Atahualpa Yupanqui, Dayana y la Geología.

Hoy el viernes trae un post muy especial, porque no se trata solamente de reproducir un poema de uno de los má¡s grandes folkloristas argentinos de todos los tiempos, don Atahualpa Yupanqui, sino también de incluir un agudísimo análisis de Dayana, que se está perfilando como una geóloga honoris causa.

Y permítanme decirlo con orgullo, primero porque es mi nuera, es decir, una parte querida de mi familia, y segundo porque me atrevo a arrogarme el mérito de haberla introducido en la comprensión de la Geología de una manera casi indolora, a través de este mismo blog.

Así pues, con enorme placer les presento: primero el poema, y después el impecable análisis de Dayana.

De tanto dir y venir
(Atahualpa Yupanqui/Pablo del Cerro)

De tanto dir y venir
abrí mi huella en el campo.
Para el que después anduvo
ya fue camino liviano.

En infinitos andares
fui la gramilla pisando.
Raspé mi poncho en los talas.
Me hirieron pinchos de cardo.

Las huellas no se hacen solas
ni con sólo el ir pisando.
Hay que rondar madrugadas
maduras en sueño y llanto.

Viento de injustas arenas
fueron mi huella tapando.
Lo que antes fue clara senda
se enyenó de espina y barro.

Parece que no hubo nada
si se mira sin mirarlo.
Todo es malezal confuso,
pero mi huella está abajo.

Desparejo es el camino.
Hoy ando senderos ásperos.
Piso la espina que hiere,
pero mi huella está abajo.

Tal vez un día la limpien
los que sueñan caminando.
Yo les daré, desde lejos
mi corazón de regalo.

Y al respecto, escribió magistralmente Dayana:

Te mando este poema (que tuvo su versión como canción con el título «De tanto dir y venir») con mi interpretación geológica, espero que no sea cualquier cosa lo que entendí.

Interpretación: erosión por agua.

«De tanto dir y venir
abrí mi huella en el campo.»

Esto me hace pensar en la lluvia que va y viene según las estaciones. En los terrenos aptos para eso puede terminar «abriendo sus huellas» en forma de cauces de ríos o de otro tipo de marcas en el terreno.

«Para el que después anduvo
ya fue camino liviano.»

Las marcas abiertas por el agua dejan un camino más fácil de seguir que ir a campo traviesa sin una guía. También se puede interpretar que el agua forma ríos navegables o cauces secos que se pueden usar como caminos.

«En infinitos andares
fui la gramilla pisando.
Raspé mi poncho en los talas.
Me hirieron pinchos de cardo.»

El agua atraviesa o cae en la tierra (fui la gramilla pisando) y se dispersa en ella («Raspé mi poncho en los talas. Me hirieron pinchos de cardo.»)

«Las huellas no se hacen solas
ni con sólo el ir pisando.
Hay que rondar madrugadas
maduras en sueño y llanto.»

Lo que genera la huella es el paso continuo/regular del agua en lugares con las condiciones adecuadas (Las huellas no se hacen solas ni con sólo ir pisando). También hay una cuota de eventos dramáticos excepcionales que son parte de la huella (Hay que rondar madrugadas maduras en sueño y llanto).

«Viento de injustas arenas
fueron mi huella tapando.
Lo que antes fue clara senda
se enyenó de espina y barro.

Parece que no hubo nada
si se mira sin mirarlo.
Todo es malezal confuso,
pero mi huella está abajo.»

La erosión por el viento (aunque tambien podría interpretarse que muchas veces el hombre es el viento) puede ir rellenando cauces naturales de las aguas hasta taparlos como si no hubieran existido. Aun así el paleocauce sigue ahí vivo y esperando. Sería el caso de San Carlos Minas.

Desparejo es el camino.
Hoy ando senderos ásperos.
Piso la espina que hiere,
pero mi huella está abajo.

Acá me imagino que es lo que sucede con el agua en las ciudades. «Desparejo es el camino. Hoy ando senderos ásperos.» Lo desparejo y lo áspero tienen relación con lo artificial, al igual que «la espina que hiere» que se relaciona con la «herida» que siente el agua al no poder llegar a su «huella que está abajo»

«Tal vez un día la limpien
los que sueñan caminando.
Yo les daré, desde lejos
mi corazón de regalo.»

Los que sueñan caminando serían los geólogos que tienen que desarrollar hipótesis de los orígenes de un terreno por lo que pueden ver en él hoy.

«Yo les daré desde lejos…» significa que las huellas pueden mostrar la esencia («Corazón de regalo») de lo que fue alguna vez ese lugar.

¿Qué te parece? ¿Está muy forzada mi idea?

Dayana Barrionuevo.

Así, tal como lo recibí, lo comparto con ustedes, porque me encantó. Si a ustedes también les ha gustado como para llevarlo a su blog o a la red social, por favor mencionen la fuente, dándole a Dayana el crédito que merece.

Por supuesto, Atahualpa seguramente se refería a su propia historia, y las huellas de su lucha por el folclore, pero la interpretación alternativa es impecable.

Un abrazo y nos encontramos el lunes próximo. Graciela.

Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.

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