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¿Qué son los meteoritos? Parte 2.
El sábado pasado, y con motivo del acontecimiento en Rusia, adelanté la primera parte de este post, respondiendo a las siguientes preguntas:
¿Qué son los meteoritos?
¿Las palabras meteorito, meteoro, estrella fugaz y aerolito, son sinónimos de meteorito?
¿Cuál es el origen de la confusión?
¿De dónde proceden los términos meteoro y meteorito?
¿Qué son las estrellas fugaces?
¿Qué pasa cuando un meteorito ingresa a la atmósfera terrestre?
A partir de ese punto, retomamos hoy el tema, con las preguntas que les adelanté en ese momento.
¿Son habituales los impactos meteoríticos en la Tierra?
Si uno piensa en los tiempos geológicos, la respuesta es sí, porque intervalos de unos pocos cientos o miles de años, implican habitualidad para una historia que abarca miles de millones de años.
Las muestras que se encuentran en los museos, correspondientes a numerosos restos concentrados en lugares como Campo del Cielo en Argentina, o en regiones australianas, y los muchos cráteres que se conocen, indican claramente que las caídas de meteoritos forman parte de los acontecimientos comunes en la Tierra.
La buena noticia es que la mayor parte de ellos se desintegra total o parcialmente en la atmósfera y sólo caen finalmente muy diminutos restos bastante inofensivos. Sólo los de gran tamaño constituyen noticia.
¿Se puede calcular su trayectoria con anticipación, como para saber si impactarán o no en el planeta?
Los cuerpos que se encuentran relativamente próximos a la Tierra, son vigilados permanentemente con ese fin, pero no debe perderse de vista que lo más que puede establecerse es una trayectoria probable.
Esto es así porque las posiciones relativas de los cuerpos en el espacio son resultantes de las mutuas atracciones gravitatorias que se ejercen entre ellos, y toda vez que un cuerpo se aproxima a otro, las trayectorias de ambos se influyen mutuamente.
Por esta causa, el equilibrio es dinámico y muta permanentemente, con lo cual el cálculo de un camino posible es bastante complicado, sobre todo porque no es sencillo tener permanentemente registrados todos y cada uno de los cuerpos que orbitan a la Tierra, lo cual incluye mucha chatarra espacia, además de satélites varios todavía en servicio.
¿Cuándo comenzaron a estudiarse los meteoritos?
La espectacularidad de los fenómenos relacionados con los meteoritos no podía menos que llamar la atención de los observadores, y desde sus primeras apariciones fueron objeto de adoración, y en casi todos los pueblos, los meteoritos se consideraban como regalos celestiales, o aun como las materializaciones de las mismas divinidades.
Es notable que sólo a partir de la segunda mitad del S. XVIII, se encarara con seriedad su estudio. Por primera vez en 1794, el alemán Chladni se pronunció a favor de un origen meteorítico para el hierro encontrado en Siberia veinte años antes.
Recién en 1803 se acepta dicha teoría con base en los informes que sobre la lluvia de piedras acaecida en Normandía, presenta una comisión de la Academia de Ciencias de Francia. No obstante, la explicación del origen de los meteoritos que se dio por ese entonces era harto caprichosa, ya que se los consideró como materia expulsada por los volcanes de la luna.
Sólo mucho más tarde se los relacionó con desprendimientos de otros cuerpos celestes.
¿Existen distintos tipos de meteoritos?
Sí, ciertamente, lo cual es muy lógico porque mucho y muy diferente es el material que constituye el Universo, razón por la cual, muy difícilmente podría existir un solo tipo de restos cayendo a la Tierra.
Hay, pues una serie de criterios que se aplican para clasificar a los meteoritos, de los cuales los más extendidos aluden a su composición química en un caso. y a su estructura en el otro.
¿Cómo se dividen los meteoritos según su composición química?
Según su composición química, los meteoritos se dividen en:
- Sideritos: constituidos fundamentalmente por Fe y Ni.
- Lititos: de composición aproximadamente semejante a la de las rocas ígneas terrestres.
- Litosideritos o siderolititos: de composición intermedia entre los dos grupos descritos anteriormente. El término que va adelante en la palabra compuesta. es siempre el del tipo de material dominante en el meteorito en cuestión.
- Tectitas: (nombre por algunos autores muy cuestionado) de composición vítrea.
- Carbonosos: El descubrimiento de la presencia de Carbono en algunos ejemplares meteoríticos ha abierto líneas de investigación tendientes a analizar las posibilidades de que exista materia orgánica en otros cuerpos planetarios, ya que según se sabe, el carbono es el elemento fundamental de toda la química orgánica. De todos modos, debe puntualizarse que la gran mayoría de los estudiosos consideran que el hallazgo de carbono en meteoritos se habría debido a contaminaciones posteriores al muestreo de campo.
¿Cómo se dividen los meteoritos según su estructura?
Según un criterio estructural, los meteoritos pueden ser considerados condríticos o acondríticos, según que presenten o no pequeñas formaciones esferoidales de minerales como olivino o broncita, que son conocidas como «condros».
Los condros van envueltos ordinariamente en una capa de material vítreo,y están incluidos en una masa térrea, por lo general presente solamente en los lititos.
¿Por qué nos interesan a los geólogos?
Porque son parte integrante del contexto que rodea a la Tierra, y en muchos casos constituyen un input de grandes consecuencias en el complejo sistema que debemos interpretar.
Por otra parte, son objeto de interés porque:
- en muchos casos, determinados modelados terrestres tienen que ver con la evolución de un cráter originariamente causado por la caída de un cuerpo meteorítico. La figura 1, por ejemplo, es un cráter de impacto meteorítico en las proximidades de Río Cuarto. (Foto bajada de la Red por gentileza de Juan Ignacio Martín Gonzalez)
- son capaces de generar sismos localizados como resultado de su caída
- forman ocasionalmente parte de las causas convergentes que explican muchos otros fenómenos catastróficos, que han dejado un registro permanente en la memoria planetaria, como las extinciones masivas, de las que algún día también vamos a hablar.

Figura 1. Cráter meteorítico en las proximidades de Río Cuarto, modelado con posterioridad por los agentes exógenos.
¿Qué información en particular pueden brindar los meteoritos?
Cabe finalmente destacar que la principal utilidad que se espera obtener al estudiar los meteoritos en detalle, es no sólo un mayor conocimiento del espacio extraterrestre, sino también un patrón comparativo que permita elaborar ciertas inferencias acerca de las capas profundas de nuestro propio planeta, que obviamente permanecen inaccesibles para la observación directa.
Dicha comparación es válida porque hasta el presente no se han detallado en los meteoritos elementos que no existan también en nuestro planeta, si bien aparecen a veces en formas poco comunes sobre la Tierra.
Por otra parte, también exponen evidencias sobre otros cuerpos celestes, cuando se da el caso de que se haya podido establecer casi incuestionablemente la procedencia.
Ejemplos de esta situación son: un pequeño meteorito, descubierto en la Antártida que se relaciona muy probablemente con la Luna; y otro que contiene entrampamientos de gases similares en su composición a los que ha determinado la sonda Viking para Marte, planeta del cual muy probablemente se ha desprendido el resto encontrado.
Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela
Este post lo he construido sobre la base de un apunte de mi propia autoría que se identifica como sigue:
Argüello, Graciela L. 2006. «La Tierra como planeta integrante del Sistema Solar» Cuadernillo didáctico Nº II, Capítulo 1. Para circulación interna en la U.N.R.C. 17 páginas.
La foto que lo ilustra es de este sitio.
Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.
Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela. .
¿Qué son los meteoritos? Parte 1.
Debido al reciente acontecimiento en Rusia, que implicó el ingreso de un meteorito a la Tierra, produciendo más de 1000 heridos de distinta consideración, y daños materiales, se imponen algunas explicaciones sobre el tema, y se justifica el adelantamiento del post nuestro de cada lunes.
Y a eso vamos.
¿Qué son los meteoritos?
Suelen ser también denominados uranolitos, y no son otra cosa que materiales desprendidos de cuerpos celestes, que impactan en la superficie terrestre.
¿Las palabras meteorito, meteoro, estrella fugaz y aerolito, son sinónimos de meteorito?
No, no todas son intercambiables entre sí, aunque ya sea por su etimología o porque designan fenómenos y objetos muy relacionados unos con otros, todos esos términos tienen una estrecha vinculación.
¿Cuál es el origen de la confusión?
Como adelanté más arriba, hay dos razones para la confusión.
En el caso de meteoro y meteorito, los términos parten de una misma raíz, pero contra lo que mucha gente cree, distan muchísimo en su significado, y el peor de los errores es el de creer que meteorito es diminutivo de meteoro. No señor, nada que ver. Como dije antes, sólo meteorito y uranolito son equivalentes.
Las otras dos expresiones designan un fenómeno que tiene que ver con los meteoritos, y ésa es la segunda causa de error en el uso de las palabras. Si bien estrella fugaz y aerolito se pueden reemplazar entre sí, no son sinónimos de uranolito o meteorito.
¿De dónde proceden los términos meteoro y meteorito?
Todas tienen su origen en el griego antiguo.
La palabra meteoro deriva de μετέωρος ‚ que quiere decir «en el aire», y se usa para designar a todos los procesos que ocurren en la atmósfera, en relación con el clima. Son entonces: la lluvia, un tornado, el granizo, etc. Como ven NO PUEDE usarse cuando de caídas de materiales cósmicos se trata.
Pero, cuando esa misma palabra se une al vocablo λιθος (que podríamos leer lithós, y que significa piedra), resulta una expresión equivalente a «piedra del aire» y allí nace el significado de meteorito, aunque después vaya mutando a lo que hoy designamos como tal.
Y ya que estamos, les cuento que aerolito, palabra que ya explicaremos en detalle, procede de άήρ (aer =aire y lithós, otra vez)Â y por su contexto se entiende como «piedra en el aire».
Finalmente uranolito, que sí es lo mismo que meteorito, no me canso de repetirlo, procede de Οὐρανός, Urano) nombre del dios del cielo, y cielo por extensión. Este término unido al consabido lithós, se entiende como «piedra del cielo».
Les pido que presten especial atención a las expresiones usadas en cada caso: una es «en el aire», y la otra «del aire». Ahora veremos la importancia del detalle.
¿Qué son las estrellas fugaces?
Cuando hablamos de estrellas fugaces, el término científico correcto es aerolito, y se lo usa para designar al conjunto de los fenómenos que acompañan a la caída, generalmente relacionados con alguna manifestación de luminiscencia.
Esto ocurre porque los cuerpos meteoríticos al caer en la atmósfera con gran velocidad, sufren una intensa fricción que generalmente los vuelve incandescentes.
Además, el rápido calentamiento, determina comúnmente la volatilización de la superficie externa del uranolito, liberándose moléculas que ionizan a las atmosféricas, produciendo otros fenómenos luminosos. La fantasía popular ha dotado de lirismo a esas manifestaciones, llamándolas «caídas de estrellas», o como venimos diciendo, «estrellas fugaces» y adjudicándoles la facultad de conceder los deseos formulados durante el breve lapso en que tienen lugar.
Ahora bien, me permito hacerles notar que ya la expresión «fugaz» indica una duración muy corta, y por eso mismo se está refiriendo a un proceso o fenómeno, y no a un objeto. Ergo, NO ES EL METEORITO.
Ufa ya lo dije mil veces, ¿les quedó clara la diferencia?
¿Qué pasa cuando un meteorito ingresa a la atmósfera terrestre?
Estos fenómenos terminan, o bien en la desintegración total del cuerpo, que en tal caso se denomina «bólido» y es cuando se produce todo lo relativo a las estrellas fugaces; o bien en su caída final sobre la Tierra, si el tamaño original era lo suficientemente grande como para sobrevivir a la fricción.
En este último caso, el resto que queda en la superficie de nuestro planeta constituye, (me parece que ya se los dije 😀 ) un verdadero meteorito.
Cuando un meteorito llega casi intacto a la Tierra, hasta resulta posible a veces, determinar una dirección de caída, que permite distinguir la cara anterior de la posterior.
Efectivamente, las altas velocidades de ingreso de los meteoritos en la atmosfera, implican una violenta compresión del aire que se les opone por delante, lo que aumenta la temperatura de la superficie meteorítica lo suficiente como para que algunos de sus elementos se fundan, cubriéndolos de una capa oscura y vitrificada.
Este efecto no se produce en la cara posterior, menos expuesta, lo que permite en muchos casos observar un contorno nítido de la materia vítrea que separa la cara delantera de la posterior. Hay ejemplos claros de esto en meteoritos recogidos en Australia hace más de cien años.
Bueno, hoy es sábado, y ni ustedes ni yo tenemos tantas ganas de sentarnos en la PC, de modo que ahora que se interesaron en el tema, puedo hacer un recreo hasta el lunes, cuando subiré la segunda parte, para responder muy sabrosas preguntas como las siguientes:
¿Son habituales los impactos meteoríticos en la Tierra?
¿Se puede calcular su trayectoria con anticipación, como para saber si impactarán o no en el planeta?
¿Cuándo comenzaron a estudiarse los meteoritos?
¿Existen distintos tipos de meteoritos?
¿Cómo se dividen los meteoritos según su composición química?
¿Cómo se dividen los meteoritos según su estructura?
¿Por qué nos interesan a los geólogos?
¿Qué información nos brindan?
Un abrazo y hasta el lunes. Graciela
Este post lo he construido sobre la base de un apunte de mi propia autoría que se identifica como sigue:
Argüello, Graciela L. 2006. «La Tierra como planeta integrante del Sistema Solar» Cuadernillo didáctico Nº II, Capítulo 1. Para circulación interna en la U.N.R.C. 17 páginas.
La foto que lo ilustra es gentileza de Juan Ignacio Martín González, y fue tomada en el Museo de Mineralogía Olsacher de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, durante una visita que realicé con mis alumnos, cuando él era uno de ellos.
Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
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¿Qué es una tormenta magnética?
Últimamente se viene hablando bastante de una fuerte tormenta solar, esperada para el año 2013, que causaría estragos sobre la Tierra, y sospecho que según se vaya acercando la fecha, el tema irá apareciendo más y más en los medios masivos de comunicación, de tal modo que no me parece ocioso escribir algunos conceptitos fundamentales, que hagan más comprensible el asunto para el público en general.
Los lectores asiduos ya habrán leído, me imagino, un post en el que describí las características más importantes del Sol, estrella central de nuestro sistema planetario. De no ser así, les sugiero que vayan a mirarlo un poco ahora.
¿Cuáles de los fenómenos solares debemos comprender para interpretar los efectos de las tormentas magnéticas?
Aquéllos que se producen en la fotósfera, como las manchas solares, que ya describí en el post al que hice mención más arriba, y, por tener mucho mayor influencia, los que ocurren en las zonas más externas, como la cromósfera y la corona, o entorno de radiación. Nominalmente dichos fenómenos más exteriores son: el viento y las erupciones solares, las protuberancias y las eyecciones de masa coronal.
¿Qué es el viento solar?
Es un fenómeno descubierto en 1962 por la sonda Mariner 2, y consiste en la proyección hacia el espacio exterior de partículas cargadas eléctricamente. Consta mayoritariamente de electrones y protones, que en su interacción con la atmósfera terrestre dan lugar a las auroras boreales, entre otras influencias menos notorias.
¿Qué es una erupción solar?
Asimov escribió alguna vez, que así como existen los vientos solares, hay también «huracanes» a los que conocemos como erupciones solares. En efecto, las erupciones no son sino eventos en que los vientos solares adquieren particular intensidad, normalmente relacionados con los periodos de máxima producción de manchas solares.
En definitiva, una erupción solar es una emisión particularmente violenta de partículas que puede alcanzar picos de energía de hasta 6 x10 a la 25 Julios y que genera luego, radiación electromagnética en todas las longitudes de onda del espectro, desde las largas (ondas de radio) hasta las más cortas (rayos gamma).
¿Qué es una tormenta solar?
Es el conjunto de eventos que incluye emisión de partículas ionizadas, y radiación, y que tiene lugar a lo largo de tres etapas, la primera de las cuales es una erupción solar, la segunda es un bombardeo de radiación, y la tercera es una eyección de masa coronal (en inglés CME).
¿Qué es una eyección de masa coronal?
También conocida como CME, por sus siglas en inglés (Coronal Mass Ejection), es una onda de radiación electromagnética y materia cargada eléctricamente que se proyecta hacia el espacio más allá de la superficie solar.
Cuando las eyecciones no alcanzan a escapar de la corona solar, se conocen como prominencias o protuberancias solares.
Además de los electrones y protones, el plasma eyectado puede eventualmente contener pequeñas cantidades de partículas más pesadas como helio, oxígeno o hierro.
¿Cuándo se produce una CME?
Según las investigaciones científicas más aceptadas, un fenómeno descrito como de reconexión magnética, es el responsable de las eyecciones de masa coronales y de las erupciones solares.
Una reconexión magnética no es otra cosa que un reordenamiento de las líneas de campo magnético, resultante de la mutua perturbación de dos campos magnéticos opuestos que se acercan entre sí.
Para alcanzar ese reordenamiento, se produce una liberación espontánea de la energía almacenada en los campos originales. Ocasionalmente, la energía liberada es de magnitud tal como para que algo de material se eyecte violentamente hacia el exterior. Por eso es que las CME y las erupciones solares ocurren en puntos próximos a los máximos de intensidad del campo magnético solar.
¿Cuándo una CME puede afectar a la Tierra?
Ya dijimos más arriba, que una CME es de alguna manera como una onda viajera, pero si cuando llega a la Tierra, su campo magnético está orientado al sur, puede tener numerosos efectos, entre ellos, reducir el campo magnético de la Tierra por un corto tiempo. En cambio, si su campo está orientado al norte, la onda se refleja inofensivamente en la magnetósfera, que no es otra cosa que la región alrededor de un planeta en la que el campo magnético de éste forma un escudo protector muy efectivo contra las partículas cargadas de alta energía procedentes del espacio.
¿Qué es una tormenta magnética?
Es el efecto que las perturbaciones solares produce sobre la Tierra, razón por la cual a veces se conoce también como tormenta geomagnética, y no es otra cosa que una perturbación temporal del campo magnético terrestre. Suele considerarse como la onda de choque de la tormenta solar, y llega entre unos pocos minutos y 24 a 36 horas después de producida ésta. Una vez que llega a la Tierra, puede durar entre 24 y 48 horas. Sólo ocasionalmente se puede prolongar por varios días.
¿Cuáles son los efectos que podría tener?
El flujo de rayos X de algunas tormentas solares incrementa la ionización de la atmósfera superior, lo cual puede interferir con las comunicaciones de radio en onda corta, y muy seguramente puede generar fallas en los sistemas de orientación por radar, en las comunicaciones satelitales y también tal vez en las redes de intercambio por ordenadores.
Por otra parte, si uno estuviera expuesto por fuera del sistema de protección natural que constituye la atmósfera, los protones, capaces de atravesar el cuerpo humano, podrán alterar algunas funciones bioquímicas. Pero ese tema es preocupación para astronautas, no para el común de los mortales.
Además ya ha tenido lugar una tormenta muy intensa en 2003, y ni siquiera hemos notado sus efectos, más allá de eventuales fallos en sistemas operativos de alta complejidad, de los cuales la mayoría de la población no depende.
Asimismo, en 1859, ocurrió la tormenta más intensa de tiempos históricos, y tampoco tomaron nota de ella otros que no fueran los astrónomos de la época.
¿Hay que tomar precauciones especiales?
Me parece que la más importante precaución es informarse, para no dejarse llevar por un pánico injustificado, y eventualmente, hacer back ups de aquellas cosas que uno almacena en Internet y que no quiere perder. Pero esto último, sólo por si acaso, y como una concesión a algún grado de paranoia que uno siempre tiende a tener. 😀
Espero verlos el próximo miércoles por acá.
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P.S.: La foto que ilustra el post fue tomada de una cadena de mails, e ignoro su autor.
¿Por qué sólo vemos una cara de la Luna?
Hoy voy a adelantarme un poco en la exploración del Sistema Solar, para responder a una pregunta que muchas veces formulan los niños.
¿Qué significa eso de la «cara oculta de la luna»?
En realidad, no se trata de nada escondido ni misterioso, sino simplemente de una parte de nuestro satélite que ya ha sido fotografiado y se conoce bastante bien, pero que no puede verse desde la Tierra, simplemente porque las posiciones relativas de Tierra y Luna son tales que siempre se observa desde aquí, uno solo de sus hemisferios.
Es más o menos lo mismo que cuando vamos al teatro y sólo vemos lo que ocurre sobre el escenario, porque estamos siempre sentados en nuestras butacas. No quiere decir que haya nada extraño ni mágico más allá del telón de fondo, es simplemente que no lo vemos desde donde estamos. Pero si un día les toca decir un verso o bailar el pericón allí arriba, verán todo lo que hay fuera de la vista del público general.
Ahora apliquemos esa idea a la forma en que vemos la Luna desde la Tierra.
¿Por qué siempre vemos la misma cara de la Luna, y la otra queda oculta a nuestros ojos?
Porque la Luna gira sobre sí misma (movimiento de rotación), pero también se mueve alrededor de la Tierra (movimiento de traslación) y ambos recorridos tardan aproximadamente lo mismo, es decir alrededor de 28 días para completarse. Por eso, mientras da una vuelta sobre sí misma, también gira alrededor nuestro y siempre nos va mostrando la misma cara.
Como esto se entiende mejor a través de las imágenes, los invito a ver un par de animaciones en prezi, que les he preparado sobre el tema. Por si no conocen el sistema, les cuento que primero tienen que esperar que se cargue el archivo y luego, para avanzar los cuadros, deben ir haciendo clik en la flechita que aparece al pie de la ventanita, y pueden apretar la flecha de regreso si quieren volver a mirar alguna parte en especial. Pueden avanzar y retroceder tantas veces como quieran hasta entender el proceso que les estoy explicando. Les aclaro que en la animación la palabra Luna está¡ siempre sobre la «cara oculta» de la Luna.
Si han entendido bien la diferencia que habría si la Luna no girara sobre sí misma, (en cuyo caso, sí veríamos todas sus partes) ahora pasemos a ver por qué es importante que además de girar y trasladarse, haga ambas cosas en tiempos más o menos semejantes. Y eso está explicado en otro archivo prezi.
Espero que les haya gustado el nuevo juguetito del blog. Si es así, me gustaría que me lo cuenten, para saber si puedo incorporar más de estos archivos.
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Nos vemos el miércoles. Un abrazo. Graciela
Más sobre el Sistema Solar: los asteroides.
Ya llevo varios posts tratando de explicar el contexto en el cual ocurren los fenómenos que modelan la Tierra, y hoy voy a seguir describiendo algunos de los elementos que componen el Sistema Solar, y de los cuales todavía no nos hemos ocupado.
Específicamente vamos a referirnos hoy a los asteroides.
¿Qué son y cómo se conocieron los asteroides?
Debo primero contarles que muy tempranamente en el estudio de la Astronomía, Titius y Bode trabajando por separado, llegaron a formular una ley que lleva sus nombres, y que describe a través de una sencilla ecuación, las relaciones de distancia entre los planetas hasta ese momento conocidos.
De hecho, muchos de los cuerpos que se conocieron con posterioridad se descubrieron explorando precisamente las zonas de probabilidad resultantes de esa ley. Por ser ella muy sencilla y además interesante, será tema de un post muy próximo.
La mencionada ley de Titius – Bode sugería que a una distancia de aproximadamente 2,8 unidades astronómicas a partir del Sol, debía encontrarse un planeta.
Aclaremos que una unidad astronómica es igual a la distancia promedio entre el centro del Sol y el de la Tierra. Al explicar la ley, en un próximo post explicaremos esto con más detalle, pero recuerden que la Tierra, a lo largo de su traslación, no siempre se encuentra a igual distancia del Sol, y por eso se habla de un promedio.
Pues bien, esa predicción resultante de aplicar la ecuación de Titius Bode, fue confirmada en el año 1801, al descubrir el astrónomo Giuseppe Piazzi, a aproximadamente esa distancia del Sol, un pequeño cuerpo al que denominó Ceres.
Luego se supo que Ceres no era el único elemento que orbitaba al Sol en la distancia correspondiente al intervalo entre 2,8 y 3,5 u.a., es decir entre Marte y Júpiter, sino que se trasladaban también allí, otros cuerpos a los que se fue designando como Eros, Vesta, Palas, etc, y a todos los cuales se llamó asteroides.
Todos ellos se encuentran en lo que se conoce como el Cinturón de Asteroides, y son los que dieron origen al nombre, pero existen también otros en otras posiciones del Sistema Solar, y constituyen grupos como los Troyanos, por ejemplo.
Un asteroide es un cuerpo estelar más pequeño que un planeta (aún menores que los hoy clasificados como planetas enanos, como Plutón, por ejemplo).
Se los denomina asteroides porque se asemejan en algo a las estrellas, y la palabra griega correspondiente (αστεροειδή) significa precisamente «de figura de estrella». El término fue acuñado por John Herschel.
Las estimaciones más recientes llevan el número de asteroides a casi dos millones, si se cuentan sólo los del Cinturón, y con diámetros mayores a un kilómetro.
Desde 2006, y según la Unión Astronómica Internacional, algunos asteroides como Ceres, y Eris se han reclasificado como planetas enanos, junto con Plutón. Otro tanto sucedió con Makemake y Haumea a partir del 17 de septiembre de 2008.
¿Qué explicación se da sobre su origen?
Hay quienes suponen que alguna vez los asteroides agrupados en el Cinturón formaban parte de un único planeta actualmente desintegrado, por causas que no se han dilucidado.
Otros en cambio sostienen que estos asteroides son los restos de un planeta en embrión, cuya integración final fracasó por causas que tampoco aparecen claras.
Algunas puebas esgrimidas por unos y otros puede ser un tema interesante para posts en el futuro, pero por hoy, me despido hasta el miércoles con un abrazo como siempre, Graciela.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
La imagen que ilustra el post fue tomada de este sitio en la red.