbre de ponerles nombres femeninos?

La costumbre comienza de manera informal y casi humorística, cuando los marines estadounidenses generaron sus propias designaciones, a veces como homenaje, a veces de manera sarcástica, usando para eso los nombres de sus novias, sus esposas, amigas o hasta suegras.

A partir de este uso generalizado e informal, que se fue esparciendo a través de las redes de comunicación, en 1949 se ideó el sistema que estaría vigente internacionalmente por varias décadas.

Ese sistema se comenzó a usar en 1950 y como ya adelanté, se adoptó solamente para el Océano Atlántico y Mar Caribe. La lista consistía en nombres femeninos, tomados de los habituales en las comunicaciones que mencioné más arriba, y ordenados también alfabéticamente. Durante los tres primeros años se repitió siempre la misma lista, pero luego se generaron otras sobre el mismo principio, que se irían sucediendo en intervalos de seis años.

¿Desde cuándo se alternan nombres femeninos y masculinos?

Hacia fines de los años setenta, cuando el movimiento feminista era muy fuerte en USA, se elevaron airadas voces quejándose de que se bautizaran fenómenos impredecibles y potencialmente catastróficos, siempre con nombres de mujer. En consecuencia se armaron listas alternativas con nombres masculinos y se propuso en primera instancia, usar nombres femeninos los años pares y masculinos los impares. La decisión final fue alternar (siempre por orden alfabético) nombres masculinos y femeninos en cada uno de los seis años que corresponden a los listados oficiales.

Imagen1nombres retirados¿Cómo es la nómina actualmente?

La nómina hoy vigente es la de la imagen que ilustra el post.

Una aclaración importante es que por respeto al dolor de las víctimas, cuando un huracán es particularmente dañino, y se cobra vidas humanas y/o significa destrucción masiva, sus nombres se retiran definitivamente de la lista oficial, reemplazándolos por otros del mismo género y que comience con la misma letra. El listado que aparece a la izquierda reúne los nombres que se han retirado por ese motivo. Ejemplos que todos recordamos son seguramente el Katrina de 2005, el Irene de 2011 y el Sandy de 2012.

Todavía hay que agregar que cuando el número de eventos supera los 21, que corresponde al total de las letras disponibles, se comienza a usar simplemente el alfabeto griego hasta completar los necesarios. Así, podría haber un evento denominado Alpha o Beta, llegado el caso.

Una rápida observación del listado nos tentaría a señalar que podría existir un intervalo que duraría aproximadamente una década, separando entre sí los años con mayor cantidad de huracanes de gran potencial de daño en el Océano Atlántico y Mar Caribe.

No obstante, esto no es sino una observación a considerar en proyectos de futuras investigaciones, porque no pueden sacarse conclusiones relevantes, sin analizar tambien temas como la susceptibilidad de los territorios afectados y la vulnerabilidad de las correspondientes poblaciones.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de Wikipedia.

Avanzamos con la dinámica fluvial. Mecanismos del proceso erosivo. Parte 2.

19-02-10_1202El lunes pasado subí la primera parte de este tema, y por ende deberían comenzar por leer ese post antes de internarse en éste.

En ese momento respondí a las siguientes preguntas:

¿Cuáles son las herramientas de que se vale un río para modelar su curso?

¿Qué etapas comprende la erosión hídrica en sentido amplio?

A partir de esos puntos, hoy seguiremos con las preguntas que faltaban.

¿Cómo y de dónde obtiene el río su carga?

Puede decirse que hay básicamente dos alternativas: por un lado, existe una carga pasiva, en la que otros agentes o fenómenos, descargan material sólido o líquido en la corriente; y por otro lado, hay también una carga que resulta de la misma actividad del agua corriente.

Así pues, serían cargas pasivas las siguientes:

  • Materiales resultantes de meteorización en las laderas: En estos casos, los materiales previamente desagregados por la meteorización pueden caer a los ríos por su propio peso, desplazándose por rodamiento ribera abajo, o pueden ser arrastrados por las lluvias que lavan las márgenes, por el viento, por animales, etc.
  • Acción directa de la gravedad: esto se refiere a fenómenos de remoción en masa, que pueden proveer masivamente materiales desde los interfluvios,
  • Material aportado por el viento: puede proceder de grandes distancias, cuando se trata de partículas muy finas que pueden permanecer en suspensión por mucho tiempo, y moverse hasta espacios muy lejanos a su fuente de origen. Los materiales más gruesos suelen proceder de las propias laderas. A veces, se trata de productos de contaminación atmosférica, en áreas fabriles o de mucho tránsito. En el río la descarga ocurre por floculación de las partículas, cuyo peso entonces llega a superar la resistencia del aire, o bien por ser lavadas por las precipitaciones.
  • Material volcánico: si bien ese tipo de partículas pueden proceder de zonas alejadas, y ser llevadas por el viento hasta el río, entrando en ese caso en el apartado anterior, también puede suceder que las propias erupciones arrojen materiales a los ríos más próximos.
  • Material en solución: aportado por aerosoles eólicos, o por meteorización química en las laderas
  • Aportes varios: todos los efluentes que se arrojen directamente a los ríos, las cargas biológicas, como semillas o polen, deyecciones de animales que cruzan la corriente, el hielo glaciario que alimenta ríos, y que aporta gran cantidad de sedimentos, etc., todos generan carga para el transporte fluvial.

Finalmente, los materiales, ya sea en estado sólido o solubilizado, que constituyen la carga activamente adquirida por el propio río, son todos aquéllos que el agua disgrega o disuelve en las laderas a través de los mecanismos que mencionamos la semana pasada.

¿Cómo transporta el río sus materiales?

El material que llega al río es transportado en uno de tres niveles: como carga de fondo, carga de corriente y carga superficial, en cada uno de los casos lo hace de las siguientes maneras:

Como carga de fondo, los mecanismos de transporte- que por supuesto ocurren simultáneamente y complementándose unos a otros- son:

  • Arrastre, empuje y saltación de piezas angulares: se conoce también como tracción y saltación y se refiere al proceso por el cual los fragmentos en tránsito se mueven sobre el fondo, o a muy pocos centímetros de él, y se van movilizando a favor de la pendiente, según una dinámica en que cada cuerpo es levantado por el impacto de la caída de otro sobre él. Los desplazamientos individuales se miden en pocos centímetros, pero son repetitivos y aditivos, con lo que hay un claro avance del conjunto de la carga de fondo.
  • Rodamiento: cuando el desgaste por atrición va eliminando las aristas de los materiales transportados, éstos comienzan a rodar pendiente abajo, directamente sobre el lecho. Es propio de fragmentos esféricos y subesféricos, y su resultado típico es el canto rodado.

La carga principal, que afecta a todo el cuerpo del río, se mueve por:

  • Suspensión: es el desplazamiento propio de los materiales finos y livianos, que ocurre aun cuando el río ha perdido casi toda su capacidad de carga, porque responde a la ley de Stokes que veremos en otro post. Se trata de material diseminado en todos los niveles de la corriente.
  • Solución: es el método de transporte adecuado para los materiales solubles, y su movilización sigue, hasta que ocurra una reacción química que genere nuevos materiales, esta vez insolubles, o bien una floculación que responda a la ley de Stockes. También cambios físicos (temperatura, saturación, etc) pueden definir la depositación.

La carga superficial, que deja su porción superior expuesta al aire, se moviliza por:

  • Flotación: mecanismo propio de materiales muy livianos y de amplia superficie que les da sustentación. Se da con hojas, troncos, partículas laminares como algunas micas, etc.

¿Cómo y cuándo deposita el río parte de su carga?

Tal vez debería hablarles de la velocidad de las corrientes antes de mencionar este punto, pero les prometo hacerlo en otro post para que éste no se haga eterno. Y digo esto, porque las dos causas principales por las cuales se deposita el material que es arrastrado por una corriente son: disminución de la velocidad y disminución del volumen de agua.

Ahora veamos por qué hay pérdida de velocidad de una corriente:

  • Por cambios topográficos que disminuyen la pendiente del terreno.
  • Por disminución del caudal de agua.
  • Por cambios en la configuración del valle que generen más rozamiento, como es el caso de salir de un trecho encajonado hacia un amplio cauce donde aumenta en gran medida la fricción de fondo.
  • Por obstrucciones, como rocas más duras que sobresalen de las paredes del valle.
  • Por congelamiento del agua.
  • Por desembocar en masas de aguas mayores y más tranquilas.

Las causas de disminución del volumen de agua corriente son:

  • Cambios estacionales y fluctuaciones climáticas.
  • Infltraciones en terrenos permeables.
  • Evaporación.
  • Extracción para diversos usos.

Ojalá les sirva esta información.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

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