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¿Qué son los meteoritos? Parte 2.
El sábado pasado, y con motivo del acontecimiento en Rusia, adelanté la primera parte de este post, respondiendo a las siguientes preguntas:
¿Qué son los meteoritos?
¿Las palabras meteorito, meteoro, estrella fugaz y aerolito, son sinónimos de meteorito?
¿Cuál es el origen de la confusión?
¿De dónde proceden los términos meteoro y meteorito?
¿Qué son las estrellas fugaces?
¿Qué pasa cuando un meteorito ingresa a la atmósfera terrestre?
A partir de ese punto, retomamos hoy el tema, con las preguntas que les adelanté en ese momento.
¿Son habituales los impactos meteoríticos en la Tierra?
Si uno piensa en los tiempos geológicos, la respuesta es sí, porque intervalos de unos pocos cientos o miles de años, implican habitualidad para una historia que abarca miles de millones de años.
Las muestras que se encuentran en los museos, correspondientes a numerosos restos concentrados en lugares como Campo del Cielo en Argentina, o en regiones australianas, y los muchos cráteres que se conocen, indican claramente que las caídas de meteoritos forman parte de los acontecimientos comunes en la Tierra.
La buena noticia es que la mayor parte de ellos se desintegra total o parcialmente en la atmósfera y sólo caen finalmente muy diminutos restos bastante inofensivos. Sólo los de gran tamaño constituyen noticia.
¿Se puede calcular su trayectoria con anticipación, como para saber si impactarán o no en el planeta?
Los cuerpos que se encuentran relativamente próximos a la Tierra, son vigilados permanentemente con ese fin, pero no debe perderse de vista que lo más que puede establecerse es una trayectoria probable.
Esto es así porque las posiciones relativas de los cuerpos en el espacio son resultantes de las mutuas atracciones gravitatorias que se ejercen entre ellos, y toda vez que un cuerpo se aproxima a otro, las trayectorias de ambos se influyen mutuamente.
Por esta causa, el equilibrio es dinámico y muta permanentemente, con lo cual el cálculo de un camino posible es bastante complicado, sobre todo porque no es sencillo tener permanentemente registrados todos y cada uno de los cuerpos que orbitan a la Tierra, lo cual incluye mucha chatarra espacia, además de satélites varios todavía en servicio.
¿Cuándo comenzaron a estudiarse los meteoritos?
La espectacularidad de los fenómenos relacionados con los meteoritos no podía menos que llamar la atención de los observadores, y desde sus primeras apariciones fueron objeto de adoración, y en casi todos los pueblos, los meteoritos se consideraban como regalos celestiales, o aun como las materializaciones de las mismas divinidades.
Es notable que sólo a partir de la segunda mitad del S. XVIII, se encarara con seriedad su estudio. Por primera vez en 1794, el alemán Chladni se pronunció a favor de un origen meteorítico para el hierro encontrado en Siberia veinte años antes.
Recién en 1803 se acepta dicha teoría con base en los informes que sobre la lluvia de piedras acaecida en Normandía, presenta una comisión de la Academia de Ciencias de Francia. No obstante, la explicación del origen de los meteoritos que se dio por ese entonces era harto caprichosa, ya que se los consideró como materia expulsada por los volcanes de la luna.
Sólo mucho más tarde se los relacionó con desprendimientos de otros cuerpos celestes.
¿Existen distintos tipos de meteoritos?
Sí, ciertamente, lo cual es muy lógico porque mucho y muy diferente es el material que constituye el Universo, razón por la cual, muy difícilmente podría existir un solo tipo de restos cayendo a la Tierra.
Hay, pues una serie de criterios que se aplican para clasificar a los meteoritos, de los cuales los más extendidos aluden a su composición química en un caso. y a su estructura en el otro.
¿Cómo se dividen los meteoritos según su composición química?
Según su composición química, los meteoritos se dividen en:
- Sideritos: constituidos fundamentalmente por Fe y Ni.
- Lititos: de composición aproximadamente semejante a la de las rocas ígneas terrestres.
- Litosideritos o siderolititos: de composición intermedia entre los dos grupos descritos anteriormente. El término que va adelante en la palabra compuesta. es siempre el del tipo de material dominante en el meteorito en cuestión.
- Tectitas: (nombre por algunos autores muy cuestionado) de composición vítrea.
- Carbonosos: El descubrimiento de la presencia de Carbono en algunos ejemplares meteoríticos ha abierto líneas de investigación tendientes a analizar las posibilidades de que exista materia orgánica en otros cuerpos planetarios, ya que según se sabe, el carbono es el elemento fundamental de toda la química orgánica. De todos modos, debe puntualizarse que la gran mayoría de los estudiosos consideran que el hallazgo de carbono en meteoritos se habría debido a contaminaciones posteriores al muestreo de campo.
¿Cómo se dividen los meteoritos según su estructura?
Según un criterio estructural, los meteoritos pueden ser considerados condríticos o acondríticos, según que presenten o no pequeñas formaciones esferoidales de minerales como olivino o broncita, que son conocidas como «condros».
Los condros van envueltos ordinariamente en una capa de material vítreo,y están incluidos en una masa térrea, por lo general presente solamente en los lititos.
¿Por qué nos interesan a los geólogos?
Porque son parte integrante del contexto que rodea a la Tierra, y en muchos casos constituyen un input de grandes consecuencias en el complejo sistema que debemos interpretar.
Por otra parte, son objeto de interés porque:
- en muchos casos, determinados modelados terrestres tienen que ver con la evolución de un cráter originariamente causado por la caída de un cuerpo meteorítico. La figura 1, por ejemplo, es un cráter de impacto meteorítico en las proximidades de Río Cuarto. (Foto bajada de la Red por gentileza de Juan Ignacio Martín Gonzalez)
- son capaces de generar sismos localizados como resultado de su caída
- forman ocasionalmente parte de las causas convergentes que explican muchos otros fenómenos catastróficos, que han dejado un registro permanente en la memoria planetaria, como las extinciones masivas, de las que algún día también vamos a hablar.

Figura 1. Cráter meteorítico en las proximidades de Río Cuarto, modelado con posterioridad por los agentes exógenos.
¿Qué información en particular pueden brindar los meteoritos?
Cabe finalmente destacar que la principal utilidad que se espera obtener al estudiar los meteoritos en detalle, es no sólo un mayor conocimiento del espacio extraterrestre, sino también un patrón comparativo que permita elaborar ciertas inferencias acerca de las capas profundas de nuestro propio planeta, que obviamente permanecen inaccesibles para la observación directa.
Dicha comparación es válida porque hasta el presente no se han detallado en los meteoritos elementos que no existan también en nuestro planeta, si bien aparecen a veces en formas poco comunes sobre la Tierra.
Por otra parte, también exponen evidencias sobre otros cuerpos celestes, cuando se da el caso de que se haya podido establecer casi incuestionablemente la procedencia.
Ejemplos de esta situación son: un pequeño meteorito, descubierto en la Antártida que se relaciona muy probablemente con la Luna; y otro que contiene entrampamientos de gases similares en su composición a los que ha determinado la sonda Viking para Marte, planeta del cual muy probablemente se ha desprendido el resto encontrado.
Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela
Este post lo he construido sobre la base de un apunte de mi propia autoría que se identifica como sigue:
Argüello, Graciela L. 2006. «La Tierra como planeta integrante del Sistema Solar» Cuadernillo didáctico Nº II, Capítulo 1. Para circulación interna en la U.N.R.C. 17 páginas.
La foto que lo ilustra es de este sitio.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela. .
Los sismos y las construcciones. Parte II
En el post del lunes pasado, comenzamos a ver algo de los efectos de los sismos sobre las construcciones, y cómo minimizarlos, y hoy charlaremos un poquito sobre las preguntas que quedaron pendientes esa vez.
¿Existe sólo un tipo de construcciones sismorresistentes?
No, en realidad, puesto que al perseguirse la preservación de las estructuras, eso puede hacerse de diversas maneras. En algunas concepciones de diseño, se propone la mayor solidez (resistencia) posible, de modo que se requiera la aplicación de fuerzas de gran magnitud para superar su punto de ruptura; en otros casos, se busca dotarlas de elasticidad para que su deformación sea en gran medida reversible una vez pasado el sismo; o aumentar su flexibilidad, de modo que el campo de deformación sea amplio (menor rigidez) antes de alcanzar la ruptura; o también es deseable que la obra se mueva con las ondas en lugar de oponerse a ellas.
Cada uno de estos objetivos se alcanza con diseños diferentes, y en muchos casos se intenta combinar las cualidades de manera que los daños se minimicen. Esto último no es sencillo, porque a veces son cualidades prácticamente opuestas, muy difíciles de conciliar.
En todo caso, se puede aseverar que no hay una única receta aplicable en las edificaciones sismorresistentes.
¿Cuáles son las medidas generales que se deben tomar en cuenta en las zonas sísmicas, al planificar las urbanizaciones?
Por si no lo han notado, la pregunta está ya implicando que una urbanización no debería dejarse librada a situaciones fácticas, como lamentablemente sucede muy a menudo, sino que debería ser planificada según estudios previos y por supuesto con Evaluaciones de Impacto Ambiental en mano. Esto no es el caso cuando la ocupación del terreno sucede de manera espontánea, y se trata luego de implementar medidas inconexas ante la emergencia ya en curso. Muchos son los ejemplos de catástrofes que no habrían tenido por qué suceder si se hubiera respetado la vocación natural del espacio físico.
El primer punto a considerar, entonces, es la localización. Hoy en día hay disponibles mapas de riesgos geológicos que podrían usarse para delimitar zonas donde bajo ningún concepto deberían permitirse asentamientos, por su alta amenaza.
Suponiendo que de todas maneras se construye en áreas con peligrosidad sísmica, entonces, para minimizar el riesgo resultante, deben buscarse lugares en los cuales el suelo sea comparativamente estable, donde a la amenaza de terremotos no se sume la posibilidad de deslizamientos o caídas de rocas, pues en tales situaciones, el propio sismo suele tener efecto disparador sobre esos otros fenómenos.
Emplazar una construcción a los pies de una ladera, la coloca en riesgo de sepultamiento, y de estar la obra en la ladera misma, puede llegar a deslizarse con ella. En general, las pendientes cuya intensidad supera el 30% son zonas de alto riesgo geológico.
En zonas de alta sismicidad, tampoco deben realizarse asentamientos demasiado próximos a las costas, ya sea del mar, por la probabilidad de tsunamis, o de los ríos, pues ellos pueden desbordarse o cambiar su curso como consecuencia de los cambios topográficos generados por terremotos.
¿Qué características de las construcciones disminuyen la vulnerabilidad en las zonas sísmicas?
Aun sin empezar a referirnos a los edificios diseñados como estructuras sismorresistentes, hay una serie de precauciones recomendables para las zonas sísmicas, que resultan de la simple aplicación del sentido común.
Por ejemplo, es obvio, que las edificaciones precarias, como ranchos de adobe, por ejemplo, serán los primeros damnificados, pero además, es de tener en cuenta que las obras más sólidas deben evitar los balcones colgantes u ornamentos voladizos que pueden desprenderse en la eventualidad sísmica, con serios daños para vehículos y personas que transiten por el lugar.
Las puertas que se abren hacia adentro, o giratorias pueden constituir trampas insalvables en caso de evacuaciones rápidas que pueden generar estampidas hacia el exterior. No pueden, obviamente, faltar ni estar obstruidas, las salidas de emergencia debidamente señalizadas.
Por otra parte, el centro de gravedad de las edificaciones, debe estar tan bajo como sea posible, de manera que ornamentaciones de gran peso en pisos altos son por completo desaconsejables.
¿Cuáles son las características generales de las construcciones específicamente sismorresistentes?
Cuando se plantea la estructura de un edificio que debe superar la prueba impuesta por los eventos sísmicos, las cargas que dichos eventos generan, deben ser tenidas en cuenta, y por ende, se debe contar con un profundo conocimiento estadístico de la sismicidad del lugar.
Se parte de la aceptación de que cualquier obra civil, sometida a la acción de un terremoto sufre inevitablemente un cierto grado de deformación. Cuánta deformación y movimientos resiste antes de la ruptura, depende de muchas variables intrínsecas (además de las características del evento sísmico), como el tamaño, las cargas o pesos en cada piso, las características del terreno de fundación, la geometría de la construcción, los materiales empleados, etc.
Algunos de los rasgos a destacar en los edificios sismorresistentes son:
Configuración del edificio:
La configuración más adecuada, generalmente es aquélla simétrica, regular, con tamaño en planta y altura acordes a la situación sísmica, y realizada sobre terrenos firmes, con estructuras sólidas, materiales de calidad y un área perimetral de seguridad.
No siempre es sencillo tener en cuenta tantas variables, y no es mi intención meterme en un terreno ingenieril que desconozco, pero sí puedo contarles algunos detalles generales sobre los puntos mencionados.
Respecto a la simetría, podemos acotar que la falta de simetría tiende a producir torsión, ya que no todas las partes del edificio reaccionarán de la misma manera ante el esfuerzo, concentrádose éste en áreas que resultarán, por ende, más vulnerables.
La forma regular es la más recomendable porque la geometría irregular favorece también la torsión de la estructura, o la hace girar en forma desordenada.
Respecto al tamaño y altura, es bueno recordar que los esfuerzos producidos por actividades sísmicas son función del tamaño del edificio, de modo tal que las viviendas pequeñas, si están bien diseñadas, resisten en general sin grandes inconvenientes.
Con relación a la altura, ésta influye de forma directamente proporcional sobre el periodo de oscilación, lo cual significa que la aceleración tiende a ser menor en edificios más altos. Por lo tanto, los daños dependen más de la calidad de la construcción en su conjunto, que simplemente de su altura. Es decir que se debe buscar la altura adecuada a cada circunstancia, y no estipular un metraje dado.
El tamaño, puede tener además distribuciones diferentes, de manera que la extensión en planta es variable, y de suma importancia, ya que si bien es cierto que una gran base dificultan el vuelco de un edificio, cuando el área es excesiva, aunque sea simétrica la construcción no responderá como una unidad, (porque la onda sísmica tiene un tiempo de retardo para llegar de un extremo a otro) generándose tensiones diferenciales que amenazan la estructura.
Por otra parte, la distribución de masas debe ser lo más uniforme posible, tanto en cada planta como en altura, para evitar discontinuidades en la reacción ante las solicitaciones sísmicas, lo que introduce puntos de concentración de esfuerzos. Toda ornamentación innecesaria debe evitarse para no agregar masas superfluas al sistema de por sí complejo.
Los muros con función estructural, columnas y pilares que transfieren las cargas gravitatorias y sísmicas hasta el terreno por vías directas, muy comunes en obras antiguas, han demostrado gran competencia a lo largo de siglos de supervivencia en zonas de terremotos frecuentes.
Con relación al emplazamiento, y condiciones del terreno, ya me he referido en el post anterior.
La solidez de una estructura tiene relación directa con su resistencia y rigidez. En el primer caso es la oposición a la ruptura; en el segundo, a la deformación, y se refieren a la cantidad de carga que un cuerpo soporta antes de que se produzca cada una de ambas. La flexibilidad es la cualidad opuesta a la rigidez.
Lo deseable es una gran resistencia, y una rigidez tal, que la deformación se inicie tarde, pero con flexibilidad suficiente como para que una vez comenzada dicha deformación, se extienda por un amplio intervalo antes de que el material se rompa.
Hablando de la materia prima, es deseable una densidad relativamente baja para minimizar los daños ante el eventual derrumbe total del edificio, o ante el desprendimiento de algunos componentes de la edificación. No es fácil equilibrar este requerimiento con los anteriores, pero cualquiera sea el material utilizado, debe ser de la mejor calidad posible, y superar los controles correspondientes.
El área perimetral de seguridad tiende a evitar el efecto dominó de la caída de una edificación que podría arrastrar a todas las adyacentes.
¿Cuál es la nueva tendencia en el diseño de construcciones sismorresistentes?
Lo más moderno y novedoso en el concepto de sismorresistencia tiene todavía costos muy elevados, pero está comenzando a aplicarse en países con potencial económico y alta sismicidad, como Japón por ejemplo, y se relaciona con la tendencia de pensar el sismo como lo que realmente es: algo de tal naturaleza y energía que es imposible oponerse a él. En consecuencia, la presente investigación se dirige hacia nuevos diseños que acompañen el movimiento, en lugar de intentar resistirlo.
Para eso se está trabajando en la concepción de plataformas móviles de materiales flexibles, sobre las cuales se asientan las construcciones; y en monstruosos sistemas de fuelles que permiten hasta cierto punto que las construcciones se agiten con el pasaje de las ondas, volviendo luego indemnes a su posición inicial.
Conceptualmente es la aproximación más promisoria, pero hay muchísimas dificultades técnicas y económicas que todavía se deben superar.
¿Cuánta garantía de seguridad ofrecen las construcciones sismorresistentes?
Si quieren una respuesta corta aquí va; ninguna.
Para una respuesta más elaborada, hay que tener presente que las eventos sísmicos no son simples, producen esfuerzos que fluctúan rápidamente de manera caótica, y nunca se repiten de manera idéntica en el mismo lugar. Por otra parte, se cuenta con estadísticas sísmicas incompletas, ya que no en todos los sitios hay un buen monitoreo de larga data.
Es decir, que se puede intentar una mayor seguridad, pero ella nunca será absoluta. El terremoto de Kobe, en 1995, es un triste ejemplo de ello. Las normas de regulación inicialmente muy estrictas, permitieron a la ciudad resistir numerosos eventos, conduciendo a considerarla como indestructible (me suena a Titanic) y a aflojar un tanto los requerimientos a partir de los años ochenta. El 16 de enero de 1995, un sismo de magnitud 7.2 produjo el colapso de 50.000 edificios y arrojó un total de unas 5.000 muertes (humanas), dejando claramente demostrado, que la única forma de enfrentarse a la Naturaleza, es aceptando sus reglas.
Bueno, hasta aquí llegamos por hoy, nos vemos el miércoles. Un abrazo Graciela
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P.S.: Las fotos que ilustran el post son gentileza de Paulino, lector del blog, y corresponden al mismo edifico, antes y después del devastador sismo de Chile de 2010.
Los sismos y las construcciones. Parte I.
En algún post anterior, he señalado los efectos de los sismos sobre las construcciones, y hoy me gustaría referirme a los esfuerzos que hace el hombre por proteger su obra de esa devastación.
Como se trata de un tema muy amplio, este post tendrá dos partes, en la primera de las cuales charlaremos un poco sobre los conceptos generales y trataremos de aclarar algunos malentendidos muy generalizados.
En la segunda, el próximo lunes, veremos las reglas más concretas que se aplican a la construcción, desde lo más básico a lo más novedoso, siempre por supuesto, presentado para un público curioso, pero no especialista… y sobre todo en este caso porque yo tampoco soy ingeniera sino geóloga, de modo que mi mirada es desde la óptica del riesgo geológico, vale decir que se centra en las medidas que reducen la vulnerabilidad.
¿Qué se entiende por prevención?
Para comenzar con esta conversación, lo primero que hice fue recurrir al sitio de la Real Academia Española, para entender cómo se aplica y cuándo la palabra prevención (del latín: praeventio, -onis), y éstas son las diversas acepciones que encontré:
1. f. Acción y efecto de prevenir.
2. f. Preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar un riesgo o ejecutar algo.
3. f. Provisión de mantenimiento o de otra cosa que sirve para un fin.
4. f. Concepto, por lo común desfavorable, que se tiene de alguien o algo.
5. f. Puesto de policía o vigilancia de un distrito, donde se lleva preventivamente a las personas que han cometido algún delito o falta.
6. f. Mil. Guardia del cuartel, que cela el orden y policía de la tropa.
7. f. Mil. Lugar donde está.
Es obvio que de todos los posibles significados, sólo el primero y el segundo son aplicables al fenómeno que nos ocupa, pero no lo son tampoco de cualquier manera.
Veamos con relación al primero, qué dice la RAE que es prevenir (del latín: praevenire):
1. tr. Preparar, aparejar y disponer con anticipación lo necesario para un fin.
2. tr. Prever, ver, conocer de antemano o con anticipación un daño o perjuicio.
3. tr. Precaver, evitar, estorbar o impedir algo.
4. tr. Advertir, informar o avisar a alguien de algo.
5. tr. Imbuir, impresionar, preocupar a alguien, induciéndole a prejuzgar personas o cosas.
6. tr. Anticiparse a un inconveniente, dificultad u objeción.
7. prnl. Disponer con anticipación, prepararse de antemano para algo.
De todas estas acepciones, eliminemos de entrada la número 5, y la 1, en este último caso, porque si hablamos de sismos, ellos nunca podrán ser un fin u objetivo para el que persona alguna vaya a preparar lo necesario para obtenerlo.
Las acepciones 2 y 4 se relacionan estrechamente porque tienen que ver con el conocimiento anticipado de un evento próximo a ocurrir, y su correspondiente advertencia. Esos aspectos están siendo cada día más estudiados por los científicos, y hay ya mucha tecnología que si bien no puede aún definir con exactitud el momento y lugar de un terremoto de manera absolutamente confiable, sí permite identificar los indicadores de cambios que suelen ser precursores de los terremotos, lo cual posibilita alertar sobre su probable ocurrencia.
El tema es amplio, complejo y apasionante, de modo que nos ocupará más de una vez, pero no en este post.
Los restantes significados (relacionados a su vez con la segunda acepción de la palabra prevención) tienen que ver con las medidas concretas que pueden tomarse para minimizar los daños al momento de producirse el sismo. De algunas de ellas, que tienen que ver con precauciones individuales de las personas, he hablado en otro post.
Hoy quiero avanzar en cambio, sobre las medidas estructurales que deberían estar no solamente contempladas en los códigos de construcción de zonas particularmente afectadas por los movimientos telúricos, sino también muy estrictamente controladas, cosa que no siempre sucede, por múltiples razones, muchas veces socioeconómicas y culturales.
¿La prevención de sismos es posible?
De acuerdo con lo ya expresado más arriba, la prevención sísmica, entendida como alerta temprana, o como medidas de preparación para que los daños se minimicen, sí es posible.
Si en cambio pretendemos dar al término el sentido de su acepción 3, es decir impedir o evitar que ocurra el sismo; se trata de una absoluta imposibilidad, ya que más allá de cuál sea nuestra manera de construir, con cuánta anticipación conozcamos la posible ocurrencia del sismo, cuánta preparación personal tengamos ante él, etc., etc., el terremoto ocurrirá de todas maneras, y con la misma magnitud, hagamos o dejemos de hacer lo que sea. En definitiva, sólo podremos incidir sobre la intensidad, pero no sobre la magnitud.
Y como conclusión final de esta pregunta, si queremos ser absolutamente correctos y aplicar bien el término prevención en cualquiera de sus posibles acepciones, más que decir prevención de sismos, sugiero decir prevención de daños sísmicos. Porque sobre éstos tanto podemos alertar, (acepciones 2 y 4) como hacer preparativos para afrontarlos (acepciones 5, 6 y 7) como intentar hasta evitarlos (acepción 3) hasta donde eso sea posible.
¿Existen las construcciones antisísmicas?
Otra vez, si me permiten ser exquisita desde lo semántico, voy a oponerme al término, porque «anti» parece significar que uno está impidiendo que algo tenga lugar, cuando en realidad como ya dije, el sismo ocurre, más allá de nuestra voluntad en contrario. Por esa razón la palabra está cayendo rápidamente en desuso, y se prefiere la expresión más moderna de «construcción sismo- resistente o sismorresistente».
¿Qué se entiende por construcciones sismorresistentes?
Son aquéllas que están diseñadas para tolerar el paso de las ondas sísmicas sin colapsar, o registrando sólo daños menores. Para ello son construidas con una determinada configuración estructural, con componentes de dimensiones apropiadas y materiales adecuados para soportar los esfuerzos a que las someten los sismos frecuentes en una región dada. Como puede entenderse entonces, un conocimiento del comportamiento sísmico de cada zona a urbanizar es el requisito para que los cálculos de las estructuras sean los más apropiados en cada emplazamiento. Sobre eso veremos unas pocas cosas más en el próximo post, porque éste ya es bastante extenso.
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P.S.: La foto que ilustra el post es una gentileza de Paulino, lector del blog, y fue tomada durante el devastador sismo de Chile de 2010.
Pilar Sordo y el terremoto en Chile de 2010
La psicóloga chilena Pilar Sordo ha incluído algunos párrafos sobre su experiencia de trabajo con afectados por el terremoto de Chile de 2010 en su último libro Bienvenido dolor (Ed. Planeta 2012).
De ese libro Dayana me ha enviado un extracto que apunta a un lugar interesante: la actitud ante lo inevitable.
Como este texto exalta, además, el valor de un pueblo que está sujeto a tantas contingencias geológicas, lo estoy incluyendo como un homenaje a su valor y resiliencia.
En uno de los tantos campamentos en los que me quedé a dormir después del terremoto y maremoto que asolaron Chile en 2010, alojé en la carpa de una señora que llamaré Marta; al levantarnos en la mañana, ella me dice casi quijotescamente, dada la tierra circundante del lugar, que quiere limpiar, frente a lo cual yo accedo y comenzamos la limpieza.
En la mitad de este proceso, ella se pone a cantar y yo comienzo a cantar con ella; íbamos ya en la mitad de la canción y se escucha desde afuera un grito ensordecedor que dice: «Señora Marta, ¿para qué está usted cantando?».
Ante esta pregunta yo me asombro, porque descubro en esa voz al clásico anticipador de desgracias* (…).
«Don Ramón, era usted…¿por qué está gritándome?». Él, furioso, le contesta: «Y usted, ¿para qué está cantando?». Ella, humildemente, argumenta: «Porque estoy contenta». Él muy asombrado, replica: «¿Por qué puede estar contenta usted si perdimos todo en el maremoto y no tenemos con qué vivir?». Ella, con la misma humildad, le responde: «Porque tengo mucho que agradecer». Él, irónicamente, sonríe y, como en general a la gente que est feliz se le exigen razones que lo expliquen, don Ramón la interpela para que justifique su, según él, estúpido comentario.
Al ser cuestionada sobre estas razones, Marta, dulce y agradecidamente, comienza a mencionar cosas como que, por ejemplo, «en la última lluvia, el plástico que nos dieron para cubrir las carpas resistió maravillosamente… no se me mojó ningún mueble». (…) «A mi marido le arreglaron el bote gratis y sale a pescar en tres días más, por lo tanto volveremos a tener dinero y, lo más importante don Ramón, es que a mí no se me murió nadie en el maremoto».
Cuando este señor escucha todos estos comentarios, muy asombrado pero con un dejo de ironía en el rostro, se me acerca y me pide que antes de retirarme del campamento, por favor no deje de atender a Marta. Presa del asombro y de un ataque de risa, le pregunto: «¿A quién quiere que atienda?». Y él sin inmutarse me contesta: «A ella pues, señora Pilar, ¿no se da cuenta que está en shock?». Yo me río por su comentario y le digo que no puedo creer que él opine que ella está enferma solo porque tomó la decisión de ser feliz, y no a pesar de lo vivido, sino que con ello a cuestas.
* La autora define como Anticipadora de desgracias a aquella persona que «con un criterio ‘realista’ y no ‘pesimista’ va a intentar literalmente ‘bajarle el avión’ a esa persona para que deje de estar contenta como estaba».
Buena selección, ¿verdad?, y se la debemos a Dayana, incansable buscadora de pequeñas maravillas.
Un abrazo, Graciela.
P.S.: La foto la he tomado de un mail titulado Mujeres con valor generado por Sylvette E.Rivera, y la seleccioné como un reflejo de ese elogio al valor de la mujer que Pilar Sordo llama Marta, y que representa a miles de chilenas que se pusieron de pie más de una vez después de que la furia de la Tierra se desatara en su país.
Otra vez en Radio Mitre, esta vez con Rebeca Bortoletto y Lalo Freyre
Aquí, como para que se entretengan un día viernes, les paso una entrevista radial con motivo de las emisiones de cenizas del Volcán Puyehue, que llegaron hasta Córdoba y significaron el cierre del Aeropuerto.
Esto fue el pasado lunes 17 de Octubre
Agradezco a la empresa Infoxel que tuvo la gentileza de pasarme la grabación.