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Algunas aclaraciones más sobre las zonas de subducción

Cuando les hablé de subducción por última vez, les aclaré que todavía nos quedaba mucha tela para cortar, porque se trata de temas muy importantes y llenos de derivaciones. Siempre habrá algo para agregar cuando de tectónica de placas se trata.
Hoy haremos algunas aclaraciones relativas a la configuración de las zonas afectadas por la subducción, para agregar algo más de detalle a conceptos sobre los que ya hemos conversado. Obviamente no deben dejar de leer los posts anteriores porque en general no volveré sobre cosas ya expresadas.
¿Cómo es la estructura general de un contacto subductivo?
Antes de presentar la estructura general, debe aclararse que siempre se trata de sistemas complejos, y que cada situación es prácticamente única. Por eso habrá una gran cantidad de matices y variaciones, no solamente entre distintos contactos subductivos, sino también a lo largo de un mismo contacto, ya que su extensión puede alcanzar cientos o miles de km, en los que muchos factores cambian.
Por supuesto la mayor diferencia surge del carácter de las placas que entran en contacto, (oceánicas o continentales), pero existe también un caso en que se combinan ambas situaciones, lo cual ocurre en la zona de las Aleutianas, afectadas por el descenso de la placa Pacífica bajo la Norteamericana. En ese contacto, en su porción occidental la subducción implica un contacto océano-océano, mientras que en la parte oriental, la placa Pacífica subduce bajo la masa continental de Alaska, que es parte de la placa Norteamericana.
Hechas estas salvedades, veamos las cuatro principales estructuras de las zonas de subducción:
- Fosa oceánica.
- Arco volcánico.
- Antearco.
- Trasarco o retroarco.
¿Qué es una fosa oceánica?
La fosa oceánica, tal como su nombre lo indica es un región del mar donde se alcanzan grandes profundidades, producto del descenso de la placa litosférica oceánica hacia el interior del manto.
Aparentemente la profundidad de las fosas se ve afectada por la temperatura de la placa en descenso, que incide sobre su densidad. Por eso las fosas más profundas se encuentran en el Pacífico occidental, de baja temperatura. Es allí donde se encuentran fosas como la de las Marianas, que alcanza hasta algo más de 11.000 metros por debajo del nivel del mar.
Existen fosas de profundidades algo menores en la subducción de las regiones de Perú y Chile; y fosas apenas insinuadas, donde placas calientes se hunden con pendientes muy suaves, como sucede en la porción central chilena, y en Cascadia, región en que la placa de temperaturas elevadas denominada Juan de Fuca subduce muy tenuemente por debajo del suroeste de Canadá y el noroeste de los Estados Unidos.
Éste es el proceso que explica por qué no son las zonas centrales de los océanos las más profundas- como cabría esperar- sino por el contrario lo son sus bordes,
¿Qué es un arco volcánico?
Los arcos volcánicos se generan en la placa que permanece en superficie durante el proceso de subducción. Aquí se deben analizar dos situaciones diferentes que si bien he ido ya presentando en otros posts, nunca está de más recordar: si las dos placas que convergen son oceánicas, cuando una subduce debajo de la otra, el ascenso térmico produce fusión parcial de los materiales que le sobreyacen, generando magmas que al llegar a la superficie del mar se enfrían y solidifican formando los arcos volcánicos de que venimos hablando.
Ejemplos de este caso son los arcos de islas de las Marianas, las Nuevas Hébridas, las Tonga y las Aleutianas.
Cuando, en cambio, la placa oceánica subduce debajo de una continental, el arco volcánico ocurre en el propio continente, como ocurre en los Andes, donde la topografía incluye picos volcánicos que hasta pueden superar los 6.000 msnm.
¿Qué es la región de antearco?
Este término designa a la zona situada entre la fosa y el arco volcánico. Si se lo visualiza desde la placa que subduce, (y pensando en el sentido del movimiento de descenso, es decir, qué va primero) está por delante del arco volcánico que se haya formado, de allí su nombre.
En esas regiones, tanto el material piroclástico procedente del vulcanismo propio del arco, como los sedimentos erosionados desde la masa continental más próxima, se van acumulando. La placa en avance va también transportando hacia esa zona los sedimentos depositados con anterioridad en los fondos marinos, ya se trate de materiales detríticos u organógenos. Al encontrarse con ascensos de temperatura de importancia, muchos de ellos sobrellevan cambios metamórficos, según procesos que explicaré en otros posts más adelante.
¿Qué es la región de trasarco?
Se trata de la región situada en el lado del arco volcánico opuesto a la fosa, es decir la vertiente opuesta del arco mismo. Mirando desde la placa que subduce, está detrás del arco, o lo que es lo mismo al final del «tren» que se mueve.
También allí se acumulan sedimentos procedentes del mismo arco, y se producen allí fuerzas tensionales que estiran y adelgazan la corteza, como resultado de un fenómeno que incluye gravitación y succión, pero que es lo bastante interesante como para ameritar su propio post, ya que explica también algunas características sísmicas.
Por hoy, ya los debo haber cansado bastante de modo que hasta aquí llegamos.
Un abrazo y hasta el miércoles, con un post informativo. Graciela,
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La imagen que ilustra el post es de este sitio.
Contactos convergentes entre dos placas marinas

Hoy vamos a dar un nuevo pasito para comprender la Tectónica global, eligiendo como tema la segunda forma posible de contactos convergentes entre placas.
Se trata esta vez de la situación en que colisionan dos placas de corteza oceánica, es decir que ocurren fenómenos diferentes a los que se dan en el encuentro entre una placa coninental y una marina, tema del que ya hablamos antes.
Hoy les presento el tema de manera muy simplificada, pero se me acaba de ocurrir que en un próximo post podría darles un pequeño glosario de términos específicos con su explicación, lo que ampliaría más el conocimiento. Por ahora, en una primera aproximación, prefiero no complicarlos con demasiados términos técnicos.
Empecemos pues:
¿Cómo es el proceso general de subducción entre dos placas oceánicas?
Lo primero a recordar es que tratándose de dos placas de densidad y composición aproximadamente iguales, y no siendo ninguna de ellas lo suficientemente liviana como para tender a montarse sobre la otra, cualquiera de ellas puede subducirse hacia el manto, pero es más probable que lo haga la que se mueve con mayor velocidad, pues la propia inercia tiende a continuar su movimiento en la dirección que ya trae.
Así pues, nos encontramos ante una placa oceánica que se hunde y es portadora de sedimentos que se depositaron sobre ella cuando era el piso oceánico, y por ende el destino final de los sedimentos continentales – dominantemente detríticos- transportados por la erosión y la remoción en masa; y de los sedimentos organógenos de los propios fondos marinos.
Por esa razón, a medida que se hunde en profundidades que ya sabemos aumentan su temperatura según el gradiente geotérmico, los minerales presentes se irán acercando a sus puntos correspondientes de fusión, y en algún momento comenzarán los procesos ígneos, con la generación de magmas, que como se ve en la figura, buscarán el alivio de las presiones ascendiendo a favor de fisuras preexistentes o por su propio movimiento generadas. Por supuesto se trata de procesos que pueden llevar entre miles y millones de años, pero en algún momento, los magmas en ascenso provocarán fenómenos volcánicos que darán origen a nuevas rocas al solidificarse.
También puede suceder que el calor generado en el descenso produzca ascensos solamente de materiales volátiles y aguas sobrecalentadas, y no necesariamente de los magmas en su totalidad; pero esos materiales calientes hacen aumentar la temperatura de la placa que los sobreyace y es muchas veces el propio material de esa placa- que nunca descendió- el que se funde y provoca el vulcanismo.
A lo largo de todo el contacto, las nuevas rocas generan arcos de islas, como les he adelantado ya en el post al que los he remitido más arriba.
Las lavas producidas en placas oceánicas tienden a ser más básicas que las de los fondos continentales, y generan complejos litológicos más o menos característicos, sobre los que profundizaremos en otros posts.
Veamos ahora los efectos generales resultantes.
¿Cuáles son sus resultados visibles?
En primer lugar, se generará en la zona de ingreso de la placa hacia el interior terrestre, una fosa de gran profundidad, marcada en el gráfico por la ligera curvatura hacia abajo de la placa que permanece en superficie, y que por supuesto sigue el trazo y extensión de la zona de contacto entre las dos placas.
Luego, avanzando en la misma dirección en que lo hace la placa descendente, aparece el arco insular, que se forma sobre la placa que permanece en superficie. Es decir, por delante de la dirección de avance de la placa en subducción.
Toda la zona manifiesta obviamente intensa actividad volcánica, (no debe olvidarse que todas las islas en esta zona son precisamente de origen ígneo) y sismicidad acompañante.
¿Dónde pueden señalarse ejemplos de esta situación?
Japón es el ejemplo emblemático, donde colisionan la placa Pacífica y la Australiana, ambas con bordes oceánicos. Otro ejemplo muy particular es la isla de Pascua que constituye una unión triple, de la que hablaremos más adelante en otro post. En general la Polinesia se ha ido constituyendo por arcos insulares de este origen.
Por su parte, responden a esta dinámica las grandes fosas, como la de la Marianas, Tonga, Kermadec, etc.
¿Qué puede agregarse?
Muchísimas cosas, razón por la cual deberé referirme a ellas poco a poco en sucesivos encuentros, porque ya tengo muy claro que los posts muy extensos no se leen en su totalidad.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio
Sigue la Tectónica de placas. Hoy límites convergentes entre placas de distinto carácter

Seguimos avanzando paso a paso en el conocimiento del actual paradigma vigente en Geología: la Tectónica de placas, o como yo prefiero llamarla, Tectónica Global.
Ya hemos adelantado muchos conceptos previos, y nociones generales. También hemos visto los tipos de contactos entre las placas, y hablamos de los bordes divergentes y de los convergentes entre dos placas oceánicas. Hoy veremos otro de esos tipos de bordes: un contacto convergente entre placas de distinto carácter.
¿Qué pasa cuando las placas involucradas son de distinto carácter?
Según ya he señalado otras veces, las placas continentales y oceánicas tienen diferente composición petrológica y química dominante, de modo que cuando ambas se enfrentan en un desplazamiento convergente, sólo una de ellas puede hundirse por su mayor densidad, y es la oceánica. La placa continental por sus propias características se resiste a descender. Es decir que, como se ve el gráfico, lo que allí llaman placa inferior, puesto que es la que baja en dirección al manto, es siempre la oceánica. Como también es notable en el dibujo, la continental permanece en superficie, por lo cual allí la llaman superior, aunque no sea el término habitual.
En definitiva hay una subducción de la placa oceánica que porta materiales que cambiarán de estado, razón por la cual se considera que este tipo de contacto es destructivo, como expliqué en un post anterior.
¿Qué efectos tienen lugar en profundidad?
Ya sabiendo que la placa que desciende es la oceánica, cabe preguntarse qué va a sucederle en ese nuevo entorno en el que se va introduciendo.
Es algo obvio que la temperatura en profundidad estará lo suficientemente aumentada como para que se inicie un proceso de fusión de aquellos materiales que se encontraban en equilibrio en entornos mucho más fríos.
Por otra parte, la roca que presenta contenido de agua (como es normal en los fondos oceánicos) y es sometida a presión (también presente a grandes profundidades) presenta un punto de fusión más bajo que la roca seca. Esto lo he explicado también antes.
Por supuesto, este material fundido y caliente no es otra cosa que magma, que tiende a moverse hacia arriba, según el sentido de descenso de la presión confinante,
En determinadas situaciones, ese magma alcanza la superficie en el interior del continente, pero próximo al contacto subductivo, generando efusiones volcánicas, según veremos un poco más abajo.
En otros casos, el magma no llega a completar su ascenso sino que solidifica en profundidad, generando un engrosamiento cortical con rocas de carácter generalmente básico por su procedencia desde materiales del fondo oceánico. Ahora bien, como las placas en descenso también son portadoras de sedimentos que llegaron a los fondos marinos desde los continentes aledaños, tampoco esa composición es una regla de oro y el resuktado final presenta alguna variabilidad espacial.
¿Qué fenómenos se observan en superficie?
Analicemos ahora los efectos que pueden observarse en la placa que permaneció en la superficie, vale decir veamos qué pasa en el continente.

Si bien en principio el magma en ascenso es de tipo basáltico, suele ocurrir algo de asimilación al ponerse en contacto con las rocas del lugar, dando por resultado un material más enriquecido en SiO2 (sílice) tal como ocurre con las rocas de composición andesítica.
Este tipo de magmas, pueden provocar erupciones explosivas, que liberan grandes columnas de cenizas y gases volcánicos, tal como sucedió en 1980 en el volcán Santa Helena.
En la generalidad de las situaciones de subducción de una placa de litósfera oceánica hacia el manto, el proceso genera la formación de un arco magmático equivalente en cierta medida a los arcos de islas de que hablamos en otro post.
Ese arco, junto con el engrosamiento cortical mencionado más arriba, instala una cadena montañosa, conocida como orógeno que se manifiesta linealmente por varios miles de kilómetros de largo, y algunos cientos de ancho. Un claro ejemplo de orógeno es la cordillera de los Andes.
Los ambientes orogénicos implican altas temperaturas y presiones, generadoras de metamorfismo sobre las rocas preexistentes, además de importante actividad sísmica, esfuerzos compresivos tangenciales a la superficie del geoide, y ascenso de materiales ígneos, que pueden formar tanto cuerpos plutónicos a cierta profundidad como dar lugar a intenso vulcanismo.
Dado el caracter siálico de la corteza continental, es en estas situaciones donde pueden formarse los granitos y granodioritas y sus equivalentes volcánicos, todos ellos rocas ígneas de colores claros y densidad relativamente baja, con alto contenido de silicio y aluminio.
En la figura que ilustra el post puede verse la sección transversal de un orógeno con los ambientes tectónicos asociados.
En el arco magmático que mencionamos arriba, pueden distinguirse tres zonas: antearco, arco volcánico propiamente dicho o frente volcánico y retroarco.
El antearco se extiende desde la fosa oceánica generada por la subducción de la placa oceánica, hasta la porción continental donde aparecen las primeras manifestaciones volcánicas, conocido como arco o frente volcánico. La fosa normalmente se sitúa más allá del relieve continental emergido, a distancias variables del límite costero.
El retroarco se encuentra hacia adentro del continente, y se lo considera desde donde finalizan las manifestaciones volcánicas hasta el límite del orógeno.
Así como el orógeno andino se genera esencialmente por la subducción de la placa de Nazca por debajo del continente sudamericano, su continuación hacia el norte, que se manifiesta en la cordillera Cascade, es el resultado de la subducción de la placa de Juan de Fuca bajo la Norteamericana.
¿Se puede agregar algo más?
¿Algo? No, algo no, muuuucho más, pero todo eso será motivo de numerosos posts, ya que todo el paradigma está sujeto a revisiones continuas, y aparecen debates, dudas y discusiones que nos darán mil motivos de encuentro, aun después de que hayamos terminado de conocer las informaciones básicas, que todavía están también lejos de completarse. En otras palabras, no sueñen con que ya conocen todo lo necesario sobre la tectónica global.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela. P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio. La otra figura es tomada de Varela, Ricardo 2014. Manual de Geología. Miscelánea 21 del Instituto Miguel Lillo ISSN 1514 – 4836, de donde tomé también alguna información.
Más de la Tectónica de placas

Como este tema da muchísimo para hablar, lo venimos desarrollando paso a paso, y hoy vamos a avanzar un poquito sobre otra de las formas posibles de contacto entre placas adyacentes.
En este caso serán bordes convergentes o de destrucción. Pero como ya hemos visto en otro post, este tipo de contactos puede presentarse de tres formas diferentes según el carácter de las placas involucradas a uno y otro lado de la línea de convergencia.
Hoy hablaremos del caso particular de contacto entre dos placas oceánicas.
¿Qué característica general comparten los contactos convergentes?
Como ya lo indica el nombre, este tipo de contactos implica la «destrucción» de material litosférico, que inicia un proceso complejo del que hablaremos en seguida, pero que básicamente compensa la «creación» de material que tiene lugar en los bordes divergentes de los que ya hemos hablado en otro post.
Este nuevo paradigma logró resolver el problema que hemos señalado también en otro momento, de explicar la relativa invariabilidad en la extensión de la superficie terrestre, pese a ese continuo surgimiento de nuevos materiales en las dorsales oceánicas.
En resumen, el material que en un lado se suma, en otra parte se consume en un ciclo que algunos asimilan a una cinta transportadora sin fin. Algunas aclaraciones al respecto ya hemos adelantado también antes.
¿Qué pasa cuando las dos placas convergentes son oceánicas?
Comencemos por recordar algo que ya conocemos: la composición dominantemente de Silicio y Magnesio de las rocas de los fondos oceánicos. Hablamos pues de materiales densos que pueden por ende volver a hundirse en dirección al manto subyacente.
Así es que cuando convergen dos placas oceánicas, una de ellas desciende por debajo de la otra, generando lo que se denomina «subducción».
Cabe preguntarse cuál de ambas permanece en superficie y cuál se hunde en cambio hacia el manto. Esto depende de la densidad y la velocidad fundamentalmente. Si hay diferencias litológicas desciende la más densa- que generalmente es también la más antigua- por debajo de la más ligera. En caso de haber escasas diferencias en ese aspecto, es la que se mueve con más velocidad la que se subduce.
El ingreso hacia el manto se produce según un cierto ángulo que es más empinado cuanto mayor es la velocidad de descenso, y que define un plano teórico a lo largo del cual se manifiesta mayor densidad de eventos sísmicos y que se conoce como Zona de Benioff, de la cual hablaré en un post específico porque es un tema muy jugoso.
A su vez, cuanto más bajo es el ángulo de descenso, por más extensión horizontal se notan los efectos de la subducción, tal como ya expliqué en otra oportunidad.
¿Qué efectos tienen lugar en profundidad?
Ya dijimos que la placa oceánica que subduce va ingresando según un cierto ángulo- tal como se ve en la figura- hasta alcanzar en algún momento la astenósfera o mayores profundidades mantélicas.
Por supuesto, una vez que esa corteza oceánica, que además es portadora de los sedimentos que se han ido depositando en los fondos marinos, llega a cierta profundidad se encuentra con un entorno de temperaturas en ascenso, tal como les expliqué en otro post.
Eventualmente ese aumento de temperatura será suficiente para provocar fusión en el material en descenso. A este efecto se suma el agua sobrecalentada, que por la misma presión a que la mayor profundidad somete a la placa en descenso, es expulsada y asciende hasta provocar también fusión en la roca de la porción sobreyacente del manto.
En este contexto, se inician procesos de efusión y generarión de volcanes desde el propio fondo oceánico. Ya veremos más abajo que algunos volcanes llegan a emerger, pero sigamos ahora con los efectos en profundidad.
Si observan el esquema que ilustra el post, verán que la placa que permanece en superficie, es en cierta medida arrastrada hacia abajo en su borde por la placa subducente, lo cual genera un espacio negativo del fondo oceánico que se conoce como fosa, que puede alcanzar grandes profundidades, y se sitúa a cierta distancia de los volcanes submarinos.
En definitiva, todo el sistema se conforma con: una placa en subducción, una placa que permanece emergida (ambas oceánicas), una fosa o complejo de fosas, y un alineamiento de volcanes submarinos que pueden o no alcanzar la superficie.
¿Cómo se manifiesta en superficie el contacto subductivo entre dos placas oceánicas?
Por supuesto, hay una continuidad entre los fenómenos profundos y su manifestación superficial, de modo que dividirlos aquí es bastante artificial y sólo sirve para ordenar las explicaciones, ya que todo forma parte del mismo sistema complejo.
Esas efusiones en el fondo oceánico, van construyendo en algunos sitios estructuras volcánicas que conforman verdaderas cadenas, algunos de cuyos picos emergen como islas. Dichas islas suelen estar separadas entre sí por algunas decenas de kilómetros, y las cadenas que constituyen pueden abarcar centenares de kilómetros de ancho.
Debido a la forma que afectan estas sucesiones de islas, reciben la denominación de «arco de islas volcánicas», o sencillamente «arco de islas». Su posición es normalmente próxima a la fosa que forma parte del mismo sistema. Así es que las fosas más profundas, como las de Mariana y Tonga tienen sus correspondientes arcos isla homónimos.
Casi todos los arcos de islas están en el Pacífico occidental, donde la corteza que subduce es relativamente antigua y densa, lo que le permite descender fácilmente en el manto, con un ángulo de descenso muy elevado, que llega a aproximarse a los 90 grados. Ese alto ángulo hace menos habitual la sismicidad, ya que la energía se disipa en el descenso más expedito.
En el Océano Atlántico sólo hay dos arcos de islas volcánicas: el de las Antillas Menores adyacente al mar Caribe, y el de las Sandwich del Sur.
En cuanto a las fosas mismas se contabilizan veinte, la mayoría en los bordes de la cuenca del Pacífico, que presentan una longitud de hasta 4.000 km, y un ancho de aproximadamente 100.
¿Se puede agregar algo más?
¿Algo? Mucho, en realidad, por lo que habrá otros muchos posts en los que iré revelando más detalles, matices, objeciones, discrepancias, etc. etc. pero aquí es interesante apuntar un par de detalles sobre la litología.
En general puede decirse que las rocas resultantes del vulcanismo en los fondos oceánicos tiende a presentar bajo contenido de sílice, ya que procede de los materiales fundidos de placas simaicas, con lo que las litologías son básicas, o eventualmente mesosilíceas si se va produciendo algún fenómeno de diferenciación magmática. Tampoco puede desestimarse una petrología más compleja si hay asimilación de materiales del manto sobreyacente y de los sedimentos que descienden con la placa en subducción.
No podemos cerrar el tema de hoy sin hacer notar que dos placas oceánicas enfrentadas, una de las cuales subduce implican necesariamente un relativo «cierre» de la cuenca oceánica, con lo que se acorta la distancia entre el borde de una de las placas oceánicas (la pasiva) y el continente que se desplaza como «pasajero» de la que se subduce, en caso de existir, claro, ese eventual pasajero. Esto, en miles o millones de años cambiará el carácter del contacto, que puede en algún momento pasar a ser un contacto subductivo entre placa continental y océanica, y no ya entre dos placas oceánicas.
Cómo serán los procesos en esta nueva situación será motivo del próximo post sobre el tema» contactos entre placas». Aclaro que no será necesariamente la próxima semana porque no quiero convertir este diálogo nuestro en un libro de texto, sino en algo variado y que nos vaya sorprendiendo cada vez.
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Avancemos con la Tectónica Global

Ya venimos hablando hace rato del gran paradigma que enmarca todo el conocimiento geológico actual, y antes de seguir avanzando, convendría que repasaran los conceptos que ya hemos ido adquiriendo. Para ello, les dejo un link para que vayan a leer los temas que se supone que ya dominan, y les recomiendo seguir todos los links que en cada post vayan encontrando, para que su conocimiento sea más completo aún.
Lo último que habíamos visto es la historia de las reuniones y dispersiones de placas litosféricas que han tenido lugar a lo largo de la historia del planeta.
Hoy vamos a empezar a mirar con un poco más de detalle la manera en que esas placas se mueven unas respecto a otras, lo cual nos preparará para entender los fenómenos resultantes de esa dinámica.
¿Cómo es el movimiento general de las placas?
Las placas tectónicas se mueven casi permanentemente, con velocidades promedio de 2,5 cm/año, llegando en algunos sitios, o en algunos acontecimientos particulares, a triplicar y aún más esa velocidad. Los momentos en que por alguna razón el movimiento resulta impedido, son los que generan acumulaciones de energía que a su vez dan lugar a eventos sísmicos de gran magnitud, cuando finalmente se destraban.
Es importante tener en cuenta que debido a que el deslizamiento de las placas ocurre en un planeta acotado en el espacio, esas placas necesariamente se rozan entre sí en algunos puntos, colisionan en otros y se desgarran y deforman en otros sitios. Según cómo interactúen esas placas, se definirán diversos cambios, a veces espectaculares (sismos y volcanes, entre otros), y otras veces de extrema lentitud (metamorfismo profundo, por ejemplo).
Es por eso que los contactos entre las placas son las zonas más activas del planeta, y lo que pase en ellos dependerá del tipo de relaciones que se entablen entre esas porciones móviles.
¿Qué puede decirse del famoso símil con una cinta transportadora?
Antes de seguir adelante, es muy importante aclarar un concepto que puede conducir a malas interpretaciones.
Empecemos por señalar que existen algunos lugares en los que las placas se alejan entre sí, empujando en su avance a las restantes placas con las que están en contacto. Obviamente, ya que la Tierra no se expande en la medida en que estas derivas deberían provocar; en algún lugar, algún volumen de rocas debe perderse. Efectivamente, en los extremos opuestos, otras placas se hunden en las profundidades terrestres con lo que el circuito se cierra.
De resultas de este principio básico, resultó muy arraigado en el imaginario popular el concepto de una especie de cinta transportadora, asimilable a la de una fábrica o a la de una caja de un supermercado, un poco como lo vemos en la figura que ilustra el post.
Muy bonito, pero si lo tomaron al pie de la letra, cayeron en una trampa muy común, porque tal circuito no sería posible, por la sencilla razón de que la tierra no es una superficie plana horizontal como la de los ejemplos mencionados, sino que se trata de un cuerpo más o menos semejante a un esferoide (un geoide, en realidad, como les expliqué en otro post). Por tal razón, los movimientos de las placas no son lineales sino rotacionales, alrededor de ciertos puntos particularmente activos. Y por esa misma causa, las relaciones de contacto entre las placas son complejas y provocan diferentes procesos a veces muy espectaculares.
¿Qué importancia tiene el movimiento relativo de las placas?
Muchísima, ya que define no solamente los eventos que se producen en cada sitio del planeta, sino también el tipo de materiales que en esos eventos se originan, y la evolución posterior de su modelado. Son en definitiva la clave que permite interpretar el pulso mismo del planeta.
¿Qué tipos de contactos existen entre las placas?

Repito una vez más, entonces, que las placas pueden entrar en contacto entre sí de muy diversas maneras, y para sistematizar la información les he preparado el cuadrito introductorio que se ve en la figura 1 y que en seguida pasaremos a analizar con un poquito más de detalle.
Lo primero que notarán es que hay casos en que las placas se acercan entre sí hasta colisionar inclusive, situación en que se habla de bordes de destrucción, porque el material afectado cambia de carácter. Un término más neutral con que se designa esa situación es contacto convergente, en alusión a las direcciones relativas de los movimientos de las placas.
En otros casos, los contactos son divergentes, porque las placas se separan en lugar de aproximarse, y se llaman también de construcción, porque abren camino a la salida de nuevos materiales desde las profundidades. Existe por fin una alternativa donde el material no se gana ni se pierde, y de allí surge la denominación bordes de conservación, conocidos también como transformantes o de transformación por el cambio de carácter del movimiento relativo entre las placas. La figura que encabeza el post sintetiza esas tres alternativas, de manera lo bastante esquemática como para ser comprensible, pero haciendo la simplificación que les mencioné más arriba, de asimilar el modelo a deslizamientos lineales (ideales) en lugar de las rotaciones que ocurren en la realidad.
Allí donde ven las flechas enfrentadas se trata de contactos convergentes, donde se oponen, hay contactos divergentes, y las rupturas en los contactos divergentes, son contactos de transformación.
Valga este post como una introducción sencilla y esquemática, ya que a partir del siguiente encuentro en que abordemos este tema, ya estaremos metiéndonos en detalle en cada uno de los tipos de contacto, para entender la dinámica en ellos y los resultados característicos.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela. P.S.: La imagen que ilustra el post es de:
Khan, M.A. 1980. Geología global. Ed Paraninfo. Madrid. 202 págs. ISBN: 84-283-1047-5.