Archivo de la categoría ‘Geología y literatura’

Un texto de Ángeles Mastretta

Ustedes pueden darse el lujo de recibir un servicio gratuito: alguien que lee por ustedes, y les presenta textos increíbles, simplemente porque se relacionan con la ciencia que nos convoca.

Hoy es un párrafo de «El mundo iluminado» de Ángeles Mastretta, dueña de un talento especial en el manejo de la palabra.

…Los volcanes estaban ahí siempre, como el cielo y la tierra, como la catedral y el zócalo. El nueve de octubre de 1949, en una expedición a escalarlo, murieron dos personas. Yo nací ese día y debo tener en un hueco del inconsciente, la memoria precisa de tal expedición. Debe ser por eso, que así como no le temo al mar, porque no nací cerca de las historias de horror que lo rodean, no trato a los volcanes sino de lejos. Dicen que el mar se traga a las personas, que muchos no vuelven de su encuentro con él, que es ruin, implacable y misterioso. Eso mismo digo yo de los volcanes. Están ahí para mirarse, para preguntarles cosas: ¿Cómo era el mundo cuando ellos despertaron? ¿Qué pensaban los aztecas? ¿Qué odio lloraban sus enemigos? ¿Qué ambición y qué sueños rumiaban los españoles que los pisaron por primera vez? ¿Qué hay de cierto en la leyenda de sus amores? Están ahí para contarnos victorias secretas y guerras desconocidas, pero no para transgredir la soledad de sus cumbres. Porque así como saben del mar quienes nacieron acunados por su música, sabemos que son arduos los volcanes quienes nacimos bajo el silencio implacable de sus cúspides.

Otro párrafo de «Tango en el paraíso» de Robert James Waller.

Ya antes les he presentado este libro y este autor, hoy les agrego un parrafito que vale la pena leer. Sobre todo presten atención a la reacción de algunos ante las noticias que no quieren escuchar…

El experto en ecología les había advertido de que sus días allí estaban tocando a su fin, a menos que cambiaran drásticamente sus costumbres, Les dijo que estabana agotando el acuífero de Ogallala y los pastos. Y añadió que estaban dejando que el viento se llevara la capa de suelo productiva que ya de por sí era muy fina.

Ellos lo habían escuchado primero en el discurso que dio en el gimnasio de Livermore, donde casi lo echan de la tarima a base de abucheos. Luego, cuando ya se dirigían hacoia sus coches, alguen dijo que al menos deberían buscar un barril de alquitrán caliente y mandarlo con el trasero emplumado de vuelt a su casa en el Este.

Un poema de Ovidio

La que sigue es una taducción al inglés de un poema de Ovidio, aparecido en Metamorphoses. Ignoro quién hizo esa primera traducción, pero yo la paso al castellano más abajo.

Naught looks the same for long…
Waters rush on, make valleys where once stood plains;
hills wash away to the sea.
Marshland dries to sand, while dry land
becomes stagnant, marshy pool.
From Nature, springs erupt or are sealed;
from earthquakes, streams burst forth or vanish.

Mi traducción:

Nada se ve igual por mucho tiempo…

Las aguas corren veloces, hacen valles donde una vez hubo planicies;

los montes se lavan hacia el mar.

Los pantanos se secan en arena, mientras la tierra seca

se estanca en cuencas pantanosas.

De la naturaleza surgen manantiales o se sellan;

de los terremotos, las corrientes estallan o desaparecen.

Realmente disfrutable, ¿verdad?

Nos vemos el lunes con algo de mi cosecha científica. Un abrazo Graciela.

Una poética descripción de Talampaya

Talampaya es en Argentina, uno de los sitios de interés geológico, y por eso, les presento ahora una muy bella descripción, escrita por el Dr Odontólogo Juan Victor Maiorano, con quien comparto jornadas de tango y que me honra con su amistad. También la foto que ilustra el post es suya. Disfruten este texto, como yo lo he disfrutado.

TALAMPAYA

por Juan V. Maiorano

Los faldeos descansan custodiados por cardones…el viento es música que llama al cóndor…vigilante en las alturas abrazando cielos que dibujan alegrías .
Y las jarillas bailan melodías ancestrales …
Todo es armonía y rara belleza…
Paredones tajeados por el capricho erosivo del viento, del río y del tiempo, coloreados por un pincel majestuoso que se esmera por teñir todo de rojo…
Talampaya » …río seco del tala…» una de las tantas acepciones…
De misterios y de sombras…reunión antigua del originario y de otros seres…
Sabiduría atrapada que busca ser hallada…
Conjunción de misterios y de magia…
Belleza majestuosa…
Fibra cósmica que vibra y trasmuta…
Lenguaje de esperanza…

Bello, ¿verdad? Nos vemos el lunes con uno de mis propios posts científicos y de divulgación, como siempre. Disfruten el fin de semana, Graciela.

Hoy la traducción que prometí el viernes pasado.

Como ya saben, el libro «Eating dirt» de Charlotte Gill es uno de mis favoritos, por su enfoque ecológico y su rigurosidad en las descripciones y explicaciones con fundamento científico.

Hoy traduzco para ustedes el párrafo que seleccioné y subí al blog el viernes pasado. Pero les recomiendo leer todo el libro si es que entienden inglés, porque vale la pena.

Nuestro lugar de trabajo es una zona de impacto. Dos fuerzas en yuxtaposición. Una es vieja y lenta, acumulando biomasa. No quiere otra cosa que construir. La otra es rápida y rapaz- nuestros apetitos, aparentemente sin límite. La mayoría de los días estamos demasiado ocupados haciendo dinero, para verlo de este modo, pero a veces levantamos la vista de los escombros y las astillas. Sentimos la brisa fresca, la transpiración en nuestras cejas. Miramos hacia el océano, cuando este mismo aliento de la tierra ondula el agua. La marea corre en una dirección y el viento en la otra, como la trémula piel de un animal acariciado a contrapelo. Sentimos un vago dolor en nuestros pechos. El soplo de algo que se ha perdido para siempre. O quizás no sentimos nada en absoluto.

Espero que lo hayan disfrutado como yo.

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