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Los albores de la minería cordobesa.

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En buena medida inspirada en el libro «La minería cordobesa, una mirada a su historia», que ya les presenté en otro post hace más de un año atrás, he elaborado varios posts, resumiendo parte de la valiosa información obtenida en ese texto, pero agregándole el producto de mis propias búsquedas, y mi toque personal.

Éste es el primero de esos posts.

¿Quiénes habitaban el territorio de la actual provincia de Córdoba antes de la llegada de los españoles?

El poblamiento primitivo de la Argentina es seguramente muy posterior a las primeras migraciones del hombre desde Asia al continente americano, hecho que se calcula tuvo lugar hace unos treinta mil años, esto es, durante el Paleolítico superior, (último de los períodos arqueológicos de la Edad de la Piedra tallada), que corresponde geológicamente al Pleistoceno tardío, dentro del período Cuaternario en la era Cenozoica.

La llegada al territorio de lo que actualmente es Argentina no está del todo dilucidada, pero hay cierto consenso en establecer una ventana de tiempo entre los 12.000 y 10.000 años antes del presente.

En Córdoba. en el sitio denominado Ayampitín se hallaron molinos de piedra y otros rastros con una edad aproximada de 8.000 años a. C.

De lo que se tiene mejor conocimiento es de que a la llegada de los españoles, los aborígenes que ocupaban el territorio que hoy corresponde a la Provincia de Córdoba, pertenecían a diversas tribus: los comechingones y sanabirones pertenecían a la etnia que se clasificó como de indios andinos o andinizados, había también malquesis y quelosis al norte de Mar Chiquita; y los pampas y ranqueles ocupaban el sur del territorio.

Los comechingones habitaron las sierras ubicadas al oeste de la provincia de Córdoba, y según los describieron los cronistas españoles, eran individuos altos, de tez morena y a diferencia de otros aborígenes, tenían barbas. Vivían del cultivo de la tierra, y la caza y recolección de frutos silvestres y habitaban cuevas semisubterráneas que ellos mismos excavaban, o aprovechaban los abrigos rocosos naturales, que hoy se conocen como aleros y que son característicos de las sierras. Su aprovechamiento de los recursos minerales se reducía a la fabricación de hachas, raspadores y puntas de flecha, a partir de las piedras del lugar.
Los sanavirones, en cambio, habitaban más al este, en las amplias llanuras que llegan hasta la depresión de Mar Chiquita. Se los tiene por labradores sedentarios que cultivaron el maíz y también se alimentaron de los frutos agrestes y de la pesca. Desarrollaron la alfarería, lo que demuestra que debían explotar las arcillas para elaborar al menos dos clases diferentes de cerámicas decoradas: una con motivos geométricos grabados, y otra con adornos pintados en negro y rojo. Esta última requería seguramente también la explotación de óxidos.

Los ranqueles y pampas mantuvieron su dominio por mucho más tiempo luego de la llegada de los españoles y son conocidos por sus ataques a las poblaciones invasoras, en forma de malones.

¿Cuáles son las primeras explotaciones de que se tiene noticia en Córdoba, en el período prehispánico?

Ya hemos visto que naturalmente algunas de las tribus de la región ejercían al menos algunas formas rudimentarias de explotación mineral, pero ésta se vio reencauzada y modificada en sus objetivos, cuando el dominio incaico avanzó desde el noroeste.

Aunque algunos estudiosos niegan tal dominación, hay hallazgos arqueológicos que la demuestran, tanto como la propia lengua quechua que todavía hoy se habla un poco más al norte de Córdoba. También los caminos construidos según el estilo incaico hablan de un avance desde el Perú que habría ocurrido hacia el año 1480, con un objetivo principalmente económico, para explotar los yacimientos mineros.

¿Qué se extraía en ese momento, y cómo?

Hasta la llegada de los incas, la explotación estaba orientada a obtener la materia prima para sus emprendimientos de alfarería, y se centraba en sitios como Ongamira (Departamento de Ischilín), Cuchiyaco, Ayampitín (Dpto Punilla) Agua de Ramón, Quillinzo y Malagueño entre otros.

Los pueblos originarios no mostraban interés alguno en explotar el oro hasta la llegada de los peruanos, quienes lo exigieron como tributo al Inca.

Fue entonces que se vieron obligados a extraer oro, plata y cobre de diversos yacimientos en los que hoy son los departamentos Minas, Pocho, San Alberto, Punilla, Calamuchita y Río Cuarto.

Se generó por entonces la leyenda de la Ciudad de los Césares, que localmente se llamó Trapalanda, que estaría ubicada en el Valle de Traslasierra y la Sierra de Comechingones, y que sería un reino de inconmensurables riquezas, que habría de tentar más tarde a los conquistadores españoles.

La procedencia de los metales preciosos es hoy algo incierta, pero se presume que se explotaban pequeñas vetas en el Cº Uritorco y en los Departamentos que hoy se denominan Cruz del Eje y Punilla.

Yacimientos muy diseminados se habrían explotado también en los Departamentos Pocho y Minas.

El método extractivo era seguramente el que hoy se conoce como pirquineo.

¿Qué destino se le daba a esos elementos?

Dado el inicial desinterés de los nativos por el oro, éste sólo fue motivo de búsqueda a instancias de las exigencias de los incas que llegaron al territorio, con el solo objetivo de llevarse tales riquezas. Por ende, pocos son los ornamentos de oro que se encontraron todavía en poder de los aborígenes locales a la llegada de los españoles. En efecto, prácticamente toda la producción se enviaba en largas caravanas hacia el Cuzco.

¿Qué incidencia tuvo el estado de la minería prehispánica en el curso de los acontecimientos históricos resultantes?

Básicamente dos: por un lado, el reconocimiento de la existencia de metales preciosos incentivó el avance de las huestes españolas en procura de descubrir la famosa Trapalanda, sin importar el costo en vidas humanas de uno y otro lado.

Por otra parte, la NO explotación del hierro por los indígenas, que- aun en las zonas no de Córdoba, sino más al norte o más al sur, donde había yacimientos- no habían desarrollado esa metalurgia, significó una decisiva desventaja que a la larga implicó el éxito de los invasores españoles.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de imágenes Google, que me direccionó a este sitio.

Nuevo descubrimiento: los árboles que delatan la existencia de oro

Imagen1hojasHace ya un par de años, se dio a conocer una interesante noticia que podría revolucionar la historia de la explotación minera del oro.

¿De dónde procede la noticia?

De la Universidad de Perth, en Australia, cuyos científicos la liberaron a la comunidad geológica.

¿Qué dice la noticia?

En una zona de Kalgoorlie, donde se investigaban los bosques de eucaliptus, se descubrió que esos árboles concentran oro en sus hojas, procedente seguramente de los yacimientos que en la zona abundan.

¿Por qué sucede esto?

Kalgoorlie está en una zona muy próxima al Super Pit, una mina de oro de aproximadamente 3.6 km de largo por 1.6 de ancho y 512 m de profundidad, que se viene explotando desde fines del S XIX, cuando estalló la fiebre del oro en Australia.

Los árboles de la zona padecen sequías recurrentes, razón por la cual envían sus raíces muy profundamente a buscar agua subterránea, y así absorben con ella las partículas que se movilizan en suspensión, luego de atravesar los yacimientos circundantes.

Como el oro es tóxico para las plantas, lo concentran en las hojas, de las cuales pueden librarse de manera relativamente fácil.

¿Cuál es la importancia del hallazgo?

La cantidad que puede extraerse de las hojas es más que exigua, ya que se calcula que se requerirían las copas de 500 árboles para obtener una cantidad suficiente para hacer un anillo, pero no pasa por allí la importancia del descubrimiento, sino por la revolución que podría causar en los métodos exploratorios del metal precioso.

Efectivamente, analizar las hojas de los bosques de eucaliptus es mucho menos costoso y lesivo para el ambiente que cualquier otra técnica más tradicional, y ayudaría a descubrir yacimientos profundos en lugares insospechados.

Por otra parte, la capa de hojas secas podría incidir en la nueva generación de yacimientos supergénicos a largo plazo (plazo geológico es miles o cientos de miles de años).

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio, no conozco al autor.

Zamba de los mineros en versión de los Huanca Hua

Para disfrutar en el comienzo del fin de semana, una canción interpretada por los Huanca Hua

Un aporte sobre la canción Soy Minero.

File:Mina Inocente1.jpg

Cuando hace algún tiempo, subí a un post de viernes la canción Soy Minero de Antonio Molina, interpretada «en simultáneo» por su autor y por David Bisbal, la reacción de un colega de SEGEMAR, Marcelo Dalponte, apasionado por la minería, no se hizo esperar.

Gentilmente, Marcelo me mandó por mail el resultado de su trabajo, consistente en escribir la letra de la canción y algunas aclaraciones de términos empleados en ella, (que yo transcribo en cursiva y entre paréntesis). Por si todo eso fuera poco, agregó también una noticia biográfica de Antonio Molina.

Los invito a disfrutar conmigo este regalo armado por Marcelo Dalponte:

Soy Minero

Yo no maldigo mi suerte
porque minero nací
aunque me ronde la muerte
no tengo miedo a morir.
No me da envidia el dinero
porque de orgullo me llena
ser el mejor barrenero (el que hace los barrenos para la colocación del explosivo de una voladura)
de toda sierra Morena (cordillera del sur de España donde se encuentra por ejemplo la Faja Pirítica )
de toda sierra Morena.

Bajo a la mina cantando
porque sé que en el altar
mi madre queda rezando
por el hijo que se va.

Y cuando tengo una pena
lanzo al viento mi cantar

Soy minero
y templé mi corazón
con pico y barrena
Soy minero
y con caña vino y ron
me quito las penas
soy barrenero
porque a mí nadie me espanta
y quiero sólo el sonido
de una taranta (una de las variedades del canto flamenco)

Compañero, dale al marro (martillo minero de tamaño grande)
pa’ cantar mientras garbillo (garbillar es cribar el mineral, separararlo de la ganga)
que al compás
del marro, quiero
repetirle al mundo entero
yo, yo soy minero

Soy barrenero
porque a mí nadie me espanta
y quiero sólo el sonido
de una taranta
compañero, dale al marro
pa’ cantar mientras garbillo
que al compás
del marro, quiero
repetirle al mundo entero
yo, yo soy minero
yo soy minero.

Antonio Molina

Antonio Molina de Hoces (Totalán, Málaga, 9 de marzo de 1928 – Madrid, 18 de marzo de 1992) fue un actor y cantante español de copla y flamenco. Con una voz alta y un estilo inimitable, gozó de gran popularidad al frente de numerosos espectáculos teatrales y protagonizó varias películas.

¡Gracias, Marcelo Dalponte!!!

Y a todos los espero el lunes, un abrazo. Graciela.

P.S.: la foto que ilustra el post es de la Mina El inocente, y la tomé de Wikipedia.

La versión de la canción «Soy minero», por Antonio Molina

Ya les he presentado en otra oportunidad una excelente versión en la que David Bisbal acompaña- vía montaje especial- a Antonio Molina en este clásico de la canción minera.
Hoy, la canción completa por Antonio Molina. Disfrútenla, vale la pena.

 

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