Archivo de la categoría ‘Geología y docencia’
Mucho no habrá estudiado…
Debo reconocer que si bien los exámenes son instancias más bien desagradables, tanto para alumnos como para docentes, a veces dan lugar a situaciones bastante risueñas.
A mí, en particular se me hacía difícil sobrellevar esos momentos, porque aunque siempre ponía humor en mis clases, y había muchas risas intencionalmente provocadas; en los exámenes, en cambio, sentía que reírme de alguna burrada de quien estaba jugándose la aprobación de una materia, me estaba completamente vedado.
Y les puedo jurar que a veces, sostener el ambiente respetuoso hacia mis alumnos, era muuuuyyyy difícil.
Vaya un ejemplo:
En el mismo examen que ya les conté, en el que se produjo lo de los sesquióxidos, la misma alumna, que seguía bastante perdida (como si conociera la música pero no la letra de una canción que a duras penas tarareaba), llegó al punto en que debía hablar de los procesos de incorporación de materia orgánica al suelo. Debía mencionar en un momento dado a los grupos fenoles y polifenoles.
Después de mucho titubeo, mencionó a los fenoles, y cuando le pregunté «¿qué otro grupo?» se quedó callada largo rato. Y yo le dije «grupos fenoles y …», tratando de que eso despertara su recuerdo.
Repitió varias veces «fenoles y …» «fenoles y…» hasta que por fín, sintió que se le había prendido la lamparita, y exclamó a todo pulmón y con una gran sonrisa:
-«¡Grupos fenoles y bemoles!»
Lamentablemente, pese a lo muscical de sus intenciones, desde allí en adelante el examen se siguió desbarrancando, y ya no pudimos salvarla, sobre todo porque cada vez que yo le tiraba una soga, ella intentaba ahorcarse con ella. 🙁
La foto que ilustra el post es del Parque de Mariposas en USA, y fue tomada por el Pulpo en uno de sus viajes.
LXIX Carnaval de Química 2018. Química y Geología.
Esta entrada participa en la LXIX edición del Carnaval de Química, alojada en el blog Destilando Ciencia de @adancoal .
Este post está diseñado para participar en el Carnaval de Química N° 69. Este evento se viene realizando desde 2010, y tiene por objeto incentivar el conocimiento, la curiosidad y el debate, sobre esa ciencia tan importante.
Puede que mis lectores se asombren por el «corrimiento» hacia una disciplina distinta de la Geología, que es mi área real de conocimiento. No obstante, ya saben todos también, que Química y Geología están estrechamente relacionadas.
De hecho, miles son los comentarios que me llegan de jóvenes – y no tan jóvenes 😀 – que desean estudiar Geología pero se acobardan ante el plan de estudios, que incluye esas materias que tanto temen, a saber: Matemáticas, Física y… sí, adivinaron, Química.
Mi respuesta siempre ronda un concepto central. A esas ciencias supuestamente «duras» tienen que ablandarlas a través del abordaje correcto, del mismo modo que se acercarían al muchacho o la chica que les gusta, y que parece tan inalcanzable, es decir: con tacto y astucia.
Entonces:
¿Cómo conviene abordar la Química?
Tanto la Química, como la Física, Matemática, o cualquier otra disciplina aparentemente alejada del quehacer cotidiano, y de difícil comprensión debe encararse sin miedo, ni prejuicios. Para perder el miedo, nada mejor que «bajarla a tierra», enfrentándola como parte integrante de los fenómenos y procesos que observamos a diario, la mayor parte de las veces, sin darnos siquiera cuenta.
Es decir preguntarse, en este caso particular: ¿dónde puedo ver procesos químicos en acción, para comprender mejor cómo cursan?
Y a eso apuntan las siguientes preguntas, con sus correspondientes respuestas.
¿Qué ejemplos pueden mencionarse, relacionados con la Geología?
Miles, sin lugar a dudas, porque los procesos geológicos ocurren a través de sucesivos cambios físicos y químicos, ya que los biológicos que también intervienen, son de uno u otro de esos dos tipos: o físicos, o químicos, o eventualmente físicoquímicos.
Pero en este primer post, comenzará mencionando sólo algunos, que considero los más evidentes, tales como:
- Paisajes elaborados por procesos dominantemente -aunque nunca exclusivamente- químicos.
- Cambios en las manifestaciones volcánicas.
¿Qué tiene que ver la meteorización química con los paisajes que admiramos?
Encontrarnos frente a paisajes monumentales que nos quitan el aliento, como pueden ser el Valle de la Luna en nuestro país, o el Gran Cañón de Estados Unidos, entre miles de otros, nos pone insensiblemente frente a los procesos químicos en acción.
Suelen atribuirse esos paisajes impactantes a la mera actividad del viento, pero eso es una simplificación extrema, ya que por un lado, también el agua actúa hasta en el mismo desierto, cosa que analizaremos en algún otro momento; y por el otro es la meteorización tanto física como química quien prepara la acción erosiva subsecuente. Sin una disgregación previa, o algún cambio químico, no hay agente erosivo alguno capaz de modelar y transportar macizos rocosos de cientos de toneladas.
Para entenderlo mejor, les recomiendo leer algo sobre la estabilidad mineral, y la meteorización química, siguiendo los correspondientes enlaces que les acabo de incluir.
Y la próxima vez que se paren ante una escultura natural que los deje con la boca abierta, recuerden el papel que la química ha jugado en su generación.
¿Qué tiene que ver la química con las catástrofes volcánicas?
Existen, como ya les expliqué en otro post, diferentes tipos de magmas y por ende de lavas, las cuales se distinguen precisamente en su composición química; y los fenómenos volcánicos resultantes son por ende también muy diversos.
Los volcanes hawaianaos que están casi permanentemente en actividad son relativamente poco dañinos, porque su composición básica los lleva a generarse a mayores temperaturas, y eso los hace también menos viscosos. Una cosa lleva a la otra, y lo siguiente es que al fluir de modo relativamente rápido, son muy raros los taponamientos de cráteres, y las consecuentes explosiones, tan comunes en cambio, en magmas ácidos.
En efecto, estos últimos magmas, resultantes de rocas que se han fundido a menor temperatura, son bastante más viscosos, taponan las salidas de lava al exterior, acumulando presiones que normalmente se liberan de manera violenta, con los consecuentes daños. ¿Importa entonces o no comprender el quimismo volcánico?
Una vez más la Química nos permite comprender hechos que nos afectan de manera directa.
¿Hay más ejemplos de relación entre la Geología y la Química?
Sin duda, como dije antes, toda la Geología puede explicarse si se tienen sólidos conocimientos que permitan fundamentar procesos relacionados al quimismo y la física de los materiales.
Voy a enumerar sólo algunos:
- Una gran parte de las propiedades de los minerales (color, densidad, conductividad, etc.) se explican por los elementos químicos que los componen; mientras que otras dependen de las características de las uniones entre átomos y moléculas como sucede con la dureza, tenacidad, etc.
- Las características de las rocas y su amplia variabilidad se relacionan con las proporciones de sus componentes químicos, que a su vez definen los minerales presentes en ellas.
- La calidad ambiental, la evolución de los suelos, las condiciones de las aguas tanto superficiales como subterráneas, etc., se definen en parte por condiciones químicas, y en parte por propiedades físicas.
- Y un largo etcétera que reservo para otros carnavales y /o futuros posts.
¿Qué conclusión cabe respecto al estudio de la Química?
Aunque no lo crean, la Química no es una herramienta de tortura inventada por una colección de sádicos profesores que sólo desean que sus alumnos se sientan inferiores y obtusos. Muy por el contrario, es una ciencia que nos permite compender hechos cotidianos, curiosos, imponentes y hasta algunos divertidos, que seguramente les contaré en otro carnaval…
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
¿Cómo es eso de los ríos?
Esto sucedió hace muchos años en un examen de Geografía Física, en plena Universidad.
Se le había preguntado al alumno que rendía, acerca de las principales cuencas fluviales de Argentina, y él, muy suelto de cuerpo, se paró frente al mapa de la República, y respondió, moviendo sobre él su mano extendida:
-«En Argentina hay dos grandes grupos de ríos: los que corren de izquierda a derecha, y los que corren de arriba a abajo».
No pregunten el resultado del examen, porque ya lo pueden imaginar…
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
Libro recomendado: La secta de los números. El teorema de Pitágoras de Claudi Alsina
Muchos lectores consultan aterrados antes de iniciar la carrera de Geología, si «hay que estudiar mucha matemática».
Pues para ellos, para que aprendan a no temerle, y descubran que se puede disfrutar mucho, mi recomendación de hoy: el libro «La secta de los núºmeros. El teorema de Pitágoras», de Claudi Alsina, que me regalaron Dayana y el Pulpo, y que disfruté de cabo a rabo. Vale la pena.
¿Cómo es la ficha técnica del libro?
Categoría: Divulgación matemática
Autor: Claudi Alsina
Editorial: RBA. Colección El mundo es matemático
Año de publicación: 2010
Nº de hojas: 152
ISBN: 978-84-473-6627-9
¿Por qué es tan entretenido?
Porque mientras se desarrolla la explicación dura de la parte matemática, va entremezclando historia, anécdotas y datos curiosos. La lectura se hace así mucho más amena y ágil.
¿A quién se le puede recomendar?
A todos los estudiantes de ciencias básicas de las carreras universitarias. A alumnos del secundario. Y por supuesto a los curiosos atraídos por las matemáticas. Pero sobre todo a quienes necesiten superar su rechazo y su miedo a esa parte de la ciencia.
Ya vendrán algunos posts inspirados (no copiados, porque nunca lo hago) en los datos que encontré en este libro.
Un fuerte abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
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10 preguntas que debe formularse un estudiante antes de realizar un intercambio universitario.
Muchos son los posts que preparo especialmente en respuesta a preguntas de los lectores, y éste es uno de ellos.
Rafael me preguntó hace bastante tiempo si yo creía que le convenía hacer un intercambio de seis meses en una universidad de otro país, tal como se le estaba presentando la oportunidad.
Personalmente creo que todo intercambio resulta provechoso, aunque sólo sea por la posibilidad de conocer otras culturas, paisajes y costumbres. Pero, por supuesto, en última instancia el estudiante tendrá que evaluar por sí mismo sus propias circunstancias y hacerse preguntas a las que deberá responder con total honestidad antes de tomar una decisión inteligente.
Obviamente, habrá muchas otras preguntas, además de éstas, pero me parece que como una orientación general, las que enumero abajo serán suficientes para una primera evaluación.
El orden no es de importancia, sino según se me van ocurriendo.
- ¿Tengo todos los costos cubiertos? Esto se debe analizar en el contexto de las condiciones establecidas en el intercambio. Hay situaciones en que sólo se abonan los gastos de estadía, pero los pasajes corren por cuenta del alumno. O bien se pagan pasajes y estadía, pero se requieren otros pagos como seguros de salud, de vida, etc. También puede suceder que sólo se estén pagando los gastos de inscripción y cursado y el uso de instalaciones universitarias y/o bibliografía, pero nada más.
- ¿Puedo afrontar aquellos gastos de los que deba hacerme cargo? Esta pregunta es la que resulta obvia luego de responder la anterior.
- ¿Este intercambio afectará de manera negativa la duración de mi carrera? Es común que los desfasajes de las correspondientes duraciones de los ciclos lectivos en distintos países, determinen perder algún tiempo de cursado en la universidad de origen. En tal caso habrá que ver si el alumno está en condiciones económicas, familiares etc., como para prolongar su tiempo de permanencia en la Universidad.
- ¿Estoy emocionalmente preparado para el desarraigo familiar, y relativo a amigos y otras relaciones? Puede parecer un detalle menor, pero muchas veces una depresión, aunque sea leve, resultante de lo enumerado, redunda en un mal rendimiento y a la larga, en el fracaso de toda la experiencia.
- ¿Hay gente que dependa de mi presencia y que no pueda dejar atrás por mucho tiempo? En este punto se debe considerar si hay hijos pequeños, padres ancianos, o parejas muy dependientes, cuya calidad de vida pudiera verse afectada por la ausencia del estudiante. Hasta las mascotas deben considerarse. Conozco el caso de una amiga que debió regresar porque su perro dejó de comer ante su ausencia, y una vida, humana o no, siempre está por encima de toda otra consideración.
- ¿Estoy intelectualmente listo para esta experiencia? Aquí debe considerarse que en la mayoría de los casos se exige un rendimiento mínimo, y muchas veces hay que presentar también informes especiales. En ningún caso se debe poner en riesgo todo un programa de cooperación por no estar a la altura de las circunstancias.
- ¿Manejo el idioma con la suficiente soltura como para moverme a mis anchas en el lugar en el que voy a vivir? Si bien cuando el idioma del país es diferente al de origen, lo más corriente es que se tome antes un examen al postulante, muchas veces ese examen es meramente académico y no garantiza fluidez en el hablar coloquial.
- ¿Tengo alguna condición especial de salud que desaconseje mi alejamiento del lugar habitual de residencia por mucho tiempo? En este punto, una consulta previa con los médicos de cabecera es importante, aunque son pocas las circunstancias que signifiquen un verdadero impedimento.
- ¿Soy lo bastante fuerte y voluntarioso como para que el nuevo entorno, y mi deseo de hacer turismo no me conduzcas a un fracaso estrepitoso? Es natural que todo nuevo residente temporario pasee bastante, y es saludable que lo haga. Sólo debe estar seguro de que su entrenamiento en responsabilidad y voluntad sean los suficientes como para no volver con todas las materias reprobadas, porque eso sería una mancha imposible de remontar a la hora de pedir nuevas becas o postularse para empleos nuevos.
- ¿Seré capaz de sacar el máximo provecho de la oportunidad que se me brinda, aprovechando entre otras cosas para generar vínculos duraderos con los futuros colegas de otros lugares del mundo? Ese objetivo no debe perderse nunca de vista, porque un programa de intercambio es el inicio de un camino, no su final. Una excesiva timidez, o algún grado de inhabilidad social pueden significar que el estudiante vuelva a su país con las manos vacías en este aspecto, lo cual es muy triste y significa de alguna manera el desperdicio de parte del tiempo, esfuerzo y dinero invertidos en la experiencia.
Una vez respondidas a conciencia estas preguntas, se puede empezar a preparar las valijas, porque un intercambio es siempre una línea valiosa en un currículum. Pero se debe ser honesto, y si hay algo que no cuadra en las respuestas, es mejor no embarcarse en un potencial fracaso, porque hay siempre otros que pueden aprovechar mejor esa oportunidad.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela