Una pequeña crítica a la inducción, de la mano de Popper
Ustedes ya saben que soy docente de alma y vocación y no solamente porque ése es mi trabajo, de modo que he intentado siempre fundamentar mis clases con conocimientos didácticos y pedagógicos.
En ese marco, he asistido a numerosos cursos y talleres donde se han llegado a proponer los más insólitos métodos de enseñanza. (Algunas anécdotas para los días viernes saldrán de allí, ya lo verán)
Entre esos métodos, la dichosa inducción viene reinando desde hace una parva de años, aunque también desde hace una parva de años, epistemólogos de fuste, como Popper, la hayan cuestionado.
Y hoy me permito sumar mi propio escepticismo, que parecerá menos herético si lo fundamento con esa opinión tan autorizada.
Recordemos que Karl Raimund Popper (1902-1994), nació en Austria, tuvo formación universitaria en el ámbito de la Lógica y debió emigrar a Nueva Zelanda por su disconformidad con el nazismo imperante en la época .
Pero no sólo era un disidente político, como ya les adelanté, también era un cuestionador de ese método que tanto se ha sacralizado: la inducción.
Para el que no lo sabe, el razonamiento inductivo o inducción se define como una modalidad consistente en obtener conclusiones generales a partir de premisas que salen de datos particulares.
Es decir algo así como partir de observaciones repetidas de objetos o acontecimientos de la misma índole para establecer conclusiones aplicables a todos los objetos o eventos semejantes a ellos.
Podría decirse que es la generalización al conjunto, de propiedades observadas en un número finito de casos.
Popper señala al respecto que inductiva es una inferencia que a partir de enunciados singulares o particulares avanza hacia enunciados universales a los que podría denominarse como hipótesis o teorías.
Es menester aquí explicar la diferencia entre enunciados universales y enunciados singulares. Según Popper, los primeros tienen el carácter de leyes naturales, y los segundos- a los que también denomina «condiciones iniciales»- se aplican a un acontecimiento concreto. Son estas condiciones iniciales las que describen lo que suele conocerse como «causa» del acontecimiento en cuestión; la predicción resultante de aplicar la teoría a esa situación particular, describe a su vez, lo que se denomina corrientemente como «efecto».
A renglón seguido, Popper critica el fundamento del método inductivo, pues los enunciados singulares nunca alcanzan un número suficientemente elevado como para asegurar su permanente y/o definitiva corroboración.
Por otra parte, para justificar la inferencia inductiva se debe establecer un principio de inducción. Popper limita la posibilidad de establecer dicho principio pues entonces todas las inducciones basadas en él serían en realidad propias de la lógica deductiva.
Popper rechaza también la doctrina de que las inferencias inductivas aun sin ser estrictamente válidas pueden alcanzar cierto grado de seguridad o de probabilidad.
Ahora bien, si el propio principio de inducción no se toma como verdadero sino como simplemente probable, debería recurrirse o bien a una regresión infinita o a una doctrina de apriorismo. En este último caso, si el enunciado del principio inductivo se acepta a priori, no se trata de un postulado científico sino de un dogma de fe.
A título personal, comparto en gran medida el escepticismo de Popper con relación al inductivismo, particularmente cuando se lo usa como fundamento para la metodología didáctica.
La experiencia docente indica que es por lo menos ingenuo suponer que enunciados de cierta complejidad puedan surgir de manera espontánea, por la mera manipulación de objetos de estudio (rocas, minerales, fósiles, mapas, fotografías aéreas, imágenes satelitales, etc.) sin un conocimiento teórico previo, siquiera muy básico.
Es como decirle a alguien: «Ve a buscar en mi escritorio». La réplica natural vendrá en la forma de una pregunta «¿Qué debo buscar?» Difícilmente se encuentra aquello que se ignora que se está buscando.
Por lo tanto, imaginar que un alumno después de «jugar un rato» con un grupo de rocas puede establecer por ejemplo que algunas de ellas son ígneas y otras en cambio, sedimentarias o metamórficas, es por lo menos de un optimismo exagerado.
Y no obstante, cada vez hay más textos «modernos» basados en premisas tan inocentes como «permitir que el alumno compare muestras para descubrir por sí mismo las diferentes texturas, (o estructuras, o minerales, rocas o lo que venga al caso)»
En mi modesta opinión, sin el marco teórico requerido, y sin los códigos sdecuados, se requerirá mucha suerte para organizar en una o dos clases el conocimiento que a los científicos abocados al tema le insumieron años de investigación compleja.
En definitiva, no creo en la actividad por la actividad misma. Los trabajos prácticos no deberían ser meras sesiones de manipulación de especímenes sin ton ni son.
Tirar unos cuantos ejemplares sobre la mesa y decirle a los alumnos que «los clasifiquen» es una actividad inconducente.
El docente tiene la responsabilidad de generar una actividad práctica con consignas claras, objetivos bien establecidos y por supuesto, con basamento teórico suficiente. De lo contrario, sería igualmente provechoso poner a los alumnos a jugar a la payana, esperando que después de un rato sean expertos petrólogos. Con mucha suerte, si uno le has dado un marco teórico previo, a lo mejor algunos llegan a reconocer cuáles de las «piedritas» son plutónicas y cuáles son volcánicas.
Y que se enojen los pedagogos si quieren.
Un abrazo, Graciela
Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.
Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
Presentación del libro La cena del dinosaurio y reportaje a su autora
Empezaré contándoles que gracias a los excelentes oficios de Dayana, hemos recibido un ejemplar obsequio de Ediciones del naranjo, del libro La cena del dinosaurio de Verónica Sukaczer, una novela dirigida a chicos desde los 11 años.
Debido a que se trata de un tema relacionado con la Geología, y más específicamente a los dinosaurios, que están de moda y apasionan al público en general, éste será sólo el primero de varios posts con distintos enfoques, acerca de esta novedad editorial.
Datos editoriales
Título: LA CENA DEL DINOSAURIO
Autor: SUKACZER VERONICA
Ilustraciones: TAMBUSCIO PABLO
Editorial: DEL NARANJO
Colección: LA PUERTA BLANCA
Formato: 19,5 x 13, 5 cm
Peso: 0,13 Kg.
Edición 2011, en Rústica
96 páginas
Precio: $28 pesos argentinos (a la fecha de publicación del post)
Librerías en donde puede conseguirse: se distribuye en toda la Argentina.
Compras on line: pueden utilizar los sitios de librerías como Tematika, Cúspide, etc.De yapa: los dos primeros capítulos del libro se pueden leer en La vida con subtítulos, el blog de V. Sukaczer.
Hoy les presento un reportaje a la autora, quien amablemente respondió las preguntas que yo le pasé a Dayana, y ella se encargó de reformular a partir de su mejor conocimiento acerca de las ciencias de la comunicación. Éste es el resultado de esa tarea compartida.
Espero que les interese, porque muy pronto subiré también mi lectura critica como geóloga, y además compartiré con ustedes algunos párrafos seleccionados que me gustaron de manera particular.
Vamos a las preguntas formuladas, que están en negrita, y lo que respondió Verónica Sukaczer.
– ¿Qué te motivó a elegir a un dinosaurio para esta novela?
-Antes que nada aviso que no soy fanática de los dinosaurios, sino que me encanta la historia. Y se dio que para contar «La cena del dinosaurio» necesitaba ambientar parte de los hechos en una era en donde reinaban… los dinosaurios.– ¿Cómo fue el proceso de investigación de los aspectos paleontológicos para armar la historia? ¿Consultaste a algún profesional especializado?
-Tengo un amigo geólogo (especialista en aguas termales, pero obviamente sabe de todo) a quien consulté con la obra ya terminada, para que me dijera si un capítulo en particular tenía errores o no. Antes de eso, Internet. Soy periodista, mi formación y mi interés es la investigación, del tema que sea, así que confío, justamente, en que sé investigar. Si lo hacía cuando no teníamos siquiera computadoras… cómo no voy a hacerlo ahora, que es tan fácil.
Los temas de investigación fueron variados y amplios. Algunos me resultaron sencillos y otros me llevaron a nuevas investigaciones para comprender, por ejemplo, los términos técnicos. A saber:-Eras geológicas. Acá me tuve que armar cuadros y me enredé con las suberas de cada era. Un lío.
-Formación de varias cadenas montañosas.
-Tipos de rocas.
-Tipos de sedimentos.
-Cómo se fosiliza un cuerpo.
-Métodos de datación. Acá el gran descubrimiento fue que no me servía usar carbono 14 para analizar la edad de mi dinosaurio.– ¿Cuáles fueron los aspectos geológicos y paleontológicos que te resultaron complicados a la hora de armar la historia?
-Tuve tres problemas principales:
1) Como dije antes, el del carbono 14. ¿De dónde iban a sacar mis paleontólogos jóvenes uranio para datar los fósiles?
2) Los tipos de rocas que encuentran en una montaña en San Juan, ya que es parte importante de la trama. La protagonista de la historia encuentra una cueva escondida porque se da cuenta de que la roca que la tapa no es de la zona.
3) Los protagonistas encuentran el fósil de dinosaurio a muy poca profundidad. Imposible. Todo eso lo tuve que ir solucionando un poco con ciencia y otro poco con literatura.– La historia se sitúa en Córdoba, un lugar donde jamás se encontró un dinosaurio. ¿Decidiste tomar un riesgo o hubo otra razón para que Traslasierra fuera el escenario principal del relato? ¿El profesional consultado te hizo alguna advertencia sobre esta elección?
-Veraneé una vez en Mina Clavero y me enamoré del lugar. Ésa es la única razón. Elijo escenarios que conozco. Por ejemplo, mi primera novela (la que saldrá en marzo), sucede en Las Grutas, en Río Negro. Otro lugar donde veraneeé con mi familia. En cuanto a que nunca se encontró un dinosaurio en Córdoba, me acabo de enterar. Eso lo escribo por ahí -pero en relación al sitio exacto en el que los protagonistas están excavando- pero no lo investigué. Y el camping en el que están tampoco existe, lo creé con recuerdos mezclados de varios campamentos a los que fui. En cuanto al geólogo al que consulté, a él le hice preguntas específicas, no le mostré la novela completa.– En tu post Cómo escribir para chicos en 10 lecciones prácticas decís que uno de los puntos a tener en cuenta es lo verosimil de una historia aunque sea irreal y das el ejemplo de Las Brujas de Roald Dahl. En «La Cena…» hay varios pasajes donde priorizás lo verosímil por sobre lo real (y/o lo científico) ¿Considerás que es un recurso indispensable de la LIJ (Literatura Infanto Juvenil)?
-Ni idea de si es recurso indispensable o no, pero sí es importante para mí. Me considero científica de pies a cabeza. Me encanta la ciencia, y mi creencia es la ciencia. Pero si quiero escribir una historia en la que haya fantasía e imaginación, no puedo atarme a hechos reales y comprobables. Pero por lo menos sí que sean creíbles, que uno se diga: eso podría pasar, me la creo. Ciencia-ficción. Tal cual.
– ¿Algún científico (geólogo, paleontólogo, etc) ha leído la novela? En caso afirmativo, ¿Cuáles han sido sus comentarios?
-No todavía.– Has escrito un par de libros sobre animales y otro par sobre computadoras ¿Podría haber otro libro sobre dinosaurios?
–Como dije antes, acá los dinosaurios fueron un medio para contar otra historia, y no protagonistas. Por el momento tengo muchas otras ideas y muchos otros intereses en los que no hay dinosaurios. Pero quién sabe…
– Si querés destacar algún otro aspecto de la novela que no te haya preguntado, sentite libre de hacerlo.
-Uf. Creo que cubriste todos los ángulos y me hiciste pensar. Suficiente para mí :-). Y entretenido. Un gran abrazo.Y otra vez, muchas gracias
Bueno, les aclaro que algunas de las respuestas me dan pie para comentarios en más de un post, porque hay cositas que se impone aclarar o explicar, pero aquí me limito a subir las preguntas y sus respuestas, sin abrir ninguna clase de juicio al respecto.
Pero en todo caso, recuerden por favor que se trata de literatura y el objetivo es entretener. No tomen el libro como un texto didáctico, porque es una novela, que como tal está bien realizada y acorde al público al que se dirige. Recomendable con esa salvedad.
Un abrazo Graciela
Más sobre Geoindicadores: la lista de control.
En un post anterior les expliqué ya lo que son los Geoindicadores y les adelanté también que por su enorme importancia este tema nos ocuparía en numerosos encuentros.
Les recomiendo que repasen la introducción del tema en el post correspondiente, porque hoy damos por sabido el concepto básico y lo que voy a presentarles es lo que se llama Geoindicators checklist, o Lista de Control de Geoindicadores.
¿Qué es la lista de control de Geoindicadores?
Es el conjunto de elementos, rasgos de relieve o paisaje, fenómenos y/o procesos que delatan cambios recientes, en curso, o con alta posibilidad de ocurrencia en el corto plazo.
Es decir, se trata de aquellas características que se deben monitorear para reconocer cambios significativos que están señalando que un determinado sistema se ha movido o se está moviendo desde una posición de equilibrio hacia otra que deberá alcanzar a través de acontecimientos a veces poco perceptibles y a veces catastróficos.
¿Todos esos cambios pueden ser detectados y seguidos en su evolución?
No todos los cambios tienen indicadores claros, pero para que formen parte de la lista de control, sí deben tenerlos, porque ése es precisamente el propósito de la lista.
Por eso son hasta el presente limitados en número, y se aplican a subsistemas geológicos bien definidos. (Recordemos que el Sistema es la Tierra toda)
¿Cuántos son esos indicadores y cuántos los subsistemas que pueden monitorearse con ellos?
Existen actualmente veintisiete Geoindicadores universalmente aceptados, y muchos más en análisis para una eventual incorporación a la lista en el futuro.
Los subsistemas que pueden ser observados a través de ellos son diez.
¿Cuáles son los subsistemas que se pueden supervisar, y a través de cuáles indicadores?
A continuación, les presento la lista de control, con los subsistemas y sus correspondientes geoindicadores, pero les advierto que todos ellos serán motivo de futuros posts, porque constituyen herramientas apasionantes, por un lado porque sirven para el reconocimiento de cambios pasados y presentes, y por el otro porque son la base de las actividades predictivas sobre las que hoy se trabaja.
El modo de presentarlos es a través de agrupaciones que responden a cada uno de los entornos o procesos a cuyo seguimiento se aplican.
En cursivas anoto los subsistemas, y en negritas los geoindicadores que les corresponden.
Criosfera (se refiere a zonas congeladas):
Actividad en suelo helado.
Fluctuaciones de glaciares.
Zonas áridas y semiáridas:
Fisuras y costras sobre superficies desérticas.
Magnitud, duración y frecuencia de tormentas de arena.
Formación y reactivación de dunas.
Erosión por viento.
Zonas costeras y marinas:
Química de corales y patrones de crecimiento.
Nivel relativo del mar.
Posición de la línea de costa.
Lagos:
Niveles de agua y salinidad.
Ríos y riachuelos:
Morfología del cauce.
Acumulación y carga sedimentaria.
Humedales:
Extensión, estructura e hidrología de los humedales.
Aguas de superficie y subterráneas:
Calidad del agua de superficie.
Calidad del agua subterránea.
Química del agua subterránea en la zona no saturada.
Nivel del agua subterránea.
Suelos:
Erosión del suelo y de los sedimentos.
Riesgos naturales:
Deslizamientos de tierra y avalanchas.
Otros:
Secuencias de sedimentos y composiciones.
Desplazamiento superficial.
Régimen de las temperaturas subsuperficiales.
Para el caso de que no les haya quedado claro el concepto de la lista de control, les doy un pequeño ejemplo.
Si estamos interesados en saber si hay cambios actuales o recientes en la línea costera, observar los patrones de crecimiento de los corales, es una de las indicaciones que debemos tomar en cuenta. Pero además, se los considera de acuerdo con metodologías también bastante bien estipuladas, de las que también llegaremos a hablar.
Espero que este pequeño avance sobre un tema de tanta importancia les haya interesado, porque es apenas un nuevo pasito en una larga caminata que haremos juntos.
Pero no se impacienten, hablaremos mil veces de este tema, porque es otro de los ovillos que estoy desenrollando de a poco.
Recuerden que los minerales, el agua, el cosmos, los sismos, los volcanes, los fósiles, el suelo, etc., etc., son algunas de las madejas que estamos desenredando de a poquito. Este blog , con tantos ovillitos rodando- que pueden ver en los tags de la bar side- sería un parque de diversiones para cualquier gatito, ¿no les parece?
Bueno, por hoy he cumplido con mi deber, y los saludo con un abrazo hasta el miércoles. Graciela
Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.
Excesivos ladrones, por Ana María Shua
Este texto es una prueba más del humor a que nos tiene acostumbrados Ana María Shua, pero viene a cuento porque se mete con algo de la Geología que siempre nos convoca. Fue publicado originalmente en Casa de geishas (Buenos Aires, Sudamericana 1992). Extraído de En frasco chico, antología de microrrelatos, de Editorial Colihue. 2007.
Robaron el equipo de audio y los candelabros y la comida de la heladera y los ceniceros de cristal de Murano y el televisor y hasta los equipos de aire acondicionado y robaron también la heladera misma y la mesita del televisor y el resto de los muebles y los dólares guardados en la caja fuerte empotrada en la pared del dormitorio y después robaron la caja fuerte y también la pared del dormitorio y después robaron el resto de las paredes y los cimientos que las sostenían y el techo que en ellas se sustentaba y las cañerías de bronce que las atravesaban y después robaron los árboles y flores del jardín y después el jardín mismo y el terreno sobre el cual había estado construida la casa y robaron el basamento de granito y varias capas geológicas incluyendo una durísima, de basalto puro, y las napas de agua que en ellas había y siguieron robando y robando hasta provocar la irrupción de la lava en una explosión volcánica que ocultó por completo las pruebas de sus fechorías, los terrenos circundantes, el pueblo entero y buena parte del partido del conurbano en el que se produjera el hecho delictivo y varias zonas de los partidos aledaños y, merecidamente, a ellos mismos, por chapuceros, improvisados y sobre todo exageradísimos ladrones.
Nos vemos el lunes. un abrazo Graciela
Suelos, sus materiales parentales
Hoy les presento otra publicación que ya tiene sus años, pero todavía puede ser de interés para quienes deseen información sobre algunos suelos de la Provincia de Córdoba.
Como siempre, la subo por el sistema Scribd, y de utilizarse la información debe ser citada como
Argüello, G.L.; Sanabria, J. A.; Manzur,A. 1996 «Caracterización de materiales parentales de suelos según parámetros estadísticos en un sector de la Depresión Periférica, Provincia de Córdoba, Argentina.» XIII Congreso Latinoamericano de la Ciencia del Suelo. Solo-Suelo 1996, Aguas do Lindoia. Brasil. Publicado en CD, trabajo 05-30.
Los espero el lunes con algo más entretenido, les prometo. Graciela