Archivo de la categoría ‘Geología y literatura’
Piedras antárticas – Pablo Neruda
Una descripción magistral de un gran poeta, para disfrutar en el fin de semana.
Piedras Antárticas
Pablo Neruda
Allí termina todo
y no termina:
allí comienza todo:
se despiden los ríos en el hielo,
el aire se ha casado con la nieve,
no hay calles ni caballos
y el único edificio
lo construyó la piedra.
Nadie habita el castillo
ni las almas perdidas
que frío y viento frío
amedrentaron:
es sola allí la soledad del mundo,
y por eso la piedra
se hizo música,
elevó sus delgadas estaturas,
se levantó para gritar o cantar,
pero se quedó muda.
Sólo el viento,
el látigo
del Polo Sur que silba,
sólo el vacío blanco
y un sonido de pájaro de lluvia
sobre el castillo de la soledad.
La imagen es tomada de alguna cadena de mails, ignoro la procedencia
El verano del lobo rojo, de Morris West – Islandia y sus fenómenos volcánicos en la literatura
Hoy, como todos los viernes, un post de esparcimiento.
En este caso se trata de una excelente descripción de Islandia y sus fenómenos geológicos, según los relata Morris West (¡nada menos!) en su novela El verano del lobo rojo.
Este párrafo fue extractado del Capítulo 10.
…-¿Alguna vez estuviste en Islandia, seannachie?
-Nunca.
-Alguna vez tendríamos que ir juntos. Un país extraño y feroz, con fuego en el vientre y vapor y fango caliente que salen burbujeando del suelo. Allí el mar es un monstruo…bajíos y corrientes furiosas, y peñas con las cuales nunca soñaste, que se yerguen en la bruma, y la brújula enloquecida, de modo que no sabes si vas o vienes…
Esta alusión a la brújula enloquecida se debe a que los materiales que permanentemente surgen desde las cámaras magmáticas son de carácter básico, con fuerte contenido en minerales ferromagnéticos, y ferrimagnéticos.
Espero que les haya gustado lo que seleccioné para ustedes, tanto como me gustó a mí. Buen fin de semana, y hasta el lunes. Graciela
La maldición del cerro de plata, Eduardo Galeano
Nuevamente Galeano nos deleita con sus palabras, esta vez relativas a la minería. Compartimos un cuento de su libro Bocas del tiempo.
La maldición del cerro de plata
Poca plata da Potosí, que tanta plata ha dado. El cerro no quiere.
Durante más de dos siglos, el cerro escuchó gemir a los indios en sus entrañas. Los indios, los condenados de los socavones, le suplicaban que agotara sus vetas. Y por fin el cerro maldijo la codicia.
Desde entonces, misteriosas caravanas de mulas llegaban en las noches, se metían en el cerro y se llevaban, a escondidas, los cargamentos de plata. Nadie podía verlas, nadie podía atraparlas; y el cerro se fue vaciando noche a noche.
Cuando alguna mula se quebraba una pata, porque era mucho el peso del mineral, algún escarabajo amanecía cojeando penosamente en el camino.
Un abrazo Graciela
La inundación – Eduardo Galeano
De nuevo en el libro Bocas del tiempo. ISBN 950-895-160-5 Eduardo Galeano hace gala de su maestría con una descripción de fenomenos geológicos:
La inundación
Las calles eran obras de florería; las iglesias, delicias de confitería; los palacios, regalos de juguetería.
Pero la bella Antigua, la capital de Guatemala, vivía con el corazón en la boca, entre los vómitos y los sacudones de la tierra enojada. Los volcanes la condenaban a zozobra perpetua. Lo que no gastaba en lágrimas, se le iba en suspiros.
En 1773, la tierra corcoveó como nunca. Y lo peor fue que el río se salió de cauce y ahogó a las gentes y a las casas. Y los que sobrevivieron a la inundación no tuvieron más remedio que huir a la disparada para fundar, lejos, otra ciudad.
El río que se desbordó se llamaba, se llama, Pensativo.
Descripción literaria de una avalancha. Traducción de Die Steinflut
Ya les he prometido este post la semana pasada, y aclaraciones al respecto pueden ver pues en la parte anterior en este link.
También esta vez la foto es del trabajo en que se describe el acontecimiento real al que se alude en la novela de Franz Hohler, Die Steinflut.
Traducción del párrafo prometido:
«…grupos enteros de hombres y mujeres se apresuran valle abajo, esperando alcanzar todavía a advertir y retirar a la gente, pues ahora ve Katharina ya, cómo los abetos de más arriba, que todavía están en pie junto a la zona de ruptura fresca, se derrumban hacia atrás en el gran Chlagg* y son simplemente tragados por él como si fuera un monstruo devorador de la montaña, y cómo todo el bosque de abetos viaja hacia el valle a través de la grieta, cómo los árboles son embestidos y arrollados por las rocas, y Katharina no comprende cómo todo eso pasa ante sus ojos totalmente sin sonido, como si de verdad no ocurriera, y recién entonces se acuerda la montaña de que debe tronar si quiere ser real, y retumba y traquetea y brama y alborota…»
Como ya les dije en el post anterior, encuentro magistral esa descripción de páginas enteras en un solo párrafo, sin un solo punto, que lo lleva a uno a leer con la misma sensación de urgencia que las víctimas deben haber sentido en la realidad.
*La palabra Chlagg la he conservado así, porque fue el nombre que se le dio al evento acontecido el 11 de Septiembre de 1881, en Elm, Suiza. De hecho es Der Grosse Chlagg, una forma local de referirse a Schlag, es decir golpe: el gran golpe. El término se extendió después a la gran cicatriz de la avalancha y a eventos similares.
Si este post les ha gustado, puedo seguir traduciendo para ustedes otros párrafos de enorme belleza de ese mismo libro, y también usar la misma metodología para traerles párrafos de textos en inglés. Espero sus opiniones.
Y supongo que también vale la pena que en algún momento prepare un post con la descripción científica de ese histórico evento.
Un beso. Graciela