Diez preguntas frecuentes acerca de la minería. Parte 1

minerosEste post incluye la primera parte de un conjunto de diez preguntas que el público en general se formula acerca de la minería, y que lamentablemente son muchas veces respondidas de maneras tendenciosas y sin fundamentos técnicos ni información fidedigna, puesto que todo el tema tiene aristas decididamente políticas e ideológicas.

Es así que vemos en nuestro país a cineastas, actores y actrices dando entrevistas en las que se «expiden» sobre el tema, sin tener una preparación profesional que los respalde.

Como ya he señalado en otros posts algunos aspectos relativos al papel que la minería cumple en la sociedad de consumo a la que a gusto o disgusto nos toca pertenecer, en este par de entregas me limitaré a intentar dar respuestas tan objetivas como me sea posible, a las preguntas que el ciudadano común se hace respecto a la explotación minera, pero si quieren ver los otros textos, pueden hacerlo siguiendo los respectivos links.

Ahora, sin más preámbulos, las cinco preguntas de esta entrega.

1. ¿Qué es la minería a cielo abierto?

Para empezar, no es una elección basada en preferencias personales de los habitantes de un sitio donde se encuentra un determinado yacimiento. Muy por el contrario es una metodología extractiva que responde a determinados factores tales como: tipo de mineral a extraer, emplazamiento geográfico, geológico y topográfico, valor del elemento que se obtiene, técnicas operativas disponibles, etcétera.

Es decir que sólo desde un profundo desconocimiento se puede aseverar que es posible decidirse a favor o en contra de la minería a cielo abierto por consideraciones ajenas a las puramente técnicas y pertinentes.

Y ahora sí, aclaremos que la minería a cielo abierto, o a tajo abierto incluye todas las explotaciones mineras que se llevan a cabo sobre la superficie del terreno, no por debajo de ella, como en las clásicas películas de mineros.

Es verdad que en algunos casos hay que hacer algunas excavaciones para destapar el material que se ha de explotar, separando la zona estéril de la que se ha de aprovechar.

Este tipo de explotación sólo es económicamente rentable si los yacimientos afloran en superficie o se encuentran a muy escasa profundidad. A veces se elige porque el terreno no es adecuado para laboreos subterráneos.

Pero insisto, no es una elección que pueda hacerse para satisfacer presiones políticas o sociales, ya que son otros los factores que llevan a ella.

2. ¿Cuánta agua se consume en los grandes proyectos mineros?

El uso del agua es una de las muy comprensibles preocupaciones de los ciudadanos que están afortunadamente conscientes de que se trata de un recurso valioso y escaso. Pero toda preocupación debe ser respondida con información real y objetiva hasta donde sea posible.

Es bueno entonces saber que la cantidad de agua que los proyectos mineros pueden tomar de la cuenca en la que están emplazados, debe ser establecida por la autoridad competente, a la que haremos alusión más adelante. En definitiva, si hay una mala regulación no es la minería lo que debe atacarse sino la norma que la rige y que eventualmente, y en sitios concretos podría considerarse inapropiada.

De todas maneras, es bueno dar algún ejemplo para que entendamos los órdenes de magnitud a los que estamos haciendo referencia. Y para mayor servicio, bueno es que usemos ejemplos tomados de los yacimientos que más se cuestionan en nuestros días en Argentina.

Tomemos el Río Jachal, en San Juan, en cuya cuenca se encuentran el proyecto minero Pascua Lama y la explotación de Veladero, activa desde 2005.

El Río Jachal cuenta con un aforo en la ciudad homónima, según el cual el caudal promedio es del orden de 10 metros cúbicos por segundo. Según los permisos emitidos, Pascua Lama puede extraer hasta 0,38 metros cúbicos por segundo (380 litros/s), y Veladero en cambio, fue autorizado a usar 0,115 m cúbicos por segundo (115 l/s). Este último valor es aproximadamente igual al consumo de una finca de 120 ha en esa zona que se mantiene con riego.

Si nos ponemos a hacer comparaciones, podemos aseverar que en zonas áridas, los cultivos regionales como viñedos, olivares o cítricos, requieren más agua por unidad de superficie que las explotaciones mineras.

Puede ser interesante también recordar que las pérdidas domiciliarias, el derroche en las grandes urbes, los caños maestros rotos, y hasta las filtraciones en los canales de cierta antigüedad, implican montos de agua literalmente desperdiciada, que pueden exceder con mucho a las cantidades usadas en minería.

Pero además hay que tener en cuenta otros dos puntos: el agua empleada en minería es reutilizada en su mayor parte, pues se pueden generar ciclos cerrados en muchos de los procesos.

El último tema es que el beneficio económico por litro de agua consumida es mayor en la minería que en cualquier cultivo.

Por supuesto, las cantidades utilizadas pueden exceder a las autorizadas, y es discutible lo que se hace con las ganancias, pero esos son temas a observar en otro aspecto que tiene que ver con los controles y las decisiones políticas, y los trataremos en otra pregunta.

3. ¿Cuál es el grado de contaminación resultante sobre el agua de las cuencas superficiales y subterráneas?

Eso depende de los procedimientos empleados y por supuesto también involucra a los controles. En general son los emprendimientos de mayor envergadura los que tienen mayor capacidad para tomar todas las precauciones para minimizar el impacto. Impacto que siempre va a surgir, porque NO EXISTE actividad productiva humana que no impacte sobre el ambiente.

Aquí se deben contrastar el costo y el beneficio. Si el deterioro ambiental excede al beneficio, no tiene sentido alguno aprobar un proyecto, sea de minería, urbanización, obras viales o lo que sea. Porque también una curtiembre, un polo sanitario con sus desechos patógenos, una megalópolis, un frigorífico o un cultivo que implique intensivas fumigaciones tienen un efecto sobre el medio, que se debe evaluar.

Existen, no obstante, como señalé más arriba, estrategias posibles para minimizar los cambios ambientales indeseables, que se diseñan en cada caso según el complejo funcionamiento del sistema afectado por la obra. De allí que sea difícil generalizar las explicaciones, pero puedo usar como ejemplo nuevamente uno de los proyectos tan cuestionados: Pascua-Lama.

La empresa Barrick, responsable del proyecto se ha comprometido a mantener inalterada la cantidad y calidad de las aguas de los cursos ubicados aguas abajo del emprendimiento, partiendo claro de la base de que las aguas que le llegan, por proceder de vertientes que han atravesado zonas mineralizadas, ya llegan cargadas de ciertos elementos que la hacen no apta para consumo humano directo.

Obviamente, la planta misma disminuirá el pH y aumentará el contenido de sales disueltas en las aguas que se drenen desde ella. Pero hay modos de disminuir este efecto.

La estrategia en el caso que nos ocupa, por ejemplo es impedir que los escurrimientos superficiales de las laderas por encima de la planta ingresen a los depósitos y se acidifiquen. Para eso están previstos canales de contorno aguas arriba que las intercepten, y las desvíen para devolverlas inalteradas aguas abajo.

Por su parte, las aguas de drenaje que se generen en los propios depósitos producto de precipitaciones directamente sobre ellos se interceptarán para su tratamiento hasta que alcancen calidad similar a la natural en la zona.

El compromiso incluye 38 puntos de monitoreo de la calidad del agua en territorio argentino que asegurarían la oportuna detección de eventuales cambios para establecer si son variaciones naturales o no. En el segundo caso, se aplicarían planes de respuesta inmediata para identificar la causa y remediarla.

Si se evita que los escurrimientos tengan altos niveles de contaminación, se resguardan las aguas infiltradas que recargan los acuíferos subterrános al mismo tiempo.

Es una vez más, importante señalar que hay una gran responsabilidad del estado para que tanto éste como todo otro compromiso asumido por las empresas involucradas en las actividades mineras se cumplan en todos sus puntos. De no cumplirse, la ley debe ser aplicada con todo su rigor.

Conviene recordar en este punto que en proporción, puede llegar a ser mucho más importante la contaminación por desechos cloacales en asentamientos urbanos, y vertidos ilegales de desperdicios fabriles, o lixiviados de cementerios parque. Sin embargo no se escuchan voces en contra de ninguno de esos productores de contaminación.

4. ¿Cuál es el efecto sobre los suelos?

En la zona de la explotación misma, los suelos lógicamente dejan de funcionar como tales, pero los de la zonas circundantes se preservan si el vector que lleva los potenciales agentes contaminantes, que no es otro que el agua, está permanentemente bajo estricta vigilancia.

De todas maneras, en casi todos los casos, cuando un territorio tiene condiciones tales que lo hacen apto para una explotación minera, difícilmente tendrá también suelos de alta capacidad de uso. Como se suele decir «cada terreno debe usarse según su vocación natural».

Puede agregarse que en las explotaciones modernas, los proyectos incluyen también un plan de remediación tal que a medida que se avanza y abandona un área, ésta no se deja en condiciones de total deterioro -como era lo corriente en el siglo pasado- sino que se se va recuperando con numerosas medidas como relleno y reforestación.

Conozco de cerca esas estrategias, porque me tocó traducir un informe técnico desde el alemán al castellano, con la descripción de las tecnologías que una empresa líder en el mundo, aplica como parte integral de sus desarrollos mineros.

5. ¿ Cuál es el uso del cianuro?

Ésta es una de las partes más cuestionadas y uno de los argumentos más esgrimidos en todo este tiempo de conflicto, de modo que vale la pena explayarse un poquito al menos.

Comencemos diciendo que el cianuro es un anión monovalente de representación CN, y que contiene el grupo cianuro (:C≡N:), es decir un átomo de carbono unido mediante un enlace triple con un átomo de nitrógeno.

Forma parte de numerosos compuestos, y de ellos el que se usa en minería es un complejo cristalino tetraédrico, el cianuro de sodio (NaCN).

En la naturaleza el cianuro se destruye por medio del ozono, por lo cual no es muy perdurable, aunque está presente en numerosos alimentos como las almendras, las nueces y las castañas, obviamente en cantidades inocuas.

Es generado también en los escapes de los automóviles, el humo del cigarrillo y en los productos de combustión de algunos materiales sintéticos.

La industria textil, es de hecho la principal consumidora de cianuro, muy por delante de la minería (más o menos en proporción 2/1, respectivamente).

Pero además existen otras actividades en las que se emplea cianuro, por ejemplo: para producir papel, pinturas,  pegamentos, y hasta algunas medicinas.

Un detalle que además no debe olvidarse es que la mayor parte del cianuro que se emplea en minería ES RECICLADO una y otra vez porque eso abarata los costos enormemente, y ninguna empresa está interesada en tirar un dinero que puede ahorrarse fácilmente.

Y por último, NO TODAS las explotaciones mineras emplean el cianuro: por ejemplo Veladero lo hace pero La Alumbrera NO.

Bueno, ha sido un post bastante extenso, por lo cual las otras preguntas van a una segunda parte, espero que no se hayan aburrido, y que tengan ahora más información para sus charlas de café.

Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.

 P.S: La imagen que ilustra el post es tomada de imágenes de Google

12 comentarios para “Diez preguntas frecuentes acerca de la minería. Parte 1”

  • Hola FELICITO la publicación e invito a la autora y a los lectores del blog a visitar la página de la A.P.P.M.A Asociación de Profesionales del Petroleo y la Minería Argentinos (asoc. profesional sin fines de lucro, en formación) con página en http://www.appma.com.ar y a participar de los foros, justamente uno de los últimos es el referido a la MINERIA A CIELO ABIERTO donde encontrarán muy buenos posts y si lo desean participar del debate. Atte, Sigfrido Nielsen

  • Graciela L.Argüello says:

    Gracias, Sigfrido, espero que la segunda parte no te decepcione, y paso a visitar la página. Un abrazo, Graciela

  • Graciela, no tiene poque decepcionarme… lo que he visto del blog me encanta, sos una educadora de alma.
    Sds Sigfrido
    (ya que estamos, yo me recibi de Geólogo en Cordoba en 1985, supongo que vos estabas en Rio Cuarto para esas fechas)

  • Graciela L.Argüello says:

    Si mal no recuerdo, en ese año ya estaba en las dos Universidades, yendo y viniendo como maleta de loco, Sigfrido.

  • terox says:

    Muy informativo… el problema es que, por un lado, se aborda este tema en forma «pasional» y no «racional». Pero claro, bien dicen que «el diablo está en los detalles». Si las cosas se hicieran siempre a derecho y tomando las precauciones previstas (en la ley, por ejemplo) no sería problema, pero muchas veces se han dado abusos y mucha gente desconfía…

  • Graciela L.Argüello says:

    En eso estamos de acuerdo, Terox, pero cuando las cosas se hacen mal, y con corrupción en el medio, todas las actividades son peligrosas. Imaginate una empresa constructira que «compre» una factibilidad y termine haciendo un edificio en una zona sin la suficiente capacidad portante, el desastre que puede causar. O un cine que «compra» el permiso minicipal sin tener salidas de incendios o alfombras ignífugas. En cualquiera de esos casos podrían morir miles y nadie saldría a decir que se termine la industria del cine o de la construcción. El gran secreto es hacer las cosas de la manera legal prevista. En nuestro país, las legislaciones no faltan, es que no siempre se cumplen, porque hay poco control, y mucha coima. Un beso Graciela

  • terox says:

    Será que much@s se creen «Erin Brockovich»…

  • Franco says:

    Hola Graciela. Celebro tu intención de aportar información objetiva sobre el tema. Pero me parece que entre los dos artículos no termina de quedar claro cuál es el papel del CN. No mencionas el funcionamiento del cianuro de sodio, cómo se lo usa para armar un complejo con el oro, por ejemplo (¿es así, no?).
    Una vez que se separa el oro (¿con qué otro mineral se usa?), ¿cómo queda el complejo de cianuro, y que se hace? ¿Va a los diques de cola, como es el tema? Si La Alumbrera no usa CN, ¿cómo es el proceso?
    Espero no importunarte mucho con las preguntas; seguro esta info la puedo encontrar por otros lados (recién estoy empezado a meterme en el tema) pero igual te dejo las inquietudes porque quizá te sirve para mejorar la explicación de las 10 preguntas. Igual, es difícil encontrar información objetiva, dudo de todo…

  • Graciela L.Argüello says:

    Hola, Franco, todas tus preguntas dan para un nuevo post específicamente sobre el cianuro, ahora que lo pienso un poco, pero te voy adelantando un par de respuestas. La Alumbrera hace separación gravitacional, no química; el cianuro que se separa del oro, se reinserta en el ciclo extractivo hasta donde es posible, y lo demás se intenta su retención en los diques de cola. Más detalles dan para ese nuevo post que ya estoy pensando, saludos

  • Guillermo Félix Guidet says:

    cómo separo poco uranio del oro sin dañarme ni a mi ni a la naturaleza?

  • Graciela says:

    Hola, Guillermo, el oro es un mineral de primera categoría, de modo que su búsqueda, extracción y tratamiento está sujeto a normativas muy estrictas. Como ignoro cuál es la situación en que estás intentando esa separación, te recomiendo que te acerques a la Dirección de Minería correspondiente a tu zona, y pidas un asesoramiento sujeto a derecho. Mal haría en recomendarte cualquier otra cosa. Saludos, Graciela.

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