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Dinámica fluvial: nivel de base y perfil de equilibrio
A lo largo del tiempo, he venido subiendo numerosos posts relacionados con la dinámica fluvial, que les convendría ir a revisar. En ellos ya he explicado los conceptos de: flujos laminar y turbulento, partes de los ríos, cuencas hidrográficas, diseños de drenaje, mecanismos de carga, transporte, desgaste y depositación.
Hablamos también ya de los factores que inciden en la velocidad de una corriente, tema que importa conocer para predecir y prevenir crecientes, inundaciones, etcétera, y que por supuesto son de gran interés a la hora de realizar Evaluaciones de Impacto Ambiental.
Comencemos por reconocer que todo cuanto mencionamos está inmerso en un sistema, por lo que les conviene repasar ese concepto también, por lo cual les dejo el link correspondiente.
¿Qué se entiende por nivel de base en un sistema fluvial?
Se trata de un concepto acuñado en 1875 por John Wesley Powell, el primer geólogo que exploró el Gran Cañón, tema que amerita un post para más adelante, dicho sea de paso.
Se conoce como nivel de base, a aquel plano horizontal teórico que impone el límite final a la acción erosiva de una corriente fluvial y por ende a todos sus afluentes.
Es entonces, el nivel por debajo del cual cesa la acción fluvial, y que de manera generalizada no es otro que el nivel del mar.
Sin embargo, existen tambié niveles de base locales, que se producen allí donde se pierde la pendiente, que ya dijimos en otro post. es el requisito para que una corriente pueda fluir. Los niveles de base locales pueden ser naturales o artificiales. Del primer tipo son principalmente los lagos, pantanos y bañados; y del segundo, son los diques y represas, todos los cuales determinan la cota más baja que alcanza el río en la zona en cuestión.
Un caso particular de nivel de base local, que en la larga evolución del paisaje es de corta duración, puede estar constituido por un estrato resistente que embalsa la corriente mientras ella no pueda erosionarla.
¿Se trata de un elemento estable o permanente?
Todo nivel de base ya se trate del global, que es el mar, o de los locales, es tan dinámico como lo es todo el sistema terrestre. Los niveles de base locales varían a lo largo de la evolución del paisaje, o también por eventos tectónicos que se producen a veces muy rápidamente.
Además de los mencionados, es obvio que eventos que modifican la extensión de los espejos de agua, llevan el nivel de base a lugares diferentes. En otras palabras, si crece un lago – usemos este ejemplo para visualizarlo mejor- el río que desagua en él, alcanzará sus riberas antes, y allí será su nuevo nivel de base, a veces muchos metros por arriba de su anterior posición.
Cuando del mar se trata, los cambios en su nivel se conocen como ingresiones o transgresiones cuando avanzan hacia adentro de la costa; y regresiones cuando implican una retirada de las aguas. Son cambios habituales a lo largo de la historia geológica y geomorfológica, y se conocen como movimientos eustáticos.
¿A qué procesos se deben los cambios eustáticos?
Las causas principales se pueden dividir como sigue:
- Cambios climáticos que afectan la temperatura global. Así es que a lo largo de los periodos glaciales hay retención de agua en los glaciares, con lo que desciende el nivel del mar. Este tipo de cambio se conoce como regresión glacieustática. Cuando ocurre el ascenso de la temperatura, y el consecuente deshielo, se da el fenómeno contrario: la transgresión glacieustática.
- Cambios entre ciclos secos y húmedos que también provocan el ascenso o descenso del nivel del mar. También la aportación de aguas juveniles en el océano cambian el nivel de base por la misma razón.
- Cambios en la configuración de la cuenca oceánica, de resultas de la continuada acumulación de sedimentos en los fondos oceánicos, que favorecen las ingresiones.
- Deformaciones de la cuenca oceánica por tectonismo.
¿Qué se entiende por perfil de equilibrio de un curso fluvial?
El perfil de equilibrio, no es otra cosa que un modelo teórico en el que el río alcanza un estado de equilibrio entre la erosión y la depositación que le permite la configuración del terreno en el que se encuentra. Según ese modelo matemático ideal, el balance entre la pendiente y el caudal disponible, determinarían que no exista ni erosión ni depositación. Teóricamente, los ríos se irían aproximando a su perfil de equilibrio a lo largo del tiempo,
¿Cómo evoluciona el perfil de equilibrio?
Hemos dicho ya que el comportamiento del sistema es muy dinámico, de modo que el más mínimo de sus cambios, cambiará la actividad y configuración del río. Es por esta razón que el perfil de equilibrio sólo existe en la teoría, pero nunca se alcanza en la realidad.
Cualquier cambio, ya sea en el nivel de base, o en las condiciones del río, así sea algo tan habitual como un aumento o disminución del caudal por precipitaciones, evaporación, infiltración, extracción, o la combinación de todos esos fenómenos, provocará el reajuste correspondiente en el balance entre erosión y sedimentación del río.
Si en un punto dado aumenta la erosión, en algún momento la carga resultará excesiva y será depositada en otro lugar. El requisito de que no se produzca ni erosión ni sedimentación deja de cumplirse, y el perfil de equilibrio no se alcanza nunca.
En posts próximos usaremos estos conceptos, sobre todo el de nivel de base y sus cambios, para explicar la evolución de los paisajes en los sistemas fluviales. Por eso les pido que le presten la debida atención.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La foto que ilustra el post es de Tigre en Buenos Aires, Argentina.
Energías alternativas. Parte 3
Como este post es continuación de los de las dos semanas anteriores, en caso de que no lo hayan hecho ya, les recomiendo ir a leer las dos partes iniciales, antes de internarse en ésta de hoy.
En la primera parte respondí las siguientes preguntas:
¿Qué se entiende por energías alternativas?
¿Qué tipos de energía alternativa existen?
¿En qué consiste la energía de biomasa?
¿En qué consiste el biogás?
En la segunda parte, me referí a:
¿En qué consiste la energía solar?
¿En qué consiste la energía geotérmica?
Y aquí retomamos con las preguntas que nos quedaban.
¿En qué consiste la energía hidráulica?
Es la energía alternativa por excelencia y la que desde hace más tiempo se viene empleando en el mundo para generar electricidad de consumo masivo. Se la considera una energía limpia, aun cuando no pueden (o no deberían) emplazarse las usinas hidroeléctricas sin una EIA (Evaluación de Impacto ambiental) previa, porque requieren una intervención que afecta notablemente el medio y su equilibrio natural.
La principal limitación, si se hace abstracción de los resultados de la EIA, es su emplazamiento, que depende obviamente de la magnitud y características de la cuenca hidrológica que se pretende aprovechar.
Como ya lo he mencionado, el uso de la energía hidráulica reconoce antecedentes muy remotos. Efectivamente los molinos de agua se usaban ya en la antigua Grecia para triturar cereales y hacer harinas. En esos casos lo que se usaba era la energía mecánica del agua, pero llegados a fines del siglo XIX, el agua en movimiento se usó por fin para generar electricidad.
La primera central hidroeléctrica se construyó en Niagara Falls en 1879, y ya en 1881 comenzó a proveer la energía para iluminar la ciudad.
Básicamente la energía hidroeléctrica se produce aprovechando la presión que el paso del agua ejerce contra las palas de turbinas, que al moverse hacen girar un generador productor de la electricidad. Cuando ademá¡s se aprovechan desniveles importantes, la energía potencial aumenta y la producción de electricidad se optimiza.
Lo que constituye todo el sitema puede en teoría reducirse a tres partes: el depósito en que se almacena el agua, la presa que puede abrirse y cerrarse para controlar el flujo del agua, y la central en la que se produce la electricidad. A la salida del sistema la electricidad puede conducirse por grandes distancias mediante cables, hasta las áreas de consumo.
Comparativamente, la energía hidroeléctrica es barata con relación a la eficiencia, puesto que una vez que la presa se ha construido, sólo hay costos de mantenimiento, ya que la fuente de energía (el agua) es gratuita, limpia y renovable, cualidad esta última que no debe sin embargo inducir al despilfarro, porque el agua no deja de ser un recurso escaso.
Adicionalmente, los diques de almacenamiento de agua pueden usarse con fines recreativos, y turísticos.
Sin embargo, como toda intervención, la construcción de presas en los ríos no carece de impacto sobre el ambiente, sobre todo por las modificaciones introducidas en la cuenca; de allí la necesidad de la EIA que mencioné más arriba. Puede ocurrir que en el emplazamiento deban inundarse pequeñas poblaciones, se puede destruir el hábitat de determinada flora y fauna, y se pueden afectar otros recursos naturales. Además la construcción puede provocar una disminución en los niveles de oxígeno disuelto en el agua, con numerosas consecuencias potencialmente dañinas.
Y por último, no debe despreciarse el riesgo que conllevan estos emprendimientos, relacionados a posibles colapsos por inundaciones excepcionales, sismos o corrimientos. Lamentablemente, hay registros de esa clase de eventos, sobre todo porque cuando se optimiza el rendimiento aprovechando desniveles geográficos, éstos suelen estar relacionados con zonas tectónicamente activas.
¿En qué consiste la energía eólica?
Indirectamente, el sol es el responsable también de esta forma de energía, ya que el viento se produce por diferencias de calentamiento entre áreas aledañas sobre la superficie terrestre. Como el viento no es otra cosa que aire en movimiento, es la energía cinética de ese movimiento la que se aprovecha para una de dos cosas: o bien para accionar directamente máquinas operativas; o bien para la producción de energía eléctrica. En el primero de los casos, el uso es casi tan antiguo como el de los molinos de agua. Recordemos como imagen inolvidable y significativa, al Quijote luchando contra los molinos de viento.
Para generar electricidad, el viento mueve una hélice que hace girar el rotor de un generador, normalmente un alternador, que produce energía eléctrica. Para que su uso sea rentable, se prefiere la instalación de conjuntos con numerosos generadores, denominados parques eólicos.
Por otra parte, para aprovechar al máximo la energía eólica, se deben conocer las variaciones diurnas, nocturnas y estacionales de los vientos, los cambios en la velocidad del viento con la altura sobre el suelo, etc.
En cuanto a las posibilidades de emplazamiento de los parques eólicos, se requieren grandes espacios abiertos, sin vegetación arbórea que impida la circulación libre del aire, y condiciones climáticas que aseguren una producción más o menos continua de vientos con velocidades no menores a 3 o 4 m por segundo.
¿En qué consiste la energía mareomotriz?
La energía mareomotriz, podría llamarse con más propiedad energía oceánica o marina, ya que en última instancia no sólo aprovecha las mareas, sino todo el movimiento del agua en el mar.
De hecho, existen al menos tres diferentes métodos para aprovechar la energía marina, y ellos son:
- Aprovechamiento de las olas y corrientes: como siempre, se utiliza la energía cinética del agua, que moviliza las turbinas. Es el método de menor costo y menor impacto ecológico en el ambiente.
- Aprovechamiento de las mareas, que sería la energía mareomotriz propiamente dicha. En este caso se utiliza la energía potencial producida por la diferencia de altura entre las mareas altas y bajas, que no debe ser menor de 8 metros. Deben construirse diques, por lo que su costo es elevado y tiene también consecuencias ambientales.
- Energía mareomotriz dinámica: es una tecnología en desarrollo, que intenta explotar la interacción entre las energías cinética y potencial que tienen las mareas.
Las ventajas que pueden mencionarse para la energía mareomotriz son su limpieza y renovabilidad, la predictibilidad del comportamiento del recurso, y la durabilidad de las instalaciones.
Las desventajas son las consecuencias ambientales y el costo de construcción y mantenimiento.
¿En qué consiste la energía nuclear y cuáles son las objeciones que se le hacen?
La energía nuclear o atómica es la que se produce, ya sea de manera espontánea o inducida artificialmente en las reacciones nucleares. Puede aprovecharse para obtener energía eléctrica, térmica o mecánica.
Las reacciones nucleares se dan- obviamente- en los núcleos atómicos de algunos isótopos de ciertos elementos químicos (radioisótopos), como el uranio-235 (235U), el torio-232, el plutonio-239, el estroncio-90 o el polonio-210 (232Th, 239Pu, 90Sr, 210Po; respectivamente).
El tema de isótopos y sus reacciones, será tratado con mayor profundidad en un post específico.
Aquí sólo mencionaremos que la energía producida aprovechando las reacciones nucleares es limpia, no emite efluentes y no produce gases de efecto invernadero. No obstante, la sociedad, lógicamente sensibilizada por accidentes como el de Chernobyl, se opone férreamente a recibir instalaciones de este tipo, sobre todo, considerando la pregunta todavía no respondida acerca de cómo concretar la disposición final y segura de los residuos de la producción de energía nuclear.
Se trata de un tema que se ha tratado siempre muy livianamente, y sin otros fundamentos que los preconceptos, los fanatismos de uno y otro lado, y los análisis incompletos; por lo que también sobre esos aspectos escribiré un post ad hoc, en un momento no muy lejano.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio.
Energías alternativas. Parte 2.
Como este post es continuación del de la semana anterior, en caso de que no lo hayan hecho ya, les recomiendo ir a leer la primera parte, antes de internarse en ésta de hoy.
La semana pasada contesté las siguientes preguntas:
¿Qué se entiende por energías alternativas?
¿Qué tipos de energía alternativa existen?
¿En qué consiste la energía de biomasa?
¿En qué consiste el biogás?
Aquí retomamos con las preguntas que nos quedaban.
¿En qué consiste la energía solar?
En realidad deberíamos decir siempre en qué consiste «el aprovechamiento» de la energía solar y de todas las que siguen, porque la energía propiamente dicha está siempre produciéndose, la usemos o no, y lo que paso a explicar es precisamente como darle un destino útil.
Aclarado ese punto más bien semántico, veamos lo que atañe a la utilización de la energía solar.
Primero debemos decir que existen dos formas de aprovechamiento a las que se denominan energía solar térmica por un lado, y energía solar fotovoltaica por el otro.
Comencemos por la energía solar térmica,- también denominada termosolar- que es la de uso ya más extendido en domicilios de todo el mundo, y que no requiere de redes, ya que cada hogar puede volverse autosuficiente, o casi, por sí mismo, sin estar conectado a ningún generador comunitario.
Su objetivo es simplemente aprovechar el calor que procede de la radiación solar, ya sea para cocinar alimentos, o para calentar agua, la cual a su vez puede destinarse primariamente al consumo sanitario o a la calefacción.
Adicionando dispositivos más sofisticados, puede aprovecharse también el agua sobrecalentada para generar vapor y por ende producir energía mecánica y, a partir de ella, energía eléctrica. Puede también emplearse para alimentar una máquina de refrigeración por absorción, usando las diferencias térmicas en lugar de la electricidad.
Para cualquiera de los usos mencionados, el punto de partida es la instalación de colectores de energía solar térmica, los que pueden consistir en simples placas planas de materiales adecuados, o bien pueden incluir sistemas de lentes y espejos que concentran la luz solar, aumentando su eficiencia, y que suelen ser requisito para los usos más complejos como la producción de energía eléctrica o refrigeración.
La energía solar fotovoltaica, tal como el nombre lo indica, requiere la instalación de un dispositivo semiconductor denominado célula fotovoltaica.
Permítanme explicarles de manera sencilla qué es esencialmente una célula fotovoltaica. Supongamos un material semiconductor que se expone a una radiación electromagnética (en este caso sería la solar) que le libera un fotón, que a su vez golpea a un electrón y lo arranca, creando un espacio libre en el átomo, por un lado, y un electrón por otro que viaja hacia otro espacio libre para ocuparlo. Este nuevo equilibrio permite que la energía proporcionada por el fotón se disipe en forma de calor. Sin embargo, si al semiconductor se le agregan determinados elementos, el comportamiento eléctrico cambia, y los electrones libres son obligados a avanzar en una dirección, mientras los espacios libres permanecen en el lado opuesto del material. Naturalmente esto genera una diferencia de potencial, fenómeno semejante al que ocurre en una pila, ¡et voilá!, ya estamos produciendo electricidad.
Es precisamente la energía solar fotovoltaica la que se requiere para producir electricidad a gran escala a través de redes de distribución, aunque nada impide su uso en domicilios individuales, salvo tal vez el costo de su instalación, difícil de absorber por un solo propietario. Hoy en día la energía solar fotovoltaica es la tercera fuente de energía alternativa más utilizada, siguiendo a las energías hidroeléctrica y eólica.
La energía solar, en cualquiera de sus dos formas no emite ningún tipo de contaminante durante su funcionamiento, y se considera inagotable, pero tiene algunas desventajas, pues al depender enteramente de la captación efectiva de radiación solar, si la célula no se encuentra alineada de manera perfectamente perpendicular al sol se pierde entre un 10 y un 25 % de la energía incidente. Es obvio que los movimientos planetarios cambian constantemente esas posiciones relativas entre los rayos solares y los paneles colectores.
Por eso es que en las plantas de generación de electricidad en gran escala (donde la pérdida de un 10 a un 25% de energía entrante es más significativa en materia de costos que en los domicilios particulares) se instalan seguidores solares para maximizar la producción de energía.
Al margen de esto, la producción de energía solar es afectada también por condiciones meteorológicas como nubes, lluvias, bruma o smog, además de la suciedad que normalmente se va depositando sobre los paneles.
Por todo lo mencionado, la energía solar debe complementarse con otras formas de energía, como las convencionales, hidroeléctricas o nuclear. También es por eso que se están comenzando a fabricar baterias con vanadio, capaces de almacenar la energía eléctrica generada por el sol o por el viento.
¿En qué consiste la energía geotérmica?
Para entender mejor lo que vamos a conversar ahora, les conviene ir a leer primero las explicaciones que en su momento presenté sobre gradiente y grado geotérmico, en este post.
Ustedes ya saben ahora (si siguieron mi orden inapelable amable sugerencia de ir a leer los conceptos previos), que existen zonas con gradientes térmicos anómalos, en los que a los pocos metros de profundidad se alcanzan temperaturas muy elevadas. Un claro ejemplo son las zonas volcánicas y las de aguas termales.
Básicamente lo que se aprovecha entonces es ese calor, que se trae a la superficie vehiculizado por el agua. Para ello se puede simplemente extraer el agua caliente desde las napas profundas de las zonas de alto grado geotérmico, y una vez en superficie, generar electricidad a partir del vapor.
En caso de tratarse de rocas no portadoras de agua, e inclusive no permeables naturalmente, se inyecta en ellas agua desde la superficie, iniciando un ciclo en que el agua se inyecta, vuelve sobrecalentada, se utiliza el vapor generado, y el agua residual vuelve a inyectarse. Si la roca no es inicialmente permeable, se requiere de un paso previo de fracturación por microexplosiones subterráneas.
La energía geotérmica tiene dos limitaciones importantes: la primera es que las zonas a alimentar con este tipo de energía deben estar próximas al sitio de producción, lo que por lo general no es el caso. En efecto, si lo pensamos en términos de tectónica global, las regiones de mayores anomalías térmicas están conectadas con contactos entre placas (porque el calor tiene que ver con todo el sistema tectónico), donde las actividades sismo-volcánicas son habituales, y por ende poco recomendables para la urbanización. En el caso de á¡reas hidrotermales, suele preferirse el uso recreativo y turístico antes que la producción energética, aunque ya hay muchas regiones donde se compatibilizan ambas alternativas, de manera muy racional.
La otra gran limitación reside en la baja conductividad de las rocas, que hace que en pocos metros de ascenso, el agua se vaya encontrando con materiales fríos que la enfrían a su vez. La repetición del ciclo termina por generar una pérdida acentuada de temperatura del conjunto y de su eficiencia como fuente de energía. Por eso es que los campos geotérmicos tienen operatividad de unas pocas décadas, y requieren para su recuperación larguísimo tiempo, con lo que considerar a este recurso como inagotable, es bastante cuestionable.
Y bien, llegados aquí, como ya venía temiendo, el post ha resultado bastante extenso, de modo que para evitar que salgan huyendo despavoridos, voy a dejar (como situación excepcional) para una tercera parte, que publicaré el próximo lunes, las preguntas que faltan, y que son:
¿En qué consiste la energía hidráulica?
¿En qué consiste la energía eólica?
¿En qué consiste la energía mareomotriz?
¿En qué consiste la energía nuclear y cuáles son las objeciones que se le hacen?
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Energías alternativas. Parte 1
Desde hace ya más de un siglo, el continuo crecimiento demográfico, dio lugar a lógicas exigencias sobre el recurso energético, cuya intensiva explotación, producción y uso, generaron efectos colaterales no deseados, como la contaminación y la creciente amenaza de agotamiento de las fuentes convencionales, es decir, los combustibles fósiles.
Es por eso que en las últimas décadas se ha producido un interés siempre creciente sobre lo que conocemos como energías alternativas, cuestión de la que hablaremos hoy. Por lo extenso del tema, este post estará dividido en dos partes, (o tres, si me extiendo demasiado en alguna) para que no se aburran y se vayan antes de terminar de interiorizarse sobre un típico tan importante. La segunda parte, como ya es habitual, subiré el próximo lunes.
Mencionemos que las formas de consumo energético son múltiples, pero en general lo que se produce es energía térmica o eléctrica, procedente esta última ya sea de la primera, o de formas de energía cinética, como es en el caso del viento. De esas formas de energía estaremos hablando aquí.
Si bien todas las formas de energía alternativa tienen también algunas dificultades u objeciones, como el alto costo de su instalación inicial, las limitaciones geográficas para su emplazamiento, y todas las que iremos mencionando; es precisamente la última que comentaremos, vale decir, la energía nuclear, la que más reparos genera, y la que menos aceptación social alcanza. Por esa razón agrego un apartado específico en la pregunta correspondiente.
¿Qué se entiende por energías alternativas?
Como pasa casi siempre que un tema alcanza centralidad en los debates, las opiniones divergen, y aparecen diversos puntos de vista.
Así pues, en su sentido más literal y seguramente también el más amplio, se habla de «energías alternativas» cuando se producen por medios diferentes a los combustibles fósiles. Es por eso que aquí no se incluyen los yacimientos no convencionales, pues no son energías alternativas, sino modos alternativos de evaluación y explotación de los mismos combustibles fósiles.
En una visión má¡s restringida, se considera que la expresión «energía alternativa» debe ser usada como sinónimo de energía limpia, energía verde, energía renovable o energía sostenible. En este caso, todavía quedan puntos a discutir, ya que la leña, por mencionar un caso, si bien no procede de combustibles fósiles, puede no ser sostenible en el largo plazo por la deforestación que implica. En tal caso, ¿es o no energía alternativa? Depende de la definición adoptada previamente.
Otro tanto pasa con la energía nuclear, que explota minerales no clasificables como combustibles fósiles, pero que tampoco puede considerarse energía verde, y cuya sostenibilidad puede discutirse. Nuevamente, la segunda opción para definir las energías alternativas cae en un cono de sombras.
Por todo lo dicho, yo prefiero la primera de las definiciones, que a mi modesto entender es más objetiva y se aleja más de ser materia opinable. Y en este post usaré ese criterio.
¿Qué tipos de energía alternativa existen?
En el momento actual- y aclaro esto porque muchos otros recursos están en vías de investigación y pueden incorporarse en cualquier momento al listado- son las fuentes energéticas alternativas ya en uso masivo, las siguientes:
- Energía de biomasa
- Energía de biogás.
- Energía solar
- Energía geotérmica
- Energía hidráulica o hidromotriz
- Energía eólica
- Energía mareomotriz
- Energía nuclear
¿En qué consiste la energía de biomasa?
También hay aquí dos criterios: en el más amplio, por tratarse de materia vegetal, estaría incluida la leña, aun para consumo doméstico, con las objeciones que señalé más arriba.
En su sentido más estricto, sólo se denomina energía de biomasa a la que se genera de manera económica en términos de recurso y ecológicamente; y se emplea para producir energía eléctrica en una central inicialmente térmica.
Esta energía se obtiene por la combustión de residuos orgánicos de origen animal y vegetal. Es decir que su materia prima es siempre material ya desechado, y la leña obtenida de ejemplares vivos resulta excluida. Se usa pues todo el producto biodegradable, como aserrín, huesos, cortezas, etc, subproductos de otras industrias, que se prensan semejando «ladrillos» combustibles que reemplazan al carbón, en establecimientos que producen calor a gran escala.
¿En qué consiste el biogás?
El biogás es un paso más avanzado en el aprovechamiento de la biomasa, ya que implica un paso intermedio en el cual se biodegrada la materia orgánica de los desechos disponibles.
Esto se hace «poniendo a trabajar» los microorganismos que digieren la materia orgánica, en dispositivos específicos sin oxígeno. Esto da lugar a la formación de un gas combustible que se utiliza a su vez para producir energía eléctrica.
Hasta aquí lo que les presento por hoy. El próximo lunes responderé las restantes preguntas, y lo haré con mucho más detalle, debido a que las formas de producir energía involucradas en ellas, se relacionan más directamente con la Geología. Las preguntas en cuestión son:
¿En qué consiste la energía solar?
¿En qué consiste la energía geotérmica?
¿En qué consiste la energía hidráulica?
¿En qué consiste la energía eólica?
¿En qué consiste la energía mareomotriz?
¿En qué consiste la energía nuclear y cuáles son las objeciones que se le hacen?
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¿De dónde toman sus nombres los minerales?
Seguramente les habrá llamado la atención lo extraño de algunos de los nombres científicos de los minerales, pero todos tienen una razón de ser. Hoy veremos qué razones son ésas, pero aclaremos antes que existe un organismo que regula la asignación de los nombres, que no es por lo tanto injustificada ni caprichosa. El ente regulador es la Comisión de Nuevos Minerales y Nombres de Minerales, creada en el seno de la I.M.A. (Asociación Internacional de Mineralogía) en 1959.
¿Cuáles son los orígenes más comunes de los nombres de los minerales?
Alguna vez se intentó dividir los nombres de los minerales como «racionales», que incluían los que responden a propiedades varias y a la composición química; o «irracionales», cuando se seleccionaban los nombres por las localidades donde se los describió por primera vez, o como homenajes a personajes destacados.
Cumplo al contarles que hay quienes adhieren a tal divisió³n, pero yo no le encuentro sentido, porque no me parece en absoluto irracional que exista un mineral denominado smithsonita, como homenaje a James Smithson (1765-1829), químico y mineralogista inglés con cuya herencia se fundó la Smithsonian Institution en 1846.
Hecha esa salvedad, he aquí las diversas fuentes que podemos reconocer para el origen de los nombres de los minerales:
- La gran mayoría de los minerales reciben denominaciones que se relacionan con su composición química, como es el caso para la calcita (carbonato de calcio), la cuprita (óxido de cobre), la molibdenita (sulfuro de molibdeno), magnesita por su contenido en magnesio, vanadinita por su vanadio, la cromita que contiene cromo, entre cientos de otros ejemplos posibles.
- Es también común que el nombre de un mineral le sea asignado como reflejo de algunas propiedades fácilmente reconocibles. Ejemplo típico de estos casos es la ortoclasa, cuyo nombre reúne dos vocablos griegos: orthós= recto, y klastés, que a través de su derivación clasta= el que rompe, llega a su forma final «clasa». A lo que se alude con esta denominación es al clivaje característico. La tetraedrita se llama así, porque cristaliza en el sistema tetraédrico.
- Es también corriente que se usen las designaciones de los lugares en que fueron encontrados los primeros ejemplares descritos. Ejemplos: la caolinita, cuyo nombre deriva de Kao Ling, una montaña rica en ese tipo de arcillas; o la turingita, cuyos depósitos históricamente importantes se describieron en Turingen.
- También se los nombra en homenaje a científicos destacados, como la gaylussita, que obviamente se dedicó a Gay- Loussac, o la proustita, mineral de plata que homenajea a Proust.
- En otros casos, el nombre se debe a la característica más rápidamente identificable de las propiedades: el color. Obviamente sólo se aplica en minerales idiocromáticos. Son ejemplos la azurita y la limonita (por su color amarillo limón).
- Hay minerales denominados, no para recordar a científicos, sino a coleccionistas, que reunieron especímenes que significaron un importante legado a la posteridad. Un ejemplo es la morganita, bautizada así por John Pierpont Morgan (1837-1913), banquero y filántropo americano que coleccionaba gemas.
- También existen minerales cuyos nombres se relacionan con personajes mitológicos, ejemplos de lo cual son: aegirina, por Aegir, dios escandinavo del mar; mercurio por el dios romano del comercio, hijo de Júpiter y Maia Maiestas; o tautalia que alude a Tautalus, rey de la mitología griega.
- Finalmente, hay minerales que incluyen nombres de personas, a las que le fueron dedicados, por simples razones afectivas, sin que se requiera que se trate de personas destacadas o no. El privilegio de elegir el nombre se reserva a su descubridor, de allí que aparezcan nombres como Silvina para el cloruro de potasio, sin que se sepa a quién hace referencia.
¿Existen también nombres no científicos?
Sí, desde luego, pero no tienen otro valor que el del uso corriente, y sólo lo emplean los artesanos, el público común y los comerciantes. Casi siempre son incorrectos, cuando no son casi, casi, intentos de estafas, o por lo menos maneras de embaucar incautos sin incursión real en delito.
En efecto, casi siempre que al nombre de una gema se le agrega el término «oriental», se trata de un cuento chino (será por eso lo de oriental). Si se dice «esmeralda oriental» puede tratarse de cualquier sucedáneo que se le parezca, desde una dioptasa a un epidoto, más o menos translúcido. Pero si se vende no como esmeralda a secas sino como «esmeralda oriental», la responsabilidad es de quien la compra, no de quien la vende, ya que se supone que esa denominación es una advertencia. El problema es que nunca se aclara eso, y si el cliente no lo sabe, cae como un chorlito (que de paso, es también el diminutivo del nombre de una variedad de turmalina, la chorlita o chorlo).
Otros nombres comerciales son: el mármol ónix, con que se suele designar a la aragonita, que ni es mármol, ni es ónice.
Recordemos que en el comercio se denomina mármol a toda roca susceptible de ser pulida para usos ornamentales, aunque científicamente sólo las calizas metamorfizadas son verdaderos mármoles.
Y el término ónice se refiere a una variedad de ágata, pero el uso de la expresión mármol ónix, para referirse a la aragonita se debe a que muchas aragonitas presentan un aspecto bandeado como las ágatas.
La esteatita, una variedad de talco, se suele denominar piedra sapo, jaboncillo de sastre o piedra ollar, todos nombres vulgares no aceptables en la ciencia mineralógica.
Y por último se suele hablar de «oro de los tontos» para aludir a la pirita, sulfuro de hierro que al ojo inexperto presenta notable parecido con el oro noble.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de uno de los viajes del Pulpo y específicamente corresponde al museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles. Ésta y otras fotos se encuentran en el Flickr de Dayana.