Locos por la Geología visita la muestra Mundo Jurásico
Hace un par de días, les presenté la gacetilla correspondiente a una muestra de Dinosaurios robotizados, y como no podía ser de otra forma, fui a visitarla, acompañada de mis nietos, para poder presentarles un comentario que incluyera tanto la visión de alguien que tiene algún conocimiento sobre el tema, como la mirada desde la inocencia de los niños.
Y desde ya, les adelanto que fue una visita del más puro placer para ambos extremos. De hecho, el mayor de mis nietos ya viene insistiendo en que quiere ser paleontólogo desde hace algún tiempo. El menor, que todavía no tiene dos años, fue quien aportó la reacción desde la más absoluta ingenuidad.
Y nos acompañaba también el abuelo de los niños, aportando la opinión de un adulto no versado en este tema.
Ahora repasemos las diversas opiniones y reacciones.
Mirado desde lo científico, no puedo menos que admirar lo fidedigno de las animaciones, a escala natural, en un ambiente de media luz que generaba la atmósfera justa para convencernos de un viaje al pasado jurásico.
No vi mezclas anacrónicas de animales de distintas eras, que suele ser uno de los riesgos comunes en esta clase de muestras, ni había tendencia alguna a mostrar monstruos aterrorizantes. Sólo una excelente recreación de dinosaurios con actitudes creíbles.
La presencia de sensores fotoeléctricos permitía que determinados movimientos del público los hicieran moverse a su vez, evitando de esa manera una repetición permanente y mecánica que los habría convertido en poco más que gigantescos títeres.
Sólo en el rincón de entretenimientos interactivos, la escala estaba reducida, por razones obvias.
Para la mirada del adulto no geólogo, la muestra fue interesante e instructiva, ya que cada robot tiene un cartel con su nombre científico y explicaciones concisas, correctas y suficientes, con un lenguaje dirigido básicamente a los niños pero sin incorrecciones.
El futuro geólogo, hoy de 6 años, coronó la visita diciendo «Disfruté muchísimo, abuela, gracias».
Y en efecto lo hizo, porque pasó un buen rato en el arenero donde «desenterró» seis huesos, convenciéndose de su capacidad científica y reafirmando su vocación (que espero le dure hasta la edad de elegir una carrera).
Disfrutó también el rincón en donde se pueden realizar dibujos de los fósiles, aprovechando sobrerrelieves ad hoc, y previa compra de un cuadernillo por la módica suma de 2 $.
Merece un párrafo aparte el hecho de que si bien hay un stand de venta de recuerdos, no se ejerce sobre el público ninguna presión para gastar más que la entrada. Se puede comprar, pero no se siente esa compulsión que en otras muestras parece ser inevitable.
Por último, les cuento la prueba de fuego. Estábamos preparados para que el menor de los visitantes se asustara, y ya habíamos acordado que su abuelo se haría cargo de llevarlo a pasear fuera de la carpa hasta que nosotros hiciéramos la visita.
No obstante, como no se presentan los dinosaurios de manera ezpeluznante, sino como lo que fueron: simples seres vivos distintos a los del presente, pero sin cargas demonizantes, su reacción fue prudente pero no de miedo. Nunca se soltó de la mano del abuelo responsable, pero señalaba a los dinosaurios en postura de cuadripedia llamándoles «guauguá», que es como llama a mis propios perros.
También él se divirtió en el arenero, aunque no tenía ningún interés en hueso alguno.
En definitiva, si me lo preguntan, es un paseo entretenido, respetuoso de la verdad paleontológica, y apto para todas las edades.
Si pueden, disfrútenlo en familia. Un abrazo Graciela
Ese tiranosaurio se ve lo suficientemente espeluznante… jajajaja
Mi sueño sería ver hecho realidad un Jurasic Park…
Esta muestra se acerca bastante a tu sueño, entonces, Terox
«nos acompañaba también el abuelo de los niños, aportando la opinión de un adulto no versado en este tema.»
Eso suena a eufemismo para decir que los acompañó el encargado de comentar boludeces y preguntar pavadas, jajajajaj.
Pero sé de tu paciencia, así que no creo que hayas hecho cara de chupar un limón si escuchaste «Que dientes grandes que tenían!!!» o cosas por el estilo 😀
No le has errado ni en una coma, Dayana, aguda como siempre. Un beso Graciela
no estoy de acuerdo,en nada de lo que comentaron respecto del «no versado en el tema «ya que ademas de no hablar desde que entré hasta que salimos,debí cargar con el tiranosaurito mas pequeño pero que es bastante hinchacocos
Yo,
Si comenta enojado, al menos haga click en adsense 😀
Así no vas a quedar bien con tu suegro, Day, portate bien o perdés puntos en el ranking 😀 (Habrás notado que te cedí la respuesta a vos porque sabía que con algo ibas a saltar) Un beso Graciela
Graciela te agradezco la claridad en el informe sobre la muestra que se desarrolla en la Rural. Tengo un niño de 12 años al cual le interesan estos temas y, dado que soy maestra de nivel inicial, siempre trato de trabajar con mis niños los dinosaurios, que les encanta (y debo confesar que a mi también me apasiona!!)pero dado los altos costos de estas muestras, para las docentes es difícil poder llevarlos hasta ellas. Cuando me es posible, voy con mi niño y trato de obtener fotos, videos y folletos, que son de suma utilidad en mi labor áulica. Saludos!!!! Carla.
Gracias por tus palabras, Carla, pero debo aclararte que la muestra a la que se refiere este post es la que se llevó a cabo en Córdoba hace un par de meses atrás. Yo NO he visitado la de la Rural, y no sé si es igual, mejor o peor que la que yo conocí, pero me parece que debo aclararlo, para el caso de que lo que veas allá no se parezca a lo que yo visité en Córdoba. Gracias