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¿Por qué tuvieron lugar lluvias torrenciales en Australia y Brasil?

Cuando se piensa en Australia, se evocan imágenes de aridez y desierto, pero este mes de enero ha traído inundaciones como no se registraban desde hace 36 años, en consonancia con un marcado aumento de las precipitaciones.

El por qué de esa torrencialidad de las lluvias es lo que pretendo explicar ahora.

Para eso, les recomiendo que vayan a leer el post relativo a las oscilaciones climáticas conocidas como El Niño y La Niña. Y les recuerdo que están dadas en este momento las condiciones de La Niña.

Como ya les expliqué en ese post, hay tres situaciones posibles con relación a la circulación de los vientos alisios: normales (Figura 1), perturbación El Niño (Figura 2) y perturbación La Niña (Figura 3).

En el primer caso, los vientos húmedos descargan precipitaciones sobre Asia, de manera estacional, en cantidades aproximadamente constantes de año en año, siguiendo el modelo circulatorio que ya expliqué en el post que les recomendé, y que pueden observar en la figura 1.

imagen1cond-normanesEl término Thermocline que aparece en los gráficos es la palabra inglesa correspondiente a termoclina que ya definí en otro post. El concepto fue en ese momento aplicado a lagos, pero tiene la misma validez para espejos mayores de agua, como el océano.

Las manchas coloreadas indican zonas de temperatura, siendo las más altas las que aparecen como rojas y gradando a cada vez más frías en los colores naranja, amarillo, celeste, verde y turquesa.

Las flechas finas y negras indican la circulación de los vientos; las blancas y anchas representan el avance del calentamiento del mar, y lo que con un poco de atención pueden reconocer en los bordes del bloque diagrama son: al este, América del Sur y al oeste, Oceanía, que incluye obviamente a Australia.

En la zona térmica roja, el aire se calienta y asciende, descargando su humedad sobre las costas mencionadas en último término.

Pero cuando se dan las condiciones de debilitamiento de los Alisios, el calor del océano no se transmite con igual facilidad hacia el oeste, sino que tiende a invertir su dirección de avance, y un calentamiento excesivo se produce en una zona bastante más próxima a América del Sur.

Por esa razón, el ascenso térmico ocurre en ese lugar y hay un marcado aumento de las precipitaciones que afectan a la costa americana, compensado por una sequía en el otro extremo. Figura 2.imagen1el-nino

Cuando esto ocurre, estamos en presencia de la Oscilación El Niño.

Por el contrario, ante la presencia de vientos Alisios fortalecidos, la movilización de las máximas térmicas hacia el oeste, reproduce las condiciones normales, pero en magnitudes acentuadas, de modo que en ese caso se genera la situación actual, en que reina La Niña.

En estas circunstancias, las lluvias que se abaten sobre Indonesia, Asia y Oceanía son torrenciales, con las consecuencias que ya conocemos.

Esto se visualiza en la Figura 3, donde puede verse que la acumulación de calor en la mancha roja del gráfico se ha recostado más hacia el oeste, a mucha menor distancia de los continentes afectados, que en condiciones normales.

imagen1la-nina Es por eso que la descarga de precipitaciones en este año de La Niña, ha sido tanto mayor que la habitual en Australia.

Ahora bien, en Brasil la situación no parece tan sencilla, ya que ni siquiera presenta costas sobre el Océano Pacífico, en donde vemos tan claramente desarrollado el fenómeno.

Para entender la situación allí, debemos recordar que tanto el Niño como la Niña influyen dramáticamente en el clima, aun a miles de kilómetros de distancia de la zona directamente implicada.

Esto se explica a través de lo que se conoce como ondas planetarias, que se producen en sistemas fluidos en rotación como la atmósfera, y que son responsables de lo que se denomina teleconexión, es decir una relación entre fenómenos distantes, cuya dinámica responde a la de los sistemas complejos y abarca por ende muchos factores y subsistemas.

Lo importante es que según los registros meteorológicos con que se cuenta, las precipitaciones aumentadas en el noreste de Brasil, muestran una correlación estadística con los fenómenos La Niña, de modo que tanto las lluvias de Brasil como las de Australia compartirían agente causal, de manera más o menos directa, según el caso.

Espero que esto les haya aclarado el panorama.

P.S.: Los dibujos son tomados de material didáctico de un curso de postgrado, pero no conozco su origen. Si alguien se reconoce como su autor, simplemente pase a reclamar los correspondientes créditos, por favor.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

Diferencias entre niebla, neblina y bruma

alemania-024Este post surge en respuesta a la sugerencia de Pulpo, quien notó que la confusión entre estos términos se reiteraba en distintos ámbitos, y me conminó a subir un texto aclarando la cosa.

En realidad varias veces fui posponiendo el post porque otros temas se iban presentando, pero como lo prometido es deuda, acá estoy cumpliendo finalmente con él.

¿Qué se entiende por niebla o neblina?

Comencemos por recordar que para que el agua permanezca en estado de vapor, se requiere una cierta temperatura, razón por la cual, si ésta desciende, ese vapor de agua se condensa sobre las partículas sólidas en suspensión, normalmente presentes en la atmósfera, y se genera una especie de nube visible, a nivel del propio suelo y hacia arriba. Ésas son pues las nieblas y neblinas.

¿Cómo se produce el fenómeno?

Hay varios mecanismos, semejantes en cuanto al principio físico, pero ligeramente diferentes en cuanto al modo preciso de generarse.

Por un lado, puede formarse la niebla cuando desde una superficie de agua relativamente cálida, se produce evaporación. Si sobre el espejo líquido que provee la humedad hay aire bastante más frío, la condensación es casi inmediata y se forma una niebla densa. Esto se ve muy comúnmente sobre los lagos y diques en invierno, durante las primeras horas de la mañana, cuando la temperatura de la atmósfera es la mínima, y el agua se mantiene relativamente templada.

Pero puede ocurrir también la situación inversa, cuando por ejemplo en verano, un frente frío genera una cuña, levantando las masas de aire caliente, que en su ascenso se condensan y producen una lluvia cálida, una porción de la cual se va evaporando en la caída, y vuelve a condensarse cerca del suelo, sobre esa masa fría ya mencionada.

En cualquiera de ambos casos, hay una diferencia térmica, a favor de la cual el agua pasa de un estado a otro.

¿Cuál es la diferencia entre niebla y neblina?

El uso ha consagrado una separación entre ambos términos, reservándose niebla para la cortina más densa y neblina para la más tenue.

La diferencia fue inicialmente arbitraria y subjetiva, pero luego se comenzó a aplicar un límite convencional entre ambas, y suele decirse que los objetos en la niebla no se ven más allá de 1 km de distancia. De hecho, si es muy densa, a veces en pocos centímetros ya se desdibujan, pero el kilómetro es el máximo de visibilidad.

En la neblina, los objetos se ven hasta 5 km como máximo. Si se ven más allá, obviamente no hay ni una ni otra.

También es obvio, que la referencia es bastante relativa y más bien teórica, porque en una ciudad, los edificios no dejan ver otra cosa que sus propias moles, aun en el más soleado y luminoso de los días.

Y si se es muy corto de vista ver algo a un kilómetro no sería niebla sino milagro, pero bueno, la idea implícita es lo que importa.

¿Y la bruma, qué es?

En este caso, el término se usa muchas veces erróneamente como sinónimo de niebla o neblina, porque en realidad se trata de un fenómeno totalmente distinto y de origen hasta opuesto.

En efecto, aquí el agua no juega ningun papel, es más bien su falta la que posibilita la ocurrencia del fenómeno, ya que se trata de partículas sólidas en suspensión, y son precisamente las partículas secas las que son levantadas por el viento y mantenidas largamente en la atmósfera.

De hecho, una lluvia las arrastra y las deposita en todas las superficies disponibles.

Bueno, espero que la información les sirva, y puedan hablar con mayor propiedad sobre los fenómenos aquí descriptos.

Un abrazo. Graciela

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Clima Global: ¿Cuál es el origen de los fenómenos de El Niño y La Niña?

clima fenomeno nino mapaYa estoy preparando futuros posts, en los que iré lentamente discutiendo el tema más general del tan mentado Cambio Climático Global, pero ahora sólo quiero referirme a algunas manifestaciones del clima que son lo bastante impactantes como para llegar a los titulares de los diarios.

Así es que estamos leyendo con asombro que en espacios relativamente poco distantes, fenómenos de signo contrario están teniendo lugar sincrónicamente, en aparentes paradojas que bien miradas no son tales.

Las inundaciones en México, por ejemplo, son titulares en la prensa.

Y aquí mismo, en Argentina, tambin hay regiones bajo el agua, mientras otras soportan notable escasez del líquido elemento.

Estamos obviamente en presencia de un cambio en el patrón que consideramos «normal» para las distribuciones de lluvias y de temperaturas.

Pues claro, estamos ante el fenómeno de El Niño, o ENSO como se conoce también, por las siglas en inglés de El Niño Southern Oscillation.

Y entonces, ¡oh sorpresa! descubrimos, ya en el nombre que este suceso va y viene, (por eso lo de oscilante) es decir que se repite cíclicamente. No es nada nuevo.

Hay registros arqueológicos que denuncian que al menos en los últimos 15.000 años, se ha venido produciendo con una relativa regularidad.

Recientemente se ha comprobado además que se trata más bien de un par de fenómenos de distinto signo que se complementan entre sí, y que casi como una humorada se han denominado El Niño y La Niña.

El nombre de El Niño fue acuñado por pescadores peruanos que ya varios siglos atrás, relacionaron la llegada del niño Dios, a finales de diciembre, cerca de la Navidad, con la aparición de corrientes cálidas en el mar.

Lo de la Niña pareció la contrapartida lógica, cuando se reconoció que juntos constituyen un ciclo con periodicidad aproximada de 10 años, en que se alternan uno y otro.

Esto quiere decir que cada uno aparece más o menos cada cuatro o cinco años.

Pero ojo, sólo los humanos queremos almanaques perfectos, la Naturaleza no se toma el trabajo de armar agenda, ni de consultar calendarios, sino que simplemente va generando las condiciones para que algún fenómeno se presente en el momento exacto.

Es decir, que a veces hay Niños que se adelantan tanto como para tener una distancia de sólo 2 años, o que se demoran hasta 7 en decir ¡presente!

¿Qué es «El Niño»?

Nada sencillo de explicar, pero baste con saber que es, aparte de las estaciones y las variaciones en la constante solar, el único gran disparador de cambios meteorológicos de rápida ocurrencia y corta ciclicidad.

Esto hace que los humanos podamos percibir estos cambios, a diferencia de otros, que por su recurrencia secular o milenaria no entran en nuestra experiencia vital.

¿Cómo se percibe la presencia de El Niño?

Como una condición anormal en el Océano Pacífico Tropical, cerca de Australia e Indonesia, que persiste entre doce y dieciocho meses, afectando a las condiciones térmicas, y por ende repercutiendo sobre otros elementos del clima, como las precipitaciones.

¿Por qué ocurre?

Los vientos Alisios soplan de manera relativamente constante, sobre todo durante el verano, circulando entre los trópicos, (desde 30-35º de latitud hasta el ecuador) y transfiriendo energía desde las altas presiones subtropicales,  hacia las bajas presiones ecuatoriales.

Por supuesto, su ruta se ve modificada por el efecto de Coriolis y otros factores, pero ésos son temas para futuros posts.

Lo concreto es que normalmente, estos vientos concentran gran cantidad de agua y calor en la parte occidental del océano Pacífico, con lo que éste puede ser hasta medio metro más alto en Indonesia que frente a las costas de Perú y Ecuador.

Puede crearse, además, una diferencia en la temperatura marina superficial de alrededor de 8º C.

Dadas estas condiciones, consideradas las normales, las lluvias son abundantes en el sureste de Asia, pues la formación de nubes y consecuente precipitación está asociada al aire ascendente que proviene del agua sobrecalentada.

Pero cuando los Alisios se debilitan, el excedente térmico puede desplazarse hacia las costas del este, y alcanzar la costa de América del Sur.

Obviamente, como contrapartida, hay enfriamiento relativo en el Pacíico Occidental, es decir, cerca de Asia.

Ya estamos entonces en presencia de «El Niño».

Este cambio en la distribución del excedente térmico, afecta a toda la dinámica atmosférica provocando lluvias torrenciales en las costas americanas habitualmente secas, y sequías compensatorias en las otras áreas.

¿Y qué pasa con La Niña?

Pues así como El Niño es provocado por Alisios débiles, La Niña se relaciona con Alisios particularmente fuertes, que acentúan las condiciones habituales, con lo que las lluvias en Indonesia se intensifican, y la sequía se hace más notable en América.

En definitiva, todo es un ciclo que se compensa siempre, y cuando hablamos de condiciones más húmedas o más secas, debemos agregar en dónde.

Lo que se concentra de humedad en una parte es en realidad restado de otra, tratándose más de un tema de distribución que de valores absolutos diferentes.

Este tema está lejos de haberse agotado, del clima charlaremos muchísimo más, sólo dénme tiempo.

La imagen la he tomado de la red, si alguien la reconoce como suya, sólo hágamelo saber, y le agrego la autoría, no lo hago ahora, porque ignoro quién la generó.

Un abrazo Graciela.

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Libro Geomorfología y Cambio Climático

libro-nuevo2El pasado 23 de Septiembre, en el marco del IV Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología, XII Congresso da Associaςão Brasileira de Estudos Do Quaternário, y II Reunión Sobre el Cuaternario de América del Sur, eventos todos que tuvieron lugar en simultáneo en la Ciudad de La Plata, se presentó oficialmente el libro «Geomorfología y Cambio Climático», editado por Sayago y Collantes, con fondos del INGEMA (Instituto de Geociencias y Medio Ambiente) de la Universidad Nacional de Tucumán.

Este libro incluye catorce capítulos de diversos autores, tratando temas relacionados al Cambio Climático, desde una perspectiva científica, y con resultados de sus propias investigaciones.

Yo no puedo menos que recomendarlo, porque soy primera autora del Capítulo 13 y coautora del Capítulo 9. Los detalles sobre esos trabajos en particular, los pueden ver en la pestaña que incluye mis publicaciones científicas, y les prometo que en algún momento subiré los textos completos de esos capítulos al blog.

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