La cena del dinosaurio según la lectura de un geólogo.

escanear00021Ya en un post anterior les conté algo sobre este libro que hoy quiero «criticar» desde un cierto conocimiento geológico, lo cual no es fácil, porque mi primera premisa es no develar las incógnitas que le dan sabor a la novela.

Pero el primer punto que quiero aclarar es que este libro- La cena del dinosaurio, de Verónica Sukaczer- es una novela, NO ES DIVULGACIÓN CIENT͍FICA, ni muchísimo menos un texto didáctico para niños y jóvenes. Ésto es ficción y como tal podemos valorarlo, pero ya que se relaciona con la ciencia que nos tiene locos, no podemos menos que comentarlo.

Desde este punto de partida, y aproximándose las fiestas, puedo decirles que es un regalito interesante para el grupo etario al que va dirigido, porque básicamente puede despertar sanas curiosidades, y por qué no, hasta vocaciones latentes. Advirtiéndoles de antemano que expresa muchas incongruencias e inexactitudes y sacrifica aspectos de la ciencia en pos de un argumento ficcional, no hay daño alguno en recomendarlo. Pero vayamos por partes.

¿Cuáles son las mejores cualidades de este libro?

  • A mí personalmente me parece valioso como instrumento para atraer al público infanto juvenil hacia la lectura, porque está bien escrito, es ágil y entretenido. Se lee con facilidad porque usa un lenguaje correcto pero accesible para el público al que se dirige, e incluye un par de ilustraciones de Pablo Tambuscio, que son muy agradables y expresivas.
  • Me gustan algunos valores que se exaltan sutilmente en el texto, tales como la amistad, la imaginación, el compromiso, la lealtad y el placer que se encuentra en el trabajo bien hecho. Y lo que más me gusta es que nunca se los expresa desde una voz admonitoria ni pedante, sino que surgen muy naturalmente en las conductas narradas. Eso me encantó.
  • Uno de los puntos que me resultaron más rescatables es la novedad del planteo, desde la selección del personaje que narra la historia, y en ese personaje, hay un rasgo además que me fascinó: su empatía hacia otra especie. Más no les puedo contar sin develar las incógnitas que me he prometido respetar.

¿Qué puntos se rescatan desde la mirada científica?

  • De alguna manera hay un mensaje ecológico que apunta a la responsabilidad humana en los cambios que afectan a la supervivencia de otras especies. Si bien la influencia está sobrevalorada, no deja de ser interesante que se transmita la preocupación a los jóvenes.
  • Me gusta el punto en el que se enumeran teorías alternativas que se oponen a la primera deducción de los «paleontólogos». Esa metodología es habitual en la investigación. Uno siempre debe mirar en más de una dirección y poner a prueba sus resultados, abriendo la mente a nuevas y diferentes interpretaciones. Ese punto es muy meritorio en la novela.
  • Me gusta la aplicación del conocimiento a la resolución de situaciones cotidianas. Observar que una roca no encaja en el contexto, y por ende sacar de allí una conclusión salvadora es fantástico, y forma parte de la deformación profesional de los geólogos y paleontólogos.

¿Qué partes del libro no compra un geólogo?

  • En primer lugar, no me gusta la selección del dinosaurio para protagonizar la historia, ya que me suena como una decisión de marketing. Seleccionar otro animal más adecuado al contexto habría otorgado má¡s credibilidad a la historia, sin empujar hacia todos los otros puntos que cuestiono en el libro, ya que todos devienen de esa decisión original. Claro que puedo conceder que poner «La cena del smilodon» no sería un título tan atractivo, pero…
  • La resolución de la historia está, como dije más arriba, condenada a una salida más o menos aceptable, pero no científica, desde el momento mismo en que se seleccionó al dinosaurio y se lo puso en época y lugar equivocados. De estos puntos haré posts en el futuro cercano, pero ahora no puedo hablar más sin develar el final de la novela. Sobre todo deberé explicarles por qué no se han encontrado ni se espera encontrar dinosaurios en Córdoba.
  • Hay un atentado flagrante contra un principio básico de la evolución, la cual no puede volver sobre sus pasos para corregir el rumbo antes tomado, pero no me hagan decir más…
  • De lo que se menciona para las dataciones hay bastante que explicar, porque ha dejado una visión errónea. Ya vendrán posts sobre eso, puesto que vengo avanzando con el tema del tiempo en Geología.
  • Es doloroso para cualquier científico leer que se hace el hallazgo del siglo en función de…ninguna prueba ni indicio científico, pero ya leerán ustedes en función de qué.

¿Cuál es la conclusión?

Si se tiene claro que este libro NO es para aprender Geología ni Paleontología, sino para divertirse y jugar con ellas, incentivando la curiosidad por la ciencia, mi modesta opinión es que se trata de un excelente regalo para jóvenes con imaginación que deseen adentrarse en la lectura. Pero si alguno de mis alumnos me sale con este libro como bibliografía científica, puede ir pronunciando sus últimas palabras, antes de ser carneado en clase.

Bromas aparte, es una lectura sencilla y amena que se puede recomendar con las salvedades del caso.

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17 comentarios para “La cena del dinosaurio según la lectura de un geólogo.”

  • terox says:

    Bueno, sin leerlo es difícil juzgarlo… pero creo que una pizca de investigación y rigurosidad no hubiera estropeado lo bueno y sí sería mucho más recomendable… te apuesto que Asimov lo hubiera escrito diferente…

  • Graciela L.Argüello says:

    Es que no es un texto de divulgación, Terox, ni siquiera ciencia ficción, es novela lisa y llana, y si uno disfruta las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, o las Crónicas de Narnia, ¿por qué no este libro? Te aclaro que la idea central es MUY BUENA Y NOVEDOSA, El problema es que puede parecer al inadvertido como una referencia de ciencia, por eso lo aclaro acá. Porque hay muchos padres que quieren introducir a los chicos en el mundo de la ciencia a través de la lectura, lo cual me parece genial, mientras sepan qué libro cumple qué rol en cada caso. Un beso, Graciela

  • terox says:

    Comprendo… pero «lo cortés no quita lo valiente»… más ahora, en tiempos de Internet… un poquito de investigación no hace mal a ningún autor…

  • No sé si estoy invitada a este debate, pero aquí estoy y pido derecho a réplica, por lo menos en un asunto. Aclaro que me resultan inmensamente interesantes y útiles los post de Graciela. Pero… yo no «fabrico» novelas, sino que la literatura, aunque sea para chicos y jóvenes, es para mi un difícil oficio o arte, llámenlo como quieran, en el que dejo todo lo que tengo. Es mi pasión, mi forma de vida, una necesidad, una manera de encararlo todo. ¿A qué viene esto? A que no hay decisiones de marketing (y la palabra marketing en asuntos literarios me suena tan… ay…), sino buenas -o malas- decisiones literarias. Por supuesto, como lo aclara siempre Graciela yo nunca quise escribir un libro de divulgación (te ayudo a carnear a cualquier alumno que tome un dato del libro como válido), sino que fui utilizando recursos de algunas ciencias para contar la historia que quería contar. En ese sentido, nunca se me ocurrió que podía desenterrar otro animal que no fuera un dinosaurio, y aquí no entró en juego ni el título del libro (lo elegí al final), ni la ilustración (uno nunca sabe qué escena va a elegir el ilustrador para la tapa) ni nada que no fuera cierta limitación mía en cuanto a… qué animales prehistóricos se pueden desenterrar. Eso es todo. Sigo leyendo.

  • Dayana says:

    Dado que yo también leí el libro, me sumo al debate.

    El único punto objetable del libro es la ubicación del susodicho dinosaurio, no el animal en sí mismo.

    Si en lugar de ponerlo en Córdoba, Verónica lo hubiera puesto en Neuquén (de donde es uno de los protagonistas) no estaríamos cuestionando nada y, posiblemente, la historia podría haber sido igual.

    Además de eso, en un párrafo la protagonista dice que es una locura estar ahí buscando un dinosaurio, que si fuera en otros lugares (creo que nombra Talampaya o Ischigualasto, no recuerdo bien) tendría más sentido. La justificación de la ubicación se debe a un sueño premonitorio que tiene desde chica al respecto. Así que, como lectora, a mi me parece aceptable que esté ahí.

    Y acá derivamos en otra cuestión: en literatura es perfectamente posible que una chica sueñe con un dinosaurio en Córdoba, vaya y lo encuentre. El asunto pasa por qué tanta ficción estamos dispuestos a creer.

    Si leemos Viaje al centro de la Tierra o si vemos La Era del hielo o La furia de la montaña (explicada en este mismo blog), hay un montón de incongruencias geológicas y aun así las disfrutamos.

    En ciencia ficción es todo falso e imposible: ni las Crónica marcianas de Bradbury, ni la mayoría de los cuentos de Asimov que nombró Terox ni las películas de Jurassic Park con sus dinosaurios conviviendo con humanos tienen manera de tener una visión realista de lo científicamente posible si quieren ser verdaderamente atractivas para contar una historia.
    ¿Se imaginan que embole sería una película sobre el Marte real donde no hay nada mas que arena y piedras?

    En cuanto al punto de la evolución del que habla Graciela, hay que explicar que en un momento de la historia se produce un encuentro entre el dinosaurio vivo y seres humanos.

    Y acá vuelvo al punto anterior: para mi en la literatura es perfectamente posible que suceda y lo tomo como tal. De hecho, me parece menos conflictivo para la «pertinencia científica» de la trama esto que lo del lugar de la excavación.

    Y en cuanto a cómo se hace el hallazgo… bueno, a mi me parece bien que sea por las premoniciones, creo que fue una salida que permitió justificar los pasos anteriores, cosa imposible de hacer desde lo científico.

    Resumiendo este tema: la ficción es necesaria para poder acceder a lugares y tiempos a los que nunca podremos ir.
    Si aceptamos eso y elegimos participar de su juego de seguro la pasaremos bárbaro. Para la realidad racional y científica tenemos otros ámbitos, como este mismo blog por ejemplo.

    Y sobre las menciones que han hecho Graciela y Verónica sobre la palabra «Marketing», quiero hacer un comentario como profesional que ha pasado muchos cuatrimestres de su carrera universitaria estudiando materias relacionadas con esa disciplina.

    MKT no es una mala palabra, pero por alguna razón cuando se relaciona con las artes es como si las contaminara. No termino de entender por qué.

    Si vamos al caso, que el libro llegara a nuestras manos fue una acción de marketing de la editorial ¡Y está buenísimo que lo sea! Se nota que se preocupan por promocionar a sus autores y que el público los conozca y pueda valorar (o no) sus obras.

    Díganme si a Harry Potter, a Disney o a Pixar no les va fantástico con sus acciones de mkt. Ni hablar de los canales de TV y editoriales de EEUU que nos mandan material sobre sus productos para que hagamos reseñas en nuestros blogs. Son excelentes películas, muy buenos libros y son programas de tele vistos por millones de personas, y aún así tienen sus programas de promoción en blogs.

    Buen laburo y MKT pueden ser perfectamente compatibles y pueden potenciarse entre sí.
    Simplemente tenemos que separar las cosas: el arte es lo que nos alimenta el espíritu; y que nos compren nuestro trabajo es lo que nos hace llenar la heladera. Y creo que nadie considera indigno ganarse el pan con su esfuerzo. Si ese esfuerzo se recompensa gracias a acciones de mkt ¿qué tiene de malo?

    Por otro lado, y volviendo a La Cena… creo que el prototipo de dinosaurio marketinero (feroz, asesino, y que amenaza con destruir Nueva York 😀 ) no es ni remotamente el retratado en el libro, el cual nunca aparece «vivo». Siempre se trata del fósil, de la visión onírica o de un recuerdo.

    El título del libro cumple la función de llamar la atención, como es su obligación (en el blog de Vero hay un post buenísimo sobre títulos de libros). Los buenos títulos venden más libros, es así. Llámenlo marketing o literatura, pero es importante llamar la atención del lector entre los miles de libros que hay en una librería.

    Así que, en lo que a mi respecta, creo que La Cena del Dinosaurio cumple con mucha dignidad su objetivo y es un buen libro de LIJ. No lo recomendaría si no lo fuera.

  • Graciela L.Argüello says:

    Bueno, Dayana, no te enojes, a mí me parece como a vos un libro bien escrito y entretenido, de hecho lo recomiendo como regalo para las Fiestas, y no hice una referencia despectiva con lo de marketing, es que no se me ocurría otro motivo para seleccionar el occiso. Pero tampoco me parece un pecado, ¿o acaso no te consulto siempre sobre las maneras de dar más difusión a mis propios trabajos? 😀

  • Graciela L.Argüello says:

    Por supuesto, Verónica, siempre serás bienvenida a cualquier debate, sobre todo uno que te involucra. Si te fijás en la respuesta al comentario de Dayana, que aparentemente se ha convertido ya en tu fan, porque te defiende con uñas y dientes, (lo cual me hace temer por mi integridad, te juro), yo no uso la palabra marketing peyorativamente, sino que recurro a ella porque si no, no entiendo por qué justo un dinosaurio es el bicho elegido. Tal vez también fue una mala decisión mía elegir esa palabra, que tantos defenestran, cuando al cabo y a la postre todos viven de la visibilidad de sus productos. Fijate que hasta yo publicito mis trabajos científicos en el blog, porque si nadie lee mis conclusiones, todo mi trabajo científico es inconducente. Igualmente, advirtiendo al distraído respecto a la intención de tu libro, yo lo estoy recomendando por dentro y por fuera del blog. Fijate en mi respuesta a Terox. En realidad mi intención cuando comenté el libro es que la gente conozca su existencia, nunca quise ofenderte, es sólo que me pareció que mi abordaje debía ser desde la mirada crítica de un geólogo, porque de eso se trata mi blog. Un conciliador abrazo. Graciela

  • Dayana says:

    ¡Juro que es el comentario menos enojado que he dejado en este blog!

    Vos sabés que escribo largo, y en este caso me parece que correspondía hacer unas cuantas aclaraciones no sólo para los que estamos discutiendo ahora, sino para todos los que puedan caer en este blog de acá en más queriendo conocer del libro.

    Como leo el blog de Verónica hace muchos años, sé de su buena madera como autora y me parecía justo darle la derecha en algunos puntos (como lo he hecho con vos y tus comentaristas mesiánicos, no te olvides 😀 ).

    Y lo del MKT lo mencioné por el «ay» de Verónica. Simplemente quería dejar claro que lo negativo del uso de esa herramienta de comercialización lo han instituído los que parecen vivir en el 1800 fumando porros con Baudelaire. No hay que engancharse con que todo lo mercadeado es malo y todo lo pretendidamente artistico y bohemio es bueno. Por algo mi mamá le abre la puerta a los señores de traje y no a los hippies que le quieren vender sahumerios 😀

    Era eso todo lo que quería decir.

    Querida suegra: ¡Como será que me tenés por chúcara que hasta cuando opino bien te pensás que te reto! Ya te juicharé por algo que merezcas, date tiempo 🙂

  • terox says:

    «En ciencia ficción es todo falso e imposible»

    Frase lapidaria de Dayana… por supuesto que en el género hay de todo, pero esa generalización es bastante injusta, y superficial.

    No se trata de que una obra de ficción sea del todo apegada a l lo científico, pero tampoco es que necesariamente, por tratarse de ficción, vaya uno a tirar por la borda cualquier principio cieo científico, pero tampoco es que necesariamente, por tratarse de ficción, vaya uno a tirar por la borda cualquier principio científico, y más cuando no es estrictamente necesario dentro de la historia. Si el problema es dónde se encontró el fósil, lo encuentro como un detalle menor(no creo que sean muchos miles de kilómetros entre un punto u otro). Un poco más complicado sería, por ejemplo, ponerlo a convivir con seres humanos u animales de otras eras geológicas distintas. Y tampoco creo que necesariamente haya que dejar de lado completamente la ciencia para hacer cualquier obra literaria más «digerible»… de hecho, obras amenas pueden tener una base científica sólida, y otras totalmente aburridas pueden ser de lo más fantástico que uno se imagine…

  • Dayana says:

    Terox:

    Es que depende desde donde uno empiece a «leer» la ciencia ficción.

    Pensemos en la Multivac o en el Hombre bicentanario. Sí, tienen algunas cosas reales (se trata de una computadora y un electrodoméstico sofisticado), pero luego hay que volar con la imaginación hasta donde la ciencia no llega para contar la historia. A eso me refiero con lo de «falso e imposible». Si fuera verdadero y posible no sería ciencia ficción, o no? Sería la historia de mi notebook y de la aspiradora de mi mamá. Pocas cosas tan aburridas como eso.

    En el caso de este libro no es ciencia ficción, pero tiene algunos elementos de ella. Concuerdo con Graciela en el punto de buscar el animal pertinente o cambiar de lugar al dinosaurio, pero lo demás en la historia creo que funciona bien.

  • terox says:

    Dayana, obviamente es una cuestión de grados. No se podría decir que es igual de falso o imposible una historia como Jurasic Park que otra donde dinosaurios y hombres de prehistoricos conviviendo lado a lado…

    Y por otro lado… ¿dónde dirías que está lo falso o imposible en una historia como «Flores para Algernon»?

  • Dayana says:

    No ubico ese cuento. Quizás lo leí pero no me suena el título.

    Pero si, tenés razón en que dependerá de los grados.

  • terox says:

    Dayana, si tenés oportunidad, te lo recomiendo… como está escrito en forma de diario, lo convirtieron en un blog, y se lee muy rápida y amenamente…

    http://flores-para-algernon.blogspot.com/

  • ¡Me encanta este blog! Y me encanta leerlas, suegra y nuera. Y todas tienen razón (ahora, el post de Dayana sobre marketing, me saco el sombrero). Tiene razón. No sé por qué todos saltamos así… pero saltamos. Soy la primera. A ver… en primer lugar porque de verdad hay autores que escriben solo para vender y lo que vende (y una no quiere ser confundida…) y, en relación a este tema, creo que esto (el autor que «fabrica» libros, como digo yo), difiere del trabajo posterior que hace la editorial remarcando asuntos «vendibles» de la obra. En fin. Prometo terminarla acá y autoanalizarme muy seriamente.
    :-). De todos modos, como autora, estoy convencida de que el libro, una vez que sale a la calle, es de los lectores, y que ellos tienen todo el derecho a hacer su propia lectura, sacar sus conclusiones, criticar lo que quieran criticar (y por eso no opino sobre otros temas que se tratan más arriba), y que todo lo que yo puedo hacer es leer desde las sombras y meterme lo menos posible (aunque me pique más de una vez).
    En cuanto a la verdadera-verdadera razón de que aparezca un dinosaurio en Córdoba… (y aunque nunca lo digo mi imaginación lo sitúa en Mina Clavero) es porque… va la primicia… ¡me encanta Córdoba! Conozco, estuve, y listo. No hay otra razón. Cariños y feliz 2012.

  • Graciela L.Argüello says:

    Bueno, Verónica, si es por eso, podés poner en Córdoba hasta el Arca de Noé, porque vamos a estar de acuerdo, ¡es bellísima! Un beso y Feliz 2012.

  • gabriela says:

    Hola! soy geóloga y acabo de comprar el libro la cena del dinosaurio porque se lo pidieron a mi hija en 5º grado, simplemente también quería decir que no entiendo por qué la autora lo sitúa en Córdoba..con haberlo localizado en algún lugar de Patagonia ya estaba mejor ubicado..o podría haberse tratado del resto de un glyptodonte en Córdoba y ahí sí..bueno lo quería decir y les comento que también se lo quiero aclarar a la maestra y compañeros de mi hija, no puedo dejarlo pasar, será una aclaración nomás..por lo demás estoy segura que el libro estará muy bueno!! saludos!

  • Graciela says:

    Si has leído el post, Gabriela, verás que yo también tengo mis objeciones respecto al libro, desde un punto de vista científico. Saludos, colega. Graciela

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