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¿Es lo mismo una tormenta eléctrica que una tormenta magnética?
He notado que con motivo de los luctuosos sucesos acaecidos en la playa de Villa Gesel, muchos lectores han entrado al blog a través de la búsqueda «tormenta magnética», lo cual me induce a pensar que diferenciar entre ambos fenómenos no sería ocioso.
Casi todo lo que quieran saber acerca de las tormentas magnéticas ya lo he detallado antes en otro post, que les recomiendo leer también; pero hoy quiero resaltar en qué residen las diferencias entre esos eventos y las tormentas eléctricas.
¿Qué disciplina estudia las tormentas magnéticas y por qué?
En general es parte del conocimiento de astrónomos y astrofísicos, ya que se trata de eventos que se originan en el Sol, y no en nuestro propio planeta.
¿Qué disciplinas estudian las tormentas eléctricas y por qué?
Las tormentas eléctricas son abordadas tanto desde la Climatología, porque las tormentas son parte de los elementos constituyentes del sistema climático; como desde la Meteorología, porque caracterizan el estado del tiempo en un momento dado.
En cualquier caso, esto está señalando que se trata de fenómenos generados dentro de la propia atmósfera del planeta Tierra.
En el marco de la Meteorología, existe además una especialidad que estudia todo lo relacionado específicamente con los rayos, que se denomina Ceraunología.
¿Qué grandes diferencias puede notar una persona no versada en ninguna de ambas ciencias?
Pues es muy sencillo: en una tormenta eléctrica, habría que ser muy nabo para no darse cuenta de que está teniendo lugar.
No es así en cambio con las tormentas magnéticas, cuyos efectos pasan desapercibidos a la población, afectando solamente a numerosos aparatos e intrumental electrónico, eléctrico y electromagnético en general
¿Cuáles son las manifestaciones de las tormentas eléctricas?
Casi todos las podemos enumerar sin problemas: el rayo (del cual hay varios tipos), el relámpago, el trueno (ambos estrechamente vinculados con los rayos) y las centellas. Sobre estas últimas suele discutirse si son o no un fenómeno que de verdad puede separarse de los rayos, o si simplemente se trata de un caso particular de ellos.
¿Qué es el rayo, específicamente?
El rayo es una poderosa descarga electrostática natural que genera también emisión de luz (relámpagos) y estruendos acompañantes (truenos).
La explicación misma y detallada de la producción de la descarga ha causado serias divisiones entre los cientÃficos que se decantan por una u otra de diversas hipótesis, que exceden nuestras líneas, pero que en términos muy generalizados intento sintetizar más abajo, rescatando exclusivamente los puntos que casi todas ellas comparten.
Básicamente se trata de una gran descarga eléctrica que responde a su vez a una diferencia de potencial generada entre dos nubes, o entre las nubes y la tierra. Obviamente al existir una diferencia de estado energético entre dos porciones del medio, las partículas cargadas tienden a moverse desde las zonas de alto potencial a las de bajo.
Así nace la corriente de descarga, es decir el rayo, que en definitiva no es otra cosa que eso.
Ahora bien, cómo se produce la diferencia de potencial (que puede llegar a valores de millones de voltios) es el tema siempre en discusión y para el cual existen numerosas hipótesis.
¿Cómo se relaciona con el trueno?
El trueno es el resultado sonoro del rayo, que surge porque ante el paso de la corriente eléctrica, las moléculas de aire se ionizan, y se desarrollan ondas de choque.
Antes de dejar este tema, les recuerdo que a veces los rayos pueden producirse en las nubes de cenizas de erupciones volcánicas, como ya expliqué en otro post.
¿Hay precauciones especiales que pueden tomarse en las tormentas eléctricas?
Sí, por supuesto, y esencialmente residen en tratar de hallar refugio en construcciones cerradas. Aun dentro de ellas, es mejor abstenerse de utilizar aparatos conectados a la red eléctrica, como por ejemplo el teléfono, salvo que sea inalámbrico.
Cuando uno está en espacios abiertos (como nos pasa muchas veces a los geólogos), pero con el vehículo cerca, lo mejor que puede hacerse es entrar en él y cerrar todas las ventanillas, porque el auto se constituye en ese caso en una «jaula de Faraday» que conduce la electricidad por la superficie, protegiendo el interior.
Si nada de eso es posible, y uno está a campo abierto, debe acuclillarse en el suelo, porque la energía busca el camino más corto, y toda superficie alta o elevada es una vía preferente para la descarga. Inclusive es mejor meterse en el fondo de una zanja o barranco, y es bueno alejarse de los elementos metálicos, como la piqueta que uno siempre carga, por ejemplo.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post la he tomado de este sitio.
La tormenta Berta.
Primero debo decirles que este post es una total irrupción en la programación original del blog, debida a la irresponsabilidad de la naturaleza, que no tuvo mejor ocurrencia que generar la noticia de Berta, pedazo de tormenta que dio que hablar.
De modo que si entraron a buscar la continuación del post relativo a los nombres de las eras, deberán esperar hasta el lunes 11, lo siento.
Y ahora sí, vayamos a Berta:
¿Qué es una tormenta intensa?
Este tema ya fue explicado en un post anterior y deberán recurrir a él para refrescar el concepto. Para eso les dejo el correspondiente link, para que vayan a hacer los deberes. Aquí solamente les recuerdo que los límites numéricos que definen si una tormenta es intensa o no, varían de una región a otra, según las características particulares del ambiente en cuestión.
¿Por qué se le dio nombre a esta tormenta?
Si bien ya estamos acostumbrados a que los huracanes sean bautizados, no siempre las tormentas intensas reciben un nombre propio.
En este caso, la razón para darle un apelativo no fue, como podría pensarse, su intensidad, sino que respondió a otros dos factores: su gran extensión que llegó a afectar simultáneamente a 7 provincias argentinas, por un lado; y por el otro, su duración que está ya superando las 48 horas ininterrumpidas de mal tiempo.
Las provincias que sufren a Berta son: Córdoba, La Pampa, Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Santiago del Estero y Corrientes.
¿Por qué se llamó Berta en este caso?
Porque se siguieron los lineamientos generales ya normatizados para denominar eventos meteorológicos como huracanes, tormentas tropicales, etc (tema del que haré un post en cualquier momento).
En esta situación particular, correspondía el uso de un nombre con la letra B, ya que la anterior tormente intensa recibió el nombre de Adán, y el orden alfabético es una de las estipulaciones.
¿Se pueden tomar algunas previsiones a la hora de realizar proyectos ingenieriles, que tengan en cuenta la posible ocurrencia de estos eventos?
Sí, por cierto, y en ese sentido se están diseñando (al menos en teoría) las obras desde hace algunos años.
Para eso se definen las que se conocen como «tormentas de diseño», vale decir aquéllas que caracterizan los eventos extremos esperables en una zona dada, y que se supone que deben ser resistidas sin daño por las obras ingenieriles y de infraestructura.
Lamentablemente, la urbanización en la gran mayoría de las grandes ciudades (en todo caso en todas las afectadas por Berta, por lo menos) es muy anterior al desarrollo de estos conceptos, y ha estado casi siempre librada a crecimientos espontáneos, o que responden solamente a objetivos económicos.
No obstante, hoy se pueden definir las llamadas tormentas de diseño a través del estudio estadístico de tres factores fundamentales que componen las llamadas curvas i-d-f, y que son: intensidad, duración y frecuencia del evento.
Otra vez debemos lamentarnos de que no en todos los casos se cuenta con datos completos de series lo suficientemente largas y sin interrupciones, como se requieren para la aplicación de la metodología. En efecto, mínimamente debe contarse con registros de detalle de no menos de veinte años. Y no siempre es ése el caso.
De cualquier modo, se pueden hacer presunciones en base a los datos disponibles, y obtener un cuadro más o menos ajustado a la realidad, a la hora de la planificación urbana.
Es decir que se trata más bien de la decisión política de atender a ellos o no. En otras palabras se debe optar entre privilegiar la economía de ciertos sectores, o el bienestar y seguridad de las personas.
¿Existe un sistema de alerta hidrológica temprana?
En nuestro país hay diversos centros dependientes del INA (Instituto Nacional del Agua) que centran su acción en diversas regiones, con distintas características, y tienen sus propios protocolos de alertas tempranas.
En la Provincia de Córdoba se cuenta con el CIHRSA (Centro de Investigaciones Hídricas de la Región Semiárida) que desde el año 1987 opera una red telemétrica para pronósticos hidrológicos a tiempo real, básicamente para la Cuenca del Río San Antonio.
Por cierto se pueden recibir alertas del comportamiento de esas inundaciones fluviales, pero los anegamientos urbanos escapan por completo a esa red, salvo cuando tienen relación directa con desbordes del Suquía, que atraviesa la ciudad.
¿Cuánto de los actuales efectos de las precipitaciones intensas pueden relacionarse con la actividad humana?
En el post relativo a los posibles efectos de los incendios sobre el sistema geomorfológico y los suelos, ya les advertí que esto podía suceder. Y eso es un ejemplo de intervención humana, porque los incendios fueron provocados.
También la deforestación para urbanizaciones, uso de la madera, o para avance agropecuario, suman sus propios inputs a sistemas en riesgo.
No obstante, hay registros de antiguos desbordes y anegamientos en tiempos muy anteriores a la era industrial, en todo el mundo. En otras palabras, como siempre digo, el hombre acelera y magnifica (o minimiza, a veces) determinados procesos, pero ellos sólo ocurren si las condiciones naturales están dadas para ellos.
¿Qué podría recomendarse en adelante?
- Planificación urbana basada en el conocimiento científico del comportamiento meteorológico e hidrológico natural.
- Exigencia del más absoluto control de las intervenciones en los ecosistemas, a través de estudios de evaluación de impacto.
- Actualización de los registros que permitan obtener la información requerida para una planificación racional.
- Mecanismos legales (sobre todo en el poder de policía) para reprimir las acciones como los incendios provocados y otras muchas que rompen los equilibrios de sistemas frágiles.
- Educación de toda la población acerca de su responsabilidad ciudadana respecto al ambiente.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela
La foto que ilustra el post procede de este sitio:
¿Es lo mismo variabilidad climática que cambio climático?
El tema del Cambio Climático Global se presta a mucha confusión porque todo el mundo se siente autorizado a hablar de él, aunque no tenga la menor idea sobre el punto.
Y así cada vez que hay una tormenta fuerte, o un día cálido en invierno, o un verano más seco que lo habitual, todos se rasgan las vestiduras, afirmando que estamos ante el tan temido cambio climático planetario.
Es hora de empezar a separar la paja del trigo. Pero les aclaro que para hablar con cierto fundamento, necesitaremos ir introduciendo lentamente muuuuchos conceptos, y habrá, por ende, una multitud de posts relativos al tema.
Y como por algún lado hay que empezar, hoy lo haremos, distinguiendo entre dos expresiones que suelen usarse como sinónimos, sin serlo ni remotamente.
Pero, repito, antes de creernos expertos, tendremos que juntarnos muchas veces, para ir incorporando una multitud de conceptos sobre los cuales, lamentablemente alguna prensa no especializada, y a veces hasta tendenciosa, nos desinforma a diario.
¿Qué se entiende por tiempo meteorológico?
Se trata de una situación definida, es decir, un estado particular de los múltiples factores que definen las condiciones atmosféricas, y por lo tanto sólo puede caracterizar un lugar reducido, y varía según transcurren las horas.
Se puede designar también como tiempo atmosférico o estado del tiempo, pero nunca es sinónimo de clima.
Entre los múltiples factores que constituyen el estado del tiempo, se destacans: la temperatura, la humedad, ya sea absoluta o relativa, las precipitaciones o su ausencia, las condiciones del viento y la circulación atmosférica en general, la presión atmosférica, la nubosidad, la heliofanía, la tensión de vapor, etc.
Ya hemos avanzado algo sobre los conceptos de calor y temperatura en otros posts, pero sobre todos los demás componentes del estado atmosférico iremos hablando también a lo largo de muchos encuentros más.
Entonces, pues, las conversaciones en el ascensor, no deberían empezar con «¿Vio qué cambiante que está el clima?» sino con «¿Vio qué cambiante que está el tiempo?» Porque es a eso a lo que aludimos cuando hablamos de la temperatura reinante, o del viento en un día cualquiera, y en el sitio en que estamos en ese momento.
Esto nos obliga a responder la siguiente pregunta.
¿Qué se entiende por clima?
El clima es una conceptualización lograda a partir de numerosas observaciones y mediciones relativas al tiempo meteorológico a lo largo de muchos años en lugares determinados, cuya extensión areal varía según la escala de análisis elegida. Así podemos referirnos a mega, macro, meso o microclima, según sea el caso.
Si nuestras estadísticas son un promedio de todas las mediciones en todo el planeta, hablaremos de una megaescala, en un clima global. Como tal, su significado es bastante poco preciso, ya que se puede hablar de un clima planetario frío, cuando en realidad habrá zonas también templadas y hasta cálidas, aunque tan reducidas como para que su peso en el promedio sea despreciable o casi.
Por el otro extremo, el microclima puede ser la condición que las estadísticas de varios años definen como dominante para algo tan pequeño como mi propia oficina, llegado el caso.
¿Qué es el cambio climático?
Para definirlo, primero se debe contar con las estadísticas que definen el clima, sea en el planeta todo, o en una región limitada. A partir de esas estadísticas, si por un tiempo del orden de la media centuria, como mínimo, se observa una variación continuada y consistente, de todos o la mayoría de los parámetros considerados, ya sea hacia valores más altos o más bajos, sólo entonces puede empezar a pensarse que hay un cambio climático en curso.
Los cambios pueden ser, repito, a escala global o regional, y también implicar escalas temporales muy variables, pero sobre todo si se trata de un verdadero cambio climático, estará implícito el no retorno a las condiciones promedio de la atmósfera, por lo menos por unas cuantas décadas.
Esto lleva a la conclusión lógica de que registros de menor duración no son suficientes para establecer ninguna tendencia de cambio o no cambio. Detalle no menor, si pensamos en que la prensa compara a veces los tres o cuatro últimos veranos entre sí y emite opinión no fundada con total desparpajo.
Y ahora, un punto muy importante, sobre el que volveremos muchas veces: los cambios climáticos son debidos a causas naturales, y existieron a lo largo de toda la historia planetaria conocida. Lo que puede hacer el hombre no es más que acelerarlos o desacelerarlos en grado mínimo. Pero no les pido que me lo crean si no quieren por ahora. Ya vendrán muchos posts con todos los argumentos del caso. Esperen un poquito más.
Convengamos no obstante, que la utilización política del término ha dado sus propias definiciones, no necesariamente científicas, como es el caso de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, para la cual la expresión «cambio climático» alude exclusivamente a aquella mínima porción del cambio que es atribuible a causas humanas. Concepción errónea para la mirada científica.
¿Qué es la variabilidad climática?
La variabilidad climática es una medida del rango en que las condiciones y los elementos del clima cambian de un año a otro. Esa variabilidad puede ser alta o baja, pero nunca está ausente.
Si quieren entender mejor el tema, vean la curva que tomé prestada para ilustrar el post. Verán ustedes que se trata de un trazado muy irregular lleno de quiebres con puntos máximos y mínimos pero dentro de un intervalo dado, en este caso de temperaturas, que cambian de año en año entre 1921 y 2002. Cada punto de la curva quebrada es el promedio de temperatura anual, y a partir del análisis de la tendencia, se ha construido la recta que queda más o menos central.
La variabilidad climática es el espacio comprendido entre el pico más alto y el más bajo de la curva, a uno y otro lado de la recta central. A lo largo de ese segmento, se pueden distinguir años frescos- por debajo de la línea recta- y años cálidos -por encima de ella.
No obstante, todos los años analizados sólo están indicando una variabilidad.
Para indicar un cambio climático, todo el gráfico debería correrse, por ejemplo quebrándose en algún punto, para iniciar una nueva recta dos o tres grados más arriba o más abajo. Pero además, no debería afectar solamente a la temperatura sino a otros parámetros también, ya que el clima se entiende como un sistema, y complejo, para más datos.
¿Qué son las fluctuaciones climáticas?
Cada cambio menor, dentro del rango de la variabilidad definida, es lo que se entiende como fluctuación climática. Volviendo a la curva, cada punto de pasaje hacia arriba o hacia abajo de la línea central, define una fluctuación, la cual puede ser más o menos aguda, y más o menos durable en el tiempo.
Las fluctuaciones entonces, se refieren en definitiva a períodos de varios años que pueden ser secos o húmedos, fríos o calientes, por mencionar sólo la afectación de temperatura y humedad.
Existen fluctuaciones cortas (de meses, estaciones y años), episódicas (de décadas), seculares (de siglos) o milenarias si comprenden miles de años.
¿Por qué es tan importante distinguir entre uno y otra?
Porque en cada caso, los procesos geológicos exógenos, en todos los cuales el clima es un factor importante, se ven afectados de manera diferente, y dejan registros cuya significación debe poder interpretarse teniendo presente tanto la variabilidad como el cambio climático y por supuesto también las fluctuaciones. Por eso, por ejemplo, no debe pensarse que todo signo de una paleocorriente de agua en una región desértica es señal de cambio climático, sino que bien puede tratarse de una fluctuación, dentro de la variabilidad climática normal.
Cuando estos conceptos no están claros, es mucha la tentación- a la que a veces hasta geólogos con alguna experiencia sucumben- de marcar un cambio climático en cada rasgo observable en el paisaje cuando dicho rasgo no coincide exactamente con un modelo conceptual estereotipado y demasiado carente de matices.
Como último aporte permítanme hacer una comparación con un ejemplo sencillo como para que vean más claro lo que les quiero señalar.
Si en el medio del mes de marzo (nuestro otoño) hay un día de 8 grados centígrados en Córdoba, estaremos ante una situación anormal (salvando las distancias, equivalente a una fluctuación climática), pero no significa eso que haya cambiado la estación y estemos en invierno (equiparable a un cambio climático). Y por otra parte, esa temperatura está dentro del rango esperable en algún momento del año cordobés (asimilable a la variabilidad climática). ¿Lo entendieron mejor, o les compliqué más la vida todavía?
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post la he tomado de la página del Observatorio de Cambio Climático de Yucatán.
Diez preguntas comunes relativas al Huracán Sandy.
Ante los acontecimientos que en este momento están teniendo lugar en la costa atlántica de Estados Unidos, y que están acaparando la atención mundial, y sobre todo debido a la presión de Pulpo, que ya está exigiendo explicaciones, no tengo más remedio que ponerme a escribir este post fuera de programa.
A instancias del ut supra mencionado Pulpo, este post intentará responder lo que creemos que se está preguntando la gente en este momento.
1. ¿Qué es un huracán?
En realidad esta pregunta ya fue respondida en un par de posts anteriores, al menos en cuanto hace al concepto básico, y las características que lo distinguen de otros fenómenos igualmente espectaculares como los tornados, trombas y ciclones. Les recomiendo que vayan a leer esos posts.
Temas más complejos como la génesis y evolución posterior de los huracanes, quedaron como una deuda pendiente en aquella oportunidad, y también en ésta, ya que exceden con mucho el objetivo propuesto hoy. Pero habrá muchos posts en el futuro para saldarla.
2. ¿Cómo se mide la intensidad de un huracán?
La escala que se utiliza más comúnmente lleva el nombre de los dos científicos que la desarrollaron: Saffir-Simpson. Comprende cinco grados o categorías crecientes en su intensidad y capacidad destructiva en relación directa con el número asignado.
En el grado 1, la velocidad del viento varía entre 119 y 153 km por hora, y la marejada puede alcanzar entre 1,2 y 1,5 m de altura. Los daños son mínimos, salvo en la vegetación, y en estructuras precarias o botes y muelles.
En el grado 2 el viento se mueve en promedio a velocidades entre 154 y 177 km/h, con alturas de marea de 1,8 a 2,4 m, generando daños moderados sobre todo en muelles, y caminos costeros. Puede haber voladuras de techos y desprendimientos de ventanas, etc.
En el grado 3 los daños ya son extensos, pues se producen vientos de entre 178 y 209 km/h, con ascensos de marea entre 2,7 y 3,7 m, lo cual implica inundaciones en zonas bajas, con la consecuente necesidad de evacuación e interrupción del tránsito en los caminos afectados, lo cual muchas veces significa aislamiento de algunas comunidades.
En el grado 4, con vientos de 210 a 249 km/h, y marejada de 4 a 5,5 m, los daños son extremos, en general centralizados en la planta baja de las edificaciones próximas a la playa, la cual a su vez puede sufrir erosión significativa.
En el grado 5, el viento se mueve a más de 250 km por hora y la marea sube por encima de 5,5 m, todo lo cual genera efectos catastróficos, requiriendo desalojo masivo no solamente de los residentes de áreas cercanas a la playa sino también a kilómetros de distancia tierra adentro.
3. ¿Es el fenómeno conocido como Sandy Frankenstorm, un huracán?
Lo fue en su estapa inicial, pero al acercarse al continente y adentrarse en él se fue generando un sistema complejo por la confluencia con una tormenta invernal «temprana» procedente del oeste del continente, y una masa de aire ártico que avanza desde Canadá y Groenlandia.
4. ¿Por qué se le ha dado «nombre y apellido» a este fenómeno?
Normalmente los huracanes se bautizan con un nombre, de mujer casi siempre, con el que quedan registrados, pero en este caso, se le ha comenzado a denominar como Sandy Frankenstorm, lo cual es inusual, y responde a lo poco común de sus caracteríticas. En efecto, no es corriente que tantas perturbaciones meteorológicas intensas se potencien entre sí, como en este caso, para abatirse al mismo tiempo en un lugar dado.
El mote de Frankenstorm le fue adicionado por los medios de comunicación, para aludir a una tormenta (storm) monstruosa (Frankenstein), ya que los efectos que se están haciendo sentir en la costa atlántica son de gran magnitud y están alterando desde las comunicaciones hasta la propia Bolsa de Wall Street.
5. ¿Cómo ha sido el desarrollo y desplazamiento de Sandy?
El Huracán Sandy se originó el día 18 de octubre como una zona de baja presión en el Mar Caribe, que fue desplazándose lentamente hacia el oeste, manifestándose a través de lluvias y tormentas eléctricas. Cuatro días más tarde, ya se calificaba como un sistema de depresión tropical, y algunas horas má¡s tarde ya era la Tormenta Tropical Sandy. Afectaba en ese momento una zona unos 640 kilómetros al suroeste de Jamaica.
El 24 de octubre a las 15:00 GMT Sandy se había convertido en un huracán de grado o categoría uno.
A lo largo de su desplazamiento hacia el norte se convirtió en un huracán de categoría dos, para tocar tierra en la provincia de Santiago de Cuba donde dejó cuantiosos daños materiales y se supone que también pérdidas humanas.
En este momento ya se ha convertido en el sistema que he detallado más arriba y está afectando a Nueva York.
6. ¿Por qué se lo considera un evento histórico?
Por la confluencia de condiciones meteorológicas que se mencionaron en las respuestas 3 y 4, y porque está afectando centros neurálgicos que definen la economía global.
La afectación de vuelos, trenes, caminos y actividades bursátiles, además de las actividades comerciales y educativas, y los efectos sobre la vida cotidiana de un centro tan densamente poblado, ya le han abierto a Sandy Frankenstorm, un lugar en la historia.
7. ¿Qué medidas precautorias pueden tomarse ante una alarma de huracanes?
Muchas de las medidas recomendadas tanto para los tiempos previos como simultáneos y posteriores al evento, son las mismas ya se trate de huracanes, sismos, actividad volcánica o casi cualquier otra contingencia natural.
Por esa razón, ya les he mencionado esas recomendaciones en un post (dividido en dos entregas por su extensión) que les aconsejo ir a leer ahora.
No obstante, hay algunas salvedades específicas para sumar a lo ya dicho en esos posts, para el caso de los huracanes. Dichos agregados son:
- Averiguar si se vive en una zona inundable y en caso afirmativo extremar las correspondientes precauciones, tales como tener los documentos y valores, y algún equipo de emergencia básico en la planta alta, de contar con ella.
- Localizar el refugio más cercano.
- Hacer un inventario de la propiedad y tratar de asegurarla hasta el máximo de las coberturas disponibles.
- Mantener las alcantarillas y canaletas limpias toda la temporada.
- Asegurarse de tener bajo control las ramas de los árboles que podrían interferir con el cableado eléctrico.
- Tener siempre disponibles protecciones de madera, aluminio u otro material similar para los vidrios de las ventanas y puertas.
- Tener listo el equipamiento general y básico que les enumeré en los posts que les recomendé leer antes.
- Siempre que se pueda, informarse sobre los fenómenos habituales en la zona de residencia. Conocer al «enemigo» permite generar estrategias para enfrentarlo.
- Ante la proximidad del evento, al producirse las primeras alertas, cargar las baterías de los celulares y de todos los elementos que admitan carga, como luces de emergencia etc. Si es posible tener baterías de repuesto, para el caso de carecer de suministro eléctrico, lo que impediría su carga posteriormente. Estar comunicados en la medida de lo posible y mientras se cuente con los servicios correspondientes, es básico, por lo cual radios y celulares son prioritarios.
- Cargar combustibles en los vehículos disponibles para el caso de tener que evacuar la zona.
8. ¿Qué debe hacerse durante el desarrollo del evento?
Otra vez recuerden las normas generales para todos los eventos antes de señalar las acciones específicas para huracanes, que serán las siguientes:
- Cuando se ha producido ya el aviso de que el huracán se acerca a la zona de residencia, se deben asegurar las embarcaciones, si se cuenta con ellas en las zonas de costa, asegurar también todo material que quede fuera de la casa y que pueda convertirse en proyectil.
- Hacer ingresar las mascotas al interior de la casa.
- Moverse a un refugio si se cuenta con él y lo recomiendan las autoridades. El refugio puede ser un sótano o simplemente un lugar alejado de puertas y ventanas, o la planta alta si se esperan inundaciones.
- Montar las protecciones conocidas como tormenteras y asegurar las puertas y ventanas expuestas al exterior.
- Cortar energía eléctrica, agua y gas para evitar cortocircuitos o escapes.
- Cuando ya el huracán ha alcanzado la zona en que uno se encuentra, se debe escuchar constantemente los avisos de defensa civil y otras autoridades, y obedecerlos a rajatabla.
- Tener la precaución de mantenerse alejado de las puertas y ventanas expuestas al exterior.
9. ¿Qué se hace después del fenómeno?
Específicamente para los huracanes, además de lo señalado para otros eventos en los correspondientes posts, se debe tener en cuenta lo siguiente:
- Abrir puertas y ventanas para dejar escapar gas de tuberías que pudieron haberse roto.
- No usar fósforos ni encendedores hasta estar seguro que no hay escapes de gas.
- No volver a conectar la electricidad hasta asegurarse que no haya peligro de electrocución ni paredes haciendo efecto de masa.
- No reconectar el gas hasta no estar seguros de que no hay escapes.
- Desinfectar el agua, ya sea hirviéndola por 15 minutos o agregándole dos gotas de cloro por cada litro.
- Hacer inventario de alimentos disponibles y en buen estado.
- No usar innecesariamente automóviles para mantener las vías disponibles para los equipos de rescate.
- No utilizar puentes sin saber el estado en que quedaron luego del evento.
- No andar descalzos.
- No salir al exterior hasta que las autoridades no lo consideren seguro.
10. ¿Tiene ese evento alguna relación con los fuertes temporales en Argentina?
Éstos son los momentos en que lamento no haber avanzado más sobre algunos conceptos fundamentales relativos al clima. Pero bueno, por lo menos puedo decirles que son muchos los factores que definen lo que ocurre con él, y una buena parte de esos factores son absolutamente locales, de modo que los eventos como Sandy y la tormenta intensa que azotó el centro y este de Argentina no se relacionan entre sí de manera directa.
No obstante, hay también algunos elementos comunes que definen la tendencia climática global. Uno de ellos es la actividad solar. Y como ayer mismo les decía en el post anterior a éste, esa actividad solar tiene ciclos undecenales, a lo largo de los cuales la emisión de energía aumenta o disminuye. Estamos ahora en la parte de ese ciclo, de intensa actividad, de modo que no debe sorprendernos que los fenómenos meteorológicos se magnifiquen también en consonancia con esa situación.
Bueno, es bastante por hoy, espero no haberlos aburrido. Nos vemos el miércoles, entonces. Un abrazo. Graciela
PD: A los responsables y trabajadores de medios de comunicación que estén interesados en informarse para realizar notas sobre desastres naturales, los invito a visitar el post que escribí sobre Geología para periodistas y comunicadores.
Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01. .
P.S.: la foto que ilustra el post es una captura de pantalla del informativo de CNN que me envió Pulpo.
El Támesis congelado, de A. Hondius
El cuadro que hoy les presento está en el Museo de Londres, data de 1677, y es obra de Abraham Hondius. Esta fotografía llegó a mis manos por gentileza de mi colega, el Dr. Aldo Bonalumi, y es un excelente testimonio de una fluctuación climática relativamente reciente, en el transcurso de la cual el Támesis llegó a congelarse. El título de la obra es precisamente «El Támesis congelado».
El cuadro representa muy bien lo que dio en llamarse la «Pequeña Glaciación» o «Pequeña Edad de Hielo» (PEH), que marcó el final del que se conoce como Óptimo Climático Medieval que se había extendido entre los siglos X y XIV. La PEH se extendió entre los siglos XIV y la primera mitad del XIX). Sus picos negativos ocurrieron en 1650 (muy próximo a la fecha de la pintura), alrededor de 1770 y en 1850.
Espero que lo hayan disfrutado, y los espero el lunes. Un abrazo. Graciela
