De nuevo el diccionario geohumorlógico.
Para agregar una sonrisa a mi colección, acá tienen una nueva entrega de la letra B del diccionario que me pertenece.
Betún: hidrocarburo con que los geólogos petroleros lustran sus borceguíes
Bomba volcánica: material geológico subversivo de fabricación prohibida. Pirotecnia geológica
Brecha: roca hecha de retazos, o patchwork geológico.
Brillo: característica de minerales paquetes que se dan lustre.
Broncita: mineral afecto a las camas solares.
Buzamiento: acción y efecto de vestirse de buzo.
Los espero el próximo lunes con un nuevo tema geológico un poquito más en serio. Un abrazo, Graciela
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¿Es lo mismo huracán que tornado, ciclón o tromba? Parte 1
Este post ha sido exigido por uno de mis explotadores, el Pulpo, quien -debo admitir que con buen criterio- me ha señalado que los recientes eventos y sus secuelas en Córdoba, la ciudad en que vivimos, ameritan una seguidilla de posts para que entendamos qué es lo que está pasando.
Hoy inicio esa serie de posts relacionados todos entre sí, con la correspondiente aclaración de varios términos que muchas veces se confunden, o se usan como sinónimos sin serlo.
Convengamos que la confusión deviene en buena medida del hecho de que a veces los diversos expertos traducen los mismos términos con diferentes criterios.
Y ahora me sumo yo, no sé si aportando mayor confusión o mayor claridad, aunque les aseguro que mi intención es la segunda. 😀 .
No obstante debo aclarar que no soy meteoróloga, y sólo he estudiado estos fenómenos por los efectos que provocan sobre la geomorfología, y por ello no deben esperar demasiada profundidad en el tratamiento.
El tema inicial se limitar a definir cada fenómeno y los rasgos que lo diferencian de los demás. Después vendrán los posts que se refieran a cada uno con cierto detalle, y muchas cosas relacionadas que son de gran interés, según creo.
Pero antes, para que todo se entienda mejor, hablaremos un poquito de dos conceptos necesarios para el desarrollo siguiente.
¿ Qué son las isobaras?
Ya saben ustedes, seguramente que la raíz griega iso (ίσος) significa igual; y en este caso, las isobaras son las líneas imaginarias que unen puntos de un territorio donde hay igual presión atmosférica.
Obviamente, se dibujan en un mapa, y pueden llegar a cerrarse alrededor de centros. Cuando varias isobaras cerradas se envuelven concéntricamente con valores crecientes hacia adentro, se está señalando una zona de alta presión. Si en cambio los valores decrecen hacia adentro, se trata de una zona de baja presión.
¿Qué es el gradiente de presión atmosférica?
Es una medida de distancia, (como lo era el gradiente geotérmico también) y en el caso que hoy nos ocupa, puede medirse en dirección horizontal o vertical.
El gradiente horizontal de presión atmosférica es la cantidad de metros que hay que recorrer para que la presión cambie en un milibar. Se dibuja como un vector perpendicular a las isobaras.
El gradiente vertical de presión atmosférica es la cantidad de metros que hay que ascender para que la presión atmosférica cambie en un milibar.
En general, el cambio de presión atmosférica depende de la variación de temperatura, ya que el aire caliente tiende a aubir, con lo cual la presión en el lugar es menor.
Es irónico que uno diga que el «día está pesado» cuando hace calor, ya que en realidad la presión es más baja. Pero como sea, hay dos o tres cosas que resultan de estos cambios de presión:
-
Si las isobaras están muy cerca unas de otras, el cambio de presiones ocurre en poco espacio y el gradiente es elevado.
-
El aire que se mueve desde las zonas de alta presión hacia las de baja presión es lo que denominamos viento.
-
La velocidad del viento es mayor cuanto más elevado sea el gradiente de presión.
Además de esto, pensemos que en general la temperatura elevada implica que hay gran energía disponible para ser liberada, cosa que por lo general ocurre a través de eventos de gran intensidad.
Y ahora sí podemos lidiar con esos eventos tan imponentes que nos han afectado últimamente.
¿Qué es un ciclón?
Si empezamos por lo semántico, es bueno señalar que la palabra fue tomada desde el griego «kyklon» que significa círculo en movimiento, y habría sido importada hacia la meteorología alrededor de 1840 por Henry Piddington.
En cuanto al aspecto climatológico, hay dos maneras de entender este término: uno se refiere al modo de circulación atmosférica en un momento dado, y el otro a un evento de gran intensidad que resulta precisamente de esa manera de circular el aire, cuando se dan ciertas condiciones.
Empecemos por definir un centro ciclónico o ciclón como un simple mínimo barométrico que en un mapa se ve representado por las isobaras concéntricas decrecientes hacia adentro que ya mencionamos.
El centro ciclónico tiende a provocar un flujo de viento hacia su centro, con una desviación hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el sur, debidas al efecto de Coriolis. (Otro tema que amerita un post)
En aquellos casos en que las isobaras están muy próximas, y el gradiente es muy empinado, según ya dijimos, la velocidad del viento aumenta, y es entonces cuando el evento se vuelve potencialmente peligroso, y adquiere alguna de las varias formas que pretendemos distinguir hoy entre sí.
En definitiva, todos serán ciclones, ya que todos implicarán vientos rotando en el sentido horario (en el hemisferio sur), y según algunos detalles diferenciales se llamarán de una u otra manera.
Pero como ya nos hemos extendido bastante, las diferencias entre los eventos provocados por una circulación ciclónica, serán tema de nuestro próximo post.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: la foto que ilustra el post la he tomado de un video de NatGeo, denominado La otra cara de los Huracanes.
La verdad sobre la profecía maya
Esta imagen me llegó en un mail enviado por mi amiga Lilyán, de quien pronto tendrán más noticias pues es una de mis coautores en un capítulo científico actualmente en prensa, que dentro de poco les voy a presentar.
El mail despertó mi curiosidad, y averigüé en el blog del autor algo sobre él. Dan Piraro es autor de historietas, premiado por su trabajo, y como pueden ver excelente como dibujante, e ingenioso como guionista. Su blog, en inglés, es superrecomendable. Disfruten el dibujo, y los espero el lunes con algo más serio.
Un abrazo, Graciela.
Actividad minera, un desafío.
Cuando ya se han apaciguado un poco los ánimos en la zona de Famatina, porque el gobierno ha decidido dar un tiempo razonable para que la población se informe y se alcancen algunos consensos, me parece que es el momento adecuado para pensar seriamente sobre el tema.
Les propongo visitar algunos posts en los que ya me he referido al punto, en los siguientes links:
La posición de la Escuela de Geología de la Universidad Nacional de Córdoba, respecto a los fondos provenientes de la actividad minera.
La resolución correspondiente emanada desde el Consejo Directivo de la facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Mi propia postura al respecto, que pretende ser una valoración menos fundamentalista de la actividad minera, pero con un basamento de formación profesional relacionada con ella.
En esos posts tienen abundante material de lectura, y pueden usarlos para disparar sus propios debates y racionalizar sus argumentos.
Sin embargo, no está todo dicho en ellos, porque nunca lo está nada sobre ningún tema, y por eso quiero todavía agregar un par de cositas nuevas.
Un argumento obvio y muy usado pero no menos real.
En primer lugar, no olvidemos que toda nuestra actividad industrial y productiva se apoya en la minería de modo directo o indirecto. En este momento, estoy sentada sobre una silla que además de la madera (que se corta con sierras metálicas) tiene clavos y chinches que sustentan su tapizado. Por allí también hubo producción minera. Es cierto que podría sentarme en el suelo, pero francamente no me apetece a esta altura del progreso.
Un dato de la historia.
Sé que me van a decir que el anterior es un argumento viejo, por lo cual les aporto un dato que tal vez no todos conozcan, y que también da que pensar.
Los pueblos aborígenes conocían el oro y la plata, pero no tenían producción de hierro. Por eso fue tanto más fácil la conquista española. Las armas nativas no tenían modo de equipararse a las invasoras. No hago con esto una apología de la violencia. Sólo quiero señalar cómo la minería puede definir el rumbo mismo de la historia. Nos puede gustar o no, pero es un hecho.
Una incoherencia sorprendente.
Las mismas personas que más encarnizadamente se oponen a la explotación minera suelen ser aquéllas que más exigen bienes de consumo que desde ella se producen: celulares, computadoras, vehículos, etc., etc.
Y también son las mismas personas que después de protestar contra la contaminación, dejan las pilas agotadas de los megáfonos con que lideraron las protestas, tiradas en cualquier parte, o con la basura domiciliaria.
No me opongo a que alcen consignas ecologistas, sólo les pido un poco más de adhesión personal a las mismas.
Y también un poco más de racionalidad en lo que se pretende. Porque desear consumo, confort y progreso tecnológico sin minería, es lo mismo que querer ser madre con la sola condición de no tener hijos para ello.
Una aclaración importante.
Conste, por favor que ya he dicho en uno de los posts que les he mandado a leer más arriba, que la minería DEBE CUMPLIR DETERMINADOS REQUISITOS, y que sobre ella se deben ejercer los máximos controles desde el estado, pero ojo, que lo mismo debe exigirse para la gestión de la basura, el control de las urbanizaciones, etc. Porque no es la minería la única actividad humana que genera riesgos y contaminación.
Muy por el contrario, todas las actividades humanas lo hacen, y en todas se debe buscar el equilibrio entre el costo y el beneficio.
Un ejemplo no muy remoto.
En un post anterior, hice referencia a la necesidad de controles estrictísimos en la explotación minera, no solamente por la potencial contaminación y posible expoliación de las poblaciones afectadas, sino por los eventuales accidentes, como el que en ese momento comentaba, en relación con el rescate de los mineros chilenos atrapados en la mina San José. Creo que vale la pena que lean también ese post.
Otro dato de la realidad.
Cuando se conoce que en un sitio dado hay determinados minerales de cierto valor, aun en ausencia de un emprendimiento minero de cierta envergadura, la gente busca esos elementos, y muchas veces lo hace a través del pirquineo, en una actividad riesgosa, sin marco legal, y casi siempre tan escasamente rentable que quienes a ella se dedican no sobrepasan, o lo hacen apenas, la línea de la indigencia.
Pequeña conclusión.
Por último, entiendan que no defiendo una actividad minera desarrollada de cualquier forma, ni para beneficio de unos pocos, pero tampoco me parece racional una oposición a ella a partir de una información incompleta.
Por eso les pido que se tomen el trabajo de leer todos esos textos que he puesto a disposición de ustedes a través de los links, y luego tomen una postura debidamente fundamentada.
Si me permiten expresarles la mía, yo la llamaría una «adhesión crítica» a la actividad humana en general y a la minera en particular.
No acepto cualquier intervención sin sopesar cómo, cuándo, dónde, por qué, para qué, en beneficio de quién, con qué costo en cada aspecto ( ecológico, social, energético, etc…).
En otras palabras, para eso están las Evaluaciones de Impacto, ¿no creen? El único secreto es que ellas sean realizadas a conciencia y por un conjunto de profesionales insobornables cuya ética no pueda ponerse en duda.
Y para ser un poquito coherentes, no deberíamos abrazar con tanta alegría las consignas que nos manda la sociedad de consumo, que nos exige renovar auto, celular, guardarropa y electrodomésticos cada año, o casi.
Bueno, ojalá haya servido para algo este aporte. Un abrazo, Graciela.
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P.S.: la foto que ilustra el post pertenece a Enciclopedia Encarta.
Cosas de Natacha, (Luis Pescetti)
Este fragmento es de otro de los libros de Pescetti, de la serie Natacha. En este caso es de Nuestro planeta, libro que de ciencia no tiene nada, pero que presenta fragmentos absolutamente divertidos, que rozan la geología, y por eso los comparto con ustedes. El de hoy habla de los vulcanólogos, y díganme si no está super gracioso.
Los pongo en tema: Natacha le cuenta a su perro Raffles acerca de un documental que vio, y lo hace de esta manera:
-…Bueno, ¿sabés qué es esto? Se llama «volcén en erupción». ¡Otra que la película catástrofe que te conté el otro día, Raflis! Esto sí existe…
-…(perro vuelve a acostarse).
-…. y por eso te la muestro, porque en el documental de después había un señor que era vulcanista, vulcanólogo…que estudiaba los volcanes, bah ¿Sabés qué hacía? Caminaba hasta el borde del cráter, pero explicándole a la cámara, mirándola ¡Con Pati nos agarramos las manos! Porque pensamos que en medio de la explicación el tarado seguía caminando y ¡paf! se caía al cráter. ¡¿Cómo les muestran esas películas a los niños, Raflis?! Después nos dan ejemplos «Miren dónde pisan» (voz imita adultos) Decí que esa parte no la mostraron…o no se cayó, no sabemos, porque el tipo no aparece más en la peli, ¿no? Con Pati dijmos que el tarado ése seguro se hizo el cancherito y se resbaló y se fue a la mona.
-…(perro se echa y vuelve a abrir las patas).
-…ahora, ¿sabés qué pensó tu mami adorada? Pensé: «Si la mamá se entera por dónde camina el pavo de su hijo, se muere de cinco infartos»….
Espero que les haya gustado, porque vendrán otros posts con Natacha en cualquier momento.
