Archivo de la categoría ‘Geología y literatura’

Eduardo Galeano y la inundación de Chicago de 1992

El río

Hace tres siglos, el río huyó de los franceses. Después, tampoco los ingleses pudieron atraparlo. Él nunca estaba donde los mapas decían que estaba. Algún colono dibujaba su curso algún día, y en la noche de ese día el río se escapaba y se echaba a correr por otros rumbos.

En 1830, fue cazado. La ciudad de Chicago creció clavada a sus orillas, para que nunca más huyera. Y al fin del siglo diecinueve, la ciudad completó la civilización del salvaje obligándolo a fluir al revés y encerrándolo entre altos muros de cemento.
Una mañana de la primavera de 1992, cuando ya el río llevaba mucho tiempo de buena conducta, la ciudad amaneció con los pies mojados. Fue una fea manera de despertar. Traspiraba el metro, traspiraban los sótanos. El río domado se había desatado y no había manera de pararlo: brotaba por los poros de las paredes, en gotas primero y después a chorros, hasta que embistió la ciudad y le inundó las calles.
Al cabo de unos días de combate, el rebelde fue vencido.
Desde entonces, la ciudad duerme con un solo ojo.

Este hermoso texto forma parte del libro de Eduardo Galeano, «Bocas del tiempo» 1ra. ed. Buenos Aires ISBN 950-895-160-5

Supongo que les habrá parecido tan bello como a mí. Un abrazo y hasta el lunes. Graciela.

En el video pueden ver un informe de CBS en inglés conmemorando los 20 años del suceso.

El desierto de Atacama en la mirada de Gabriela Mistral

thATACAMA

por Gabriela Mistral

En arribando a Coquimbo
se acaba el Padre-desierto,
queda atrás como el dolor
que nos mordió mucho tiempo,
queda con nuestros hermanos
que en prueba lo recibieron
y que después ya lo amaron
como ama sin ver el ciego.

El sol ya coció su piel
y olvidaron verdes huertos
como la mujer que olvida
amor feliz por infiernos
o el penitente que tumba

No vuelvan atrás los ojos
pero guarden el recuerdo
de los que doblados tapan
sal parecida al infierno,
la hallan y la regustan
en el yantar, en el dejo,
y son como ella los hizo
de los pies a los cabellos,
y la terca sal los guarda
íntegros hasta de muertos.
¡Que dura tiene la índole
sal sin ola y devaneo,
pero que noble los guardas
enteros después de muertos!

Vamos dejando el cascajo
y las arenas de fuego,
y vamos dando la cara
a olores que trae el viento
como que, apuntando el agua,
vuelva nuestro ángel devuelto.

Ojalá les haya gustado tanto como a mí. Un abrazo y nos vemos el lunes. Graciela.

P.D.: La foto que ilustra el post es de este sitio

El Volcán Villarrica, según Gabriela Mistral.

Para este viernes, un poema de la enorme Gabriela Mistral, espero que lo disfruten.

VOLCÁN DE VILLARRICA
Gabriela Mistral.

Entre resplandores y humos,
exorcismos olvidados,
la indiada secreta va
y viene, brazos en alto,
o se calla en piedra atónita,
en la compunción antigua;
porque el Pillán va cruzando
y la tierra araucana
reverbera de mirarlo,
viejo Pillán que gestea
con relámpagos y truenos.

De pronto, le salen grandes
voces y por sus costados
baja un caupolicánico
furor de Dios embridado
y colérico y su bulto
parpadea de relámpagos
y el gentío de su reino,
que lo tenía olvidado,
se acuerda de su demiurgo
y el hervor de su Centauro.

Los blancos muestran el puño
a su poderío desaforado;
a los mestizos les sube
los sucedidos quemados,
y el indio, a medio pastal,
pecho y rostro conturbados,
se arrodilla y masculla
los conjuros no olvidados,
y los nombres de los dioses
vuelven a pecho y a labio.

Va acercando y confesándose
un rey o profeta magno
y unas nubes casquivanas
juguetean a cegarlo
y envolverlo con sus brazos.
Ay, las locas casquivanas,
llenas de gestos y brazos,
locas de atar y subiendo
como unos niños llamados;
pero las aspaventosas
son meros resuellos blancos
que hace y deshace él;
suben envalentonadas
y son juegos del Padrazo.

-Va a llover, mama, no sigas,
que estamos a campo raso.

-Te digo que está jugando
el Volcán, como un chamaco.
No halla qué hacer allí arriba
sin mujer y sin chamacos.

-Yo quiero al Volcán. Lo quiero
¿Y si me voy a bajarlo?
Cuentan, mama, que es persona
y es brujo y manda de lo alto.
Quiero llegar donde está
y lo quiero de padrazo.

-No te voy a dejar, no,
novelero, desvariado.
Calla, calla.
Aquí no levantas piedras,
aquí no puedes gritar,
aquí conmigo no quedas
pues permiso no te dan.

Espero verlos el lunes, Graciela

P.S.: La foto que ilustra el post es efectivamente el Volcá¡n Villarrica de Pucón , Chile, y la he tomado de este sitio.

Una sátira geológica de Edgar Allan Poe.

Edgar Allan Poe portrait B.jpgTal vez les pase a ustedes lo mismo que a mí, es decir que puede que se sorprendan al enterarse de que ese icono de los cuentos de terror que es Edgar Allan Poe,(1809-1849) escribió también algunos relatos humorísticos, como el que hoy he seleccionado, para presentarles de él, un fragmento en que la Geología es protagonista.

El cuento de que se trata es «Algunos episodios de la vida de un hombre de moda», y es un absurdo total, en el que se critica sutilmente la notoriedad que ya en esa época alcanzaban algunos personajes, sin mayor mérito.

El fragmento que les presento alude a una reunión de notables, y el tal Fernando Fitz- Fósil es seguramente un geólogo, presente entre ellos.

Allí estaba Fernando Fitz-Fósil Feldespato. Nos informó acerca del fuego central y de las formaciones terciarias, acerca de los aeriformes, fluidiformes y solidiformes; acerca del cuarzo y de la greda; del esquisto y de la turmalina; del yeso y de la marga; del talco y el calcáreo; de la blenda y la hornablenda; de la micacita y la malaquita; de la cianita y la lepidocita; de la hematites y la tremolita; del antimonio y la calcedonia; del manganeso y de todo lo que ustedes quieran.

Espero sepan apreciar la corrección de ciertos términos y el anacronismo de otros. Lo que no puede negarse es que la Geología por ese entonces no estaba ausente de los contenidos de la educación formal vigente. Desde hace dos siglos, en suma, los geólogos hemos perdido espacios, en nuestro afán de presentarnos como científicos alejados de la gente y de lo cotidiano.

Este modesto blog es un intento de devolvernos a un espacio en el que podamos estar en mejores términos con la población educada, pero no especializada en nuestras mismas áreas.

Un abrazo y hasta el lunes, Graciela.

La imagen que ilustra el post fue tomada de Wikipedia.

El Cobre, según Gabriela Mistral.

malaquitaEste poema fue descubierto por Dayana, incansable lectora y buscadora de perlas en el mar de la ciencia y la literatura.

COBRE

Gabriela Mistral.

Esá¡n redimiendo el cobre
con las virtudes del fuego.
De allí va a salir hermoso
como nunca se lo vieron
las piedras que eran sus madres
y el que lo befó por necio.

Suba el Padre Cobre, suba,
que naciste para el fuego
y te pareces a él
en el fervor de tu pecho.
Todavía, todavía
no confiesas el secreto
del amor y de la fiebre
que está en tus piedras gimiendo.
Nadie te habrá dicho hermoso,
porque el pecho no te vieron.

Día a día te volviste
la pobre piedra quedada,
la pobre piedra que duerme
y dura y odia la llama
y eres, ya, todos tus muertos
antes de ser sepultada.

Helados, llanto y sonrisa,
la oración y la palabra,
el amanecer la siesta
y la oración no arribada.
Ya es lo mismo, ya es igual
la mudez que la palabra.

La imagen que ilustra el post es una foto de malaquita, (carbonato de cobre) tomada por el Pulpo en el Museo de Historia Natural en uno de sus viajes a USA.

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