La Geología es pura poesía
Les llamará la atención que este post tiene dos etiquetas: Geología y literatura, cosa fácil de entender por la belleza del texto que les presento; y Anécdotas geológicas, porque ese texto me fue dedicado por el poeta Avellaneda, de España, como respuesta a un comentario mío en un post de su blog: Por si tú quieres hoy…un libro, que recomiendo muy especialmente, por la calidad de los textos que allí publica.
Y sin más preámbulos, esta prosa poética que fue su respuesta a mi intervención:
¿Qué dices, Maestra? Tú que casi me matas con un adjetivo recién olvidado. ¡Tú que calculas los vahídos del planeta! ¡Tú que enumeras los granos de erosiones inmemoriales! ¡Tú que delineas la ruina de cordilleras!
Tú andas sobre la tierra que te nombra maestra para cubrir los errores ajenos con la paciencia de las piedras.
Absolutamente maravilloso, digno de ser compartido, ¿verdad? Y por otra parte, lo considero como un homenaje a los geólogos en general.
Un abrazo. Graciela.
¿El diluvio universal es un mito? Parte 2
Como lo indica el título, este post es una continuación de otro que deberían leer antes, para completar el panorama.
En ese momento, hice objeciones a todo el mito, especialmente en lo relativo al Arca y a Noé, desde el punto de vista del sentido común. Ahora veremos los argumentos geológicos.
Para darle una organización a este post, he decidido discutir los argumentos que normalmente se esgrimen para demostrar su realidad, desde las respuestas que la geología puede darles.
¿Por qué existen tantas culturas que incluyen un diluvio entre sus tradiciones orales?
Pues sencillamente porque se conjugan dos cosas: por un lado la recurrencia de eventos parecidos, y por otro la imposibilidad de ubicarlos con exactitud en el tiempo. Ahora les explico mejor.
Existen en la naturaleza una multiplicidad de situaciones en que regiones más o menos extensas se ven sometidas a inundaciones con efectos catastróficos. En tiempos recientes podemos recordar fenómenos como el huracán Katrina que sepultó bajo muchos metros de agua una buena parte de la ciudad de Nueva Orleáns, el desborde del Río Salado en Santa Fe, el tsunami de Indonesia, y podríamos seguir sumando ejemplos de desbordes de ríos, anegamientos por lluvias intensas, colapsos de diques naturales o artificiales, etc., etc.
Esto se visualiza hoy como fenómenos limitados en el espacio porque contamos con los medios de comunicación que nos permiten saber que al mismo tiempo hay sequías en otros lados, y lugares en los que el evento sólo se observa por la tele. Pero si pensamos en miles de años atrás, cuando cada uno de esos fenómenos afectaba a una pequeña comunidad aislada que veía los límites del mundo en los confines de su territorio cotidiano, es obvio que el evento afectaba todo lo que la población conocía, y por eso lo entendía como «universal».
No hay lugar alguno que esté exento de esas manifestaciones, pues hasta en los desiertos ocurren ocasionalmente grandes avenidas de agua, razón por la cual, prácticamente cada cultura recordará su propio «diluvio».
Por otra parte, las cronologías son vagas, puesto que mientras hoy podemos fechar fácilmente las catástrofes, en los períodos primitivos, no había coincidencias de calendarios entre los distintos pueblos, y tampoco fechas exactas, de tal manera que toda referencia a los «tiempos del principio», » los comienzos del mundo», «tiempos de los abuelos», generaciones atrás», y todo lo que se parezca, se mete a presión en un supuesto evento contemporáneo y además universal. Sin serlo, por supuesto.
¿Por qué se encuentran restos de fauna marina en las cumbres de las montañas?
La evolución natural de la superficie terrestre da explicaciones acabadas de esos hallazgos a través de nuestra bienamada tectónica global, que demuestra de manera sencilla los orígenes de las cordilleras en zonas antes ocupadas por fondos marinos. Mucho camino nos queda todavía por recorrer en nuestro viaje por la Geología, pero en él se irán volviendo expertos en estos temas, se los prometo.
Pero aquí cabe agregar algo más que voltea por sí mismo el mito del diluvio y el Arca: la gran mayoría de los restos fósiles corresponden a moluscos que desaparecieron de la faz del planeta millones de años antes de que existiera la fauna humana, de manera que su presencia en las montañas mal podría haber sido resultado de un diluvio en el que Noé salvó a toda su familia, como pretendió demostrar Ristoro D’Arezzo en el medioevo.
Y aquí vale recordar que D’Arezzo fue un monje benedictino que popularizó el relato mítico del diluvio, para poder explicar los hallazgos de fauna marina en lugares miles de metros sobre el nivel del mar. Como la Tierra se suponía creada en una semana, completita e inmutable, pensar que esos materiales que formaban las montañas podían haber estado bajo el agua alguna vez, era una herejía. ¡Y había que tener muchas ganas para ser hereje en los tiempos de la Inquisición!
¿Qué evento registrado geológicamente puede interpretarse como el diluvio universal?
Absolutamente ninguno, puesto que no importa cuál haya sido la magnitud del evento de que se trate, invariablemente ha estado acotado regionalmente y jamás ha afectado simultáneamente a todo el planeta al mismo tiempo.
¿Es físicamente posible un diluvio universal?
No. Y pensémoslo seriamente, el ciclo del agua implica como punto de partida para cualquier precipitación que exista humedad atmosférica disponible como para saturarla. Y esa humedad requiere principalmente una evaporación previa desde espejos de agua. Cuando estudiemos el ciclo, veremos que hay otros posibles orígenes, pero la mayor cantidad procede de los reservorios superficiales.
Si se fuera a cubrir toda la superficie terrestre con una masa de agua capaz de tapar hasta las cimas más altas, (como indica el hecho de que habiendo montes en la zona, haya debido construirse un arca, en lugar de refugiarse en ellos como sería más lógico) no alcanzaría la evaporación del océano entero, pues al volver a precipitarse, éste ocuparía más o menos las mismas cuencas que antes de la evaporación. Con el agua de una palangana mal puedo llenar dos o tres palanganas ¿verdad?
O sea, si el cuento les divierte, adelante con él, pero no lo declaremos hecho comprobado cuando toda la evidencia está en su contra.
Espero que les haya resultado entretenido, y nos vemos el miércoles con información de interés general. Un abrazo. Graciela
P.S.: la imagen la he tomado de este sitio en internet
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Gracias, Graciela
Los animales en el arca, por Marco Deneví
Marco Deneví es uno de mis ídolos, y aquí Dayana encontró algo de ese autor que viene muy al caso en relación con el tema que venimos tratando últimamente y que fue publicado originalmente en Falsificaciones, Editorial Corregidor.
Sí, Noé cumplió la orden divina y embarcó en el arca un macho y una hembra de cada especie animal. Pero durante los cuarenta días y las cuarenta noches del diluvio ¿qué sucedió? Las bestias ¿resistieron las tentaciones de la convivencia y del encierro forzoso? Los animales salvajes, las fieras de los bosques y de los desiertos ¿se sometieron a las reglas de la urbanidad? La compañía, dentro del mismo barco, de las eternas víctimas y de los eternos victimarios ¿no desataría ningún crimen? Estoy viendo al león, al oso y a la víbora mandar al otro mundo, de un zarpazo o de una mordedura, a un pobre animalito indefenso. ¿Y quiénes serían los más indefensos sino los más hermosos? Porque los hermosos no tienen otra protección que su belleza. ¿De qué les serviría la belleza en un navío colmado de pasajeros de todas clases, todos asustados y malhumorados, muchos de ellos asesinos profesionales, individuos de mal carácter y sujetos de avería? Sólo se salvarían los de piel más dura, los de carne menos apetecible, los erizados de púas, de cuernos, de garras y de picos, los que alojan el veneno, los que se ocultan en la sombra, los más feos y los más fuertes. Cuando al cabo del diluvio Noé descendió a tierra, repobló el mundo con los sobrevivientes. Pero las criaturas más hermosas, las más delicadas y gratuitas, los puros lujos con que Dios, en la embriaguez de la Creación, había adornado el planeta, aquellas criaturas al lado de las cuales el pavorreal y la gacela son horribles mamarrachos y la liebre una fiera sanguinaria, ay, aquellas criaturas no descendieron del arca de Noé.
A mí me encantó, ¿y a ustedes? Un abrazo y seguimos con esta historia el próximo lunes. Graciela
La imagen ilustrativa es tomada de un mail, no sé a quién pertenece.
¿El diluvio universal pudo haber ocurrido realmente? Parte 1
Éste podría ser el post más corto de la historia, pues podría escribir simplemente NO y dar por cerrado el tema.
Pero estando la creencia tan arraigada y por ser fiel a mi propio estilo no puedo menos que presentar los correspondientes argumentos desde distintas vertientes: el sentido común por un lado y el conocimiento geológico por el otro. En atención a la longitud de la argumentación, este último enfoque será el tema del próximo lunes.
Entonces, corresponde hoy ocuparnos de la primera parte, es decir:
¿Qué dice el sentido común respecto al diluvio universal, y toda la leyenda acompañante, relativa al Arca de Noé?
En primer término pensemos en la irregularidad de la superficie terrestre, con picos que superan los 11.000 metros de altura. Difícilmente puede imaginarse una lluvia tan torrencial como para que en 40 días, esos picos se vean cubiertos por las aguas, y de no haberlo sido, no se habría requerido tampoco la construcción de un arca, ya que esas cumbres habrían sido el refugio natural de las especies con capacidad de trasladarse.
Sobre este punto volveremos en el abordaje científico con más y mejores argumentos.
¿Podrían haberse salvado todas las especies navegando en un Arca?
Existen al presente (pese a las numerosas extinciones ocurridas desde la aparición del hombre) alrededor de 1.750.000 especies vivas certificadas, y se calcula que podrían sumar entre 8 y 10 millones contando las que se desconocen todavía, o no están completamente clasificadas. Aun restando las plantas y los peces que no habrían requerido rescate, no bajarían de un millón.
Mucho para un arca, ¿verdad? Sobre todo porque según la leyenda, ese número se habría duplicado, porque había una pareja de cada animal.
Surge así el pavoroso número de 2 millones de animales de diversos tamaños, muchos de ellos enemigos naturales entre sí, razón por la cual debían mantenerse de alguna manera a distancia.
Pero además imaginen que se debía contar con alimento almacenado para todos ellos en cantidad suficiente para sobrellevar más de un mes en aislamiento.
Entonces, ¿qué dimensiones debía haber tenido la mítica arca?
¿Era posible la construcción de semejante Arca en ese tiempo tan acotado y con los recursos disponibles?
Ni siquiera con toda la técnica moderna sería una empresa posible.
Además de ser algo monstruoso en dimensiones, la fabricación no parece viable porque o bien habría requerido suministros inagotables de madera, o bien largos viajes para buscarlos, consumiendo un tiempo que no parece contemplado en la orden perentoria que recibió Noé.
Por otro lado, el tiempo total entre buscar los materiales y convertirlos en un barco excede con mucho el que podría haber sobrellevado un patriarca de avanzada edad y abrumado por las responsabilidades.
Y por último, recordemos que solamente se contaba con la fuerza de trabajo de una sola familia, mano de obra más que insuficiente para tamaño emprendimiento.
¿Habrían sobrevivido todas las parejas a 40 días de lluvia ininterrumpida, encerradas en el interior de un barco?
Supongamos en un ataque de inocencia que Noé y su familia hubieran podido terminar su barquito antes de que comenzara la lluvia y pensemos en la colosal cantidad de ejemplares hacinados en él.
Difícilmente habrían sido todos tan educaditos como para usar letrinas asépticas. Lo dudo, sobre todo porque el concepto de asepsia no existía, siquiera, por ese entonces.
Así pues, un análisis realista nos lleva a pensar más bien en un arca que se habría colmado rápidamente de excrementos desparramados por doquier, y con los que habrían debido convivir por 40 días y sus noches. Es poco probable que no hubiera cundido una terrible epidemia responsable de diezmar las especies, cosa que según el mito nunca ocurrió.
¿Los animales rescatados en el Arca podrían haber repoblado todo el planeta?
Hay que tener mucha confianza para asumir que Noé tuvo tanta puntería como para seleccionar un millón de parejas, todas fértiles, sin que un solo ejemplar tuviera problemas reproductivos.
Va contra toda estadística. Y además durante esos cuarenta dÃas, ¿dos millones de animales sobrevivieron sanitos, cuando muchas de esas especies tienen expectativas de vida de unas pocas horas o días, como es el caso de muchos insectos?
Claro que si vamos a achacar la resolución de todas esas imposibilidades e improbabilidades a la voluntad divina, habría sido mucho más cómodo que ese dios simplemente mantuviera vivos, fuertes, sanitos y hasta secos inclusive, a los especímenes elegidos, durante 40 días y listo el pollo.
De hecho, no hacía falta el diluvio tampoco, bastaba con que su divina voluntad hiciera que los hombres se portaran dignamente y no requirieran escarmiento. Digo yo…
¿Cómo llegaron los animales al Arca?
¿Les habrá cursado Noé una invitación que cordialmente aceptaron sin ninguna excepción? O tal vez habrá tenido lugar una inmensa batida de caza en la que se capturaron dos ejemplares de la misma especie y de diferente sexo, justo en el tiempo requerido para largarse a navegar.
Bastante poco probable, porque además si todas las especies estaban presentes, Noé habrá andado de cacería por Australia para obtener canguros, por la Patagonia para tener quirquinchos, por el polo Norte para los osos polares, Bengala por los tigres, y China por los pandas.
Cuesta creer, ¿verdad? Ni con el millaje de viajero frecuente lo habría logrado.
Y finalmente no cabe en la mente una imagen tan caprichosa y poco racional de un ser considerado omnisciente, como para ordenar empresas imposibles sin ninguna necesidad.
Ya sé que me van a querer arrojar a la pira de las brujas o mandarme a los tormentos de la Inquisición, pero no se apuren que todavía falta lo mejor: los argumentos estrictamente geológicos que les prometo para el próximo lunes.
Aclaremos ahora que este post puede ser en un sitio de debate, pero no de catarsis, de modo que si quieren dejar su réplica, por favor háganlo con la misma racionalidad con que fue escrito mi texto.
No olviden que los comentarios se moderan y que no se subirán insultos ni amenazas, de modo que sigamos charlando con respeto. Un abrazo Graciela.
P.S.: la imagen la he tomado de este sitio en internet
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Ahora en el Noticiero Doce.
El pasado 17 de octubre, el aeropuerto de Córdoba se vio afectado por las cenizas del Puyehue y me entrevistaron los periodistas del Noticiero Doce con el resultado que aquí pueden ver, gracias a la empresa Infoxel, que me pasó la grabación.
