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El agua en Catar

Como ya les he presentado antes las generalidades de Catar, hoy voy a abordar directamente la problemática regional del recurso más valioso por lo imprescindible: el agua.

¿Cuál es la situación del recurso agua en Catar?

A pesar de que debido a la proximidad al Golfo Pérsico el clima se califica como subtropical húmedo, la humedad atmosférica es rápidamente evaporada por las muy elevadas temperaturas y los vientos secos, aún antes de alcanzar el suelo, con lo cual la precipitación eficaz anual es de menos de 100 mm, y en la región hay un acusado déficit hídrico.

En definitiva, Catar es uno de los países más pobres en cuanto a sus reservas de agua dulce, ya que no posee ríos, y con las lluvias tan escasas la reposición de aguas subterráneas es sumamente limitada.

Por otra parte, las aguas subterráneas en su mayoría tienen un contenido mineral muy alto, por lo cual no son aptas ni para consumo humano ni para riego. Tanto esas aguas como las del mar se utilizan solamente previa desalinización, con el consiguiente costo y baja calidad resultante, por lo cual se han explorado otras opciones, como el tratamiento de las aguas grises, es decir la reutilización del agua residual del consumo básico.

¿Cuáles son los métodos para acceder al agua de riego en Catar?

Actualmente la principal forma de provisión de agua es de origen subterráneo, lo cual significa una altísima presión sobre acuíferos que se rellenan a un ritmo insuficiente para las exigencias del consumo, con lo cual existe la real posibilidad de su agotamiento en plazos relativamente cortos.

Por otro lado, pese a los tratamientos que se llevan a cabo, siempre hay un riesgo de degradación del suelo por salinización. Es por eso que se busca incorporar masivamente el uso de aguas grises tratadas, como tercera alternativa y les presento a continuación algunos resultados de los intentos realizados hasta el presente en cultivos experimentales.

¿Qué consecuencias se reconocen para cada método?

Si bien la información que he consultado y que menciono en la blbliografía se refiere específicamente a los efectos sobre los cultivos de palmeras datileras, siendo éstas probablemente el recurso renovable más sostenible en un clima tan poco favorable, vale sacar de ese análisis conclusiones generalizables para la economía catarí.

En el experimento se usaron cuatro fuentes diferentes de agua para riego, a saber:

  1. Agua subterránea disponible en la granja experimental.
  2. Aguas grises tratadas.
  3. Agua de mar diluída en proporción de una parte de agua marina en 4 de agua subterránea.
  4. Agua de mar diluída en proporción de una parte de agua marina en 2 de agua subterránea.

Se usaron parcelas diferenciadas, con palmas datileras del mismo tamaño y edad y con la misma provisión de abonos y nutrientes.

Ni el uso del agua subterránea ni de aguas grises tratadas afectaron el rendimiento de los cultivos, lo que sí ocurrió con el agua de mar, en ambas diluciones. Esa reducción fue acumulativa a lo largo del tiempo, y se fue acentuando la diferencia entre las dos diluciones, siendo la pérdida de producción de hasta el 45% en el segundo año de uso del agua de mar diluida en dos partes de agua subterránea.

Esta acumulación en el descenso del rendimiento conduciría en poco tiempo a la pérdida de la rentabilidad del cultivo, por lo cual las aguas grises se posicionan en ventaja, ya que, como en el caso de las aguas subterráneas no significaron un descenso en el rendimiento.

También debe señalarse que además de la pérdida de productividad, las propiedades el suelo mismo se ven afectadas, lo cual no sucede con las aguas grises, que no causaron un aumento en los metales pesados, según lo que se temía a priori.

En pocas palabras, es altamente probable que el uso de aguas grises recuperadas sea la mejor alternativa en los años venideros para irrigar los campos productivos.

Bibliografía consultada.

Talaat A. Ahmed, Nazir Hussain Muhammed, and Raham Sher Khan. 2017. Treated wastewater and diluted seawater in Qatar – Alternative irrigation resources for date palm. Global Advanced Research Journal of Agricultural Science (ISSN: 2315-5094) Vol. 6(6) pp. 151-159, June, 2017 Issue. Available online http://garj.org/garjas/home
Copyright © 2017 Global Advanced Research Journal.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de este blog.

Un link a un sitio espectacular

Hoy me limito a mandarlos a ver – a través de este link- un brevísimo video que es francamente maravilloso, y tiene que ver con dinámicas que todavía les debo explicar en detalle.

Un abrazo y hasta el próximo lunes, con un post científico. Graciela.

Una nota interesante

Hoy voy a limitarme a dejarles el link a una nota que me parece interesante, ya que se relaciona con nuestra provincia de Córdoba. Veánla aquí, y tengan un buen fin de semana (como yo, que por eso escribo sólo de pasadita, jejeje) Un abrazo. Graciela.

¿Es lo mismo carga que capacidad de carga o competencia?

Hoy voy  a hacer uno de los posts que reúno en la categoría «Glosario geológico», porque la intención es aclarar la confusión entre algunos términos de uso común en la descripción de la dinámica fluvial. Se trata de los tres términos que figuran en el título del post.

¿A qué nos referimos con la expresión carga de una corriente?

Carga es la suma de todos los materiales transportados por una corriente en un sitio y momento determinados. En un post anterior me he referido con detalle a ella, tanto en lo que concierne a su origen como a los mecanismos de que se vale el río para su transporte. Les recomiendo repasarlo aquí.

¿A qué nos referimos con la expresión capacidad de carga de una corriente?

La capacidad de carga de una corriente, o simplemente capacidad, es la cantidad máxima de material que en teoría puede ser transportada por ese flujo hídrico, en respuesta a condiciones muy dinámicas, razón por la cual su valor es muy variable tanto temporal como espacialmente.

Los factores que definen la capacidad de carga son el caudal, la velocidad y el régimen de flujo de la corriente en cuestión. A su vez, cada una de estas variables depende de otros factores de los que he ido hablando en los posts que están linkeados en cada caso.

Esto significa que en unas pocas horas de creciente extrema o inundación, una corriente puede llegar a movilizar más sedimentos que durante meses de flujo normal. Efectivamente, el aumento de caudal se traduce en aumento de velocidad y en el cambio de flujo laminar a turbulento; es decir que todos los factores que definen la capacidad de carga se ven incrementados.

¿A qué nos referimos con la expresión competencia de una corriente?

La competencia de una corriente no es sino el tamaño máximo del clasto que puede transportar. En general, la competencia es directamente proporcional al cuadrado de la velocidad del flujo. Esto significa que si la velocidad aumenta al doble, su competencia se cuadruplica; si la velocidad se triplica, la competencia es tal que le permite cargar fragmentos nueve veces más grandes, y así sucesivamente.

La competencia es tambien dependiente de los mismos factores que la capacidad, y guarda con la velocidad la misma relación. Por ende la capacidad y la competencia aumentan juntas, aunque se midan de distinta manera y signifiquen cosas diferentes.

Esto no es de extrañar, puesto que se trata de dos maneras distintas en que se manifiesta un mismo concepto: la aptitud de una corriente para movilizar cargas. Una alude a cantidad total y la otra a tamaño máximo de fragmento individual del material en movimiento.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

La dinámica fluvial y el ciclo de Davis. Parte 2

El lunes pasado subí la primera parte de este tema, y por ende deberán comenzar por leer ese post antes de internarse en éste. En ese momento respondí a las siguientes preguntas:

¿Cuándo formuló Davis su teoría de ciclos y progresiva peneplanización del paisaje?

¿Qué podemos decir de Davis?

¿Qué expresaba con su teoría de ciclos?

Hasta aquí llegamos con la primera parte de este tema. Ahora completaremos la información, respondiendo a las preguntas restantes:

¿Por qué se cuestionó la teoría de ciclos hasta que llegó a caer en desuso?

Básicamente porque es una simplificación extrema de sistemas que son de por sí muy complejos. Por supuesto el concepto de complejidad fue posterior a las primeras críticas, pero todas apuntan en esa dirección, aunque originalmente hayan sido enunciadas en otros términos.

La forma que adoptaron las críticas por entonces fueron esencialmente los siguientes:

  • La superficie terrestre muy raramente, por no decir nunca, permanece estable por un tiempo lo suficientemente prolongado como para que se complete un ciclo desde la juventud hasta la peneplanización. Es casi imposible imaginar la ausencia de tectonismo por mucho tiempo, en un lugar cualquiera del planeta.
  • El ciclo según lo plantea Davis centra la mirada en la acción fluvial, siendo los ríos los mejores indicadores de cada etapa. No obstante, abundan las situaciones en las que no coinciden las etapas fluviales con la configuración del paisaje circundante. Puede darse que en un relieve casi plano, aparezca no obstante, un río juvenil. Esto se relaciona con temas como la piratería, el rejuvenecimiento y hasta el infantilismo fluvial, temas todos que se conocen como «complicaciones del ciclo», y de los que vendrán posts en algún momento.
  • Por último, se sobrevalora la influencia de los cambios tectónicos, minimizando en cambio la influencia de los cambios climáticos, que no es en absoluto despreciable.
  • No hay manera de aceptar que el ciclo respete una secuencia definida. En ningún caso es lógico suponer que un cambio de nivel de base por tectonismo, o un cambio climático sólo puedan ocurrir cuando ya se han completado las tres etapas establecidas en el esquema teórico.

¿Qué utilidad sigue prestando todavía?

Una vez que se reconoció que el valor de la teoría de Davis no residía tanto en su concepto de secuenciación, sino en su valor como herramienta descriptiva de las características de una corriente fluvial en un momento y sitio dados, los términos «juvenil, maduro y senil» lejos de desterrarse pasaron a ser universalmente utilizados para definir rápidamente las propiedades fluviales. Todavía hoy tienen un uso bastante recurrente, aunque algunos autores los hayan demonizado.

Por eso me parece importante poder definir esas características, para que comprendan su empleo y significado actual. La mejor comprensión la alcanzarán si van viendo la figura que ilustra el post, mientras leen las explicaciones. Veamos pues las etapas de un río:

  • Juventud. Ya que en la teoría en un principio se aplicó a un relieve que acababa de sufrir el levantamiento tectónico, está todavía poco disecado, la red de tributarios es sólo incipiente, pero los lechos de los ríos tienen pendiente elevada, y la erosión dominante es vertical, generando una profundización de la corriente en el interior de valles estrechos, con típico perfil transversal en V, de ángulo bastante agudo. Los interfluvios son extensos por la escasez de afluentes.
  • Madurez. Es la etapa con la topografía más abrupta y recortada, porque es el momento en que la red de afluentes es más evolucionada, y casi todos los interfluvios están a su vez cortados por corrientes menores. La erosión procede sobre todo horizontalmente, con lo que los valles fluviales se han ensanchado notablemente y han perdido la agudeza del vértice de la V del perfil transversal. Las planicies de inundación son extensas, y su ancho coincide aproximadamente con el ancho de los meandros que comienzan a aparecer. Este tema de los meandros y su evolución será tratado extensamente en un futuro post.
  • Senectud o senilidad. La erosión ha avanzado tanto que el territorio se ve con escasa pendiente, está próximo al nivel de base y no presenta irregularidades tan marcadas. Ya no domina la erosión sino la sedimentación, por lo que el ancho de la planicie de inundación es el máximo, excediendo al de los meandros. Puede haber paleocauces, por lo cual, la red de tributarios ha vuelto a empobrecerse.

Vale la pena antes de terminar, señalar que las tres etapas, o dos de ellas pueden coexistir en el mismo río en un momento de su evolución. En otras palabras una corriente puede tener un perfil juvenil en el curso alto y uno senil en zonas amesetadas o próximas a la desembocadura en otra corriente mayor, un lago o el mar. O inclusive antes de infiltrarse en zonas de cuencas arreicas.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de esta página.

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