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Geología y humor de campaña

Esto que les presento hoy viene muy al caso cuando de campamentos geológicos se trata, y se los entrego en la versión original en inglés, y en una traducción mía al castellano.

El autor es Dave Barry, comediante norteamericano de las décadas del 40 y 50.

It always rains on tents. Rainstorms will travel thousands of miles, against prevailing winds for the opportunity to rain on a tent.

La traducción reza:

Siempre llueve sobre las carpas. Las tormentas de lluvia viajarán miles de millas en contra de los vientos predominantes, por la oportunidad de descargarse sobre una carpa.

Una reflexión que comprendemos bien los geólogos que frecuentamos el campo…

¿Un peligro azaroso, o una imprudencia?

Si bien suelo reservar las anécdotas de mi vida profesional para comenzar de manera relajada los fines de semana, subiéndolas los viernes, esta vez hay un plus que se relaciona con tips para el campo y reflexiones al respecto, por eso la subo un lunes.

¿Dónde ocurrió esta anécdota?

Esto sucedió en el Cerro Colorado en el norte de la Provincia de Córdoba. Más específicamente en las cumbres graníticas que según se ve en la foto, están subyaciendo a las típicas areniscas en donde están los aleros con restos arqueológicos. El Complejo Granítico Sierra Norte data de hace unos 500 millones de años, y está en contacto con las Areniscas Cerro Colorado, mucho más jóvenes (100 Ma), a través de una disordancia erosiva.

Les he dejado un link a un trabajo en el que pueden ver un poco más del marco geológico, pero seguramente será tema de un post específico, por su importancia como sitio de interés tanto geológico como arqueológico y turístico.

¿Qué ocurrió exactamente?

Algo tan tonto que casi da vergüenza contarlo. Sencillamente nos encontró la noche, una noche sin luna y nublada, de modo que no veíamos ni el tenue resplandor de las estrellas, (aunque luego se abrieron las nubes, y nos regaló el cielo una noche esplendorosa) cuando estábamos apenas bajando de la cumbre, a pocos metros de ella, y cargados de materiales y muestras que no queríamos abandonar por el camino; de modo que bajamos a los tumbos, a veces sin saber dónde pisábamos, y sabiendo que un paso en falso podía despeñar (y de paso despenar) a cualquiera del equipo.

La única linterna que llevábamos había agotado sus pilas, de tal manera que de verdad no veíamos más allá de unos pocos centímetros por delante de nuestros propios pies…cuando los veíamos.

Los que conocen la zona, saben además que la vegetación en las zonas altas de los cerros graníticos es casi inexistente, y de cualquier manera, teniendo todos las manos ocupadas cargando diversos elementos, no teníamos de dónde sostenernos.

Por suerte ninguno rodó por las laderas, ni cayó al vacío, pero sí hubo quien se dislocó un tobillo por meter el pie en un pequeño hueco, y yo caí de rodillas al tropezar con unas raíces; y como además tenía las manos ocupadas, me fui de boca sobre las mismas muestras que traía, que por suerte no eran rocas sino suelos. Y ya en las partes bajas, donde la vegetación es arbustiva, nadie bajó sin arañazos y alguno que otro golpe en la cara y la cabeza, por las ramas que no alcanzábamos a ver.

¿Por qué nos pusimos en peligro de accidente y cómo debimos haber actuado en realidad?

Por la más pura imprudencia e imprevisión, además del mismo fanatismo para terminar en tiempo y forma una campaña programada. Pero todos aprendimos de la experiencia, y lo que sigue es precisamente lo aprendido.

  • Nunca alejarse del campamento o edificio base, sin contar con medios de iluminación en estado apropiado. Esto implica asegurarse de que las baterías estén cargadas, o tener pilas de repuesto, o hasta una linterna o farol alternativo.
  • Nunca estirar las tareas hasta el momento mismo es qne cae la noche. Siempre debe recordarse que luego de finalizado el trabajo, hay que recoger el material, limpiar y guardar el instrumental utilizado y revisar que todas las muestras estén debidamente empaquetadas. Todo eso consume tiempo, y debería hacerse ANTES del anochecer.
  • Si pese a todo, oscurece antes de llegar a terrenos planos y /o seguros, conviene apilar la carga en un lugar, y seguir marchando con las manos (o al menos una de ellas) libre de impedimentos, para poder amortiguar una caída, o defenderse del rebote de una rama, o de lo que fuere. Siempre es preferible perder alguna muestra y un poco de tiempo, antes que la vida, o la integridad física.
  • Un riesgo agregado es la posibilidad de perderse en la oscuridad, por la facilidad con la que se desdibujan los rasgos del paisaje cuando cae la noche. Por eso, lo que NO debe abandonarse, aunque se deje todo el resto de la carga, es la provisión de agua que todavía se tenga, el abrigo, y de tenerlas, las vituallas. Todo eso será inestimable si no se encuentra el camino y se debe pernoctar lejos de la base.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es del Capítulo «CERRO COLORADO: Cuando la pintura se apodera de la piedra», escrito por Juan Carlos Candiani, para el libro Sitios de Interés Geológico de la República Argentina. CSIGA (Ed.) Instituto de Geología y Recursos Minerales. Servicio Geológico Minero Argentino, Anales 46, I, 446 págs., Buenos Aires. 2008

¿Cómo actuar durante una tormenta eléctrica?

Recordarán ustedes que les prometí contarles algunas anécdotas de momentos de alto riesgo que me tocó vivir durante el ejercicio de mi profesión, y que entre ellas se destacan un par de tormentas eléctricas.

Un tema interesante sobre el cual volveremos muchas veces para ver aspectos relativos a su generación y ocurrencia; pero hoy hablaremos de las medidas de prevención que se deben tomar durante las tareas de campo; ya que los geólogos no siempre podemos elegir el día perfecto para realizarlas.

¿Qué detalles pueden servir de alerta con respecto a la posibilidad de ocurrencia de una tormenta eléctrica en poco tiempo?

  • La primera precaución es consultar los partes meteorológicos y planificar la campaña en consonancia, ya sea postergando la salida o evitando las zonas altas y descubiertas cuando se prevé la ocurrencia de tormentas eléctricas.
  • Observar cambios en el cielo, ya sea un oscurecimiento notable, un aumento de nubes del tipo cúmulo o cúmulo-nimbos (acá descubro otro tema que podemos tocar en el blog), relámpagos visibles en la distancia, truenos ya audibles aunque parezcan lejanos, incremento de la velocidad del viento, cambios bruscos en la temperatura, olor a tierra mojada.
  • En la época de tormentas, conviene recordar que las más intensas suelen sobrevenir en días de temperaturas muy elevadas, y por ende, es común que se formen en las primeras horas de la siesta. Por ello se recomienda tratar de completar las tareas en cumbres y zonas altas o muy expuestas, durante la mañana o muy poco más allá del mediodía.
  • Cuando es posible, dar por terminada toda tarea de campo cuando comienzan a notarse señales de tormenta inminente, o al menos elegir los sitios de trabajo más distantes a lo que parezca ser el centro de tormenta

Ante cualquiera de estos indicios, conviene minimizar el riesgo, marchando hacia zonas bajas, siempre y cuando no se trate de lugares inundables o propensos a recibir avenidas de agua, como las cárcavas, por ejemplo.

¿Qué debe hacerse durante la tormenta misma?

Si la tormenta se desata cuando ya se está trabajando en el campo y a distancia de zonas seguras, se deben considerar las siguientes precauciones:

  • No se debe correr durante una tormenta, sobre todo si ya se tienen el cuerpo y la ropa mojados, porque el movimiento veloz puede causar turbulencias en el aire y zonas convectivas capaces de atraer rayos.
  • Abandonar los elementos metálicos como martillos, palas, y otras herramientas. Como sé que casi nunca lo haremos los geólogos, al menos tratemos de tenerlos en el interior de estuches de madera o cuero que dismimuyan su excelente conducción. Si no se está en pleno desplazamiento, sino detenidos, tener la precaución de almacenar los elementos con puntas metálicas por lo menos a 30 metros de distancia de las personas. Esto es necesario porque si cae un rayo sobre ellos, surgen ondas de choque que pueden afectar a los seres vivos.
  • Apagar todos los elementos de comunicación o medición eléctricos o electromagnéticos que pueden atraer rayos.
  • No refugiarse debajo de árboles o elementos del relieve que estén aislados y sobresalgan del terreno. Cuando hay más de un árbol en un pequeño bosque, el riesgo disminuye, siempre que se elija cobijarse bajo los de menor altura.
  • Lo dicho para el instrumental metálico vale para todo otro elemento de igual material, es decir que hay que tomar distancia de alambrados, cañerías, líneas telefónicas, rieles de ferrocarril, maquinarias agrícolas, etc. Las redes eléctricas pueden conducir los rayos por varios kilómetros, y descargarlos a tierra en un poste distante, por eso urge alejarse de ellas.
  • Las zonas despejadas son peligrosas porque la altura de una persona constituye en ellas un auténtico pararrayos. No obstante, tenderse tampoco es seguro, ya que se aumenta la zona de contacto con el suelo que puede conducir la electricidad. En todo caso, la posición más segura es en cuclillas para sobresalir menos, y tener como único contacto con el suelo, la planta del calzado, que por principio para trabajar en el campo es de goma aislante.
  • Conviene alejarse de ríos, lagos, y otras masas de agua.
  • Algo que suele desestimarse o hasta no percibirse, es la alerta del propio cuerpo, que a veces advierte con un cosquilleo en la piel, o con el erizamiento del cabello.
  • Tanto esos fenómenos corporales como el zumbido que suelen emitir algunos objetos metálicos, responden al desplazamiento de cargas eléctricas, que indican que la atmósfera actúa como medio muy conductor. En este caso la caída del rayo es inminente en una zona muy próxima y no se debe tocar nada metálico ni a otra persona.
  • Estando en grupo, es bueno dispersarse porque si un rayo afecta a una persona, puede conducir la electricidad a todas las que estén muy próximas o en contacto con ella.
  • En realidad, la solución óptima, si el tiempo alcanza para llegar a él, es refugiarse en el interior del vehículo, que debe estar bien cerrado, con el motor apagado, cualquier antena bajada y desconectada. Esto constituye una  «Jaula de Faraday» que se cargará sólo por el exterior, permaneciendo seguro el interior. No obstante, no deben tocarse las partes metálicas del vehículo, incluso al salir de él.

Por último debe recordarse que es un mito la creencia popular de que un rayo no cae dos veces sobre el mismo punto.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de esta página.

Cómo describir perfiles de suelos en el campo. Parte 2.

arriba1Ésta es la segunda parte del tema, de modo que deberían ir a ver el comienzo en el post del lunes pasado.

Lo que deben tener claro es que solamente voy a orientarlos en cuanto a la organización de los rasgos observados y los códigos normalizados a emplear, pero ustedes deben saber leer por sí mismos la información que les brinda cada perfil, si quieren poder anotarla. Para eso, en algunos casos, los remitiré a otros posts, pero en general, estoy asumiendo que ustedes son estudiantes avanzados de la carrera, o profesionales recién recibidos.

En ambos casos se entiende que cuentan con el conocimiento ad hoc, pero les falta el entrenamiento para volcarlo en una ficha standard.

No voy a empezar desde las definiciones de estructura, drenaje o concreciones. Eso ya lo saben ustedes, puesto que esta vez me dirijo particularmente a un grupo, especializado en suelos, de los lectores de este blog.

¿Qué códigos se usan para los casilleros de la parte superior de la ficha?

Se trata de la parte que ilustra el post, y hace alusión a los elementos que permiten ubicar la posición del pozo en el espacio, y en el contexto geomorfológico.

También hay partes que se rellenan al final cuando el suelo ya ha sido clasificado (serie, fase, gran grupo, limitaciones principales, símbolo) incluso a través de análisis de laboratorio.

Allí donde dice Observación, puede reemplazarse por Calicata, cuando no se trata del primer relevamiento expeditivo sino que ya se ha seleccionado el sitio como el de posicionamiento de una apertura con pala, y no sólo con barreno.

Esta parte es la que permite más libertad en los términos a consignar, ya que remite a rasgos de la topografía y geomorfología que exceden lo pedológico.

¿Qué códigos se usan para los casilleros de la parte intermedia de la ficha?

arriba 2La parte media de la ficha tiene elementos muy espeíficos, y en general se señalan simplemente haciendo un pequeño círculo alrededor de la clasificación que corresponde. Como en muchos casos hay transiciones, se puede también usar un círculo en el grado más adecuado, con una pequeña flecha que parte desde él hacia el lado que indica el grado hacia el cual podría estar acercándose.

Debe notarse que algunos casilleros se rellenan mientras se espera que los ayudantes abran la calicata, pero hay otros que sólo se pueden completar una vez que se observa dentro de ella. Por ejemplo, en el caso de material originario, o en drenaje, ya que éste resulta de otros dos rasgos: escurrimiento que se ve en superficie, y permeabilidad que depende de la textura, y por lo tanto se observa dentro del pozo.

Respecto al relieve, si se usa el término «subnormal», ya no cabe establecer la posición que aparece en el casillero que sigue hacia abajo, porque siendo casi un plano no puede definirse loma, media loma, etc.

En general, casi todos los casilleros de esta parte tienen los rangos definidos expresamente. La excepción es «uso de la tierra» que requiere explicación:

A: Agricultura

P: Ganadería (hay códigos para subclases como Gi, que significa ganadería de invernada, etc. Se consultan en las Normas).

F: Fruticultura.

H: Horticultura.

B: Bosque sin explotación.

S: Explotación de madera.

X: Suelo Vírgen.

M: Misceláneos, por ejemplo edificados, recreativos, etc.

Cuando se define el grado de pedregosidad o rocosidad, primero se define a cuál se hace referencia (en el primer casillero). Pedregosidad se refiere a materiales sueltos, mientras que rocosidad alude a afloramientos continuos de no menos de 3 m cuadrados de extensión.

En el casillero de erosión, se debe hacer un círculo no sólo en el número que corresponde a la intensidad, sino también en la letra correspondiente (E para eólica y H para hídrica) Se usa 0 cuando la erosión es despreciable, y X cuando en la zona hay acumulación de detritos erosionados más arriba.

En los demás casilleros, en caso de duda, se consultan siempre las Normas de Etchevehere que les mencioné en el post anterior.

Vale aclarar que todas las propiedades aumentan con el número, salvo cuando de peligro de anegamiento se trata, el cual es nulo en la clase 5, y va en aumento al decrecer la cifra que se marca.

¿Qué códigos se usan para los casilleros de la parte inferior de la ficha?

En esta parte, se describe el perfil desde el interior de la calicata, o -si se trata de una observación- a partir de los testigos que saca el barreno. En este último caso, por supuesto, hay rasgos (como estructura o límites) que no pueden definirse.

Observarán que la primera casilla lleva el nombre del horizonte. No obstante, esto se escribe al último, porque no se puede saber cuál es la denominación correcta del horizonte antes de conocer sus propiedades.

Por esa razón, se comienza simplemente marcando las profundidades (segundo casillero) en las que se observan cambios morfológicos, y al final se designan los horizontes en función de sus características.

Muchas cosas, como la textura o el pH se definen de manera aproximada en el campo, y luego de los análisis de laboratorio pueden corregirse, lo cual puede significar en ocasiones (cada vez menos frecuentes a medida que el prospector «se pone canchero») que se cambien las designaciones de los horizontes, por lo menos a nivel de subíndices o sufijos.

abajo Como ya señalé al comienzo, se entiende que quienes consultan este post saben cómo reconocer las propiedades de los suelos, por lo cual, sólo les agrego los códigos aceptados de manera normalizada. Sobre color, textura, pH, etc. pueden leer apuntes que he subido en la categoría correspondiente.

Para otros casilleros, les agrego unos cuadritos y figuras que les van a ser útiles.

Imagenreun1Cada uno de los términos tiene especificaciones muy estrictas que se deben consultar en las normas.

La parte relactiva a Tipo de estructura se anota en código alfanumérico, según la clasificación que adjunto.

estructura tipos Finalmente, para completar los casilleros faltantes, les subo dos cuadros más que implican los únicos términos que se consideran aceptables en las publicaciones técnicas y científicas de nuestro país.

Siempre estoy asumiendo que los lectores saben cuándo se aplica cada uno de esos términos.

Imagenva1

Imagenva121Bueno, espero que esto les haya ayudado a organizar su información de campo.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

¿Cómo describir en el campo un perfil de suelos? Parte 1.

ficha completaEste post responde al pedido de un lector del blog, estudiante de Geología, que en su intento por armar un cuaderno de apoyo para campo, se encontró con algunas dificultades para organizar las descripciones.

Existen numerosas fichas, ya clásicas, y que no son de mi autoría- salvo unas pocas excepciones que mencionaré en su momento- que sistematizan las observaciones y mediciones que se deben realizar. No obstante, en muchos casos, ni los mismos geólogos están del todo seguros de cómo completarlas, porque no se han tomado la molestia de familiarizarse con los códigos normalizados.

Y aquí es donde éste y otros posts similares, pero sobre otros temas, les pueden ayudar.

Hoy les presento la ficha edafológica que sobre las normas de Etchevehere fue confeccionada por el INTA para uso tanto agronómico como geológico y geomorfológico.

La ficha que ilustra este post tiene numerosos detalles a considerar, y un poco de todos ellos les voy a explicar, por lo cual, seguramente ocuparé más de un post.

¿Cómo está conformada la ficha edafológica?

Lo primero que se debe aclarar es que esta ficha es de uso corriente en Argentina, ya que se ha conformado sobre las bases de las Normas de Reconocimiento que utilizan los profesionales del INTA (Instiuito Nacional de Tecnología Agropecuaria).

En otras partes del mundo se usa desde comienzos de esta década una ficha mucho más completa, elaborada por el USDA de Estados Unidos, que tiene una orientación mucho más agronómica que pedológica, razón por la cual no la subo acá, aunque a veces la lleve también al campo para orientarme en algunas observaciones muy específicas.

Y ahora sí les cuento que la ficha contiene tres partes – además de un espacio al pie, reservado para observaciones- que se complementan entre sí, pero apuntan a distintos aspectos, algunos de los cuales se terminan de anotar sólo después de realizados algunos análisis de laboratorio.

Por otra parte, el orden en que se van completando los casilleros, no necesariamente es lineal, ya que a veces hay que volverse atrás, porque algunos datos se relevan de inmediato, y otros se derivan de éstos, o de determinadas manipulaciones que llevan tiempo y se anotan más tarde.

¿Qué aspectos contempla parte superior?

La parte inicial de la ficha consigna todos los datos que permiten la identificación, localización del perfil, y algunos resultados finales, tales como la clasificación y las limitaciones del suelo. Por supuesto, esa última porción se llena cuando ya todos los análisis han arrojado resultados.

¿Qué contempla la parte intermedia?

La parte intermedia se refiere a las características propias del sitio en el que se ha realizado la calicata (pozo de observación del suelo).

Muchas veces se discute si se han de consignar rasgos muy particulares del exacto punto de apertura de la excavación, o los que son más generalizables a la zona amplia en la que ésta se encuentra.

La respuesta es sencilla: si se ha elegido bien el sitio de la calicata u observación, no habrá rasgos «patológicos», ya que precisamente la selección debe ser del lugar más representativo de la unidad geomorfológica que se está describiendo. Si toda la zona es ondulada, y justo se pocea donde hay un plano, la descripción no es suficientemente representativa.

¿A qué se refiere la parte inferior?

Allí se anotan las propiedades inherentes al suelo, no ya a la topografía ni al espacio general, aunque, obviamente las propiedades del suelo responden en parte a las condiciones del emplazamiento.

Algunas de las características requieren algunas pruebas físicas o químicas, y maniobras específicas sobre el material pedológico.

¿Qué debe consignarse en las observaciones, al pie de la ficha?

En primer lugar, la profundidad del pozo y antepozo si se trata de una observación con barreno y no de una calicata.

También puede agregarse todo aquello que no tenga un lugar preestablecido en la ficha, pero que cada prospector considere significativo, o que le ayude a la memoria. Cosas aparentemente triviales, pueden ser muy útiles cuando uno trata de recuperar en la memoria una observación particular.

Supongamos cosas como: «cuando comenzó la tormenta», «vimos un puma», o «nos corrieron a tiros», son seguramente disparadores que relacionan en la memoria esos hechos con lo que se observó en el perfil.

El próximo lunes explicaré con mayor detalle cada una de las tres partes, insistiendo sobre todo en los códigos preestablecidos para la descripción.

Bibliografía

ETCHEVEHERE, P. 1976. Normas de Reconocimiento de Suelos.INTA. Departamento de Suelos. Public. (152), Castelar, Buenos Aires.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

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