El doloroso terremoto en Haití

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Nuevamente cambio mi esquema habitual según el cual reservo los viernes para algo más festivo, porque mucho se está hablando hoy en día de lo acontecido en Haití, y un blog geológico no puede dejar de mencionarlo.

Más allá de la dolorosa realidad que hoy enfrenta la población afectada, hay una explicación científica, y excede con mucho a los límites de un post, razón por la cual será objeto recurrente de nuestros encuentros, y se irá develando lentamente, por su complejidad.

Pero la actualidad del tema me obliga a introducir al menos unos pocos conceptos.

¿Qué es un sismo?

Es una liberación repentina de energía, que ocurre por debajo de la superficie terrestre, y que se transmite en forma de ondas a través de todos los materiales que encuentra a su paso.

Esto significa que no necesariamente es una catástrofe, ya que esas liberaciones de energía ocurren habitualmente en el planeta, de tal suerte que cada día tienen lugar decenas de estos movimientos.

Afortunadamente sólo muy pocos de ellos alcanzan una magnitud perceptible y capaz de causar tal secuela de daños.

A lo largo de numerosos posts, iremos explicando temas como intensidad, magnitud, recurrencia, etc, pero comencemos por algo bien sencillo como es una clasificación de las posibles causas, ya que no todos los terremotos responden al mismo disparador.

¿Qué clases de terremotos hay?

Existen por lo menos tres orígenes diferentes:

1- Los tectónicos, que responden a ese gran supersistema donde las placas litosféricas se movilizan casi como parte de una enorme cinta transportadora de materiales, y en su desplazamiento van provocando numerosos fenómenos y procesos de los que nos ocuparemos en posteriores entregas.

2- Los volcánicos, causados superficialmente por explosiones, y subterráneamente por movilizaciones de magmas, entre otros muchos motivos. En general son más localizados y de menor magnitud que los anteriores.

3- Los de impacto, que son debidos a caídas de meteoritos de tamaño considerable, a hundimientos y colapsos, deslizamientos y avalanchas, y hasta generados por causas antrópicas, como voladuras, por ejemplo. Son los más puntuales espacialmente y generalmente de escasa magnitud. Su ocurrencia suele ser la más aleatoria.

¿De qué clase fue el de Haití?

De los tectónicos, que son precisamente los de mayor intensidad y magnitud, pero que siguen un patrón medianamente conocido y hasta cierto punto predecible. De estos intentos de predicción científica vendrán muchos posts.

¿Cabe esperar que se repita en el corto plazo?

Bueno, ésta es la gran pregunta que todos se hacen, y lo que será el tema central de hoy, aunque deba apelar a su fe en mis palabras, porque todavía no he podido darles los fundamentos teóricos, cosa que haré en el futuro.

Primero, debemos pensar que el episodio central, que dura unos pocos minutos, o aún segundos, pone en movimiento placas que estaban trabadas desde algún tiempo atrás. En efecto, mientras las placas se desplazan de manera continuada, van liberando muy lentamente su energía.

El problema surge después de lo que se llama el «silencio sísmico» vale decir cuando no ha habido movimientos liberadores de esa energía por un largo tiempo, porque entonces ella se acumula hasta el evento principal del que ya tenemos los efectos a la vista.

Pero es absolutamente normal que a un primer movimiento sigan muchísimos más, con epicentro en la misma área, porque las placas, que se han desplazado, siguen acomodándose hasta una nueva situación de equilibrio dinámico.

¿Puede ocurrir algo similar en otra parte?

Obviamente que todos los lugares pertenecientes a la misma placa o a las adyacentes se verán afectados por ese desplazamiento, porque deberán rearmar ese rompecabezas perturbado que es la corteza terrestre, y es normal que haya una seguidilla de sismos a lo largo de toda la zona activa.

La buena noticia es que ya la mayor parte de la energía se ha disipado en esa gran ruptura inicial, y no cabe esperar eventos de la misma magnitud.

No obstante, como ya señalé en otro post, la definición de una catástrofe depende de una serie de condiciones, no solamente del propio evento.

¿Y tsunamis, puede haber ahora?

Considerando el emplazamiento de Haití, en las Grandes Antillas, y sobre la placa Caribe, los fondos marinos también se irán acomodando, pero otra vez la buena noticia es que la gran magnitud- más de 7 grados Richter- de lo ya acontecido podría haber dejado relativamente poca energía para eventos posteriores.

Y por otra parte, cada una de las réplicas, como se las suele denominar comúnmente, reduce la posibilidad de que ese fenómeno, de producirse, sea tan devastador.

A los responsables y trabajadores de medios de comunicación que están interesados en informarse para realizar notas sobre desastres naturales, los invito a visitar el post que escribí sobre Geología para periodistas y comunicadores.

Bueno, por una vez, es bastante, creo, aunque el tema da para muchos encuentros más.

Un abrazo, y les recuerdo dos cosas: hay lugares en todo el mundo que están reuniendo donaciones para los damnificados, tengámoslos en cuenta.

Y por último, permítanme recordar la acción de esos héroes silenciosos en las tareas de rescate: los perros, que muchas veces son tan maltratados por el hombre, y que sin embargo, no cesan de darle su más fiel respaldo, y han sido y están siendo los artífices de los pequeños milagros, al detectar vida entre tanta muerte, cuando ningún otro medio es igualmente eficiente.

Nos vemos. Graciela.

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11 comentarios para “El doloroso terremoto en Haití”

  • Strélnikov says:

    Excelente la manera en que aborda cada uno de sus temas. Da gusto leer algo que además de bien redactado brinda de manera amena y hasta elegante todo lo necesario para disfrutar de la geología a quienes, como yo, son principiantes en este campo científico.

    Sin duda alguna lo ocurrido en Haití es lamentable y qué pertinente es tratar el asunto desde la perspectiva de la geología. Por tanto, se agradece el que dedique un tiempo a compartir sus conocimientos, sus experiencias. Ha sido satisfactoria y fructífera la lectura de este post. Gracias y un abrazo.

  • Graciela L.Argüello says:

    Bienvenido al blog, Strálnikov, y gracias por tus palabras, espero que los próximos posts también te gusten.
    Un abrazo Graciela

  • max says:

    Bem preciso o post, infos muito boas, adicionado ao meu feed

  • Graciela L.Argüello says:

    Bemvindo ao blog, Max

  • Jorge says:

    nao sei o que ta acontecendo mas seu site ta estranho visualizando no safari, tem certeza que configurou certo? bom pode ser um bug aqui também

  • Graciela L.Argüello says:

    Hola, Jorge, chequeamos y vemos si se puede resolver

  • enrique says:

    felicitaciones por sus acertados, explicativos y practicos comentarios, nos ayuda a alimentarnos cada vez mas no solo de lo cientifico sino de lo humanitarios q debemos ser en momentos dificiles, y como geologos tener presentes a estar praparados para preparar a nuestros semejantes de lo q podria suceder…

  • Graciela L.Argüello says:

    Gracias, Enrique, la profesión no debe agotarse en lo específico, hasta donde sea posible. La divulgación del conocimiento es también un compromiso. Un abrazo Graciela

  • Mercedes says:

    Graciela me interesaria que hicieras un post sobre el terremoto de Japon

  • Graciela L.Argüello says:

    Bueno, Mercedes, en el blog hay varios posts sobre terremotos, y el de Japón lo enfoqué más con relación a sus potenciales efectos en las costas americanas, pero es una sugerencia que tendré en cuenta. por el momento te recomiendo que leas todos los otros posts sobre el tema. Un abrazo, Graciela

  • Graciela L.Argüello says:

    Otra prueba más

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