¿Qué es la brea? Parte 2.

Imagen1brea00Este post es la segunda parte del que presenté la semana pasada, de modo que deberían ir a leer ese post antes que éste.

El lunes pasado respondí las siguientes preguntas.

¿Qué es la brea?

¿Cómo interviene la brea en la preservación de restos orgánicos?

¿Por qué hay tanto restos completos como solamente huesos, preservados en brea?

¿Qué relación tiene el hidrocarburo conocido como brea con el Rancho La Brea en Estados Unidos?

Las siguientes son las preguntas que responderemos hoy:

¿Qué características geológicas tiene el Rancho La Brea?

El Rancho La Brea se encuentra en la porción norte de la cuenca de Los Ángeles, parte a su vez de una depresión natural de mayor tamaño, producida por los movimientos relativos de las placas Pacífica y Norteamericana, a lo largo del Mioceno tardío.

La historia comienza mucho antes, ya que durante la era Mesozoica, casi toda California formaba parte del fondo oceánico, pero hacia el final, durante el Cretácico, tuvo lugar un levantamiento regional y una erosión subsecuente, todo lo cual generó intercalaciones de sedimentos marinos y continentales.

Ya en el Terciario, (como dijimos arriba, en pleno Mioceno para ser más exactos) se estuvo formando una cuenca que resultó aislada del océano abierto, por la presencia de una cordillera sumergida.

Por esa razón, el ambiente fue enriqueciéndose en matera orgánica que no era barrida más allá hacia el mar abierto. Allí se fue creando el petróleo, subproducto del cual es la brea.

Como a lo largo del tiempo las glaciaciones y derretimientos glaciales alternantes, impactaron en cambios del nivel del mar, las intercalaciones de sedimentos terrestres y marinos se prolongaron en la historia.

Entrampados en esas secuencias de sedimentos quedaron los materiales portadores de hidrocarburos. Mucho más tarde, los levantamientos, eventos erosivos y la propia migración ascendente de los fluidos que buscan el alivio de las presiones, propiciaron la elevación del asfalto.

Y fue en pleno Cuaternario cuando las lagunas de brea quedaron expuestas y se convirtieron en trampas mortales para los animales cuyos restos hoy se recogen en el rancho La Brea.

¿Qué es el pozo 91?

El pozo 91 es uno de los más de cien sitios de excavación que existen en Hancock Park, donde se enclava el Rancho La Brea.

Si bien la gran mayoría de los pozos son altamente productivos paleontológicamente, llegando el número de especímenes hallados en el Rancho- y alojados allí mismo, en el Museo George Page- a superar los tres millones y medio, y a representar unas 650 especies de plantas y animales, es precisamente esta excavación 91 la más sistemáticamente analizada y más emblemática.

De cuantos sitios similares existen en el mundo, el Rancho La Brea y particularmente el pozo 91, son los más valiosos científicamente.

El pozo 91 (Pit 91, por su nombre original en inglés) se descubrió en 1915, y se dejó inicialmente como un sitio para visita del turismo. Su explotación sistemática se inició en 1969 cuando otra excavación (la 101) se habilitó para el turismo.

Desde entonces y hasta 1979 se excavó continuadamente durante todos los veranos, cuando el calor hace más sencilla la tarea, porque la brea se ablanda.

En ese año, por problemas presupuestarios se suspendió el trabajo que fue retomado en 1984, y continúa desde entonces, habiéndose alcanzado una profundidad de alrededor de cuatro metros.

¿Qué productos se han obtenido en el pozo 91?

Cuando apenas se comenzó a excavar esta locación, hace más de cien años ya, los fósiles se buscaben mayormente como «trofeos» para las colecciones de los museos, razón por la cual la selección original estaba muy sesgada hacia los restos de grandes animales.

Esto significó el descarte de muchísimos fósiles de menor tamaño, o peor conservación.

Afortunadamente, con el tiempo, el nuevo conocimiento de que los fósiles brindan invalorable información sobre muchos aspectos del pasado geológico, hizo que se encarara desde la segunda mitad del siglo XX, una búsqueda mucho más sistemática.

Desde entonces, se recoge el material a lo largo de grillas conformadas por cuadros de aproximadamente un metro cuadrado de superficie, en la que se rescatan no solamente los especímenes mayores, sino también los pequeños restos, y hasta los microfósiles.

Cada año se trabaja sobre cuatro cuadros de la grilla y se obtienen alrededor de mil ejemplares.

Para recuperar los microfósiles, la matriz sedimentaria que envuelve los restos de mayor envergadura se analiza también con instrumental óptico apropiado.

Afortunadamente se ha hecho así, ya que de las 650 especies que se han encontrado sumando las más de 100 excavaciones existentes, al menos 320 están presentes en el pozo 91.

Por otra parte, muchos de los restos están tan bien conservados que han rendido información acerca de enfermedades y heridas padecidas por los ejemplares que luego preservó la brea.

También cambios ocurridos de resultas de eventos posteriores al enterramiento han dejado huellas reconocibles que permiten reconstruir el paleoambiente y la historia del sitio.

¿Cómo se tratan los restos fósiles que se van encontrando?

Ya les comenté más arriba que las excavaciones se realizan en verano, cuando el material es menos resistente y permite el uso de palas y cinceles con menor esfuerzo. Una vez que un resto de tamaño discreto es individualizado, se lo va cepillando de modo de quitarle la envoltura de material sedimentario estéril (es decir que no es portador de fósiles), y se lo coloca en bolsas especiales, con rótulos muy detallados respecto al sitio del hallazgo, la profundidad, posición, fecha, etc. También se incluye la referencia de las fotografías correspondientes que se toman en el momento de la extracción.

Todo el procedimiento es aproximadamente regido por algunos de los principios básicos que les conté en otros posts, salvando, claro, las diferencias que devienen de esta forma especial de conservación.

Cuando ya se ha separado cada espécimen del material envolvente, se lo limpia con solventes. Hasta mediados del siglo pasado, el solvente era kerosenne templado, lo que hacía las maniobras muy peligrosas, por la alta inflamabilidad del fluido. Hoy se recurre a otros químicos mucho más seguros e inocuos para los trabajadores.

Pero además, los sedimentos que se van tamizando para separar los macrofósiles son también desagregados mediante el uso de la cámara de ultrasonido, para que las partículas individuales puedan ser analizadas con microscopio y/o lupas binoculares, de manera que también los microfósiles se recuperen.

Los pasos siguientes ya tienen que ver con su descripción, mediciones y clasificación, para darles luego el destino, ya sea como parte de un fósil de mayor tamaño que se está reconstruyendo, o bien como muestra de exhibición o estudio.

En el último caso, puede que hasta se someta una pequeña porción del ejemplar a dataciones por C 14 u otros métodos de los que también vamos a hablar en su momento.

¿Por qué no hay hallazgos de dinosaurios en el rancho La Brea?

Por la sencilla razón de que cuando la brea afloraba en superficie, constituyendo la trampa que conservó los restos de flora y fauna, ya habían pasado millones de años desde su extinción. Es decir que no formaban parte del ambiente que las lagunas de brea de la zona preservaron.

¿Por qué es tan importante el estudio de los fósiles en esta locación?

Esto ya lo he explicado hace mucho en otro post, que les recomiendo ir a leer ahora, pero podemos agregar siempre algo más:

Debido a la forma de conservación que preserva detalles muy completos, además de toda la información cuyos detalles ya habrán leído en el post arriba linkeado, en La Brea, se ha podido reconstruir mucho de la etología, es decir la forma de comportamiento de la antigua fauna y sus relaciones sociales.

Por ejemplo, encontrar casi juntos los restos de una presa y una gran cantidad de depredadores de una especie definida, permite asumir que los lobos ya cazaban en manadas, y cómo era su ataque se infiere de la clase de heridas provocadas en el animal acosado.

También el ecosistema cuaternario regional ha podido establecerse con bastante precisión.

Por todo eso es que las excavaciones proseguirán por tanto tiempo como el presupuesto lo permita, y no solamente en el pozo 91 sino en otros que se vayan incorporando. En los últimos años se han explorado 40 pozos más, en 6 de los cuales los hallazgos han sido muy prometedores.

Precisamente la importancia de todos estos hallazgos, hará que volvamos una y otra vez a referirnos a La Brea, sus fósiles, y ¿por qué no? sus paleontólogos destacados, y jugosas anécdotas. Pero eso será en muuuuchos posts, de modo que no dejen de visitar el blog.

Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.
Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La foto que ilustra el post pertenece a Pulpo, quien la tomó para el blog en uno de sus viajes a USA. Para mí, La Brea todavía es una visita pendiente.

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