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Otro paso para entender la Tectónica de placas.
Para poder entender el post de hoy, es indispensable que recuerden la primera introducción que hice en su momento sobre el tema, lo cual pueden ir a revisar en este post.
En ese prólogo, les presenté un listado de las cosas que resultan bien explicadas a través de esa teoría que marca el paradigma actual de la Geología.
Ahora, comenzaremos a explicar qué rasgos particulares tiene cada uno de los elementos de ese listado.
¿Cómo es la distribución de los océanos y continentes?
Hoy sólo nos referiremos a la forma superficial de los continentes y océanos. Lo que sucede en profundidad lo veremos más adelante, en otro post.
Con solamente mirar el mapa, puede notarse que hay una cierta correspondencia en los contornos de los continentes a uno y otro lado de los océanos principales. Es decir que podrían ser movidos imaginariamente hasta hacerlos coincidir entre sí, como las piezas encajantes de un rompecabezas, sin excesivas dificultades. Ese dato no es menor ni puede atribuirse a una simple casualidad, y resultó ser una observación vital para ir construyendo el actual paradigma de la Ciencia Geológica.
¿Cuándo se aludió por primera vez a esa característica?
Ya tan temprano como en 1620, Sir Francis Bacon, apuntó a la marcada semejanza, y mejor complementación entre las costas occidentales de África, y las del este de América del Sur.
En 1858, el geólogo Snider fue mucho más allá, atreviéndose a yuxtaponer los continentes del hemisferio norte, y a cerrar la brecha que entre ellos implicaba el Océano Atlántico, a los fines de poder dar explicación a la coincidencia de fósiles hallados en sendas capas de carbón de Estados Unidos y Europa. Una idea de lo que él planteó se observa en la Figura 1, que he modificado de este sitio. (Introduje las modificaciones sobre todo para eliminar el texto, que no tiene el suficiente rigor científico).
Más adelante también Baker, Taylor y otros rescataron esas observaciones.

Figura 1: cierre imaginario de los océanos
¿Qué validez tienen esas primeras observaciones?
Mucha, por cierto, pero con algunas salvedades.
Si en lugar de tratar de hacer coincidir los bordes emergidos, se intenta la reconstrucción a nivel de los bordes de las plataformas submarinas (conceptos que profundizaré en otro post), el ajuste es mucho más completo. Y se perfecciona más si no se toman en cuenta las modificaciones relativamente recientes, como avances de deltas hacia el mar, retrocesos de acantilados o antropizaciones como polders, etc.
En otras palabras, el hecho de las similitudes de costas existe, el tema es su mejor interpretación.
¿Quién intentó una primera explicación completa para lo observado?
Todos los autores mencionados fueron aportando ideas, que fueron muy inteligentemente reunidas por Alfred Wegener, meteorólogo alemán de quien ya les he hablado antes, en su libro Die Entstehung der Kontinente und Ozeane (El Origen de los Continentes y Océanos), aparecido en 1915. En ese texto, Wegener postulaba que los continentes habrían sido alguna vez parte de un todo, y por razones que se debían seguir investigando, se habrían fragmentado. Cada una de las porciones menores (los continentes) habrían comenzado a derivar como balsas sobre el océano que los rodeaba, hasta alcanzar las posiciones actuales. Su teoría se llamó por eso «Deriva continental», y volveremos a analizarla en detalle más adelante en varios posts.
El libro portador de esas ideas fue defenestrado, discutido y resistido primero, pero sería mucho después reconocido como el más completo y perfecto antecedente de la Tectónica Global.
¿Era correcta la interpretación de los hechos que hizo Wegener?
En gran medida sí. Tanto que hoy, recortando sus errores, constituye el núcleo central del paradigma vigente. El gran error, como veremos con mayor detalle a medida que avancemos en nuestra reconstrucción de la Tectónica Global, residió en el hecho de considerar a los continentes como unidades que se desplazaban sobre el océano, cuando en realidad los océanos y continentes se desplazan juntos como pasajeros de las placas, cuya superficie de deslizamiento es mucho más profunda que el fondo oceánico. En otras palabras: NO existe deriva de continentes, sino de placas tectónicas.
Pero eso ya es tema para otros encuentros, y antes debemos completar muchos conceptos previos. Precisamente por eso, en varios posts venideros seguiremos profundizando en los otros elementos de ese listado que les aconsejé ir a revisar. Así avanzaremos lentamente hacia la comprensión más profunda de la Teoría de Tectónica Global.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio, y lo he seleccionado porque es el más despojado de cuantos vi, de modo que no distrae de lo que quiero señalar.
Qué son las formas plutónicas. Parte 2.
Este post es la continuación del del lunes pasado, que les recomiendo ir a leer antes de internarse en el texto de hoy. En ese post respondí a las siguientes preguntas:
¿Qué son las formas plutónicas?
¿Cómo se clasifican las formas plutónicas en general?
¿Cuáles son las formas plutónicas concordantes?
¿Cuáles son las formas plutónicas discordantes?
¿Cuáles son las formas plutónicas subyacentes?
Hoy responderé las restantes preguntas que les anuncié el lunes pasado.

Figura 1. tomada de la página CATEDU
¿Qué es un lacolito?
Los lacolitos son formas plutónicas tabulares concordantes, que se generan cuando el magma se introduce entre capas sedimentarias preexistentes, en un ambiente próximo a la superficie. Debido a que los magmas que forman lacolitos son normalmente viscosos, ese material se termina acumulando en masas lenticulares, convexas hacia arriba, y con base aproximadamente plana y paralela a los estratos que intruye.
Los estratos superiores que tienden a deformarse, crean muy habitualemente abovedamientos que pueden llegar a detectarse en la superficie, por los cambios topográficos resultantes de la masa subyacente.
Pueden existir lacolitos múltiples, como se ve en la figura que ilustra el post, y los mayores tamaños que pueden alcanzar no suelen superar unos pocos kilómetros de anchura. Respecto a la forma que pueden asumir, es variable y muchas veces irregular, más allá de que siempre conservan la convexidad hacia su parte superior.
¿Qué es un filón capa o sill?
Un filón capa o sill, es una forma plutónica tabular y concordante que suele formarse cuando el magma alcanza las cercanías de la superficie. Puede afectar formas distintas y tener variadas composiciones.
Normalmente el sill se genera cuando el magma es inyectado a lo largo de superficies de estratificación o esquistosidad preexistentes, por lo cual la disposición horizontal es la más habitual, pero la concordancia no lo requiere, mientras respete los lineamientos previos, tengan ellos la posición que tengan.
Los sills son mayormente de espesor bastante uniforme y de gran extensión lateral, porque se asocian comúnmente a
lavas muy fluidas, por su bajo contenido en sílice. De hecho, la mayoría de los filones capa son de basalto.
Por supuesto, pese a que se trata de cuerpos concordantes, suelen presentar porciones localmente discordantes. En unos casos porque por allí han ingresado las lavas; y en otros porque las capas ofrecen localmente resistencias que es más sencillo rodear que respetar.
Los filones capa pueden llegar a confundirse con coladas de lava enterradas, pero estas últimas por lo común presentan en su parte superior los típicos alveolos resultantes del escape de los gases que se liberan cuando se alivia la presión de manera instantánea, al salir las lavas al exterior.
Además, las coladas salen hacia la superficie y luego resultan cubiertas por nuevas rocas, mientras que los sills se meten entre paredes preexistentes arriba y abajo. Por esa razón, en el caso de las coladas, solamente hay signos de metamorfismo por debajo de ellas, mientras que los sills metamorfizan arriba y abajo.
¿Qué es un lopolito?
También los lopolitos son cuerpos tabulares concordantes. Su nombre deriva de lopós, que quiere decir cuenca, hondonada o depresión, puesto que se trata de magmas intruidos en una cuenca estructural de existencia previa. Son volúmenes de gran extensión, con forma de alguna manera semejante a cucharas, por su concavidad superior; o a embudos si se toma en cuenta la vía de ingreso, generalmente discordante. Esa forma de cuchara o de embudo resulta de la baja viscosidad de los magmas que los forman, propiedad que les permite ocupar las depresiones sin generar abultamientos.
¿Qué es un facolito?
El último de los cuerpos tabulares concordantes es el facolito, masa de pequeñas dimensiones que se ubica en las charnelas de los pliegues, adelgazándose paulatinamente en los flancos hasta desaparecer. Los tamaños son altamente variables desde pocos centímetros hasta kilómetros.
¿Qué es un dique?
El primero de los cuerpos tabulares discordantes de los que hablaremos es el dique.
Los diques se forman por relleno de fracturas que cortan los lineamientos y estructuras de rocas preexistentes, según ángulos de 90° o muy próximos a ese valor.
Aunque en la mayoría de los casos los diques resultan de un único evento, también pueden ser causados por inyecciones múltiples, aprovechando la circunstancia de que las rocas al enfriarse se contraen, y generan zonas de debilidad que permiten nuevos ingresos de magma.
A veces, múltiples ingresos de magmas, dan lugar a lo que se denomina enjambre de diques. Dichos enjambres pueden ser subparalelos o radiales, con formas concéntricas, anulares y cónicas, según se dispongan las fracturas que facilitan el ingreso de los pulsos de magma.
Los diques pueden tener espesores desde pocos milímetros a más de un kilómetro, aunque comúnmente se observan en el rango de las decenas de metros. Se reserva el término vena, para cuerpos tabulares pequeños, sean concordantes o discordantes, pero de preferencia, portadores de cuerpos mineralizados explotables.
¿Qué es un filón?
Las descripciones de los diques se ajustan bien para los filones, con la salvedad de que las medidas de los ángulos con que cortan a los lineamientos preexistentes, no se aproximan a los noventa grados.
¿Qué es un batolito?
Dentro de los cuerpos masivos, los de mayor tamaño son los batolitos, cuyo nombre deriva de bathos= profundidad y lithos= piedra, lo que alude a su emplazamiento profundo.
Sus dimensiones, aproximadamente iguales en todas las direcciones, definen una baja relación entre su superficie y su volumen. Esto, sumado a su profundidad y gran tamaño, provoca un enfriamiento lento y de larga duración.
La definición de batolitos requiere extensiones superiores a 100 km² y la composición dominante es de rocas silícicas.
Se forman por actividad magmática continuada en el espacio y el tiempo, estrechamente ligada a los procesos de la tectónica de placas, ya sean de convergencia o divergencia. Por su relación con los procesos tectónicos se suelen clasificar como:
- orogénicos,
- post-orogénicos y
- anorogénicos.
Los batolitos orogénicos se desarrollan en los arcos magmáticos de zonas de subducción, como sucede en Chile y Perú.
Los batolitos post-orogénicos ocurren en zonas de extensión, en un tiempo posterior a la orogenia.
Los batolitos anorogénicos se forman en el interior de las placas, en corteza rígida, con bajo gradiente geotérmico y asociados con estructuras de rift.
Estos conceptos serán ampliados cuando nos adentremos en detalle en la tectónica global.
Los batolitos pueden constituir el núcleo de los sistemas montañosos, en los que la ascensión y la erosión han eliminado la roca circundante, exponiendo con ello el cuerpo ígneo resistente.
¿Qué es un stock?
Cuando el plutón ocupa un área de menos de 100 km², el nombre que se le asigna es el de stock. Muchas veces los stocks no son más que remanentes de batolitos, o batolitos cuyo ascenso y exhumación no se ha completado.
Finalmente les quiero recordar que todos esos cuerpos que acabo de describir pueden combinarse entre sí de maneras diversas, dando lugar a complejos plutónicos mucho más intrincados.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post fue tomada de este sitio.
La figura 1 es tomada de esta página.
¿Qué son las formas plutónicas? Parte 1.
Este post reconoce una introducción previa en este otro, que les recomiendo ir a leer antes de internarse en el texto de hoy. Esto es importante porque en ese post les he hablado de procesos y rocas plutónicas, conceptos que es importante distinguir del de formas plutónicas que les presentaré hoy.
¿Qué son las formas plutónicas?
Comencemos diciendo que la palabra deriva del latín, Pluto o Plutonis, nombre que designa al antiguo dios romano del mundo subterráneo y de los muertos; lo cual indica que el ámbito de aplicación del término es profundo.
En otra oportunidad, ya he señalado que una vez que un magma se forma, es corriente que tienda a ascender buscando el alivio de las presiones que lo confinan. El camino de ascenso, salvo en erupciones específicas, suele ser lento y trabajoso, y como va atravesando rocas cada vez más frías, es muy común que ese magma ascendente se solidifique finalmente, sin acceder a la superficie.
Es así que se producen las formas plutónicas, que no son otra cosa que cuerpos de magmas que se solidificaron por enfriamiento, en el interior de rocas preexistentes.
Si bien para muchos autores la expresión «formas plutónicas» es sinónimo de plutones, conviene señalar que Pitcher en 1993 reservó este último término sólo para los cuerpos no tabulares, según se los define en la clasificación que sigue a continuación.
¿Cómo se clasifican las formas plutónicas en general?
Existen en principio dos criterios de clasificación. El primero se refiere a la forma, y el segundo a la relación con la roca circundante.
Según su forma, existen plutones tabulares o laminares por un lado, y masivos por el otro.
Los cuerpos tabulares (de tabula= mesa) se caracterizan por tener una relación longitud/espesor mucho mayor que uno. Sus lados se presenan como superficies aproximadamente planas y subparalelas. Poseen una gran superficie, cuando se la compara con su volumen, lo que permite una rápida pérdida de calor. Esto permite la formación de una fábrica característica de la que ya he hablado en otro post.
Cuando estos requisitos no se cumplen, todos los restantes plutones se consideran masivos.
Respecto a su relación con las rocas de caja, los cuerpos pueden ser concordantes, discordantes o subyacentes.
¿Cuáles son las formas plutónicas concordantes?
Son aquéllas que se intruyen respetando en buena medida la orientación de las capas preexistentes que van atravesando. Por supuesto, esa concordancia (y también la discordancia) sólo se hace visible cuando las rocas intruidas exhiben alguna orientación preferente, o lineamiento.
Son concordantes los sills o filones capas, los lacolitos, lopolitos y facolitos.
¿Cuáles son las formas plutónicas discordantes?
Al contrario de las anteriores, son aquellas formas que cortan oblícuamente los lineamientos visibles en las rocas que atraviesan.
Son discordantes los diques y filones.
¿Cuáles son las formas plutónicas subyacentes?
Aquellas formas, normalmente masivas, cuya relación con la roca circundante varía notablemente en distintas porciones de su volumen, por lo cual no pueden considerarse ni concordantes ni discordantes, forman parte de este grupo.
Debido a que por su forma se movilizan con gran dificultad (son en realidad sus proyecciones tabulares las que van ascendiendo), el enfriamiento ocurre casi siempre en el lugar original de la cámara o a muy escasa distancia, por lo cual son cuerpos profundos y de allí su nombre.
Son formas subyacentes los batolitos y stocks.
Para la segunda parte de este post responderé las siguientes preguntas:
¿Qué es un lacolito?
¿Qué es un filón capa o sill?
¿Qué es un lopolito?
¿Qué es un facolito?
¿Qué es un dique?
¿Qué es un filón?
¿Qué es un batolito?
¿Qué es un stock?
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
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La meteorización física. Parte 2
Este post es la segunda parte del que presenté la semana pasada, de modo que deberían ir a leer esa entrada antes que ésta.
En ese momento respondí a las siguientes preguntas:
¿De dónde procede el término meteorización?
¿Qué subprocesos incluye la meteorización física?
Hoy comenzamos desde allí, describiendo cada uno de los procesos mencionados en el post del lunes pasado.
¿Qué es la expansión por alivio de sobrecarga?
Cuando las rocas se encuentran a cierta profundidad, soportan una considerable presión confinante, producto del peso de la columna sobreyacente, y de los materiales que las rodean.
Cuando la erosión las va desnudando, esa sobrecarga disminuye, lo que les permite una cierta expansión, que genera muchas veces diaclasas groseramente concéntricas y muy próximas entre sí. Es común, en tales casos la generación de lo que se conoce como sistema catafilar, por su semejanza con las capas o catáfilas de una cebolla.
El fenómeno en sí mismo es tanto atribuible a la meteorización mecánica, como al diastrofismo, entendiéndose por tal a la respuesta de deformación o ruptura de una roca, ante la aplicación de determinadas fuerzas y tensiones.
Sea cual sea el criterio que se prefiera aplicar, este proceso es sin embargo de la mayor importancia para el intemperismo, porque cada una de las superficies separadas desde el todo original, se constituye automáticamente en una vía de ingreso para el agua, y los demás agentes exógenos, capaces de acelerar la desintegración física, y la alteración química del material.
Este proceso suele ser tan lento como la mayoría de los geológicos, pero proveen a veces espectaculares ejemplos, pues algunas de sus manifestaciones son muy rápidas.
Cantos de basalto extraídos de fondos marinos muy profundos, se fracturan totalmente en pocas horas, al desaparecer las fuerzas confinantes que los mantenían intactos.
Es posible comprender mejor el fenómeno, si se lo compara con el procedimiento de descompresión de los buzos que han permanecido mucho tiempo a gran profundidad. Si la salida a la superficie fuera rápida, los pulmones virtualmente les estallarían por la veloz caída de la presión. Para evitar esto, la emersión se realiza por etapas programadas, o bien, en casos de emergencia, se lleva al nadador a cámaras especiales donde se va disminuyendo lentamente la presión.
También en los frentes de canteras recientemente abiertos, durante algunas horas, se evita la aproximación de los obreros, porque suelen producirse rupturas espontáneas, prácticamente explosivas.
¿Qué implica el proceso de contracción y dilatación térmicas?
A nivel teórico, la gran amplitud térmica que se genera en una roca expuesta en zonas desérticas, puede conducir a su ruptura, a través de un mecanismo que se conoce como termoclastismo o termoclastia (termós = temperatura; clasto= fragmento).
Esto es posible, en primer lugar, porque el bajísimo calor específico de la mayoría de las rocas, hace que una amplitud térmica atmosférica diaria de unos 60 a 70° C, común en los desiertos, alcance valores del orden de los 100 y aún más grados a nivel de la litología.
Por otra parte, es bien sabido que los materiales se contraen con el frío y se dilatan con el calor, lo cual implica esfuerzos y tensiones sobre los materiales.
Esto es casi despreciable sobre un fragmento de algún material homogéneo, pues en tal caso, la roca se contrae y dilata como un todo. No obstante, la mayoría de los cuerpos rocosos están compuestos por minerales de diferentes coeficientes de dilatación, por lo cual algunos, que se expanden más, ejercen presiones diferenciales sobre aquéllos que se dilatan menos.
Una repetición lo suficientemente larga de estos ciclos, podría llegar a desmenuzar la roca.
Hasta aquí, el análisis teórico. En la práctica, sin embargo, desde hace casi un siglo, se vienen realizando experimentos en los que las rocas se llevan a horno y a enfriamiento alternados, reproduciendo el equivalente de hasta 245 años en la naturaleza, sin obtener resultados apreciables.
Si bien algunos científicos intentaron por eso negar la termoclastia, hoy la postura es bastante más cautelosa. La explicación teórica se mantiene en pie, y se justifica su falta de éxito en el laboratorio, por una concurrencia de las siguientes causas:
- La dilatación que se consigue en un horno, no respeta las condiciones de confinamiento, que al menos en su porción inferior, soportan las rocas en el medio natural.
- La duración de los experimentos no es suficiente para alcanzar el estado de fatiga de alguno o alguno de los materiales que en la situación real, conduciría a su colapso.
- Es muy probable que la contracción y dilatación sean más efectivas cuando van acompañadas de algún grado de otra forma de meteorización química o física, previa o simultánea, que el experimento no puede reproducir.
Es por todo esto que se sigue pensando en el termoclastismo como en un proceso real, si bien, no tan importante como alguna vez se pensó. Y mucho menos como el efecto dominante en la meteorización física.
La importancia de los ciclos térmicos se hace mucho mayor, cuando se alcanza en algún momento el estado de congelamiento, por un fenómeno que se verá a continuación.
¿Qué es la expansión por crecimiento de cristales?
El crecimiento de cristales dentro de un espacio relativamente confinado puede generar presiones suficientes para desintegrar lentamente las rocas.
El agua aumenta su volumen al congelarse en aproximadamente un 9 %. Por otra parte, como les he explicado ya en detalle, el agua se congela primero en su superficie.
Cuando una fractura o un espacio poroso de una roca se rellena con agua, en algún lugar geográfico que permita su congelamiento, la capa superficial se solidifica, confinando el resto del agua en su interior.
Esta presión confinante disminuye el punto de congelamiento, con lo cual el agua tiende a migrar hacia abajo a espacios y poros cada vez más pequeños. Alcanzará finalmente en algún lugar, una temperatura en la que comienza a congelarse, generando cristales de hielo que con cada nuevo aporte (que puede ser diario si el congelamiento se produce durante la noche, y el calentamiento solar descongela la cubierta, permitiendo más ingreso de agua), irán aumentando de tamaño, y ejerciendo gran presión sobre las paredes de roca que los contienen.
Este fenómeno se conoce como crioclastismo, crioclastia, gelivación o gelifracción.
En climas donde el congelamiento no se produce, son cristales salinos los que pueden crecer en las grietas, a partir de soluciones portadoras.
La depositación puede deberse a sobresaturación y precipitación, o a evaporación del solvente, o a cambios de presión y /o temperatura, reacciones químicas, etc.
Cualquiera que sea la causa de la formación de cristales, su crecimiento en grietas preexistentes, genera presiones suficientes para romper la roca, en el fenómeno que se conoce como haloclastismo o haloclastia.
¿Cómo se produce la extracción por coloides?
Los coloides son sistemas que reconocen dos fases: un dispersante, y una fase dispersa que se encuentra tan finamente dividida como para aproximarse a la dimensión molecular.
En los suelos existen naturalmente dos coloides: los orgánicos constituidos por el humus, y los inorgánicos representados por las arcillas. Ambos son sumamente activos desde un punto de vista físico químico, y tienden a generar intercambios en los que pueden modificar estructuras y combinaciones minerales preexistentes.
Desde el punto de vista meramente mecánico, tienen una gran capacidad de adhesión a las superficies que los contienen, razón por la cual cuando se movilizan, pueden arrancar partículas muy pequeñas de la roca, como se ha comprobado repetidamente en laboratorio.
¿Qué influencia tiene la actividad orgánica?
Muchos de los organismos presentes en un paisaje dado, participan de manera directa o indirecta en la disgregación de las rocas.
Si bien tienen alguna actividad química, en este post sólo nos ocuparemos de sus acciones mecánicas, que son quizás las más relevantes.
Una de las más conocidas, es el efecto de cuña ejercido por las raíces que crecen en grietas -preexistentes siempre- que resultan ostensiblemente magnificadas por su acción. ¿Quién no ha visualizado alguna vez, la destrucción de veredas por el crecimiento de las raíces de un árbol? De manera semejante, son atacadas las rocas, cuyos pequeños poros dan cabida originalmente a meros pelos radiculares, y a lo largo del tiempo se ven invadidas por raíces siempre en vías de expansión y engrosamiento. Un ejemplo dramático aparece en la foto que encabeza este post.
Otro claro ejemplo es el pisoteo del ganado que genera un desgaste pocas veces tenido en cuenta. Para comprender este fenómeno, piénsese en las escalinatas de mármol de los edificios algo antiguos. Las partes centrales de los escalones, aquéllas que están más sujetas al roce, por el tránsito de las personas, están normalmente hundidas, o adelgazadas con relación a las partes exteriores, que sirven de testigos del deterioro. Si esto pueden provocarlo personas con pesos promedio de 60 a 80 kilos, ¿qué puede producir el continuo paso del ganado sobre rocas milenariamente expuestas a tal tránsito?
La acción de los animales cavadores- topos, tucos, vizcachas, y aun lombrices- no debe menospreciarse ni sobredimensionarse. Los efectos que producen son siempre sobre sedimentos previamente desagregados. No existe tan formidable vizcacha que pueda hacer su cueva en un granito fresco; pero sí es importante la movilización de materiales desde posiciones protegidas, hacia la superficie, en donde son sometidos a nuevos ataques, sobre todo químicos, o puestos a disposición de los agentes erosivos.
Por último, si consideramos la acción del hombre que es un ser vivo más (aunque a veces parezca no muy vivo, cuando no decididamente tonto 😀 ) los grados de alteración mecánica que puede generar en el paisaje son por un lado indiscutibles, y por el otro, muchas veces indeseables.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La foto que ilustra el post muestra el efecto del crecimiento de las raíces sobre una roca y es del Parque Yellowstone en USA. Y el texto de este post está basado en mi propio libro:
Argüello, Graciela. 2002. LOS RECURSOS SUELO Y AGUA. Libro de Texto para el Trayecto Ciencias de la Tierra, del PROGRAMA DE POSTITULACIÓN EN CIENCIAS NATURALES, de la F.C.E.F. y Naturales de la U.N.Cba. Versión actualizada, corregida y aumentada.86 págs. ISBN Nº 987-9406.
La meteorización física. Parte 1
En otro post ya les di el marco y las primeras definiciones relativas a la meteorización. Les recomiendo empezar repasando esos conceptos. En ese post les prometí que seguiría con el tema, y el momento ha llegado.
Ya saben ustedes (si no siguieron el link, síganlo ahora) qué es la meteorización, y que existen dos formas generales de la misma: la física y la química. Hoy empezaremos con la primera de ellas.
Pero antes, hablemos un poco de la etimología de la palabra misma.
¿De dónde procede el término meteorización?
Etimológicamente, la palabra meteorización está directamente relacionada con el término meteoro, procedente del griego μετέωρο que significa «que está en los cielos». De ella surgió en el latín medieval, meteorum, y desde allí se fue incorporando a diversas lenguas.
Esta historia, y la similitud semántica con las palabras que en inglés (weathering) y alemán (Verwitterung) designan a la meteorización, indican claramente que originalmente se definía como meteorización a la acción de los meteoros, o fenómenos atmosféricos, sobre las rocas expuestas en superficie. No obstante, luego ese concepto debió ampliarse hasta abarcar también ciertas acciones biológicas, inclusive las antrópicas.
Repitiendo lo ya dicho en el post que les mandé a leer, puede definirse entonces, a la meteorización o intemperismo, como el efecto de descomposición química y/o disgregación mecánica de las rocas, in situ, por acción de la intemperie y de los organismos.
Este enunciado permite distinguir los fenómenos de meteorización de los erosivos, ya que estos últimos implican un agente de transporte, y una importante movilización de los materiales a lo largo del proceso; mientras que la expresión in situ, señala precisamente que todos los cambios ocurren esencialmente en el mismo lugar, sin incluir transporte significativo.
Obviamente, como sucede toda vez que se pretende acotar fenómenos naturales, se está incurriendo deliberadamente en una simplificación, ya que la complejidad de los sistemas involucrados así lo requiere. Efectivamente, se debe aclarar que en realidad, los materiales, durante la descomposición y/o disgregación por el intemperismo, siempre están sujetos a algún grado de migración, aun cuando sea ínfima.
Por otra parte, tan pronto como se separan de la roca original, los productos de la meteorización son incorporados al ciclo erosivo, el cual requiere a la meteorización como un fenómeno previo, puesto que no existe manera de que una roca inalterada, que puede implicar afloramientos de muchos kilómetros, y miles de toneladas, sea movilizada por el viento o el agua. Sólo podrá serlo, si antes la meteorización la ha desagregado a un tamaño conveniente.
Desde este punto de vista, podría decirse que primero procede la meteorización, y luego la erosión remueve sus productos.
No obstante, en la práctica, tan pronto como cada partícula es liberada, se incorpora al material en tránsito, mientras el intemperismo continúa. Es decir, que ambos procesos- meteorización y erosión – resultan , en definitiva, virtualmente simultáneos, y la frontera entre ambos es muy difusa.
¿Qué subprocesos incluye la meteorización física?
Aclaremos primero que al igual que la meteorización química, (que veremos más adelante) la física o mecánica comprende a su vez, numerosos subprocesos que se desarrollan sincrónicamente entre sí, y también simultáneamente con los químicos.
El sistema resultante es de gran complejidad, pero para una mejor comprensión, es conveniente analizar aisladamente por lo menos los subprocesos más importantes, a saber:
- expansión por alivio de sobrecarga,
- contracción y dilatación térmicas,
- expansión por crecimiento de cristales,
- extracción por coloides, y
- actividad orgánica.
Cada uno de estos subprocesos serán descritos en el post del próximo lunes, que será la continuación del presente.
Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.
Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La foto que ilustra el post es Arches Park, en USA, y muestra paisajes resultantes de la interacción de procesos también erosivos y de remoción en masa, pero sobre todo de intensa meteorización. Y el texto de este post está basado en mi propio libro:
Argüello, Graciela. 2002. LOS RECURSOS SUELO Y AGUA. Libro de Texto para el Trayecto Ciencias de la Tierra, del PROGRAMA DE POSTITULACIÓN EN CIENCIAS NATURALES, de la F.C.E.F. y Naturales de la U.N.Cba. Versión actualizada, corregida y aumentada.86 págs. ISBN Nº987-9406.