El Árbol de Competencias de la Pedología
Durante los últimos años de mi ejercicio docente, irrumpió fuertemente una nueva tendencia en la enseñanza en general, y en la de las ciencias en particular, conocida como «capacitación por competencias».
Yo he ejercido toda mi vida la docencia en el ámbito universitario, en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, más específicamente.
Esto implica que muchos de los docentes no tenían formación como tales, sino que eran profesionales y científicos, a veces brillantes, pero sin conocimiento sistemático de Didáctica, Pedagogía y otras Ciencias de la Educación. Como sospecho que eso no ha cambiado demasiado en los últimos años, considero que este post podría servirles.
Por los motivos ya apuntados, cuando comenzó la enseñanza por competencias, muchos de mis colegas docentes (no solamente los geólogos) no lograban comprender totalmente el significado de ese término «competencias», al que confundían con el de incumbencias profesionales. Esto se justifica en buena medida, porque en una de sus acepciones, competencia es sinónimo de incumbencia; pero no es ésa la acepción que hoy nos ocupa.
¿Qué se entiende por «educación por competencias»?
A diferencia de la enseñanza tradicional en la que se privilegiaba la aprehensión de contenidos, hoy el eje de la educación se ha movido en la dirección de cultivar y desarrollar capacidades para alcanzar objetivos, incluido el de saber cómo encontrar la información que se requiere en cada momento.
El saber enciclopédico que era nuestro norte, y del que no reniego sino que más bien estoy orgullosa, hoy ya no alcanza para construir un buen profesional o un buen científico, (aunque sea una base muy digna) y por ende ha ido quedando obsoleto. En otras palabras, saber muchas cosas es maravilloso, pero insuficiente, sobre todo porque en nuestros días el avance científico tiene una velocidad arrolladora, y se requiere una actualización permanente.
Cuando la gente de mi generación ingresaba a las facultades de ciencias, se le advertía que cada quince años, como máximo, todos sus conocimientos estarían perimidos, si no se tomaban el trabajo de actualizarlos continuamente. Creo que hoy quince años es un intervalo enorme, ante los cambios científicos y tecnológicos que se suceden actualmente a un ritmo mucho más acelerado.
De allí que archivar en la memoria lo que fácilmente puede consultarse en los sitios adecuados de la red, (siempre que tengan un referato que garantice la calidad de la información) pasa a ser un esfuerzo innecesario. Hoy es más importante entrenarse en determinadas habilidades a las que se conoce como competencias, que por supuesto están ancladas en conocimientos básicos, extensos y profundos, que son irrenunciables, pero que deben ser trascendidos.
Hoy se busca el dominio de estrategias que permitan resolver los problemas reales a los que un profesional o un científico deberá enfrentarse a lo largo de toda su vida laboral. Esas capacidades esenciales para elaborar dichas estrategias, repito, son las que se conocen como competencias.
¿Qué representa el árbol temático por competencias que presento en el dibujo?
Metafóricamente, la formación requerida por un profesional y/o científico está representada en ese árbol, a través de sus raíces, sus ramas y sus frutos.
¿Qué significan y cuáles son las raíces de este árbol?
Las raíces representan los conocimientos imprescindibles para la formación del estudiante. Son los puntos de partida, también conocidos como conceptos subsuntores o subsumidores. Sin ellos, todo el edificio de la educación por competencias se desploma, como lo haría un árbol sin raíces, o con raíces demasiado superficiales, débiles o enfermas.
Son conceptos básicos sobre los que se construye el nuevo conocimiento, y por ende la nueva capacitación, o formación de competencias.
En el caso de la Pedología, las raíces o conceptos previos, con los números que aparecen en el dibujo, son:
- Conocimiento sobre meteorización.
- Conocimiento sobre sedimentos y rocas.
- Conocimiento sobre Cartografía geológica.
Como sucede en la botánica, también esas raíces tendrán a su vez ramificaciones cada vez más finas hasta alcanzar el nivel de pelos radiculares, que representarían en un dibujo, los conceptos previos que cada uno de los tres enumerados arriba habrán requerido para su propia construcción.
¿Qué representan las ramas y sus frutos, y cuáles son?
Las ramas esquematizan los ejes temáticos sobre los que se debe trabajar para alcanzar sus correspondientes frutos, que representan a su vez, las competencias o desempeños resultantes.
Los ejes temáticos y las competencias que cada uno de ellos persigue son:
4: Eje temático (rama): Génesis de suelos, modelos de evolución, inferencias geológicas y climáticas. Competencias resultantes: Capacidad para planificar, dirigir y supervisar estudios de evolución, degradación y erosión de suelos.
5. Eje temático: Reconocimiento, clasificación taxonómica y utilitaria. Las competencias resultantes son las obvias.
6. Eje temático: Diseño y muestreo de suelos y técnicas de laboratorio. Los frutos de las ramas 5 y 6 son compartidas, ya que ambos ejes tienden a generar la capacidad de elaborar y aplicar sistemas de clasificación y tipificación científica y tecnológica de suelos y asesorar en la utilización de los mismos.
7. Eje temático: Legislación de suelos, con competencias resultantes como: capacidad de participar en la elaboración y ejecución de planes y de programas de conservación mejoramiento y recuperación de suelos y habilitación de tierras.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
Recuerdos de la docencia, por el día del maestro
Hoy vuelvo a los top ten de los momentos más risueños que pasé en el campo.
Lo que voy a contarles hoy no ocurrió una vez, sino de manera recurrente a lo largo de varios meses. Todos recordamos a algún alumno particularmente vago, y nos preguntamos muchas veces «¿Cómo llegó hasta acá?»
Y de uno de esos alumnos voy a contarles ahora. Pasados algunos años desde el momento en que padecimos a este estudiante en la cátedra, y después de que hubo rendido n veces la materia, logrando por fin el 4 que le habilitó a seguir adelante, reapareció con una novedad.
Este hoy ex alumno, al que llamaré X para no perjudicarlo, llegó a la cátedra, para informarnos que había decidido hacer su Trabajo Final en Pedología, con la dirección de los dos profes de la cátedra, es decir mi colega JS y yo.
En teoría, después del primer viaje al campo en el que le dimos la orientación necesaria, y ya con un plan de trabajo que habíamos discutido juntos, las siguientes visitas a su zona de trabajo debían ser simples controles de acompañamiento por parte nuestra, sus directores.
Pero no fue así. Cuando fuimos por segunda vez, no había casi nada completo, y lo que estaba hecho era un desastre. Consecuentemente, debimos ir numerosas veces para que al fin aprendiera algo y fuera llenando los huecos que tenía su informe.
Pero lo que marcó un hito en la Cátedra para siempre fue su respuesta constante. Toda vez que le hacíamos una pregunta, él decía: «¿En qué sentido me lo pregunta, profesor/a?»
Sin embargo, a veces las preguntas eran tan simples como:
¿Qué textura tiene este horizonte?, ¿hay erosión eólica en el sitio del perfil?, ¿qué espesor tiene el horizonte B?, y otras tantas por el estilo, a las que invariablemente respondía, como ya les conté: «¿En qué sentido me lo pregunta, profesor/a?»
Obviamente esa muletilla era su manera de reconocer que no tenía idea de lo que se le preguntaba.
Desde entonces y para siempre, cuando alguien preguntaba algo de cuya respuesta no teníamos idea, todos los miembros de la Cátedra decíamos, invariablemente, y muchas veces a coro: «¿En qué sentido me lo pregunta, profesor?»
A su modo, aquel pésimo estudiante hizo historia.
Un abrazo y hasta el lunes, con un post científico. Graciela.
Una entrevista de hace alrededor de un año.
Hoy les presento una entrevista que me realizaron en Radio Casilda, Santa Fe, en el Programa «La aguja en el pajar», el día 4 de mayo de 2019, sobre el tema «Piedras Preciosas».
Para escuchar la entrevista sólo deben hacer click en el link que les he dejado más arriba.
Un chistecito geológico.
Una sonrisita apenas, para inaugurar el fin de semana
-¿Sabés que por fin conocí a mi suegra?
-¿Y qué tal es?
– Una verdadera joya
-¡No me digas! ¿En serio?
– Sí, totalmente: es dura como el diamante, amorfa como el ópalo, colorada como el rubí, pesada como el oro, y barata como la amatista.
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Un abrazo y hasta el próximo lunes, con un post científico. Graciela.
Conceptos fundamentales de la Geomorfología. Parte 2
Como este post es continuación del de la semana anterior, en caso de que no lo hayan hecho ya, les recomiendo ir a leer la primera parte, antes de internarse en ésta de hoy.
La semana pasada contesté las siguientes preguntas:
¿Cómo y cuándo surgen estos conceptos?
¿Cuál es el concepto N° 1?
¿Cuál es el concepto N° 2?
¿Cuál es elconcepto N° 3?
¿Cuál es el concepto N° 4?
Desde aquí, seguiremos contestando las siguientes preguntas:
¿Cuál es el concepto N° 5?
Comienzo transcribiendo lo que expresó Thornbury.
En la evolución geomórfica la complejidad es más común que la simplicidad.
Como ya he señalado antes muchas veces, los sistemas naturales, por ser tan abiertos e intercomunicados, adquieren una gran complejidad. De allí que los paisajes resultantes tengan también historias donde lo simple es escaso, y resulta más bien de la falta de comprensión, o de la esquematización intencional por parte del hombre que intenta leerla.
Sin embargo, tampoco lo simple es inexistente en el relieve, de allí que se haya generado una clasificación de los paisajes que les presento a continuación:
- Paisajes sencillos: Son los que responden a un solo proceso geomorfológico. En un sentido muy estricto, casi ninguno lo es, salvo el caso de una colada de lava reciente, en la que todo el paisaje queda cubierto por ella, y no se visualizan rasgos de ningún otro origen; o tal vez en el de una corriente de lodo- también reciente- que genera una situación comparable a la mencionada. No obstante, cuando se da a la expresión «paisaje sencillo» en un sentido más amplio, pueden incluirse bajo esa designación aquellos relieves donde hay un solo proceso claramente dominante, aunque no llegue a ser excluyente. Es el caso de las dunas eólicas, las planicies fluviales, o los acantilados marinos, donde el viento, los ríos o el mar respectivamente son los causantes principales de las formas visibles.
- Paisajes compuestos: Son, en cambio, los que responden a la acción conjunta de varios procesos, y constituyen la gran mayoría de las topografías que se observan en una región dada. En ella accionan simultáneamente diversos procesos, como meteorización física y química, acción del viento, de los organismos, del agua corriente, etc.
- Paisaje monocíclico: Un paisaje, ya sea sencillo o compuesto, puede ser la respuesta a un único ciclo o a la sucesión de varios ciclos, separados por crisis tectónicas, climáticas, o eustáticas. En el primero de los casos, estamos ante los denominados paisajes monocíclicos. Si se trata de paisajes sencillos relacionados con el vulcanismo, la construcción del relieve se debe a una sola efusión. Si se trata de paisajes compuestos, todos los procesos se produjeron de manera continuada, sin interrupciones significativas.
- Paisaje policíclico: Se trata de los paisajes que sí han sufrido interrupciones causadas por las crisis mencionadas en el punto anterior. También en este caso, la policiclicidad puede afectar a paisajes sencillos o a paisajes compuestos. Supongamos, como ejemplo un paisaje sencillo compuesto solamente por lavas; si ellas corresponden a diversos pulsos de emisión, se formarán de todos modos paisajes policíclicos, sin que dejen de ser sencillos. En el caso de los paisajes compuestos, también todo el conjunto de procesos puede ser interrumpido por las crisis que ya hemos mencionado; y generar luego formas diferentes, sobreimpuestas a las anteriormente producidas.
- Paisaje resurrecto o exhumado: Se trata de paisajes policíclicos, naturalmente, pero pueden ser sencillos o complejos. Sea cual haya sido su historia pasada, resultan enterrados por alguna cubierta, que puede ser sedimentológica, de suelos, de glaciares, o bien de lavas. Pasado un largo intervalo, los rasgos de esa topografía vuelven a aparecer en superficie cuando la erosión, la acción antrópica, el tectonismo, o una combinación de todas esas acciones remueven la cubierta, y «desentierran» el relieve antiguo.
¿Cuál es el concepto N° 6?
La transcripción del texto de Thornbury es:
La mayor parte de la topografía de la Tierra tiene una edad que no va más allá del Pleistoceno, mientras que es exigua la topografía anterior al Terciario.
Después de haber leído lo anterior, ya les quedará claro que los paisajes que hoy vemos tienen historias con tantas alternativas que no pueden tener una larga permanencia sin que evolucionen a topografías totalmente diferentes. Recuerden que la Topografía se refiere solamente a la expresión superficial del relieve. No se está haciendo alusión a la Geología de la zona de que se trate.
¿Cuál es el concepto N° 7?
Comienzo con el texto de Thornbury:
La interpretación cabal de los paisajes actuales es imposible sin una apreciación total de las influencias múltiples de los cambios geológicos y climáticos ocurridos durante el Pleistoceno.
Hoy la parte que no convalidamos es la que le pone un límite temporal a las influencias geológicas y climáticas que se deben tener en cuenta al interpretar un paisaje. Cambios mucho más antiguos que los del Cuaternario son también partícipes de las geoformas resultantes. Si eliminamos las palabras «durante el Pleistoceno», el concepto conserva toda su vigencia, según seguiremos viendo en numerosos posts todavía por venir.
¿Cuál es el concepto N° 8?
Thornbury escribió en su momento:
Para comprender cabalmente la importancia variada de los diferentes procesos geomórficos es necesaria una apreciación de los climas del mundo.
No se dejen confundir por el parecido entre las formulaciones de este concepto y el anterior. En el N° 7 se hace referencia a cambios temporales de los climas, aquí en cambio se apunta a los cambios espaciales, es decir a la distribución climática en el planeta. Sobre este punto volveremos al hablar de los Dominios morfoclimáticos en un post futuro.
¿Cuál es el concepto N° 9?
Lo que dijo al respecto Thornbury fue:
Aunque el interés primario de la Geomorfología son los paisajes actuales, su utilidad máxima la logra por extensión histórica.
Ya al presentarles el Concepto N° 1, (el lunes pasado) les sugerí ir a leer el post sobre la Ley del Actualismo, formulada por Hutton. En ese post les expliqué el interés de extender ese principio tanto hacia atrás como hacia adelante en la historia. Eso que escribí entonces, explica este concepto. Si no lo han hecho ya, les sugiero ir a leerlo ahora.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La foto que ilustra el post es de la Polinesia Francesa.