Diferencias entre desertización y desertificación
Quienes leyeron mi post anterior, habrán notado que los términos que hoy nos ocupan no se utilizaron allí como sinónimos ni se intercambiaron livianamente entre sí.
No obstante, una rápida consulta a Wikipedia o al diccionario de la Real Academia Española demuestra que esa diferenciación allí no aparece. Por esta razón es más importante aún, señalar los matices que la aproximación científico- técnica confiere a cada una de esas palabras, si queremos adentrarnos en los códigos propios de la Geología.
¿Qué es un desierto?
Comencemos por definir desierto. Esta palabra, como muchas, puede entenderse de diferentes maneras según quien la emplea. Algunos geógrafos, con una mirada antropocéntrica, tienden a referirse a todo espacio sin colonización vegetal y población permanente, como desierto. Esto conduce a clasificaciones que incluyen, por ejemplo, a los desiertos helados, como la Antártida.
Geológica y geomorfológicamente, en cambio, la definición de desierto es más estricta, ya que se exige en ella un déficit hídrico permanente.
-¡Ay cag sonamos!- dirán ustedes – ¿y eso, qué es?
Bueno, es largo de explicar y por eso les dejé el link de un post al respecto, por ahora y hasta que lo hayan leído, tómenlo como un dogma o verdad revelada, y apréndanlo de memoria como el catecismo.
Por lo menos, ya van sabiendo que en geología, desierto es igual a déficit hídrico permanente, y no a despoblado.
Ahora digamos que desertizar y desertificar significan «dar lugar a un desierto» pero de dos maneras muy diferentes.
¿Qué son la desertización y la desertificación?
La desertización es natural, y se debe exclusivamente a un cambio climático. Observen que la palabra es una sustantivación (acción y efecto) del verbo desertizar.
La palabra desertificación, por su parte, procede de manera nada inocente del verbo desertificar, que incluye el sufijo latino ficare, que quiere decir «hacer», con lo cual abarca la influencia humana.
Es decir que se alude aquí a todas aquellas acciones erróneas del ser humano, que aceleran el avance del desierto en áreas marginales, de equilibrio precario o metaestable (otro post para este término, anotá, Graciela).
Notarán ahora la sutil diferencia en los verbos que usé más arriba en el post.
Cuando hablé de desertización dije: «se debe al cambio climático» y hasta agregué «exclusivamente».
No fue así cuando me refería a la acción antrópica (humana) en la desertificación. En ese caso, el verbo elegido no fue más allá de «acelerar». Nunca dije «causa», «genera», ni «provoca», sencillamente porque el hombre no tiene la capacidad para hacerlo.
Si las condiciones climáticas no están dadas previamente, el hombre no puede fabricar un desierto, como no podría un piojo que caminara por mi cabeza, modificar mi ADN.
Pues sí, es hora de que nos demos cuenta de que la influencia humana no es tan radical como la propia soberbia nos quiere hacer creer.
Existe, sí, es grande, también, pero no puede superar en ningún caso los condicionamientos que la naturaleza le impone.
A ver si nos convencemos de eso de una buena vez por todas (¡Otro post por acá!).
Resumiendo, si vamos a hablar con propiedad, diremos desertización toda vez que nos estemos refiriendo al avance de un desierto en regiones áridas y semiáridas marginales, a favor de un cambio en las condiciones climáticas imperantes; y diremos desertificación cuando las actividades humanas favorezcan y/o aceleren ese proceso natural.
En suma, la diferencia entre los términos es la inclusión o no, de la influencia antrópica, y no es menor, porque uno de ellos lo hará inocente, y el otro, en cambio co-responsable de modificar las condiciones del medio.
Si las nuevas condiciones son desfavorables para la calidad de vida de los futuros habitantes, sólo en el segundo de los casos, ellos podrán mirar acusadoramente a sus antecesores.
No es irrelevante la diferencia, ¿no les parece?
Si todavía les apetece, nos vemos en el próximo post .
Un abrazo Graciela.
La foto corresponde a ripplemarks sobre una duna en Al Liwa, desierto de RubAl Khali, en los Emiratos Árabes unidos, y fue tomada (algo recortada) de GUTIERREZ ELORZA, M. 2001 Geomorfología climática. 627 págs. Ediciones Omega. I.S.B.N.84-282-1209-0
Me estoy desburrando un poco, tía. Me gusta el blog y habría que recomendar este tipo de post a los estudiantes de agronomía también (o aspirante a) que tienen mucho de responsabilidad a la hora de asesorar a los dueños de tierras cultivables.
Me queda la duda y capaz pueda ser contestada geológicamente en otro post: ¿es posible revertir estos procesos?
Hola, Guri Recomiende nomás sobrinita. Pero aclarales a todos que te adopté como sobrina en la red, si no, van a pensar que sólo me leen los parientes…¡y a la fuerza!
Muy buena tu pregunta, y da para todo un post. Ya hablaremos de eso.
Inclusive Dayana, que como sabés ha puesto un enorme esfuerzo(y ni te cuento la paciencia, ¡pobre!)en ayudarme con toda la parafernalia cibernética, me está reclamando un post sobre erosión de suelos, así que tendré que poner manos a la obra, nomás. Además, he trabajado mucho en ese tema y publicado bastante, de modo que material me sobra. Un beso, Graciela
Sí, Danix, la gran mayoría de los procesos naturales son irreversibles, pero hay unas pocas excepciones, y ya hablaremos de ellas
Revertir o frenar los procesos naturales? Es como que el piojo se resista al Nopucid y al peine fino.
Estimada Graciela, me gusto mucho su exposición sobre los conceptos de desertización y desertificación, aunque discrepo o al menos no entiendo claramente cuando usted dice: que el hombre no tiene el poder de crear desiertos o de provocarlos y utiliza el verbo acelerarlos.
Esto me deja dos dudas:
La primera, ¿los puede acelerar en zonas que ya tienen condiciones para que esto ocurra? Ejemplo sobre pastoreo en la Patagonia y pérdida de cubierta vegetal, erosión y voladura de suelos
La segunda: ¿Qué me dice del caso de Carmen de patagones y el Norte de Viedma en Río Negro? Ubicado en la provincia fitogeografía del monte, con precipitaciones anuales de – de 200 mm. La cubierta vegetal fue talada y acompañada de un proceso de escasa lluvias, se producen enormes tormentas que evocan a las del Sahara llevándose el suelo al mar. ¿Esto no es un desierto provocado por el hombre?…
Desde ya le quedo enormemente agradecido Un abrazo Patagónico.
Hola, Gustavo, en realidad no discrepamos, más bien coincidimos. En efecto, en el post yo escribí: «Si las condiciones climáticas no están dadas previamente, el hombre no puede fabricar un desierto, como no podría un piojo que caminara por mi cabeza, modificar mi ADN». Pero eso implica también lo inverso, es decir que si las condiciones climáticas sí están dadas, el hombre incide y mucho en el proceso, que ocurriría de todos modos aun sin su ayuda, pero tal vez tan lentamente que no llegaríamos a apreciarlo.
Y vos estás diciendo lo mismo (» La cubierta vegetal fue «talada… y acompañada de un proceso de escasas lluvias…») porque en las situaciones que mencionás las condiciones naturales ya están dadas. Un beso Graciela
Gracias… Graciela… suena como un versito… jajajaj… muy bueno tus comentarios una abrazo0…
Gustavo
Interesante post, muchas gracias. A todos los que estáis comprometidos con esta causa, quienes tenéis ya un poco de conciencia sobre el asunto, instaros a que participéis activamente en la celebración el 17 de junio del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
Hola, Donar, me gusta lo de lucha contra la desertifícación, porque ese proceso es antrópico. No es tan fácil luchar contra la sequía, en cambio,porque es bastante independiente de lo que podamos hacer nosotros al respecto