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¿Qué es el quilate?
Aclaremos primero que estoy refiriéndome al uso gemológico de este término. Más adelante hablaré de él (pero escrito con k) para la valoración del oro.
En este contexto, quilate es la traducción de carat, que es la medida de peso para las piedras preciosas, y corresponde a 0,200 g, es decir 200 mg.
Originalmente se aplicaba sólo a los diamantes, pero se fue extendiendo a las demás piedras preciosas.
El quilate de diamantes puede llegar a cotizarse en miles de dólares, según las variaciones del mercado.
¿De qué tamaño es un quilate?
Para poner las cosas en perspectiva, recordemos que siendo el peso específico del diamante igual a 3,52 g por cm3, y considerando que peso específico es igual a peso sobre volumen; el tamaño de un diamante que pese 0,200 g (un quilate) es 0,056 cm3.
Esto sale de la fórmula de equivalencias 3,52/1 = 0,200/x ; medido en g / cm3.
Una vez despejada la fórmula, resulta : x= 0,200/ 3,52 = 0,056 cm3
Eso es un poco menos que la diecisieteava parte de 1 cm3.
Ahora piensen que 1 cm3 es un mísero cubito de 1 cm de largo en cada arista, e imaginen que lo dividen en 17 partes y eligen sólo una. Si ese pedacito fuera un diamante, pesaría un quilate.
Es bien poco ¿no? Y ahora piensen, en comparación, el tamaño de la locura del hombre, que cotiza un culitésimo de una piedrita vistosa, mucho más que algunos meses de trabajo de su prójimo.
Aclaro acá que «culitésimoâ» es una medida informal, que se refiere a «un culito así», con lo cual seguramente todos me entienden.
¿Les quedó claro? ¿Vienen al próximo post?
El diamante que ilustra este post está en su estado natural, sin tallar, tiene 2 cm de diámetro promedio, y se encuentra en su matriz de roca original. Fue extraído de la Mina Mir (paz en ruso) de la zona de Yakutia en Siberia. La foto es tomada de la revista del Houston Museum of Natural Science de Houston Texas, Estados Unidos de América
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
Piedras preciosas versus semi preciosas
No voy a hablar todavía aquí de las condiciones y características de las piedras preciosas. Eso será motivo de muchos otros posts.
Ahora sólo quiero defenestrar una palabra mal empleada y voy a demostrar por qué debemos desterrarla.
Hoy, solamente desde la semántica y desde la normativa; más adelante, en otras entregas también iré sumando las razones geológicas.
Las piedras son preciosas o no lo son, pero ¿semipreciosas? ¿qué barbaridad es ésa?
Semi quiere decir «la mitad de», o bien «casi». Es decir que un semicírculo es la mitad de un círculo y una semirrecta es la mitad de una recta, pero una piedra semipreciosa ¿qué es? ¿la mitad de una piedra preciosa? y la otra mitad ¿qué se hizo? ¿O es una piedra entera con sólo una mitad preciosa? ¿y la otra mitad qué es? ¿un rabanito?
¡Absurdo! Y permítanme sumar ejemplos desde otras vertientes para ilustrar mejor mi punto.
Un centauro es semihumano, porque su mitad superior es humana y la otra es equina, o sea un tremendo caballo. (No sé por qué, mencionar esto me lleva a través de la libre asociación, a las elecciones y a algunos políticos) pero, bueno, volvamos al tema original)
Decir de la suegra que es semihumana está mal, a menos que sea una sirena en el sentido más estricto de la palabra; de lo contrario, se la puede llamar infrahumana o digamos directamente casi humana pero no semihumana. Y ya que caímos en el «casi», veamos si por ahí vale usar el término.
Como ya dijimos, «casi humano» vale, «casi ileso», también vale, pero ¿»casi precioso»? Entendemos que aquí la palabra precioso se usa con el significado de alto valor o precio, no con la acepción de primoroso, al estilo «¡Ay, qué precioso te queda ese vestidito!»
En tal caso, ¿qué sentido tiene decir «casi de alto precio»? Digamos de bajo precio y listo.
En definitiva, semi preciosa no es una denominación correcta para ninguna gema aunque aparezca todavía en muchos diccionarios corrientes. Y así lo establece taxativamente la C.I.B.J.O (Confederación Internacional de la Joyería y Orfebrería de Diamantes, Perlas y Piedras) desde 1970, cuando determinó en el artículo 7 de las Normas de Uso de las Piedras de Color, que el término semiprecioso es incorrecto y queda prohibido, no debiendo utilizarse nunca. Esto es muy correctamente citado por Saadi (2006)
Tradicionalmente el diamante junto con el rubí, el zafiro y la esmeralda fueron consideradas las únicas verdaderas piedras preciosas. A todas las demás por largo tiempo se les aplicó el calificativo de semipreciosas, que como ya se explicó, debemos erradicar definitivamente de nuestro vocabulario.
Hoy en todo caso, se pueden jerarquizar por su precio en el mercado, pero en ningún caso descalificar a ninguna.
La foto es tomada de la revista del Houston Museum of Natural Science de Houston Texas, Estados Unidos de América y se trata de una rodocrosita, de la que vamos a hablar también en otro post. El ejemplar, de 10 cm, y obviamente sin tallado alguno, es considerado el mejor del mundo y está en una matriz de cristales de cuarzo, pirita y tetraedrita. Fue encontrado en 1965 en la mina Home Sweet Home, próxima a Alma, Colorado.
Ya saben dónde encontrarme si este modo de aprender les atrae. Un abrazo. Graciela
Bibliografía citada:
Saadi, J.2006. Gemología. Las Piedras Preciosas de la República Argentina. I.S.B.N.10:987-05-1943-1. I.S.D.N.13:978-987-05-1943-1. 183 pp.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.