Archivo de la categoría ‘Geología y literatura’
El Volcán Villarrica, según Gabriela Mistral.
Para este viernes, un poema de la enorme Gabriela Mistral, espero que lo disfruten.
VOLCÁN DE VILLARRICA
Gabriela Mistral.
Entre resplandores y humos,
exorcismos olvidados,
la indiada secreta va
y viene, brazos en alto,
o se calla en piedra atónita,
en la compunción antigua;
porque el Pillán va cruzando
y la tierra araucana
reverbera de mirarlo,
viejo Pillán que gestea
con relámpagos y truenos.
De pronto, le salen grandes
voces y por sus costados
baja un caupolicánico
furor de Dios embridado
y colérico y su bulto
parpadea de relámpagos
y el gentío de su reino,
que lo tenía olvidado,
se acuerda de su demiurgo
y el hervor de su Centauro.
Los blancos muestran el puño
a su poderío desaforado;
a los mestizos les sube
los sucedidos quemados,
y el indio, a medio pastal,
pecho y rostro conturbados,
se arrodilla y masculla
los conjuros no olvidados,
y los nombres de los dioses
vuelven a pecho y a labio.
Va acercando y confesándose
un rey o profeta magno
y unas nubes casquivanas
juguetean a cegarlo
y envolverlo con sus brazos.
Ay, las locas casquivanas,
llenas de gestos y brazos,
locas de atar y subiendo
como unos niños llamados;
pero las aspaventosas
son meros resuellos blancos
que hace y deshace él;
suben envalentonadas
y son juegos del Padrazo.
-Va a llover, mama, no sigas,
que estamos a campo raso.
-Te digo que está jugando
el Volcán, como un chamaco.
No halla qué hacer allí arriba
sin mujer y sin chamacos.
-Yo quiero al Volcán. Lo quiero
¿Y si me voy a bajarlo?
Cuentan, mama, que es persona
y es brujo y manda de lo alto.
Quiero llegar donde está
y lo quiero de padrazo.
-No te voy a dejar, no,
novelero, desvariado.
Calla, calla.
Aquí no levantas piedras,
aquí no puedes gritar,
aquí conmigo no quedas
pues permiso no te dan.
Espero verlos el lunes, Graciela
P.S.: La foto que ilustra el post es efectivamente el Volcá¡n Villarrica de Pucón , Chile, y la he tomado de este sitio.
Una sátira geológica de Edgar Allan Poe.
Tal vez les pase a ustedes lo mismo que a mí, es decir que puede que se sorprendan al enterarse de que ese icono de los cuentos de terror que es Edgar Allan Poe,(1809-1849) escribió también algunos relatos humorísticos, como el que hoy he seleccionado, para presentarles de él, un fragmento en que la Geología es protagonista.
El cuento de que se trata es «Algunos episodios de la vida de un hombre de moda», y es un absurdo total, en el que se critica sutilmente la notoriedad que ya en esa época alcanzaban algunos personajes, sin mayor mérito.
El fragmento que les presento alude a una reunión de notables, y el tal Fernando Fitz- Fósil es seguramente un geólogo, presente entre ellos.
Allí estaba Fernando Fitz-Fósil Feldespato. Nos informó acerca del fuego central y de las formaciones terciarias, acerca de los aeriformes, fluidiformes y solidiformes; acerca del cuarzo y de la greda; del esquisto y de la turmalina; del yeso y de la marga; del talco y el calcáreo; de la blenda y la hornablenda; de la micacita y la malaquita; de la cianita y la lepidocita; de la hematites y la tremolita; del antimonio y la calcedonia; del manganeso y de todo lo que ustedes quieran.
Espero sepan apreciar la corrección de ciertos términos y el anacronismo de otros. Lo que no puede negarse es que la Geología por ese entonces no estaba ausente de los contenidos de la educación formal vigente. Desde hace dos siglos, en suma, los geólogos hemos perdido espacios, en nuestro afán de presentarnos como científicos alejados de la gente y de lo cotidiano.
Este modesto blog es un intento de devolvernos a un espacio en el que podamos estar en mejores términos con la población educada, pero no especializada en nuestras mismas áreas.
Un abrazo y hasta el lunes, Graciela.
La imagen que ilustra el post fue tomada de Wikipedia.
El Cobre, según Gabriela Mistral.
Este poema fue descubierto por Dayana, incansable lectora y buscadora de perlas en el mar de la ciencia y la literatura.
COBRE
Gabriela Mistral.
Esá¡n redimiendo el cobre
con las virtudes del fuego.
De allí va a salir hermoso
como nunca se lo vieron
las piedras que eran sus madres
y el que lo befó por necio.
Suba el Padre Cobre, suba,
que naciste para el fuego
y te pareces a él
en el fervor de tu pecho.
Todavía, todavía
no confiesas el secreto
del amor y de la fiebre
que está en tus piedras gimiendo.
Nadie te habrá dicho hermoso,
porque el pecho no te vieron.
Día a día te volviste
la pobre piedra quedada,
la pobre piedra que duerme
y dura y odia la llama
y eres, ya, todos tus muertos
antes de ser sepultada.
Helados, llanto y sonrisa,
la oración y la palabra,
el amanecer la siesta
y la oración no arribada.
Ya es lo mismo, ya es igual
la mudez que la palabra.
La imagen que ilustra el post es una foto de malaquita, (carbonato de cobre) tomada por el Pulpo en el Museo de Historia Natural en uno de sus viajes a USA.
Juana de Ibarborou y la Geología
En este hermoso párrafo de Juana de Ibarborou, (1892-1979) la enorme escritora uruguaya parece referirse a la carga eólica, que efectivamente puede recorrer mucho mundo. No sé si ustedes ven la relación, pero para mí tiene que ver con un elogio al loess. Y me encanta…
Por la persiana entornada entra al comedor en penumbra, un rayo de sol matinal. Y por la misma rendija sale a la calle, oblicua hacia arriba, una banda ancha y dorada de moléculas. Parece una legión de bailarines, pues, mirando atentamente, veo que cada uno de los puntitos rubios gira de una manera vertiginosa sobre sí mismo. Si yo supiera física, ¡cuántas observaciones podría hacer ahora! Pero no sé nada más que imaginar y soñar. Y miro con envidia a esa banda de átomos que se va a correr el mundo, llevándose quizás el secreto de todas mis intimidades. ¡Oh granitos de polvo que vais a ver lo que yo no he de mirar jamás: bosques, mares, ciudades, templos, auroras boreales, maravillas! De soplo en soplo, de ráfaga en ráfaga, recorréis la tierra, sorprenderéis el secreto de mil mujeres, y cuando el viento os vuelva a traer otra vez a este lugar, quizás haya transcurrido un gran montón de siglos. Yo no seré ya más que un puñadito de polvo amarillo. Y entonces me iré a danzar y a correr por el mundo con vosotros.
Espero que lo hayan disfrutado. Nos encontrams el lunes nuevamente. Un abrazo, Graciela.
P.S.: He ilustrado el post con un billete uruguayo, tomado de wikipedia, en que hay una imagen de Juana, ya que no he conseguido otras fotos de ella.
El Principito y el planeta Tierra
Este párrafo es del colosal éxito editorial de Antoine de Saint Exupéry: El principito.
Capítulo 19
El principito se encontró con una gran montaña y se subió. En verdad, las únicas montañas que en su vida había visto eran los tres volcanes de su pequeño planeta que en total le llegaba cada uno a sus rodillas. El volcán apagado lo utilizaba como taburete.
Se dijo: «Desde una montaña tan alta como ésta, seguro es que veré de un solo golpe el planeta con todos sus habitantes…» Sólo vio puntas de rocas bien afiladas.
– Buenos días -dijo al azar el principito.
– Buenos das… Buenos días… Buenos días… -respondió el eco.
– ¿Quién eres? -preguntó interesado el principito.
– Quién eres… quién eres… quién eres… -respondió el eco.
– Os suplico, sed mis amigos… estoy solo -dijo el principito.
– Estoy solo… estoy solo… estoy solo -prosiguió el eco.
«Pero… ¡qué planeta tan raro! -pensó para sí el principito- Es seco, puntiagudo y salado. Los hombres no tienen imaginación. Repiten y repiten todo lo que escuchan… En casa tenía una flor y siempre era la primera en hablar…»