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Energías alternativas. Parte 1

Desde hace ya más de un siglo, el continuo crecimiento demográfico, dio lugar a lógicas exigencias sobre el recurso energético, cuya intensiva explotación, producción y uso, generaron efectos colaterales no deseados, como la contaminación y la creciente amenaza de agotamiento de las fuentes convencionales, es decir, los combustibles fósiles.

Es por eso que en las últimas décadas se ha producido un interés siempre creciente sobre lo que conocemos como energías alternativas, cuestión de la que hablaremos hoy. Por lo extenso del tema, este post estará dividido en dos partes, (o tres, si me extiendo demasiado en alguna) para que no se aburran y se vayan antes de terminar de interiorizarse sobre un típico tan importante. La segunda parte, como ya es habitual, subiré el próximo lunes.

Mencionemos que las formas de consumo energético son múltiples, pero en general lo que se produce es energía térmica o eléctrica, procedente esta última ya sea de la primera, o de formas de energía cinética, como es en el caso del viento. De esas formas de energía estaremos hablando aquí.

Si bien todas las formas de energía alternativa tienen también algunas dificultades u objeciones, como el alto costo de su instalación inicial, las limitaciones geográficas para su emplazamiento, y todas las que iremos mencionando; es precisamente la última que comentaremos, vale decir, la energía nuclear, la que más reparos genera, y la que menos aceptación social alcanza. Por esa razón agrego un apartado específico en la pregunta correspondiente.

¿Qué se entiende por energías alternativas?

Como pasa casi siempre que un tema alcanza centralidad en los debates, las opiniones divergen, y aparecen diversos puntos de vista.

Así pues, en su sentido más literal y seguramente también el más amplio, se habla de «energías alternativas» cuando se producen por medios diferentes a los combustibles fósiles. Es por eso que aquí no se incluyen los yacimientos no convencionales, pues no son energías alternativas, sino modos alternativos de evaluación y explotación de los mismos combustibles fósiles.

En una visión má¡s restringida, se considera que la expresión «energía alternativa» debe ser usada como sinónimo de energía limpia, energía verde, energía renovable o energía sostenible. En este caso, todavía quedan puntos a discutir, ya que la leña, por mencionar un caso, si bien no procede de combustibles fósiles, puede no ser sostenible en el largo plazo por la deforestación que implica. En tal caso, ¿es o no energía alternativa? Depende de la definición adoptada previamente.

Otro tanto pasa con la energía nuclear, que explota minerales no clasificables como combustibles fósiles, pero que tampoco puede considerarse energía verde, y cuya sostenibilidad puede discutirse. Nuevamente, la segunda opción para definir las energías alternativas cae en un cono de sombras.

Por todo lo dicho, yo prefiero la primera de las definiciones, que a mi modesto entender es más objetiva y se aleja más de ser materia opinable. Y en este post usaré ese criterio.

¿Qué tipos de energía alternativa existen?

En el momento actual- y aclaro esto porque muchos otros recursos están en vías de investigación y pueden incorporarse en cualquier momento al listado- son las fuentes energéticas alternativas ya en uso masivo, las siguientes:

  • Energía de biomasa
  • Energía de biogás.
  • Energía solar
  • Energía geotérmica
  • Energía hidráulica o hidromotriz
  • Energía eólica
  • Energía mareomotriz
  • Energía nuclear

¿En qué consiste la energía de biomasa?

También hay aquí dos criterios: en el más amplio, por tratarse de materia vegetal, estaría incluida la leña, aun para consumo doméstico, con las objeciones que señalé más arriba.

En su sentido más estricto, sólo se denomina energía de biomasa a la que se genera de manera económica en términos de recurso y ecológicamente; y se emplea para producir energía eléctrica en una central inicialmente térmica.

Esta energía se obtiene por la combustión de residuos orgánicos de origen animal y vegetal. Es decir que su materia prima es siempre material ya desechado, y la leña obtenida de ejemplares vivos resulta excluida. Se usa pues todo el producto biodegradable, como aserrín, huesos, cortezas, etc, subproductos de otras industrias, que se prensan semejando «ladrillos» combustibles que reemplazan al carbón, en establecimientos que producen calor a gran escala.

¿En qué consiste el biogás?

El biogás es un paso más avanzado en el aprovechamiento de la biomasa, ya que implica un paso intermedio en el cual se biodegrada la materia orgánica de los desechos disponibles.

Esto se hace «poniendo a trabajar» los microorganismos que digieren la materia orgánica, en dispositivos específicos sin oxígeno. Esto da lugar a la formación de un gas combustible que se utiliza a su vez para producir energía eléctrica.

Hasta aquí lo que les presento por hoy. El próximo lunes responderé las restantes preguntas, y lo haré con mucho más detalle, debido a que las formas de producir energía involucradas en ellas, se relacionan más directamente con la Geología. Las preguntas en cuestión son:

¿En qué consiste la energía solar?

¿En qué consiste la energía geotérmica?

¿En qué consiste la energía hidráulica?

¿En qué consiste la energía eólica?

¿En qué consiste la energía mareomotriz?

¿En qué consiste la energía nuclear y cuáles son las objeciones que se le hacen?

Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.

Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio.

¿Qué se entiende por patrimonio geológico?

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Este post introduce un tema sobre el que volveremos a hablar muchas veces, creo yo.

¿Qué se entiende por patrimonio geológico?

Comencemos, como me gusta a mí, por buscar el origen del término que nos ocupa. La palabra patrimonio deriva de los vocablos latinos patri : padre, y onium: recibido. Por ende, podría entenderse el patrimonio como «lo recibido de los padres».

En otras palabras, alude de alguna manera a la herencia de una comunidad, que hoy entendemos como depositaria provisoria de una riqueza que tiene la obligación de conservar, para poder transmitir luego a las generaciones futuras.

Para que un paisaje natural o alguno o algunos de sus componentes se consideren patrimonio geológico, deben ser resultantes de procesos geológicos de particular interés, y/o presentar alguna singularidad por su valor estético, científico o didáctico.

Una definición tan amplia no puede menos que abarcar componentes que interesan a tan variadas disciplinas dentro de la Ciencia Geológica como la Geomorfología, Estratigrafía, Tectónica, Petrología, Mineralogía, Paleontología, Hidrogeología, Geología Ambiental, Minería, etc.

Por otra parte, si bien tiende a pensarse en el patrimonio geológico como algo siempre relacionado con una vista o paisaje, hay también una parte del patrimonio que es mueble, vale decir que puede trasladarse, y se conserva en museos o colecciones, como es el caso de determinados fósiles, minerales, rocas o meteoritos, por mencionar algunos.

Cabe consignar también que el patrimonio geológico puede pasar desapercibido para el ojo de la persona no entrenada para reconocerlo, cuando su valor es científico, a menos que a él vayan unidas belleza y/o espectacularidad.

También debe señalarse la intrínseca heterogeneidad del patrimonio geológico, que puede incluir tanto elementos microscópicos, como las mayores estructuras del planeta; activos como inactivos; relativamente permanentes o comparativamente efímeros.

¿Qué clase de elementos naturales pueden constituirse en patrimonio geológico?

Enumeremos los posibles candidatos, y luego, en la siguiente pregunta, veremos los requisitos que estos elementos deberán satisfacer para su ingreso definitivo al listado de la riqueza que la geología nos entrega y que debemos preservar.

Pueden llegar a considerarse patrimonio geológico, los elementos como:

  • yacimientos mineralógicos, minerales y colecciones de minerales,
  • estructuras tectónicas, como fracturas, domos, pliegues, corrimientos, etc.,
  • yacimientos paleontológicos, fósiles y colecciones de fósiles,
  • afloramientos de diferentes tipos de rocas,
  • sitios de impacto meteorítico y meteoritos,
  • localidades-tipo,
  • secciones estratigráficas, estratotipos y estructuras sedimentarias,
  • suelos y perfiles edáficos,
  • depósitos de inundaciones, rastros de tsunamis o de actividad geotérmica o volcánica, deslizamientos, etc.,
  • elementos geomorfológicos, que generan formas de relieve características.

Y un largo etcétera.

Pero debe tenerse en cuenta que NO se pueden clasificar como patrimonio geológico, aquellos elementos del paisaje que- por muy llamativos que sean- hayan implicado intervención humana en su generación. Ejemplos de estos casos serían las instalaciones mineras, ruinas antiguas, megalitos o manifestaciones de arte rupestre. En cambio, muchos de estos elementos pueden llegar a ser patrimonio arqueológico.

No obstante, hay que hacer una salvedad, puesto que sí son considerados parte del patrimonio geológico aquellos elementos cuya génesis es natural, pero sólo han quedado expuestos o son visibles con posterioridad a la intervención humana, como sucede cuando una excavación vial, pone al descubierto un yacimiento fosilífero, por ejemplo.

¿Qué requisitos son exigibles para que un elemento natural se considere patrimonio geológico?

En general puede decirse que el particular interés que caracteriza al patrimonio geológico procede de una de las siguientes circunstancias, o de la reunión de dos o más de ellas:

  • el hecho de tratarse de un «first site», es decir un lugar en que se definió o reconoció por primera vez un aspecto, estructura, registro o fenómeno geológico. Esos primeros sitios son valiosos por el impulso que generaron en el avance de la ciencia, aunque después las definiciones y/o explicaciones originales se vayan modificando al reconocerse nuevos ejemplos que hasta pueden llegar a ser mejores que el inicial. A veces, minerales, formaciones, fósiles, rocas, etc., toman el nombre del sitio de su primer reconocimiento.
  • ser lugares relacionados con procesos geológicos activos de ocurrencia reciente, lo cual permite comprender mejor la dinámica geológica.
  • tratarse de lugares representativos de la geodinámica propia de una región dada.
  • ser lugares modélicos o best sites, donde mejor puede verse un determinado aspecto, proceso o elemento geológico. No tienen que ser ni característicos de la región, ni constituirse en el primer lugar donde se describió el típico en cuestión, pero sí debe verse claramente el objeto de interés.
  • ser sitios patrón (pattern sites), donde se puede reconocer el diseño general de un periodo de tiempo geológico específico. Allí se encuentra el registro sedimentario más completo y continuo para ese intervalo, y con ellos se comparan los registros de otras regiones.
  • ser lugares que muestren procesos únicos (unique sites): por ejemplo, donde se conservan restos de organismos transicionales que no volverán a repetirsea lo largo de la evolución.

¿Qué implicancias tiene la declaración de patrimonio geológico?

Por la definición misma, la primera noción implícita es la del compromiso de legar el patrimonio geológico a las generaciones venideras. Esta noción se reconoce ya desde mediado el siglo pasado, aunque el gran impulso se produjo recién en el año 1991, con la realización del Primer Congreso Internacional de Conservación del Patrimonio Geológico, en Digne, Francia.

Asistieron a esa reunión más de 100 especialistas de 30 países, los que firmaron la Declaración Internacional Sobre los Derechos de la Memoria de la Tierra, en la cual se solicita a todos los gobiernos a poner en práctica medidas legales, financieras y organizativas tendientes a la preservación de esa memoria registrada en el patrimonio geológico.

Para alcanzar ese objetivo, hay esencialmente cuatro conjuntos de acciones:

  • realización de inventarios para conocer el patrimonio geológico de cada país, estado o región,
  • desarrollo de legislación que proteja ese patrimonio inventariado,
  • geoconservación, a través de la aplicación de las leyes mencionadas arriba, y
  • divulgación, ya que se entiende que toda la humanidad debe acceder al disfrute de ese patrimonio.

Todas esas acciones deben encararse en conjunto, y recordando que debido a que el patrimonio geológico constituye la memoria que la propia naturaleza acuña de eventos que pudieron tener lugar a veces cientos o miles de millones de años atrás, es un recurso no renovable, y lo que pueda perderse es por lo tanto irrecuperable.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es la divisoria de aguas en el circuito de parques nacionales de la Meseta de Colorado en USA.

La Bibliografía básica que he consultado para este post es: la Guía práctica para entender el patrimonio geológico de Luis Carcavilla Urquí, publicada por el Instituto Geológico y Minero de España. C/Ríos Rosas 23, 28003, Madrid. E-mail:

MANEJO INTEGRAL DE CUENCAS HIDROGRÁFICAS

MANEJO INTEGRAL DE CUENCAS HIDROGRÁFICAS

Carrera de Maestría, Posgrado. Inscripción abierta todo el año Fac. de Ciencias Agrarias y Forestales UNLP (0221) 423 6616 (int 36).

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DIPLOMATURA DE ECOLOGÍA DE LA CONTAMINACIÓN ACUÁTICA

DIPLOMATURA DE ECOLOG͍A DE LA CONTAMINACIÓN ACUÁTICA Y ANÁLISIS AMBIENTAL.

A cargo de Irene R. Wais de Badgen. Abierta la inscripción. Las diplomaturas duran un cuatrimestre pero tienen el sistema de educación continua. Son 16 clases (1 por semana) a partir del momento en que se anotan, en cualquier época del año.
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Otro párrafo de Eating dirt.

thAquí estoy otra vez, compartiendo un párrafo del libro «Eating dirt» de Charlotte Gill, que nunca dejaré de recomendar.

Después de una tala, todos los estratos del bosque se ven eliminados: el follaje, los árboles de menor porte, los arbustos leñosos, y las hierbas y helechos de tallos débiles. El cielo se desploma hacia la tierra. Esto es una cantidad increíble de material por cada pie cuadrado de suelo forestal, muchas veces más que la de la cubierta de hojas. La red de ramas que alguna vez capturaron la niebla y la lluvia, es derribada en un conjunto de frágiles desperdicios. El suelo, alguna vez inmerso en la penumbra de los pisos más bajos, se encuentra desprotegido, condenado por la repentina y penetrante luz del sol. Toda la fauna crepuscular que hace su micoaguricultura, se encuentra expuesta al sol calcinante y a las heladas invasivas, allí donde alguna vez estuvo protegida por el follaje.

Toda una lección, ¿no?

Un abrazo y hasta el próximo lunes, con un post científico. Graciela.

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