Archivo de enero de 2013
Más de reconocimiento de minerales: el tacto.
Ya venimos hace algún tiempo hablando de las propiedades que se utilizan para reconocer los minerales a simple vista, y hoy le toca al último de los caracteres organolépticos: el tacto.
¿Qué se entiende por tacto de los minerales?
Es la respuesta que ofrecen en forma de sensación cuando son explorados con las manos en distintas direcciones.
¿Qué clase de propiedad es el tacto en los minerales?
Si se han tomado el trabajo de seguir el link anterior, habrán recordado la diferencia entre cualidades escalares y vectoriales, y al mencionar yo ahora que la exploración táctil se hace en distintas direcciones, habrán comprendido rápidamente que es una cualidad vectorial.
Esto significa que el mismo ejemplar puede presentar distintos tactos según la dirección en que se lo toque. Así, por ejemplo, la muscovita tiene un tacto suave en las caras planas de ruptura, y un tacto astilloso en la dirección perpendicular. Pero no nos adelantemos, que todavá no definimos esos tipos de tacto, cosa que pasaremos a hacer a continuación.
¿Qué tipos de tactos se reconocen en los minerales?
Lo primero que conviene traer a colación es que como en muchos otros casos hay cierto grado de confusión en la terminología, dependiendo sobre todo de los idiomas originales en que se realizaron las primeras descripciones de cada mineral, y cómo esas descripciones se tradujeron a los demás. Por eso una misma sensación táctil es descrita por algunos autores como untuosa, mientras otros prefieren la palabra grasa.
Unos definen un tacto como áspero y otros como rugoso, para referirse al mismo ejemplo. Por eso, yo he seleccionado los términos más ampliamente utilizados, más allá de que cada uno puede recurrir al que mejor reconozca, a la hora de clasificar minerales.
O sea, que si alguien prefiere recordar el tacto de un mineral, no como áspero sino como «pinchudo como el bigote de doña Ramonita» estará bien siempre que lo guarde para su propio coleto, y lo emplee como nemotecnia, y no vaya tan lejos como para ponerlo en un trabajo científico para publicar. 😀
Una vez hecha esta importante aclaración, pasemos a mencionar los términos que habitualmente se usan en las tablas de reconocimiento mineral:
- Tacto untuoso
- Tacto suave
- Tacto liso
- Tacto áspero
- Tacto astilloso
- Tacto frío.
¿Qué es el tacto untuoso?
Es el del mineral que responde como si tuviera una película aceitosa por encima. Se conoce también como graso u oleoso, y es característico del talco, el grafito y la molibdenita, por mencionar los más comunes.
¿Qué es el tacto suave?
Es semejante a la sensación de acariciar la porcelana o el vidrio liso. Es común en la mayorÃa de los cristales cuando se los toca en la dirección de sus caras enteras. Cuando éstas están rotas, el tacto cambia a astilloso. Más arriba les mencioné el caso de la mica en una de sus direcciones, y muchos metales pueden exhibirlo también.
¿Qué es el tacto liso?
Si fuéamos a hacer una escala de suavidades, diríamos que ésta está un punto por debajo de la anterior. La sensación es comparable al tacto de una madera bien lijada, pero no lustrada. La mayoría de los minerales muestran este tacto, cuando no presentan caras cristalinas. Las caras de ruptura (clivaje) de los feldespatos tienen este tipo de tacto.
¿Qué es el tacto áspero?
Es el que aparece en ausencia de los anteriores. Es más frecuente en rocas que en minerales, en realidad, pero puede mencionarse para algunas presentaciones de la limonita, la hematita u otros óxidos.
¿Qué es el tacto astilloso?
Ésta es la forma más agresiva del tacto mineral, ya que puede llegar a producir cortes en la piel. Es caracterítico de las direcciones opuestas a las de exfoliación en las micas, en la ruptura de cristales, y en algunos hábitos de los que hablaremos en futuros posts.
¿Qué minerales tienen tacto particulatmente frío?
Si bien en general todos los minerales son fríos, algunos lo son de manera más notable, como por ejemplo los pertenecientes al grupo de los metálicos y las piedras preciosas de mayor valor. Tanto es así, que si uno tiene la experiencia suficiente, colocar una supuesta piedra preciosa sobre la mejilla puede ayudarle a definir si le están vendiendo un buzón, porque los materiales sintéticos suelen ser más cálidos.
¿Se requiere habilidad especial para reconocer minerales al tacto?
Lamentablemente, sí. Una mano poco sensible o muy perjudicada (por no decir callosa) no ayuda mucho. En eso, las geólogas que nos cuidamos la piel llevamos la delantera 😀 .Pero en cualquier caso, se requiere experiencia, muuuucha experiencia, y sólo se debe considerar como un aporte más en el reconocimiento, en ningún caso se puede considerar como una propiedad diagnóstica en sí misma.
Bueno, en realidad, en el análisis macroscópico y de campo, ninguna propiedad alcanza por sí sola. Siempre es un conjunto de propiedades ( a veces dos o tres y a veces más) el que permite rotular a un mineral.
Espero que este post les haya interesado, en cuyo caso los espero el miércoles con información que seguramente les será de utilidad. Un abrazo. Graciela.
Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.
P.S.: La imagen que ilustra el post es una foto tomada por el Pulpo en una visita aL Museo de Historia Natural de Los Ángeles, en Estados Unidos.
Otro texto extraído del libro «Eating dirt» de Charlotte Gill.
Ya les he presentado antes este libro, y en ese momento también les prometí compartir con ustedes algunos excelentes párrafos que se encuentran en él. Éste es uno de esos textos, pero esta vez lo he traducido para los lectores hispanoparlantes.
Hace tres mil quinientos millones de años, la tierra estaba inmersa en una sopa salina, y la atmósfera era un humedal de gases de invernadero. La vida era microbiana. Entonces nació una nueva bacteria. Su canal digestivo estaba salpicado de proteínas capaces de absorber la luz. Esta célula podía ejercer una magia química que ningún otro de los garabatos flotantes en los mares prehistóricos podía realizar. Ella aprovechaba los rayos solares. Con esta energía, transformaba el dióxido de carbono en azúcar y en el proceso extraía oxígeno. Estos organismos rudimentarios todavía existen hoy, en prácticamente todo ambiente donde coexisten el agua y la luz solar. Cianobacterias- algas azules, el comienzo de todas las cosas.
Como seguramente habrán ustedes notado, la descripción es excelente, y encontrarla en una novela es un evento afortunado. Espero que la hayan disfrutado tanto como yo, porque vendrán más extractos en futuros posts. Un abrazo, y nos vemos el lunes. Graciela.
¿Cómo se reconstruyen los fósiles?
Cuando uno observa en los museos las reconstrucciones de seres que desaparecieron de la faz de la Tierra, a veces millones de años atrás, y de los que solamente se han recuperado porciones incompletas y no siempre del todo bien conservadas, cabe preguntarse cuánto hay de fantasía en el armado de esos ejemplares que hoy se exhiben para nuestro conocimiento.
Y si además tomamos en cuenta los muchos seres mitológicos que se crearon en el imaginario colectivo, muy probablemente a partir de interpretaciones erróneas de hallazgos reales, no nos debe extrañar que haya ciertas miradas socarronas al respecto.
Pensemos por ejemplo en el centauro. Es muy posible imaginar que restos incompletos de un caballo y su jinete hayan sido imaginados juntos, dando por resultado un ser medio humano y medio equino (no estoy hablando de ningún político actual, que conste). El pegaso podrá haber resultado de encontrar un caballo cerca de los despojos de un águila y así al infinito.
Pero además, a lo largo de la historia de la Paleontología, también hubo representaciones totalmente equivocadas antes de que se sentaran los principios científicos que hoy rigen el proceso de reconstrucción de los fósiles. De ellos (de los principios, no de los errores históricos, digo) vamos a hablar hoy.
¿Cuáles son los principios en que se basa la reconstrucción de los fósiles?
Los más básicos entre los principios que se aplican al intentar la representación de los seres que hoy ya no existen son:
- Principio del actualismo biológico.
- Principio de la anatomía comparada.
- Principio de la correlación orgánica.
- Principio de la correlación funcional.
Por cierto, según se avanza en el conocimiento, esas bases se van ampliando, ya que comienzan a comprenderse otras relaciones no menos importantes, tales como las interacciones entre diversos seres vivos, que comparten por ende un hábitat, en el complejo tejido que constituye la ecología.
Así pues, hoy el descubrimiento de determinadas especies en sitios donde ya se han descrito otras mejor conocidas, permite imaginar cuáles serían las necesidades de los organismos para enfrentarse a ciertas características ambientales. Ese previo conocimiento permite suponer, por ejemplo, pelajes más gruesos en ciertas especies, porque otros hallazgos en el lugar permitieron definir ambientes fríos, donde esa particularidad es esperable.
En otros caso, conocer las peculiaridades de los animales que eran presa en un sistema ecológico dado, puede arrojar cierta luz sobre los requerimientos de los correspondientes depredadores. Mal podríamos imaginar la coexistencia de hervíboros del tamaño de los dinosaurios, con animales cazadores del tamaño de un chihuahua. Grandes presas implican grandes carniceros como el Tiranosaurio, por ejemplo.
Pero volvamos a los principios clásicos de la reconstrucción de fósiles, que están enumerados más arriba.
¿Qué dice el Principio del actualismo biológico?
Algo que se parece mucho a lo que dice el actualismo geológico, del cual ya les he hablado bastante, y que puede expresarse también con el mismo postulado: El presente es la clave del pasado.
En definitiva, no hay muchas posibilidades de error si se asume que los seres del pasado (que en muchos casos hoy encontramos solamente como restos fósiles) estaban organizados tanto orgánica, fisiológica y hasta socialmente según las mismas leyes físicas, químicas y biológicas que rigen a los organismos presentes, y tenían además sus mismas necesidades
Conocer este principio posibilita reconocer que si los seres vivos pluricelulares de hoy tienen tejidos, aparatos y sistemas diferenciados según las funciones a que están destinados, también los habrán tenido los seres vivos del pasado remoto.
Otro tanto puede decirse de principios tan sencillos como asumir que las formas aplanadas observables en los peces de aguas profundas, donde ése es el mejor diseño para tolerar la presión hidrostática, debieron ser también en el pasado las estructuras comunes.
Si hoy los reptiles ponen huevos, sus equivalentes fósiles (dinosaurios, por ejemplo) también lo harían. Y así podríamos seguir enumerando ejemplos.
¿Qué es el pricipio de la anatomía comparada?
Como ya he señalado en éste y otros posts, los restos fósiles pueden ser muy incompletos, y estar muy mal conservados, pero una vez que se establecen algunos grados de similitud con organismos vivientes, y apoyados sobre el actualismo biológico, las partes ausentes pueden reconstruirse a través de la comparación entre las formas de los seres encontrados y sus equivalentes o descendientes actuales.
Así pues, a nadie se le ocurriría hoy poner los apéndices locomotrices de animales terrestres arriba del resto del cuerpo, ya que se asume que estarían en contacto con el terreno por el que se debían desplazar, como lo están hoy.
Si hoy los seres bípedos (supongamos, las aves) tienen las patas en la porción inferior del cuerpo, cualquier representación de un ave del pasado llevará sus piernas en igual posición.
¿Qué expresa el principio de la correlación orgánica?
Este principio se debe a Cuvier, un grande de la Paleontología que será tema de numerosos encuentros en este blog, porque lo amerita sin ninguna duda.
Lo que él enunció es que cada ser orgánico forma un conjunto coherente en que todas las partes se complementan, entre sí, de manera tal que completar un ejemplar a partir de unos pocos de sus restos es posible.
En otras palabras, si existe una gran cabeza, habrá un cuello capaz de sustentarla, y si el troco es muy pesado, las patas correspondientes deberán ser proporcionalemente robustas.
Por otro lado, si un fósil presenta garras propias de un cazador, sus dientes deberán adecuarse a una dieta carnívora y así sucesivamente.
El no respetar (por desconocerlo en ese tiempo) este principio fue la fuente de numerosos errores de reconstrucción y de muchos mitos.
Hoy ningún paleontólogo pondría alas a un cuadrúpedo del tamaño de un caballo, pues no hay correlación orgánica entre el peso de su cuerpo y sus patas de corredor con la posibilidad de remontar vuelo.
¿Cuál es el principio de correlación funcional?
Este principio se relaciona íntimamente con el anterior, y generalmente se aplican juntos.
No solamente los órganos deben ser compatibles entre sí, sino que además deben tener una función reconocible en el organismo analizado.
De haberse respetado este principio, tampoco se habría inventado un ser fabuloso como la sirena, ya que en un ser acuático, el sistema respiratorio que se le atribuyó de la cintura para arriba, no tenía ninguna función. En tal caso, por un lado, los órganos representados no se correspondían con ninguna función, y las funciones supuestas en la sirena tampoco se correspondían entre sí, ya que la cola apta para nadar no es compatible con la función respiratoria de un tronco humano.
Aquí fallaban tanto la correlación orgánica como la correlación funcional.
¿Cuánto de fiables son las representaciones hoy aceptadas como veraces?
Tan fiables como todo el contenido de la ciencia, es decir, son válidas hasta tanto se descubra algo que dé por tierra con su veracidad.
Y nunca debemos olvidar que siempre hay un espacio librado a la interpretación personal de los científicos participantes en la reconstrucción. Como lo hay en todos los modelos teóricos que representan la realidad, pero no son la realidad misma.
El grado de incertidumbre aumenta con la antigüedad de los organismos representados, puesto que son necesariamente más escasos los fósiles que no han sufrido alguna modificación posterior a su sepultamiento, cuando el tiempo transcurrido desde entonces es del orden de millones de años.
La mayor certidumbre en cambio se da en los organismos que se han encontrado conservados en brea, en hielo, en ámbar o momificados.
Por hoy creo que ya tenemos bastante, de modo que los espero el miércoles, con la habitual gacetilla. Un abrazo, Graciela.
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P.S.: La imagen que ilustra el post corresponde a un mural del Dinosaur Hall (National Museum of History, de Los Ángeles) , en el que se representa al gigantesco Mamenchisaurus, y fue realizada por Julius Csotonyi.
Another text from the book «Eating dirt» by Charlotte Gill
I have already introduced this book to you all, and at that moment I also promised to share some excellent paragraphs that can be read on it. This is one of them, and will be translated for Spanishspeaking readers next Friday.
Three and a half billion years ago, the earth was bathed in a briny soup, and the atmosphere was a soft swamp of greenhouse gases. Life was microbial. Then a new bacterium was born. Its guts were speckled with light-absorbing proteins. This cell could perform a chemical magic that none of the other floating squiggles of the prehistoric seas could. It harnessed sun rays. With this energy, it transformed carbon dioxide into sugar and in the process pumped out oxygen. These rudimentary organisms are still around today, in practically every environment where sunlight and water coexist. Cyanobacteria- blue green algae, the beginning of all things.
As you have surely noticed, the description is excellent, and finding it inside a novel is a lucky event. I hope you enjoy it as much as I myself did. See you on Monday. Graciela.
La tortuga Manuelita y la Geología
Hola, chicos, hace mucho que no escribo para ustedes, y se me ocurrió que a lo mejor les interesa saber qué relación existe entre ese maravilloso personaje que es Manuelita, la tortuga, y la Geología. ¿Acerté? ¿Les interesa?
Espero que sí, porque ahora empiezo a contarles.
¿Cómo nació el personaje?
Se trata de la protagonista de un simpático film de dibujos animados del director argentino Manuel García Ferré, que fue un rotundo éxito en 1999. Pero Manuelita ya era muy famosa desde muchos años antes, ya que se dio a conocer a través de la canción que lleva su nombre, y que pertenece a la cantautora, también argentina María Elena Walsh.
Es decir, que primero existió la canción, y después, y a partir de ella, García Ferré y la misma María Elena Walsh, inventaron la película que tantos niños de todo el mundo han disfrutado a través de los años.
¿Quién es María Elena Walsh?
María Elena Walsh es una extraordinaria escritora, tanto de historias, poemas cuentos y canciones pa
ra niños, como de textos para adultos.
Y como vivió 80 años (1 de febrero de 1930 -10 de enero de 2011), muchas generaciones de chicos disfrutamos sus personajes. Yo recuerdo por ejemplo a Doña Disparate, que vivía en un zapato, y cuyas aventuras ella contaba en poemas muuuuuyyyyy divertidos. Claro, es que, como el nombre lo indica, Doña Disparate hacía cosas muy locas y graciosas. Además de ese personaje, María Elena inventó también al Mono Liso, el Brujito de Gulubú, La vaca estudiosa, y mil más, a cuál más divertido.
Y por supuesto, a la Tortuga Manuelita, que «vivía en Pehuajó, pero un día se marchó», como dice la canción que la hizo una estrella.
¿Qué parte de la canción tiene que ver con la Geología?
Esa estrofa (que es precisamente el estribillo) donde dice: «Manuelita, Manuelita, Manuelita ¿dónde vas, con tu traje de malaquita, y tu paso tan audaz?»
¿Y saben por qué eso tiene que ver con la Geología?
Pues porque la malaquita es un mineral, muy hermoso, y por serlo, (por ser mineral digo, no por ser hermoso) es motivo de estudio de los geólogos especialistas en Mineralogía.
¿Qué es la malaquita?
Bueno, ya les adelanté que es un mineral, pero no uno cualquiera. Es un mineral de color verde bastante intenso, que tiene muchas maneras de presentarse, y algunas de ellas se pueden parecer un poco a los caparazones de ciertas variedades de tortugas.
Ahora bien, como éste es un blog de Geología, y hasta los posts dedicados a los niños están pensados para aprender tan maravillosa ciencia, déjenme que les cuente un poquito acerca del mineral malaquita.
La malaquita es un mineral del grupo V, correspondiente a los carbonato porque el carbono es una parte importante de su fórmula química, que de paso se las muestro: Cu2CO3(OH)2.
Aunque parezca casi como si fuera chino, esa fórmula puede leerse «Dihidroxido de carbonato de cobre», y más comúnmente decimos que la malaquita es un carbonato de cobre y listo, ya que contiene hasta 57 % de cobre. En parte por eso, siempre es de color verde, aunque puede incluir tonos más oscuros o más claros.
Es notable que la malaquita fue uno de los primeros minerales que se aprovechó en la historia. Primero se lo empleó como colorante, luego como materia prima para extraer el metal cobre, y hasta hoy se lo usa como piedra ornamental por su gran belleza.
¿Y saben por qué fue uno de los primeros minerales que el hombre usó como recurso? Pues por su intenso color que llamaba la atención y hacía sencillo su reconocimiento. Interesante la piedrita, ¿no les parece?
¿Y por qué María Elena Walsh relacionó la malaquita con una tortuga?
Porque como ya les dije más arriba, algunas de las formas en que la malaquita aparece en la naturaleza, tienen algún parecido con un caparazón de tortuga. Si no me creen, comparen las fotos que he incluido en el post.
Por eso María Elena hizo la metáfora, considerando «el traje» de Manuelita, que no es otra cosa que su caparazón, como si estuviera hecho de malaquita.
Ya saben ustedes que una metáfora es una figura literaria en la cual se cambia la palabra que designa a un objeto, por otra que es el nombre de alguna otra cosa con la que tiene similitud.
Así, por ejemplo, si uno dice «el oro de sus cabellos» no quiere decir que nadie tenga semejante peluca, (que de tan pesada le hundiría la cabeza hasta la cintura, 😀 ), sino que el color de su pelo es dorado, simplemente, y a uno le recuerda el oro.
Bueno, espero que esta aparición de la Geología en una canción infantil les haya gustado, porque sigo buscando otros ejemplos para compartir con ustedes.
Les aclaro que las imágenes que ilustran este post son tomadas de la red, de los sitios que aparecen linkeados en cada caso: la imagen de Manuelita, la foto de una caparazón de tortuga y la malaquita. El ejemplar de la vitrina está expuesto en el Museo de Historia Natural de Los Ángeles, EEUU y la foto pertenece a la visita que hizo el Pulpo al lugar en 2011.
Pueden escuchar la canción de la mano de esta versión subida por el usuario Ratola, a Soundcloud:
Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque ssu contenidos están protegidos con IBSN 04-10-1852-01.
Un abrazo y hasta el miércoles.