Archivo de la categoría ‘Geología y literatura’

Más literatura con la Geología como protagonista

Ya les he presentado antes el libro Recuerdos de la Medianoche de Sidney Sheldon, y les he advertido que los párrafos que extraje en ese momento, y también ahora, narran hechos ambientados en la primera mitad del siglo pasado, ténganlo presente al leer este nuevo extracto que les presento.

…Casi todos los hombres que participaban en la perforación- los geólogos, agrimensores, ingenieros y químicos del petróleo- eran norteamericanos puesto que el nuevo torno rotatorio se había inventado en los Estados Unidos, y por ende los norteamericanos estaban má¡s familiarizados con su uso. El joven Demiris se desvivía por hacerse amigo de ellos.

Pasaba el mayor tiempo posible cerca de los perforadores, y nunca dejaba de hacerles preguntas. Almacenaba la información y la absorbía de la misma forma que la arena caliente absorbe el agua. Pronto advirtió que se utlizaban dos métodos distintos de perforación.

Se acercó a uno de los operarios que trabajaban cerca de una gigantesca torre de cuarenta metros de alto, y preguntó:

-¿Por qué se usan dos formas diferentes de perforación?…

Por supuesto el tema sigue, pero tendrán que esperar a otro viernes más adelante, o leer la novela, que les aseguro que es muy recomendable.

Un abrazo y hasta el próximo lunes, con un post científico. Graciela.

Un post que es invitación

Como estamos todos encerrados y tal vez aburridos, se me ocurrió invitarlos a leer mi última locura, en el otro blog que me pertenece (¿Y si hubiera una vez?). Allí he comenzado a subir por entregas un cuento que estoy escribiendo directamente en alemán, titulado Verrückte Abenteuer y cuya traducción va subiendo en cada sábado posterior a la aparición del original.

La relación con la Geología es simplemente la autora, es decir yo, porque pese a mis locas ocurrencias, sigo siendo geóloga hasta el fin de mis días. 😀

Para leer las partes ordenadamente, o buscar las traducciones, sigan los links, y para la continuación, sigan visitando cada tanto ese blog, porque recién van subiendo las dos primeras partes y son muchas más. (19 en total).

Un abrazo y nos vemos el próximo lunes, con más seriedad. Graciela.

Hoy la traducción prometida

Tal como les he prometido el viernes pasado, hoy les traduzco otra de esas joyitas que leemos en el libro Eating dirt, de Charlotte Gill.

Toma al menos cuatrocientos años para que vuelva a crecer naturalmente un viejo bosque, pero el tipo de tiempo requerido para generar suelo es geológico y del orden de los milenios. No se puede construir un suelo forestal en un invernadero o manufacturar la cubierta del suelo en una fábrica. La tierra es tierra, y eso es todo lo que será por todo el tiempo que lleve a los bosques generar suelo de nuevo. Las forestas del mundo pueden secuestrar carbón- 1.146 billones de toneladas- pero dos tercios de él no se almacenan en los árboles, sino bajo tierra, en el suelo y la turba.

Un abrazo, y nos vemos el lunes. Graciela.

Once again we enjoy the book «Eating dirt» by Charlotte Gill. Traducción al castellano el próximo viernes.

I am now sharing again a text extracted from the wonderful book «Eating dirt» by Charlotte Gill.

It takes at least four hundred years to regrow an old forest naturally, but the kind of time required to make soil is millenial and geologic. You can´t build a forest floor in a nursery or manufacture topsoil in a mill. The dirt is the dirt, and that´s all there will ever be for as long as it takes for the woods to grow it back. The forest of the world may sequester carbon- 1.146 billion ton of it- but two-thirds of this is stored not in the trees but underground, in soil and peat.

I hope you have enjoyed this text as much as I did. Until Monday. Graciela.

Un párrafo de una novela de Sidney Sheldon

Hoy les presento un párrafo de la novela «Recuerdos de la medianoche» de Sidney Sheldon, en el que el autor describe la vida en un campamento petrolero de la primera mitad del siglo pasado.

En este libro, hay varios párrafos que iré rescatando para ustedes porque tienen que ver con la Geología, más específicamente la Geología del Petróleo. Les cuento además, que este libro es la continuación de la anterior novela de Sheldon, Más allá de la medianoche.

…El campamento era una Torre de Babel de personas provenientes de una decena de países distintos y que hablaban sus respectivos idiomas. Demiris tenía buen oído y mucha facilidad para aprender las demás lenguas. Los hombres estaban ahí para construir caminos en el medio de un desierto inhóspito, levantas casas, realizar instalaciones eléctricas, establecer comunicaciones telefónicas, edificar talleres, organizar la provisión de agua y el sistema de cloacas, la atención médica y, según le parecía al joven Demiris, para llevar a cabo mil tareas más. Trabajaban con temperaturas superiores a los cuarenta grados, padecían el ataque de las moscas, los mosquitos, el polvo, la fiebre y la disentería. Aun en el desierto había una escala social. En la parte más alta estaban los hombres cuya misión era localizar el petróleo, y abajo, los obreros y también los empleados, a los que se conocían por el sobrenombre de «pantalones brillosos».

Ojalá lo hayan disfrutado, y vengan el lunes por un post científico. Saludos. Graciela.

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