¿Cómo describir en el campo un perfil de suelos? Parte 1.
Este post responde al pedido de un lector del blog, estudiante de Geología, que en su intento por armar un cuaderno de apoyo para campo, se encontró con algunas dificultades para organizar las descripciones.
Existen numerosas fichas, ya clásicas, y que no son de mi autoría- salvo unas pocas excepciones que mencionaré en su momento- que sistematizan las observaciones y mediciones que se deben realizar. No obstante, en muchos casos, ni los mismos geólogos están del todo seguros de cómo completarlas, porque no se han tomado la molestia de familiarizarse con los códigos normalizados.
Y aquí es donde éste y otros posts similares, pero sobre otros temas, les pueden ayudar.
Hoy les presento la ficha edafológica que sobre las normas de Etchevehere fue confeccionada por el INTA para uso tanto agronómico como geológico y geomorfológico.
La ficha que ilustra este post tiene numerosos detalles a considerar, y un poco de todos ellos les voy a explicar, por lo cual, seguramente ocuparé más de un post.
¿Cómo está conformada la ficha edafológica?
Lo primero que se debe aclarar es que esta ficha es de uso corriente en Argentina, ya que se ha conformado sobre las bases de las Normas de Reconocimiento que utilizan los profesionales del INTA (Instiuito Nacional de Tecnología Agropecuaria).
En otras partes del mundo se usa desde comienzos de esta década una ficha mucho más completa, elaborada por el USDA de Estados Unidos, que tiene una orientación mucho más agronómica que pedológica, razón por la cual no la subo acá, aunque a veces la lleve también al campo para orientarme en algunas observaciones muy específicas.
Y ahora sí les cuento que la ficha contiene tres partes – además de un espacio al pie, reservado para observaciones- que se complementan entre sí, pero apuntan a distintos aspectos, algunos de los cuales se terminan de anotar sólo después de realizados algunos análisis de laboratorio.
Por otra parte, el orden en que se van completando los casilleros, no necesariamente es lineal, ya que a veces hay que volverse atrás, porque algunos datos se relevan de inmediato, y otros se derivan de éstos, o de determinadas manipulaciones que llevan tiempo y se anotan más tarde.
¿Qué aspectos contempla parte superior?
La parte inicial de la ficha consigna todos los datos que permiten la identificación, localización del perfil, y algunos resultados finales, tales como la clasificación y las limitaciones del suelo. Por supuesto, esa última porción se llena cuando ya todos los análisis han arrojado resultados.
¿Qué contempla la parte intermedia?
La parte intermedia se refiere a las características propias del sitio en el que se ha realizado la calicata (pozo de observación del suelo).
Muchas veces se discute si se han de consignar rasgos muy particulares del exacto punto de apertura de la excavación, o los que son más generalizables a la zona amplia en la que ésta se encuentra.
La respuesta es sencilla: si se ha elegido bien el sitio de la calicata u observación, no habrá rasgos «patológicos», ya que precisamente la selección debe ser del lugar más representativo de la unidad geomorfológica que se está describiendo. Si toda la zona es ondulada, y justo se pocea donde hay un plano, la descripción no es suficientemente representativa.
¿A qué se refiere la parte inferior?
Allí se anotan las propiedades inherentes al suelo, no ya a la topografía ni al espacio general, aunque, obviamente las propiedades del suelo responden en parte a las condiciones del emplazamiento.
Algunas de las características requieren algunas pruebas físicas o químicas, y maniobras específicas sobre el material pedológico.
¿Qué debe consignarse en las observaciones, al pie de la ficha?
En primer lugar, la profundidad del pozo y antepozo si se trata de una observación con barreno y no de una calicata.
También puede agregarse todo aquello que no tenga un lugar preestablecido en la ficha, pero que cada prospector considere significativo, o que le ayude a la memoria. Cosas aparentemente triviales, pueden ser muy útiles cuando uno trata de recuperar en la memoria una observación particular.
Supongamos cosas como: «cuando comenzó la tormenta», «vimos un puma», o «nos corrieron a tiros», son seguramente disparadores que relacionan en la memoria esos hechos con lo que se observó en el perfil.
El próximo lunes explicaré con mayor detalle cada una de las tres partes, insistiendo sobre todo en los códigos preestablecidos para la descripción.
Bibliografía
ETCHEVEHERE, P. 1976. Normas de Reconocimiento de Suelos.INTA. Departamento de Suelos. Public. (152), Castelar, Buenos Aires.
Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.
Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.