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¿Por qué es importante la velocidad de enfriamiento de los magmas? Parte 2.

File:ObsidianOregon.jpgEste post es continuación del que subí hace dos lunes, de modo que deberían ir a leer esa parte primero y recién adentrarse en el texto de hoy. De hecho mi idea era subir un post a continuación del otro, pero como ya ha pasado otras vaces, la Naturaleza impuso otro tema como prioritario, y debí por eso reprogramar mis textos.

En la primera parte de este tema, en el post a que me refiero,he respondido a las siguientes preguntas:

¿Sobre qué procesos relacionados incide la velocidad de enfriamiento?

¿Qué importancia tiene la velocidad de enfriamiento sobre las rocas resultantes?

¿Qué es el patrón textural?

¿Qué se entiende por texturas especiales?

¿Qué se entiende por textura general?

¿Qué es el grado de cristalinidad?

Y a partir de este punto retomamos el post.

¿Cómo se clasifican las rocas según su grado de cristalinidad?

Ya les había comentado la semana pasada que no necesariamente todos los minerales que componen una roca ígnea alcanzan el mismo estado de cristalización, razón por la cual, hay una manera de distinguir las rocas según qué proporción de ellas se han organizado en red, y qué parte no lo ha conseguido.

Siguiendo ese criterio, las rocas pueden ser:

  • Holohialinas, cuando la parte amorfa o vítrea es igual o superior al 90 % del volumen.
  • Hialocristalinas, cuando ninguna de las partes, ni la vítrea ni la organizada alcanzan el 90% del volumen. Si es posible, en esos casos, se estiman los respectivos porcentajes, y se los incluye en la descripción.
  • Holocristalinas. Como ustedes son muy inteligentes, ya se habrán dado cuenta de que estas rocas presentan 90% o más de su volumen en estado cristalino.

¿Qué es el tamaño de grano?

En el caso de las rocas ígneas, es más correcto referirse al tamaño de los cristales que al de los granos, en realidad, pero se acepta el uso de ambas expresiones. Originalmente la expresión procede de las rocas sedimentarias clásticas, es decir que se trata de fragmentos desprendidos de rocas preexistentes, que vuelven a reunirse en una nueva generación petrológica. Por eso se llama granos a las partículas individuales.

Pero en las rocas ígneas de enfriamiento, lo que ocurre en realidad es el crecimiento de un cristal, a medida que los átomos se ordenan y se inmovilizan en lugares preestablecidos del espacio, al solidificarse.

De allí, que en el patrón textural de rocas ígneas sea más correcto hablar de tamaño de cristales que de granos, a excepción de las fragmentarias o piroclásticas, claro.

¿Cómo se clasifican las rocas según el tamaño de grano?

En todo caso hay por lo menos dos nomenclaturas en las que los términos a veces se intercambian y también a veces generan alguna confusión, pero que pueden usarse como sinónimos.

Son rocas faneríticas o macrogranudas, aquéllas en las que los cristales se observan a simple vista, o con una lupa de mano.

Son afaníticas o microgranudas, en cambio, cuando los cristales sólo pueden ser vistos con microscopio.

Existe una tercera categoría, denominada porfírica, en la que coexisten dos tamaños de cristales, unos bien visibles a los que se conoce como fenocristales, y otros microscópicos, a los que se incluye en la denominación de pasta o hasta matriz, por semejanza con las rocas sedimentarias.

Cabe aclarar, que a veces la pasta tiene también cristales observables a simple vista, pero en ese caso, algunos minerales alcanzan un desarrollo claramente mayor, y en tal caso, la textura sigue siendo porfírica.

¿Qué información adicional pueden extraer los geólogos de los rasgos resultantes de la velocidad con que se enfría un magma?

Mucha, y la veremos en sucesivos posts con mucho mayor detalle, pero en general, lo que un geólogo puede deducir es cuál fue su historia aproximada desde el tiempo de su fusión inicial hasta el de su nueva solidificación, respondiendo a preguntas como: ¿permaneció el magma siempre en la cámara o en profundidades próximas? ¿se movilizó mucho, poquito o nada, (no estoy deshojando margaritas, conste) ? ¿llegó a salir al exterior? ¿hubo pulsos diferenciales? ¿cuáles fueron? ¿digirió otras rocas en su camino ascendente? etc. ,etc.

Por supuesto que para dar tantas respuestas también aportarán información las texturas especiales de las que en estos dos posts no hemos hablado todavía más que de pasadita, pero es la zanahoria que les agito adelante para que no dejen de correr hacia el blog de vez en cuando. 😀

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post la he tomado de Wikipedia, y es una obsidiana, típico vidrio volcánico, es decir que en ese caso la velocidad de enfriamiento ha impedido el ordenamiento de los átomos de los minerales que componen la roca, en una red cristalina.

¿Por qué es importante la velocidad de enfriamiento de los magmas? Parte 1.

Es probable que a ustedes les haya llamado la atención el hecho de que hace un tiempo yo me haya tomado el trabajo de analizar los factores que inciden en la velocidad con que los magmas pasan del estado fundido al sólido.

Obviamente, por algo lo hice, y hoy veremos por qué el tema importa.

¿Sobre qué procesos relacionados incide la velocidad de enfriamiento?

Sobre muchos más de los que uno podría pensar en primera instancia, y por esa razón, no todos quedarán completamente agotados en su tratamiento en este post. Por el contrario, deberemos volver muchas veces a mencionarlos, cada vez con más detalle y profundidad.

Pero comencemos hoy, al menos con una enumeración introductoria:

  • Sobre la movilidad del magma, y por ende sobre la distancia desde la cámara en la cual pueden encontrarse rocas derivadas de ese magma original.
  • Sobre la posibilidad de generar erupciones volcánicas y fenómenos postvolcánicos.
  • Sobre las posibilidades de generar o no, sismos de origen volcánico.
  • Sobre la extensión a lo largo de la cual puede eventualmente ocurrir generación de rocas metamórficas de contacto.

Puede generalizarse que todos estos fenómenos requieren la presencia de magmas, razón por la cual, cuanto más lento sea el enfriamiento, más crecen las posibilidades de ocurrencia de los fenómenos concomitantes, y mayor la distancia a la cámara magmática, en la cual pueden tener lugar. O en todo caso, más amplio el sector afectado.

Pero digo que es una generalización, porque en muchas situaciones, el magma permanece por miles de años en estado fundido, y sin embargo casi no se aleja de su sitio de origen, ya que hay numerosos factores en juego, y la velocidad de enfriamento es sólo uno de ellos.

Por eso, recuerden una vez más, que las circunstancias geológicas son casi siempre irrepetibles, y cada caso debe analizarse en su propio contexto, resultando riesgosas todas las extrapolaciones.

Y sí, les guste o no les guste, volvemos a caer en el tema de los sistemas complejos. Por algo se los expliqué casi al comenzar con el blog.

Vuelvo a recordarles que los temas arriba enumerados serán motivo de sucesivos posts más adelante, mientras que hoy el tema central será el de la siguiente pregunta.

¿Qué importancia tiene la velocidad de enfriamiento sobre las rocas resultantes?

Básicamente la velocidad de enfriamiento define algunos rasgos que quedan impresos de manera definitiva en las rocas que se generan en ese magma.

Cualquiera sea el tipo de roca de que hablamos, sean ellas ígneas o no, resulta identificable un patrón textural, que incluye a su vez, tanto propiedades macroscópicas como microscópicas.

De entre ellas, las más importantes son: textura general y texturas especiales, estructura, fábrica, microestructura y fábrica cristalográfica.

Algunas de las mencionadas son observables solamente en el microscopio y requieren bastantes conocimientos previos, (entre ellos el manejo del instrumento mismo) de modo que ahora les presentaré con algo de detalle, únicamente las propiedades macroscópicas relevantes en rocas ígneas.

¿Qué es el patrón textural?

El concepto de patrón textural, debido a que no se aplica únicamente a las rocas ígneas, sino a todas en general, varía ligeramente de unas a otras.

Entonces debe quedar claro que todo lo que se diga hoy de él es aplicable específicamente a las rocas que son producto de solidificación de magmas, es decir, las ígneas.

La expresión patrón textural también se aplica de manera diferencial según se trate de rocas ígneas derivadas del enfriamiento, o de rocas ígneas fragmentarias, pero de eso también vendrán otros posts.

De todas maneras, como todavía estoy en esa frontera entre los fenómenos magmáticos s.s. y los plutónicos, sólo profundizaré más en el patrón textural cuando estemos mejor informados sobre la dinámica del plutonismo.

Hoy va una muestra gratis, nada más.

Volviendo al patrón textural, pues, podemos considerarlo como una herramienta en el diagnóstico de las rocas, que no requiere el conocimiento de su composición química ni mineral. Por esa misma razón es muy expeditiva y útil pero no alcanza por sí misma para determinar o clasificar las rocas. El diagnóstico sólo estará completo cuando la composición sea también conocida.

En el caso de las rocas ígneas no fragmentarias, el análisis no composicional (patrón textural) se refiere a la textura general y a las texturas especiales.

¿Qué se entiende por texturas especiales?

Las texturas especiales son múltiples, muchas veces afectan solamente a algunas de las fases de la roca analizada, y requieren tanto macroscopía como observación microscópica, razones suficientes para no meternos en ese terreno, por hoy al menos.

Pero sepamos que incluyen, entre otros, los siguientes tipos: textura gráfica, poiquilítica, perlítica, dendrítica, etc., y serán comentadas en algún momento al avanzar en nuestro conocimiento de las rocas.

Por hoy concentrémonos en otros dos rasgos que componen la textura general y que la mayoría de las veces, junto con la composición mineral son suficientes para determinar la roca.

¿Qué se entiende por textura general?

La textura general se define por la combinación de dos propiedades resultantes de la velocidad de enfriamiento del magma: el grado de cristalinidad y el tamaño del grano.

¿Qué es el grado de cristalinidad?

Para entender claramente estos conceptos, resulta muy recomendable que repasen primero aquel post en el que les hablé del estado cristalino de los minerales en general.

Para que los minerales alcancen un estado de cristalización, los átomos requieren un tiempo suficiente para poder migrar hasta ordenarse en una red preestablecida, lo cual es típico de magmas que se han enfriado lentamente, dentro de la misma cámara o a distancia de ella, pero todavía en profundidad.

Ese ordenamiento, en cambio, es imposible en solidificaciones extremadamente rápidas como las que ocurren cuando el magma, convertido en lava sale al exterior y en poco tiempo (segundos a veces) se enfría en contacto con el agua o el aire mismo.

Muy comúnmente los minerales en estado cristalino coexisten con otros en estado amorfo en la misma roca, porque no todos tienen el mismo punto de fusión, lo cual implica que al enfriarse hasta una temperatura dada, algunos podrán mantenerse fundidos y otros no.

Esto nos lleva a las siguientes preguntas, que debido a la longitud de este post, serán respondidas en la segunda parte, el próximo lunes.

¿Cómo se clasifican las rocas según su grado de cristalinidad?

¿Qué es el tamaño de grano?

¿Cómo se clasifican las rocas según el tamaño de grano?

¿Qué información adicional pueden extraer los geólogos de los rasgos resultantes de la velocidad con que se enfría un magma?

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post la he tomado de Últimas Noticias New.

Propiedades de los minerales, que dependen de la luz. El color. Parte 1

cuadro minerlaes luzEste post es la continuación de una de las líneas de conocimiento geológico que tengo en progreso en el blog. Les recomiendo ver todos los posts anteriores para seguir la ilación de este tema.

El cuadro que ilustra el post es un recorte del que les presenté hace ya bastante, al iniciar el análisis de las propiedades macroscópicas de los minerales. Y ése es precisamente, el post por donde deberían comenzar su repaso.

Como podrán ver, son bastantes las cualidades que resultan de la incidencia de la luz sobre un mineral, y por eso mismo, las iremos separando en distintos posts, porque quiero que las conozcan con alguna profundidad.

Hoy comenzaremos con la más simple, aunque no la más determinativa, es decir el color.

¿Por qué el color no es determinativo?

Por razones que veremos un poquito má¡s abajo, no siempre el color es constante en los minerales, sino que muchas veces cambia de un ejemplar a otro aun dentro de la misma especie. Por ese motivo, el color es una propiedad que puede ser orientativa, pero casi nunca alcanza por sí misma para definir de qué mineral se trata.

¿Qué es el color?

Son múltiples las acepciones que puede tener la palabra color, según se la utilice para definir la calidad de una voz, o el carácter de una nota periodística, por mencionar sólo algunos de sus significados.

Pero en nuestro caso, son solamente dos los fenómenos que nos interesan para referirnos a los minerales y su color.

Esos dos fenómenos son: el puramente físico, que alude al comportamiento del material respecto a una luz incidente sobre él; y el fisiológico, que no es otra cosa que la manera en que el ojo humano percibe ese comportamiento.

Por eso es que en esta situación hay tres elementos involucrados: el objeto iluminado, en este caso un mineral; la luz que incide sobre él, (salvo para casos particulares, usaremos la luz blanca y de preferencia, natural) y el sujeto que observa y percibe un determinado estímulo en su órgano visual.

¿Cómo se explica el fenómeno físico?

Cuando la energía se transmite en forma de ondas, provoca distintas fenómenos según sea la longitud de onda (lambda) involucrada. En el esquema que se presenta en la figura 1, lambda se expresa en Amstrongs, es decir la diezmillonésima parte del mm.

Figura 1, tomada de un apunte de física de la UNC.

Figura 1, tomada de un apunte de física de la UNC.

Allí puede observarse, que dentro del espectro electromagnético, sólo una muy pequeña porción -aquélla comprendida entre 3.900 y 7.500°, que se ve en el recorte a la derecha del dibujo- corresponde a la luz visible para el ojo humano.

Por encima de estos valores aparecen la radiación infrarroja, y las ondas cortas y largas de radio. Las radiaciones de menor longitud de onda, en cambio, comprenden la luz ultravioleta y los Rayos X y Gamma.

Dentro del campo de la luz visible, a su vez, a cada longitud de onda, corresponde una sensación óptica diferente, que se denomina color, y que va cambiando sutilmente de un rango a otro hasta abarcar los siete colores clásicos del espectro que son: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, índigo y violeta.

De estos, tres son los colores primarios: rojo, azul y amarillo, resultando los demás de sus combinaciones, o de las gradaciones entre ellos. Conviene resaltar que según alguna bibliografía, los colores primarios serían el rojo, el verde y el amarillo, pero esto responde en realidad a los principios de la fotografía y sus derivados.

Volviendo ahora a nuestros minerales, debemos agregar que cuando la luz blanca hace contacto con un objeto, parte de la energía se refracta, parte se absorbe, y parte es reflejada. Precisamente de la cantidad y calidad de la luz reflejada, depende el color que se aprecia en un objeto, en este caso, el mineral analizado.

El gráfico de la figura 2 corresponde a las curvas de reflectancia para objetos que se visualizan como rojos o amarillos.

figura 2

Figura 2, tomada del mismo apunte de Física

Puede observarse que en cada caso, los porcentajes de luz reflejada son máximos para las longitudes de onda correspondientes a los colores involucrados. Los cuerpos y materiales que presentan esa capacidad para seleccionar qué parte del espectro reflejan de manera dominante, son denominados «cromáticos».

Pero existen otros cuerpos que no son tan selectivos, sino que actúan de la misma manera ante todas las longitudes de onda del espectro luminoso. Esos materiales se conocen como «acromáticos», y algunos minerales también los son.

Así, pues, los objetos blancos reflejan casi el 100% de toda la luz receptada, a lo largo de todo el espectro visible.

Los negros, en cambio, absorben casi toda la luz y los grises, aproximadamente reflejan y absorben en igual proporción.

En resumen, en estos casos, el monto de luz reflejada en los tres casos, es igual para todas las longitudes de onda, razón por la cual los colores visibles resultantes (negro, blanco y gris) son considerados «neutros».

¿De qué factores depende el color visible en los minerales?

El principal factor determinante del color de un mineral es su composición química, no obstante hay también otras circunstancias que pueden modificar ese color básico, a saber:

  • La captura en la red atómica, de algún o algunos elementos conocidos como cromóforos porque confieren color a los cuerpos en los que se incorporan. Ejemplos son el cromo, que colorea normalmente de verde, o el hierro que es el responsable de la coloración violeta de los cuarzos que por esa razón se constituyen en amatistas.
  • La presencia de inclusiones muy finamente divididas que quedan incorporadas en la red.
  • Las deformaciones estructurales de la red, que definen ángulos de incidencia de la luz entrante distintos de los habituales, y por ende, la reflexión de la luz (que define el color visible) ocurre también según ángulos con algún corrimiento a lo largo del espectro.
  • La presencia de pátinas superficiales que enmascaran el color real del mineral.

¿Cómo se clasifican los minerales según el color?

Según hemos visto más arriba, los minerales pueden tener colores únicos o múltiples para cada especie. Eso define su clasificación en idiocromáticos y alocromáticos.

¿Qué es un mineral idiocromático?

Es aquél que siempre ostenta el mismo color, en todos los posibles ejemplares. Por tal razón, en este caso, el color no es solamente importante sino determinativo.

Ejemplos clave son la azurita, que precisamente toma su nombre del color que siempre presenta, o la amatista que sólo es tal cuando tiene colores violetas. Muchos minerales metálicos son idiocromáticos, pero la gran mayoría de los restantes no lo son.

¿Qué es un mineral alocromático?

Todo el resto de los minerales, que presentan variedades de colores, y en los cuales, por ende, definir el color es de escasa ayuda para la determinación de la especie, se conocen como alocromáticos.

En esos minerales, se recurre a otra propiedad que definiremos en otro post, y que se conoce como raya.

¿Qué términos son aceptables para describir el color de los minerales?

Todos aquéllos que no impliquen en sí mismos una comparación. Es decir que se deben evitar las adjetivaciones.

Se aceptan términos como rojo, verde, amarillo, pero no nombres fantasiosos como rojo mambo o verde esperanza, azul cielo, o amarillo patito.

¿Hay alguna forma más objetiva de definir el color?

Sí que la hay, pero debo reconocer que no es de uso corriente para los minerales, aunque es imprescindible en las descripciones de sedimentos y sobre todo suelos.

De todos modos, para describir nuevos hallazgos, puede recurrirse a este método, que se toma prestado de las artes plásticas, y que se conoce como Tabla de Munsell.

La segunda parte de este post será dedicada específicamente a explicar las características y el uso de la tabla Munsell de color.

Bibliografía:

Argüello, Graciela L. 1997. Cuadernillo didáctico sobre el tema COLOR DEL SUELO, para uso de los alumnos de Pedología de la U.N.C. 11 páginas.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

¿De dónde salen los extraños nombres de las eras geológicas? Parte 2

dinosaurios-50Este post es continuación del del último lunes de octubre, y estaba pensado para el dia 4, pero se vio demorado porque intercaló otro de ingente actualidad, la tormenta Berta.

Es decir que si no han visto la primera parte todavía, eso es lo primero que deberían hacer, para acomodarse en la línea de largada de éste.

En la primera parte he respondido las siguientes preguntas:

¿A qué se refieren los nombres de los eones ?

¿A qué se refieren los nombres de las eras?

A partir de aquí comienzan los nuevos contenidos, pues.

¿De dónde salen los nombres de los períodos?

A medida que nos adentramos en el cuadro, el origen de las denominaciones comienza a hacerse más ecléctico, ya que algunas veces hace referencia a lugares donde se encuentran las mejores exposiciones de los materiales de ese tiempo, o a las etnias y tribus antiguas que ocuparon esos lugares; mientras que otras veces se usan nombres que evocan los rasgos característicos de los materiales implicados.

¿Cuál es el origen de la denominación de los periodos de la era Paleozoica?

Dentro de la era Paleozoica, hay seis periodos, a saber:

Cámbrico, que se describió originalmente en Gales, cuyo nombre durante el Imperio Romano era Cambria.

Ordovícico, aquí se da el caso de utilización del nombre de una de las tribus celtas que ocuparon alguna vez Gales, y que era en este caso, la de los ordovicios.

Silúrico: se acuñó en recuerdo a otra de las tribus celtas, la de los siluros. Este nombre, sin embargo fue y vino varias veces a lo largo del tiempo, ya que durante la primera mitad del siglo pasado, el periodo se denominaba también Gotlándico, señalando las muy buenas exposiciones de formaciones de esa edad en la isla de Gotland (Tierra de Dios) , perteneciente a Suecia. Durante mucho tiempo, ambos nombres coexistieron, y según la nacionalidad de los autores de los diversos trabajos de investigación, resultaba privilegiado uno u otro nombre. Finalmente el término Gotlándico cayó en desuso, y hoy no figura en el cuadro ICS de la Comisión Internacional de Estratigrafía, vigente en su forma del año 2009.

Devónico: se refiere al condado de Devonshire en Inglaterra.

Carbonífero, que en alguna bibliografía todavía aparece como Carbónico: Éste es un ejemplo, donde la palabra elegida alude a una característica distintiva del período: la profusión de yacimientos de carbón, resultantes de la gran riqueza florística de ese momento geológico. Aquí me voy a permitir una digresión: muchos autores insisten en el uso de la palabra Carbónico, porque resulta más nemotécnica, por imitar la terminación de todos los demás nombres de los periodos del Paleozoico; no obstante, el nombre más correcto es Carbonífero, ya que la terminación latina ferre significa portar, cargar o llevar, que es precisamente la característica de los materiales de ese periodo. Ellos no están «hechos de» carbón, sino que a veces lo contienen.

Pérmico: en alusión a la provincia rusa de Perm.

¿De dónde salen los nombres de los periodos del Mesozoico?

Desde el más viejo al más nuevo, los períodos mesozoicos son tres:

Triásico: esta palabra procede del alemán Trias, derivado a su vez de idénticos términos en latín y griego, todos los cuales significan formado por tres partes. Ese nombre fue acuñado por un geólogo alemán, Friedrich August von Alberti, (1795-1878) quien en 1834 lo aplicó a un conjunto de tres grandes series sedimentarias, correspondientes al periodo en cuestión.

Jurásico: esto ya se los conté antes en otro post, bastante detalladamente, de modo que ahora me limitaré a repetirles que esta palabra deriva de los Montes Jura, en Europa.

Cretácico: también en otro post les dije que hay quienes lo llaman Cretáceo, y les expliqué por qué. Pero hoy digamos que cualquiera de ambos términos hace alusión a los depósitos de creta que son propios de ese tiempo.

¿Y los nombres de los periodos de la era Cenozoica?

Esto sí que da tela para cortar, porque se ha venido modificando una y otra vez en la última década.

Alguna vez fueron considerados sólo dos períodos cenozoicos: el Terciario y el Cuaternario. Pero ahora, la última versión de la ICS de 2009, menciona tres: Paleógeno, Neógeno y Cuaternario.

Como luego vienen otras preguntas relativas a los otros nombres, aquí me limito a decirles que Paleógeno significa «de generación antigua», mientras que Neógeno indica «de nueva generación», y con esos términos se alude a las edades relativas de ambos periodos.

¿Qué pasa hoy con el nombre Terciario ?

El nombre Terciario ha desaparecido de la Carta internacional, en la década del 2000, porque era en realidad una herencia de aquella vieja nomenclatura que les comenté el lunes pasado, y actualmente ha perdido todo su sentido por falta de contexto.

Sin embargo, muchos geólogos se toman su tiempo para adecuarse al cambio y todavía hoy se lee Terciario en publicaciones recientes. Asumo que llevará un tiempo todavía hasta que la palabra desaparezca del todo del vocabulario habitual geológico.

¿Qué puede decirse sobre el Cuaternario específicamente?

¡Ay, el Cuaternario! ¡¡¡¡Justo mi área de especialización, y viene a ser tan problemático!!!!

Ahora les explico por qué:

Veamos, para empezar, está el tema de su límite cronológico inferior que va y viene de un punto a otro, a medida que hay nueva información. Pero ese tema, ya lo he tratado en un post hace bastante tiempo, y hasta le dediqué un chiste en mis posts de humor, de modo que no lo repetiré aquí.

Después está la discusión respecto a la denominación más adecuada, que duró un par de décadas, hasta que se entronizó de manera definitiva, la que a mí entender fue- en su momento- la menos afortunada, es decir Cuaternario.

En efecto, Cuaternario significa exactamente «constituido por cuatro» así como binario significa » en dos partes». Pero… el cuaternario no está constituido por cuatro partes, sino solamente por dos (las épocas: Pleistoceno y Holoceno). Por ese motivo, y mientras existía el término Terciario (como tercero) la palabra adecuada parecía ser Cuartario, porque era la cuarta instancia o parte.

Esa discusión duró años, abarcando las décadas del 70 y 80, hasta que ganó Cuaternario, sin mucha lógica, pero casi premonitoriamente, porque hoy, al desaparecer el término Terciario, tampoco Cuartario tendría ningún sentido.

Y por si todo ello fuera poco, el Cuaternario murió y resucitó en el cuadro internacional.

En efecto, en la versión 2004, las dos épocas que constituyen el Cuaternario se incorporaron dentro del Neógeno, y el nombre Cuaternario recibió un certificado de defunción. No obstante, en la versión 2009, el nombre reaparece, y los periodos Cenozoicos pasan a ser los tres que ya expliqué más arriba.

¿Cómo se forman los nombres de las épocas?

Conviene señalar que ya más adentro del cuadro, no voy a explicar cada nombre, porque son cientos, pero es bueno indicarles que las épocas (en las que los periodos se dividen) pueden tener nombres propios como los ejemplos que les di para el Cuaternario, o simplemente ordenarse como Inferior, Medio y Superior, (o a veces sólo Superior e Inferior) entremezclándose ambos criterios en algunos periodos.

¿Y las edades, a qué deben su nombre?

Aquí los criterios son muy variables, y comprenden todas las posibilidades anteriormente mencionadas: alusiones a localidades, a rasgos, o a posiciones relativas como superior o inferior.

Pero bueno, ya creo haberlos confundido lo bastante, como para darme por satisfecha por hoy 😀

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post la he tomado de Imágenes Google.

¿De dónde salen los extraños nombres de las eras geológicas? Parte 1

imagen1Si ustedes revisan un poco el cuadro cronológico que es una base fundamental de análisis para los geólogos, notarán sin dudas, que casi todos los nombres son bastante complicados, pero todos responden a una serie de normas y códigos ya establecidos, que es interesante conocer.

Para que puedan sacar todo el jugo a este post, les conviene ir primero a leer algunas aclaraciones generales respecto al tiempo y al cuadro mismo en sus correspondientes entradas.

Además, les hago notar que el cuadro que está ilustrando este post no es completo sino el más apretado resumen que puede hacerse, y será por otra parte cuestionado aquí mismo, como ya lo fue en los posts que he linkeado más arriba, y en  uno de los cuales está el cuadro completo y más oficial de los existentes hoy.

¿A qué se refieren los nombres de los eones ?

Primero, noten que los eones no aparecen en este cuadro, y corresponden a la más externa y grande de las divisiones del tiempo geológico. Tanto es así, que todo el tiempo se incluye en sólo tres Eones formales: el Arqueano, el Proterozoico (antes incluidos en uno solo, conocido como Criptozoico) y el Fanerozoico, que comenzó hace aproximadamente 542 millones de años y se extiende hasta el presente.

Cada eón se divide luego en eras, y tanto unos como otras, reciben su nombre principalmente (pero no exclusivamente) por las características de las formas de vida que medraron en ellas. Por supuesto esos nombres derivan de las lenguas clásicas, el griego en este caso.

Ése era el caso originalmente al menos, pero en la última versión del cuadro, se introduce otro término, con otra raíz. Paso a explicarlo.

Cuando los nombres eran Criptozoico y Fanerozoico, los correspondientes significados eran vida oculta (de criptós= oculto y zoico, relativo a la vida) y vida visible (phaneros= visible), respectivamente, significando que en el primero de los casos, la vida había dejado tan tenues huellas que no podía describírsela con seguridad.

No obstante, a medida que se fueron identificando fósiles y/o registros asimilables a ellos- como los yacimientos de hierro de origen casi seguramente orgánico- la manifestación de organismos vivientes comenzó a ser cada vez menos oculta, y el nombre fue perdiendo rigurosidad, razón por la cual fue al fin reemplazado por esos otros dos términos en los cuales, Proterozoico significa vida primitiva y Arqueano es una derivación de archaikos que hace alusión a los «primeros tiempos», es decir algo muy antiguo.

Antes de pasar a las divisiones siguientes, las eras, debo aclararles que hay una denominación más, pero todavía de carácter informal para un eón todavía más viejo (entre 4.500 y 4.ooo millones de años atrás) al que se conoce como Hadeano.

Para evitar tal profusión de nombres, se acepta también que a todo tiempo anterior al Fanerozoico se lo llame Precámbrico, o tiempos Precámbricos, con lo que se señala que es todo el largo momento anterior a la primera de las eras del Fanerozoico.

¿A qué se refieren los nombres de las eras?

Ya les adelanté más arriba, que las eras también reciben sus nombres a partir del griego antiguo, y que los más recientes aluden a cambios notables en los seres vivos cuyos restos se conservaron como fósiles.

Las denominaciones resultantes para las eras del Fanerozoico son pues: Paleozoico (vida antigua) Mesozoico o era Mesozoica (vida intermedia) y Cenozoico (vida reciente o actual).

Aquellos lectores que han tenido oportunidad de bucear en los libros de texto de sus abuelos, se sorprenderán encontrando que por ese entonces, a las eras las llamaban según un simple orden de aparición, y así al Paleozoico se lo denominaba Era Primaria; al Mesozoico, Era Secundaria, y aparecían luego otros nombres que hoy designan no eras, sino divisiones dentro de ellas (es decir periodos), como el Terciario y Cuaternario, que nos darán bastante que hablar en la parte dos de este post.

Para los otros dos eones más antiguos, los nombres de las eras aluden a sus partes, es decir hay nombres como Paleoproterozoico, Mesoproterozoico y Neoproterozoico, y sus equivalentes para el arqueano (Paleo, Meso y Neo arqueano). En el último caso se suma también el término Eoarqueano, que quiere decir «el inicio de», ya que recordarán que Eo es el alba.

Si mi percepción no me engaña, a esta altura del campeonato, ya deben estar con ganas de tirarme con algo, o de tomarse un merecido descanso, de manera que las respuestas a las siguientes preguntas vendrán en el post del próximo lunes. Los espero, no me fallen que queda feo dejarlo a uno con la palabra en la boca.

En la continuación del post, (que por haber intercalado un tema de actualidad pasa al lunes 11 de Noviembre) responderé las siguientes preguntas:

¿De dónde salen los nombres de los períodos?

¿Qué pasa hoy con el nombre Terciario ?

¿Qué puede decirse sobre el Cuaternario específicamente?

¿Cómo se forman los nombres de las épocas?

¿Y las edades, a qué deben su nombre?

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post la he tomado de Imágenes Google.

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