Entradas con la etiqueta ‘Cosmos’

El Sistema Solar, elementos menores.

En posts anteriores sobre el tema Cosmos, ya les he venido relatando bastante acerca de los componentes más importantes del Sistema Solar, pero existen también componentes menores o más ocasionales, como los cometas, de los cuales hay un post que deberían leer, y los meteoritos, que fueron explicados con relación a un evento acontecido hace un par de años.

Para completar todo el panorama, sólo resta mencionar el polvo cósmico, y la basura espacial.

¿Qué es el polvo cósmico?

El polvo cósmico no es otra cosa que material finamente dividido, que se mantiene orbitando en el espacio, al escapar del campo gravitacional del cuerpo al cual originalmente pertenece, cualquiera sea éste.

Muchas veces los cuerpos desde los que se desprende polvo cósmico son los cometas, que al tener órbitas tan excéntricas, pueden pasar muy próximos a astros con masa mucho mayor, y que por ende ejercen más fuerza atractiva sobre esas partículas que los acompañan, y las capturan de modo que permanecen en sus áreas de influencia.

Los impactos meteoríticos desprenden también partículas que permanecen en el espacio mientras no sean capturadas por campos gravitacionales lo suficientemente intensos.

Y no son pocos los meteoritos que se desintegran al atravesar las atmósferas de cuerpos estelares, y que generan por ende, otra parte de ese polvo que constituye también parte del sistema.

¿Qué importancia tiene el polvo cósmico?

El polvo cósmico eventualmente llega a la Tierra, sumando anualmente un par de toneladas a su masa, según cálculos bastante conservadores.

Esto por cierto implica que todo el sistema va reacomodando sus distancias, ya que según vimos al analizar la ley de Titius Bode, éstas dependen en buena medida de las masas de los cuerpos involucrados. Por cierto, cambios semejantes ocurren también en otros planetas, con lo cual existe un cierto grado de compensación que hace al equilibrio dinámico que conocemos.

¿Qué es la basura espacial?

Pese a que no tomamos conciencia de ello, existe orbitando a la Tierra una gran cantidad de material de origen artificial que prestó utilidad alguna vez, pero ya no sirve más y que nunca se retira activamente, de modo que allí dará vueltas por un tiempo indefinido.

Se conoce como basura espacial o SD por la sigla en inglés de Spatial Debrise (desechos espaciales).

Componen ese universo de fragmentos, elementos tales como partículas derivadas de colisiones y explosiones, artículos que los propios astronautas pierden en sus paseos fuera de las naves o desechos originados en las estaciones espaciales, como la MIR (paz, en ruso), que habría dejado atrás más de 200 objetos, inclusive bolsas de basura.

Se estima que hay hasta 200 millones de objetos mayores de un centímetro y unos 300 millones con un diámetro de más de un milímetro alrededor del planeta. Los elementos de mayor tamaño pueden detectarse desde la Tierra con radares y telescopios.

¿Cuál es su importancia?

En primer lugar, implican elementos reflectantes y refractantes que modifican el curso de las radiaciones, lo cual podría tener incidencia en el clima. Además modifican ligeramente los balances de masas en el gran campo gravitacional que define los movimientos planetarios de los que pronto vamos a hablar en detalle en otros posts.

Y por último, siempre son elementos que dadas ciertas condiciones pueden colisionar entre sí, o caer sobre la Tierra.

Por eso, es que se ha comenzado a discutir ya de manera institucional, con la participación de la National Aeronautics and Space Administration (NASA), la Agencia Espacial Europea, el Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia, la Administración Espacial China y la Organización de Investigación Espacial de India, entre otros organismos, la posibilidad de recoger esos desperdicios.

Hasta el momento, esa empresa se ha considerado inviable por su altísimo costo.

Por el momento, es la propia atmósfera la que de modo muy limitado va dando cuenta de algunos de los materiales que al contactar con sus partes más densas se incendian o desintegran por la fricción.

El contacto con las capas más densas ocurre de manera aleatoria cuando las partículas crecen por acreción y la atracción gravitacional crece en consecuencia, o bien cuando a lo largo de los ciclos solares undecenales, la atmósfera tiende a espesarse.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio.

Breves nociones sobre los satélites naturales del Sistema Solar.

Bajo la etiqueta Cosmos del blog, hemos venido conversando sobre los elementos que componen el Sistema Solar, y hoy es el momento de referirnos a los Satélites.

¿Qué son los satélites naturales?

Son los cuerpos celestes que se mueven alrededor de los planetas, según órbitas elípticas poco excénón propia de energía- rasgo que los distingue de la única estrella del Sistema, el Sol, sino que aparecen iluminados por reflejar la luz solar.

Siendo la Luna el satélite de la Tierra, ese nombre (escrito con minúscula) se aplica también como denominación genérica para todos los restantes.

¿Cuántos son los satélites naturales del Sistema Solar?

El número de los satélites está en continua revisión, dado que las naves espaciales, y los nuevos instrumentos de mayor precisión, han podido últimamente fotografiar pequeños cuerpos que en el siglo pasado eran desconocidos.

El listado de los satélites oficialmente reconocidos hasta ahora, es el que sigue (para cada planeta) y vale la pena mencionar que casi todos han sido denominados con nombres extraídos de la mitología, aunque Urano es una excepción destacable, ya que sus lunas se han bautizado con los nombres de personajes de Shakespeare.

Ni Mercurio ni Venus tienen satélites.

La Tierra tiene 1 : Luna o Selene.

Marte tiene 2  : Phobos y Deimos.

Júpiter tiene 67, con bonitos nombres que pueden ponerle a sus hijos si quieren ser odiados por ellos por el resto de la vida; o a sus mascotas, que son menos rencorosas.

Esos nombres son: Adrastea, Aitné, Amaltea, Ananké, Aedea, Arce, Autónoe, Caldona, Calé, Cálice, Calóroe, Calisto, Carmé, Carpo, Cilene, Elara, Erínome, Euante, Eukélade, Euporia, Eurídome, Europa, Ganímedes, Harpáice, Hegómone, Heliké, Hermipé, Himalia, ͍o, Isonoé, Kallichore, Kore, Leda, Lisitea, Megaclite, Metis, Mnemea, Ortosia, Pasífae, Pasítea, Praxídice, Sinope, Spondé, Táigete, Tebe, Temisto, Telxínoe, Tione, Yocasta. Tiene además 14 sin nombre, a los que se alude con números romanos consecutivos.

Saturno tiene 62: Egeón, Aegir, Albiorix, Anthe, Atlas, Bebhionn, Bergelmir, Bestla, Calipso, Dafne, Dione, Encélado, Epimeteo, Erriapo, Farbauti, Febe, Fenrir, Fornjot, Greip, Hati, Helena, Hiperión, Hyrokkin, Ijiraq, Jano, Jápeto, Jarnsaxa, Kari, Kiviuq, Loge, Metone, Mimas, Mundilfari, Narvi, Paaliaq, Palene, Pan, Pandora, Pollux, Prometeo, Rea, Siarnaq, Skadi, Skoll, Surtur, Suttungr, Tarqeq, Tarvos, Telesto, Tetis, Thrymr, Titán, Ymir. Tiene otros 9 designados numéricamente y 3 en espera de confirmación.

Urano tiene 27: Ariel, Belinda, Bianca, Calibán, Cordelia, Crósida, Cupido, Desdémona, Francisco, Ferdinando, Julieta, Mab, Margarita, Miranda, Oberón, Ofelia, Perdita, Porcia, Próspero, Puck, Rosalinda, Setebos, Sicorax, Stefano, Titania, Trínculo y Umbriel.

Neptuno tiene 14: Despina, Galatea, Halimede, Laomedeia, Larisa, Náyade, Nereida, Neso, Proteo, Psámate, Sao, S/2004 N 1, Talasa y Tritón.

Plutón tiene 5: Caronte, Hidra, Nix, Cerbero y Estigia.

¿Qué puede decirse de la Luna?

Nuestro satélite natural, la Luna, dista 38.440 km de la Tierra. Su diámetro es poco mayor que la cuarta parte del diámetro terrestre, y tarda 27 días y 7 hs. en dar la vuelta a la Tierra, mientras que invierte 28 días en un giro sobre sí misma; debido a ello, siempre se observa una sola «cara» lunar desde la Tierra. Esta característica es lo bastante interesante como para que yo ya haya subido un post detallándola.

La velocidad media de traslación de la Luna alrededor de la Tierra es de 9 km/s.

Es un cuerpo prácticamente carente de atmósfera, posee un débil campo magnético (unas mil veces menor que el de la Tierra), y un campo gravitacional de escasa intensidad.

Por otra parte, carece de núcleo metálico, lo que la priva en gran medida de una actividad endógena de importancia.

Según numerosos científicos, se habría desprendido como un todo desde la corteza terrestre, y este arranque superficial sería la causa de la carencia del mencionado núcleo.

¿Cuál es la importancia de la Luna a nivel geológico?

Ejerce influencia sobre fenómenos terrestes; siendo el mejor comprobado y tal vez el más espectacular, el de la producción de mareas, no sólo de la esfera hidrográfica, sino también del material sólido de la corteza.

Debo aclararles que siendo la Luna un cuerpo tan próximo y de tanta influencia, lo que de ella puede decirse no se ha agotado en este post, sino que volveremos sobre ella y sus fenómenos asociados, más de una vez en el blog.

Y también, en algún momento serán tema algunos satélites de otros planetas.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post la he tomado de wikipwdia, y corresponde al Dr en Ciencias y astronauta Buzz Aldrin, caminando en la Luna.

Titius- Bode: otra de las leyes que rigen el Sistema Solar.

tamanysYa les he dicho muchas veces que para entender cosas como el cambio climático, no podemos desprendernos del entorno cósmico de nuestro planeta.

Por eso es que vengo lentamente avanzando con el conocimiento del universo primero, y ahora ya más metidos en el «barrio» en que vivimos, nos estamos adentrando en las características del Sistema Solar.

Les recomiendo pues que repasen los posts relativos a las leyes que rigen su dinámica, y también los más descriptivos, para comprender los elementos que lo constituyen.

¿Qué ley nos ocupa hoy?

La ley de Titius-Bode, que fue enunciada por el astrónomo Titius en 1776, y luego perfeccionada por Bode.

En ella se describe la distribución de los cuerpos celestes en el interior del Sistema Solar, lo que se logra a través de una relación matemática entre las respectivas distancias de los planetas al Sol. Dichas distancias se miden en «unidades astronómicas».

¿Qué es una unidad astronómica?

Una unidad astronómica (u.a.) es la distancia media del centro de la Tierra al centro del Sol. Y digo distancia media, porque si ustedes recuerdan las leyes de Kepler, que ya les recomendé repasar, las órbitas que describen los planetas alrededor del sol son elípticas, no circulares. Esto implica que hay un afelio y un perihelio a lo largo del año solar. El afelio es el momento de mayor alejamiento, y a la inversa, el perihelio es cuando la Tierra y el Sol más se aproximan.

Por esa razón, se habla de distancia promedio cuando se define la unidad astronómica.

¿Cómo se expresa matemáticamente la ley de Titius Bode?

La ecuación matemática que define- en unidades astronómicas «a»- la distancia entre cada planeta y el Sol, es:

a=0,4 + 0,3×2n ,  siendo n=1 para la Tierra.

Lo cual es obvio, porque a es precisamente la definición de la unidad astronómica, valiendo 1 para la Tierra, y como veremos más abajo, n también debe valer 1 para la Tierra si ha de cumplirse la relación matemática.

En definitiva, el patrón unitario es siempre relativo a nuestro propio planeta, porque después de todo, el ser humano siempre se considera a sí mismo como el centro de todo.

¿Cómo se aplica esta fórmula en cada caso?

Para Mercurio; n=1-2, ya que está dos lugares antes que la Tierra.

De allí surge:

a=0,4+ 0,3x 2 1-2 y siendo 2-1  , resulta

a =0,4+ 0,3x ½  es decir  a=0,4 +0,15= 0,55 u.a.

Y efectivamente, Mercurio se encuentra a muy poco más que la mitad de la distancia entre la tierra y el Sol.

Para Venus, a su vez;  n= 1-1=0,de donde

a= 0,4 + 0,3×20  y siendo 2 0 =1, resulta
a= 0,4 + 0,3 =0,7 u.a.
Y en efecto allí está Venus.

Para la Tierra:

a= 0,4 + 0,3×2 1  y ya que 2 1 =2,
a= 0,4 + 0,6  es decir  a= 1 u.a. Que por definición es la posición de la Tierra.

Para Marte:

a= 0,4 + 0,3×2 1+1
a= 0,4 + 0,3×4= 0,4 + 1,2  y  a=1,6.

Siguiendo cálculos semejantes, se obtienen valores tales como 2,8; 5,2; 10; 19,6; 38,8; 77,2.

¿Se cumple esta ley en todos los casos?

Casi, porque todas estas distancias están en efecto ocupadas por planetas, salvo la correspondiente a 2,8 unidades astronómicas, que se halla «libre».

¿Qué consecuencias tuvo este descubrimiento?

Esta ley sugería la existencia de un planeta en la distancia de 2,8 u.a., predicción que fue confirmada en 1801 al descubrirse aproximadamente en esa posición, un pequeño cuerpo al que se denominó Ceres.

Luego se supo que Ceres no era el único cuerpo que orbitaba al Sol en esa región, sino que se trasladaban también allí, otros a los que se fue designando como Eros, Vesta, Palas, etc., a todos los cuales se llamó asteroides, y que se suponía formaban parte de un único planeta actualmente desintegrado, por causas que no se han dilucidado.

Conviene señalar que un gran número de investigadores creen en cambio, que estos asteroides son los restos de un planeta en embrión, cuya integración final fracasó por causas que tampoco aparecen claras.

¿Por qué significó un avance en el conocimiento del universo?

Porque conocer los sitios donde la probabilidad de encontrar un cuerpo era más alta, permitió un descubrimiento acelerado de los planetas y planetoides que se fueron sumando al inventario preexistente.

¿Tiene esta ley una explicación física?

Sí, efectivamente, la ley de la Gravedad define las distancias de equilbrio en que los cuerpos igualan sus atracciones mutuas, en función de sus respectivos volúmenes y densidades. Esta ecuación refleja las posiciones resultantes para un sistema cuya composición es precisamente la del Sistema Solar.

¿Es esta ley eterna e inmutable?

Las distancias entre los cuerpos del Sistema será siempre la que define la ley de Titius- Bode, salvo cambios de volúmenes o irrupciones de nuevos cuerpos.

Ambas cosas son posibles, ya que existe una cierta acreción de partículas cósmicas, y aproximaciones de cuerpos como los cometas o meteoritos, y hasta emisiones desde el cuerpo solar, que definen el dinamismo propio de los tiempos geológicos.

Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela

Este post lo he construido sobre la base de un apunte de mi propia autoría que se identifica como sigue:

Argüello, Graciela L. 2006. «La Tierra como planeta integrante del Sistema Solar» Cuadernillo didáctico Nº II, Capítulo 1. Para circulación interna en la U.N.R.C. 17 páginas.

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P.S.: La imagen que ilustra el post procede de este sitio.

El Sistema Solar y las leyes que lo rigen. Parte 2.

elipse

Figura 1. elipse.

Este post es la continuación del que subí el lunes pasado, que me resultó³ un poco extenso porque, como me pasa siempre, me entusiasmé demasiado escribiendo. 😀 .

Las preguntas que allí respondí son las siguientes:

¿Quién era Kepler y cuándo formuló sus leyes?

¿Cuántas son y a qué se refieren las leyes de Kepler?

¿Qué dice la primera ley de Kepler?

Y hoy retomamos desde allí.

¿Qué es una elipse?

Es el lugar geométrico de todos los puntos para los cuales la suma de las distancias a dos puntos fijos, llamados focos, es constante. (Vean la Figura 1).

Esto se puede decir más fácil a través de una fó³rmula, aunque no lo crean, y es la siguiente:

a+b=c+d

En otras palabras, no importa dónde se paren ustedes a lo largo de la figura de una elipse, siempre la distancia desde ese punto al foco f1, más la distancia desde ese mismo punto al foco f2, será exactamente la misma, vale decir, que permanece «constantemente constante». 😀 .

Respecto a la otra palabreja, la excentricidad, se refiere a la medida de la desviación respecto a la circunferencia en que mejor se inscribe. Cuanto más se aproxima la relación entre ambos perímetros a 1, más parecida al círculo es la elipse correspondiente. Cuando se dice que las órbitas de los planetas son poco excéntricas, se está diciendo que no son excesivamente alargadas, como lo son, por ejemplo, las de los cometas.

¿Qué dice la segunda ley de Kepler?

El radiovector que une el sol con el planeta, recorre áreas iguales en tiempos iguales. Para esto, cada planeta se desplaza con mayor velocidad en la porción de su órbita más cercana al Sol. (Figura 2)

kepler
Figura 2 Segunda Ley de Kepler.

Para entender mejor la figura, les aclaro que en cada caso, el segmento entre los puntos a, b,c, y d, y el sol, está representando distintas posiciones del radiovector a lo largo de la órbita del planeta. O sea, marca el mismo radiovector, que se va desplazando. Y el planeta aparece dibujado dos veces, porque se trata de dos momentos distintos de su recorrido, pero obviamente es único.

En dos momentos diferentes, el área barrida por ese radiovector está representada por los triángulos circulares marcados como E y F. Y si ustedes se fijan, uno es más largo y flaco, y el otro más cortito y ancho, con lo cual (aunque el dibujo no está hecho a escala) E y F pueden considerarse áreas iguales.

Ahora bien, si esas dos áreas iguales (E y F) se barren en tiempos iguales, surge una consecuencia importante, que veremos ahora.

Fíjense no ya en el área sino en el borde solamente, es decir en la propia trayectoria del planeta. Entre a y b hay más distancia que entre c y d.

Pero la velocidad es igual al espacio sobre el tiempo, y si el tiempo no cambia, pero el espacio crece, necesariamente la  velocidad ha de aumentar en a-b, que es casualmente cuando el planeta está más próximo al Sol.

Digámoslo de otra forma, si me mandan a caminar entre la plaza y mi casa, distante diez cuadras, en dos horas, y después me dicen que en el mismo tiempo tengo que ir, en cambio, hasta el límite de la Provincia- a cientos de kilómetros de distancia-, sucederán dos cosas:

  1. tendré que correr mucho más rápido y
  2. lo mismo no voy a llegar ni a palos.

Pero, concéntrense en la situación 1 que es la que quería demostrar.

¿Qué explicación tiene este fenómeno?

Actualmente, esto puede explicarse en términos de energía. En una órbita elíptica, donde la distancia entre el cuerpo central y el que se mueve a su alrededor no es constante, la energía gravitacional requerida por el sistema disminuye cuando el cuerpo orbitante se acerca al central. En ese momento, la energía gravitacional excedente se transforma en energía cinética, que acelera al cuerpo. Inversamente, al alejarse la masa externa de la central, la energía cinética se transforma en gravitacional, perdiéndose así velocidad.

Esto se repite cíclicamente, y es resultante de la ley de la Gravedad que ya les expliqué en otro post.

Para su tranquilidad, lo puedo explicar más fácil. Si estoy corriendo alrededor de la calesita en movimiento, tomada del borde, es mejor que me agarre con las dos manos y estaré ocupando demasiada energía en no soltarme como para poder correr a mucha velocidad, pero si en cambio estoy asegurada a ella, digamos por un soporte rígido que me asegura que no saldré despedida, me quedará resto para correr mucho más rápido. Por las dudas no hagan la prueba, me alcanza con que entiendan el punto que quiero demostrar.

¿Qué dice la tercera ley de Kepler?

Los cuadrados de los tiempos de las revoluciones son proporcionales a los cubos de las distancias medias de los planetas respecto al Sol.

Esta ley se relaciona conceptualmente con la anterior, más lejos, menos velocidad.

Pero en este caso estoy hablando no ya del mismo planeta a lo largo de su recorrido, sino que estoy relacionando los planetas unos con otros, y viendo la proporcionalidad que existe entre sus posiciones y velocidades.

¿Cuál es la importancia de estas leyes?

Pues ellas permiten predecir y comprender todos los movimientos planetarios. Y por otra parte, señalan el pasaje desde lo que era antes una mezcla de ciencia, mitos, creencias, astrología mágica y especulaciones, a una astromía fundamentada en hechos explicables de modo racional.

Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela

Este post lo he construido sobre la base de un apunte de mi propia autoría que se identifica como sigue:

Argüello, Graciela L. 2006.» La Tierra como planeta integrante del Sistema Solar» Cuadernillo didáctico Nº II, Capítulo 1. Para circulación interna en la U.N.R.C. 17 páginas.

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El Sistema Solar y las leyes que lo rigen. Parte 1.

004Si ustedes han venido leyendo los numerosos posts etiquetados con la palabrita Cosmos, tendrán ya un panorama útil para ubicar a la Tierra en su contexto, como lo que es, una partícula apenas, en un todo que la contiene y que la condiciona.

Hasta este momento ya hemos mencionado y explicado un poco sobre los planetas que forman, con el nuestro, la corte que acompaña al Rey Sol en su viaje por el Universo.

Es hora entonces de detenernos para analizar, siquiera brevemente las leyes que explican algunas relaciones y regularidades del Sistema Solar.

Ya les he explicado la ley que podríamos considerar como la más universal y fundamental, válida para el Sistema y el Cosmos todo, que es obviamente la de la Gravedad.

Ahora vamos a ver un grupete de leyes más de acá nomás, del «barrio planetario», o sea las Leyes de Kepler.

Empecemos pues.

¿Quién era Kepler y cuándo formuló sus leyes?

Johannes Kepler (1571 – 1630), fue un personaje clave en la revolución científica, a través de su tarea como astrónomo y matemático. Nació en Alemania y luego de ser por un año colaborador de Tycho Brahe- matemático imperial de Rodolfo II- le sucedió en tal cargo cuando se produjo su deceso. A favor de las observaciones que le dejara Tycho Brahe, y las suyas propias, en 1601 elaboró las leyes que hoy nos ocupan.

La vida de Kepler es apasionante, pero hay algunas notas de color que merecen distraernos por un momento, antes de volver a las Leyes que le valieron un lugar en la historia de la Ciencia.

La madre de Kepler ejercía como curandera y herborista, y era seguramente una apasionada de los fenómenos naturales, pues fue ella quien lo acompañó a un lugar descampado y alto para observar el paso del cometa Halley en 1577. Esos intereses poco comunes le valieron una acusación de brujería, y fue precisamente Kepler quien la salvó de la tortura y la hoguera, tras dedicar largos años a redactar y presentar alegatos en su favor.

Kepler se casó dos veces, y tuvo un total de doce hijos, pero sólo la mitad de ellos llegaron a la edad adulta. Él mismo, que siempre había sido enfermizo, murió en Baviera a los 59 años.

En 1632, (dos años después de su muerte), en medio de la Guerra de los Treinta Añs, el ejército sueco destruyó su tumba y sus trabajos desaparecieron hasta 1773, cuando fueron afortunadamente recuperados por Catalina II de Rusia.

Por la enorme importancia de su obra, una cadena montañosa del satélite marciano Fobos fue bautizada como  «Kepler Dorsum» en su homenaje.

Hay por lo menos otros dos datos que merecen ser destacados en la vida de este sabio.

Por un lado, si bien varios astrónomos pudieron observar en 1604 la ocurrencia de una supernova en la Vía Láctea, fue Kepler quien llevó a cabo su estudio en detalle. Por esa razón, esa supernova, que fue la única observada y descrita en tiempos históricos dentro de nuestra propia galaxia, a sólo 13.000 años luz de distancia, fue denominada Estrella de Kepler.

Y el último dato de interés es que entre sus numerosas obras, figura «Somnium sive Astronomia lunaris», (El sueño o Astronomía de la Luna) que hoy se considera como el primer intento de novela de ciencia ficción del que se tiene conocimiento.

¿Cuántas son y a qué se refieren las leyes de Kepler?

Las leyes de Kepler son tres, y explican las relaciones dinámicas entre los movimientos de los planetas y el Sol. Es decir que expresan el modo en que se producen los movimientos de traslación en el Sistema Solar.

¿Qué dice la primera ley de Kepler?

Los planetas describen órbitas elípticas poco excéntricas, en uno de cuyos focos está el Sol.

Esto destierra la idea de círculos perfectos con que hasta muy poco tiempo antes se pretendía explicar los movimientos de los planetas.

Pero requiere un par de aclaraciones que veremos en la parte 2 de este post, que podrán leer el próximo lunes, a la misma hora y por el mismo canal 😀 .

Para ese post les prometo responder a las preguntas que ven más abajo. ¿Nos vemos entonces?

¿Qué es una elipse?

¿Qué dice la segunda ley de Kepler?

¿Qué dice la tercera ley de Kepler?

¿Cuál es la importancia de estas leyes?

Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela

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Argüello, Graciela L. 2006. «La Tierra como planeta integrante del Sistema Solar» Cuadernillo didáctico Nº II, Capítulo 1. Para circulación interna en la U.N.R.C. 17 páginas.

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P.S.: La imagen que ilustra el post procede de este sitio.

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