Archivo de la categoría ‘Geología para todos’

Charla abierta sobre las playas

Charla Abierta: La Playa, esa línea que nos conecta con el mar

Una oportunidad para comprender la importancia de estos ecosistemas y reflexionar sobre su conservación.
Disertante: Prof. Alicia T. R. Acosta, de la Universidad de Roma Tre, Italia.

Lugar: Auditorio CCT CONICET, Ciudad Universitaria
Fecha y hora: Miércoles 5 de marzo a las 15 h

En este encuentro, se explicará por qué las playas son uno de los ecosistemas más vulnerables, que se conoce sobre su dinámica y cómo protegerlas.

Más información: por mail a: investigacion@fcefyn.unc.edu.ar

Breve apunte sobre la historia del Museo de Ciencias Naturales

Hoy vamos a reflexionar acerca de la historia de uno de los sitios emblemáticos de la cultura de nuestro país: el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.

¿Dónde queda el museo y qué funciones cumple hoy?

Hoy el Museo funciona en edificio propio, sito en el Barrio de Caballito de Buenos Aires, más específicamente en la zona del Parque Centenario, en la calle Ángel Gallardo 470. Ocupa una superficie de 14.000 m2 y la Unidad Ejecutora, es decir quien lo gestiona es el CONICET. Sus funciones no son únicamente reunir colecciones relacionadas con las Ciencias Naturales, y recibir las visitas que desean conocerlas; sino también realizar eventos culturales tales como cursos, conferencias y debates; investigar con base a las propias colecciones y divulgar la ciencia, entre otras.

¿Cuál fue su primer antecedente?

El primer intento data de la infancia de nuestra patria, muy poco tiempo después de la Revolución de Mayo de 1810.

Efectivamente, fue Bernardino Rivadavia quien en cumplimiento de sus funciones de Secretario del Primer Triunvirato, dictó una resolución en 1812, según la cual todas las provincias debían reunir elementos para «dar principio al establecimiento en la Capital de un Museo de Historia Natural».

Por entonces se pensaban las colecciones en términos de «curiosidades», de modo que eran bastante eclécticas, y no siempre estrictamente científicas. Es por eso que una de las primeras donaciones es la del Presbítero Bartolomé Muñoz, quien llevaba más de 35 años juntando cosas como libros, instrumentos, láminas, grabados, mapas y cartas geográficas, junto con especímenes de animales y vegetales. En total se trataba de más de 6.000 artículos, que junto a otras donaciones se depositaron provisoriamente en la Biblioteca Pública, que ya tenía en custodia los importantes libros científicos donados en 1811 por el Obispo de Charcas, Benito Moxó y Francoli. Por muchos años, estas importantes colecciones permanecieron descuidadas y juntando polvo, sin que se concretara la iniciativa de creación del museo.

¿Cuándo se hizo finalmente realidad y cómo evolucionó luego?

Muchos años después, cuando Rivadavia era Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1826, pudo por fin realizar el viejo sueño del Museo, sobre la base del laboratorio de química y el gabinete de física que ya llevaba gestionando desde 1823, en su anterior función de Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores durante la gestión del gobernador de Buenos Aires, don Martín Rodríguez.

Tanto los laboratorios como el incipiente museo funcionaron en sus comienzos en las celdas altas del Convento de Santo Domingo, y en la vieja Procuraduría Jesuítica de la Manzana de las Luces.

Por ese entonces, a las colecciones preexistentes y ya mencionadas, se sumaron una importante colección de monedas comprada en Europa, y numerosos trofeos militares, que pasaron más tarde al Museo Histórico.

El primer plantel del Museo estuvo integrado por Carta Molina, y su ayudante, el italiano Carlos Ferrari.

Una vez definitivamente constituido, se comenzó la construcción del que sería su edificio propio y que demoraría más de 15 años en concluirse completamente. La inauguración de la primera de sus tres etapas constructivas tuvo lugar en el año 1937, durante la presidencia de Agustín Pedro Justo.

El edificio presenta por dentro y por fuera ilustraciones de flora y fauna autóctonas, realizados entre otros por artistas como Alfredo Bigatti, Emilio J. Sarguinet y Donato A. Proietto.

¿Qué más puede agregarse?

Por razones que personalmente no en todos los casos alcanzo a comprender del todo, el museo sufrió continuos cambios de nombre, que se resumen así:

  • Entre 1823 y 1882 se llamó Museo Público de Buenos Aires.
  • Desde 1883 y hasta 1911 fue el Museo Nacional
  • De 1911 a 1931 se lo conoció como Museo Nacional de Historia Natural
  • Entre 1948 y 1956 fue el Instituto Nacional de Investigación de las Ciencias Naturales y Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, reconociendo por fin al autor de la importante iniciativa
  • Finalmente desde 1957 en adelante se conoce como Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN) e Instituto Nacional de Investigación de las Ciencias Naturales.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de la página de Turismo de la ciudad de Buenos Aires.

Control estructural de ríos. Alguna terminología útil.

Hoy voy a presentarles una antigua clasificación de ríos que en buena medida ha caído en desuso como tal, pero cuyos términos son útiles por lo claros y descriptivos. Si se los separa de la idea de una clasificación de gran vigencia, en mi modesta opinión son términos que un geólogo, estudiante de geología, o simple aficionado a ella, no debe desconocer. Sobre todo porque en alguna bibliografía no muy moderna, pero todavía de consulta -aunque sólo sea para recabar antecedentes- esos términos están presentes

¿Cuál fue el criterio que se aplicó al crear esta clasificación originalmente?

Originalmente se conoció como «control estructural» o antes aún, «control topográfico» de los ríos, pretendiendo con ello definir el modo en que el relieve de origen tectónico modificaba o no las trayectorias de las corrientes superficiales encauzadas. También se intentaba un rastreo de cómo había sido esa influencia a lo largo de eventuales levantamientos isostáticos y cambios en el nivel de base.

Ahora veremos cómo era esa clasificación y luego las razones por las que hoy el valor de la terminología es más descriptivo que taxonómico.

¿Cuáles son los términos que se crearon a ese fin?

Los términos que se crearon fueron:

  • Ríos antecedentes.
  • Ríos consecuentes.
  • Ríos subsecuentes.
  • Ríos obsecuentes.
  • Ríos resecuentes.
  • Ríos insecuentes.
  • Epigénicos o sobreimpuestos.

¿Qué son los ríos antecedentes?

Son aquéllos cuyo potencial erosivo es lo suficientemente alto como para conservar el diseño general de su curso original, aun cuando se interponga un cordón en ascenso, o haya cambios en el nivel de base. En tal caso el río va cortando su valle en el mismo relieve que se va creando. Puede ser considerado como un río permanentemente rejuvenecido, que por esa misma razón conserva su pendiente. El término indica claramente que el río es anterior al relieve. Un claro ejemplo está constituido por los ríos que cortan nada menos que la cadena del Himalaya. La imagen que ilustra el post lo explica muy bien.

¿Qué son los ríos consecuentes?

El concepto es el inverso al anterior. En este caso el relieve es más antiguo que la formación del río, y por ende éste responde a la configuración de la topografía, descendiendo siempre por las partes más bajas del mismo.

¿Qué son los ríos subsecuentes?

Son ríos consecuentes de bajo potencial erosivo, razón por la cual si en su descenso por el valle preexistente se interpone un paquete litológico más resistente, se desplazan por el terreno, buscando las áreas más fácilmente erosionables.

¿Qué son los ríos obsecuentes?

Aquí aparece una dificultad semántica- que generó cierta confusión- ya que obsecuencia es sinónimo de obediencia en cierta medida, y estos ríos parecen contradecir, en cambio la inclinación regional de los estratos del lecho.

En efecto, son ríos que discurren sobre estratos inclinados, pero no en el sentido del descenso de las aguas, sino que dichas capas se inclinan hacia la dirección aguas arriba. En definitiva, el río se obedece a sí mismo, por eso se le aplicó el término de obsecuente, no por obedecer la inclinación de los estratos.

Figura 1.

Les he preparado un dibujito muy esquemático y precario, pero creo que con eso lo van a entender mejor. Es la figura 1.

¿Qué son los ríos resecuentes?

Se trata del concepto inverso, en este caso, los ríos descienden en el mismo sentido de la inclinación de los estratos del lecho.

¿Qué son los ríos insecuentes?

Son aquéllos en que no se puede establecer una relación clara con algún control topográfico o estructural.

¿Qué son los ríos epigénicos o sobreimpuestos?

En este caso, como el nombre lo indica, todo el diseño del drenaje «viene desde arriba». Sencillamente se debe a que casi toda la topografía con la cual el río y sus afluentes guardaban relación de control, ha sido rebajada erosivamente, y el sistema ha ido insertándose en estratos antes subyacentes, conservando de modo general su configuración.

¿Por qué dejó de usarse esta clasificación de modo habitual?

Varias fueron las razones:

  • Ya he señalado más arriba un ejemplo de interpretación confusa, cuando les expliqué el uso del término obsecuente. En algunos casos no se entendía claramente a que se refería esa obsecuencia, si al río respecto al valle o al río respecto a su curso propio.
  • Del mismo modo, muchas veces se aplicaba al río el concepto que se debía aplicar al valle y viceversa. Si el río es antecedente, el valle es a la inversa, consecuente, ya que es resultado de él. Pero la aplicación del término de modo poco claro o algo descuidado generó tal polémica y confusión que se fue dejando de lado. Primero este nombre, y luego todos los demás.
  • Algunos de estos términos comenzaron a utilizarse en las llanuras costeras marítimas, pero con sentidos diferentes, ya que hacían más bien referencia a los paralelismos o no de las corrientes respecto a las líneas de las costas. esto generó más confusión.
  • Se desatendía, al pretender explicar en términos tan lineales, la complejidad del sistema y de su evolución. Eso fue el disparo final o tiro de gracia para esa casificación.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio.

Una nueva entrevista radial

Hoy les traigo la grabación de una nueva entrevista en la que participé. esta vez se trata del programa «Escuchame una cosita» de la radio La retaguardia, de Buenos Aires, con la conducción de Silvio Florio. De paso agradezco la gentileza de la invitación.

La primera parte de la grabación incluye a una comunicóloga con quien después de mi incorporación se generó un diálogo muy interesante, no salten ninguna parte aunque no sea específicamente geológica.

Un abrazo y hasta el próximo miércoles, con un post informativo. Graciela.

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El monte Quimera, otra puerta del Infierno

Ya hace un tiempo les presenté, a través de una entrevista televisiva que me hicieron, los diez sitios que se han dado en llamar «Puertas del Infierno», y les hablé de dos casos particulares también. Hoy nos internaremos en el tercero: el del Monte Quimera.

¿Dónde queda el Monte Quimera?

Este monte, de nombre inspirado en la mitología griega se encuentra en lo que es hoy Turquía, razón por la cual tiene también otro nombre turco. Se trata del Monte Yanartaş, palabra que en idioma turco significa rocas ardientes, ya que lleva siglos en llamas.

Su situación geográfica es próxima al Valle de Olimpo y la ciudad homónima, que se sitúan a su vez a unos 40 km de la ciudad de Antalya, al sudoeste de Turquía, entre el distrito central de Kemer y la ciudad de Beldibi,

¿Qué puede decirse en general de él?

La característica que hoy nos convoca y que hace de él un atractivo turístico es que arde de manera permanente debido a filtraciones desde una reserva subterránea de hidrocarburos gaseosos, de origen tanto biótico como abiótico, como veremos en seguida.

¿Desde cuándo está ardiendo?

Según se calcula, lleva ardiendo unos 2.500 años, ya que el fenómeno fue por primera vez mencionado por el historiador griego Ctesias en el siglo V a.C. Sin embargo, fue recién en el año 1811 que se le dio el nombre de Quimera como reconocimiento al ser mitológico que escupía fuego y fue combatido por Belerofonte.

¿Cuál es su contexto geológico?

El monte Quimera forma parte del Complejo Antalya, que incluye varias zonas de rumbo N–S, comprendiendo un rift del Mesozoico temprano, formación de una cuenca, desarrollo de un margen pasivo, colapso y cierre durante el Eoceno. Con posterioridad, durante el Mesozoico- Cenozoico. se deposita una plataforma carbonática que constituye dos cinturones separados: el de Beydagları al oeste y el de Kemer al este.

En ambos emplazamientos se incluye un basamento paleozoico, al que sobreyace en disconformidad, una secuencia carbonática del Triásico-Paleoceno de unos 5000 m de espesor.

Las secuencias a uno y otro lado de la discontinuidad están separadas por ofiolitas del Mesozoico tardío y unidades tipo melange.

¿A qué se deben las filtraciones de gas y por qué arde la zona?

Se conoce la presencia subterránea de metano, etano y propano que se habrían formado según diferentes mecanismos y en distintas rocas madre.

Los isótopos de etano y propano analizados en la zona sugieren un origen termogénico a partir de una roca con alto contenido orgánico, de posible edad entre paleozoica tardía y mesozoica temprana.

La fuente del metano podría ser resultante de una mezcla entre gases termogénicos y abióticos. La fracción termogénica podría corresponder a las mismas rocas madre que los otros dos gases, mientras que la contribución abiótica implicaría reacciones involucrando olivino y dióxido de carbono disuelto o en minerales como grafito, por ejemplo. Un tercer requisito es la presencia de un catalizador como cromita o magnetita, presentes en rocas ultramáficas como las descriptas en el área.

¿Hay algo más para agregar?

Según la tradición oral, antiguamente los marineros se guiaban por las llamas para orientar su navegación, y se dice también que los viajeros que pasan por el lugar se valen de ellas para calentar agua para sus infusiones, o hasta para preparar sus comidas.

Se cree igualmente, que este fuego habría sido el inspirador de la figura mitológica que describe Homero, y de la cual, el monte tomaría el nombre muchos siglos después,

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

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