La piqueta geológica, un arma asesina

escanear0001 Hace muchos años, cuando aún era estudiante, cayó en mis manos este libro, (El primer pecado mortal, de Lawrence Sanders) que forma parte de una serie de literatura de crímenes, de las más magistralmente escritas.

Incluye una colección de pecados mortales, y hay también una serie de los distintos mandamientos, escritos por el mismo autor. Cuando leí otras cosas de él, fuera de esas dos colecciones, francamente ya no me pareció el mismo.

Pero en esta novela, el Comisario Delaney desentraña lentamente una misteriosa serie de asesinatos, cuyo autor se presenta al lector desde el comienzo mismo de la obra.

Es así, que lo atrapante no es la incógnita sobre el homicida, sino cómo se va cerrando sobre él el círculo de la investigación.

Es un análisis lento, minucioso, como la tarea de investigación en ciencia, que va sumando claves y pruebas con enorme parsimonia, pero con un claro objetivo y metodologías creativas e interdisciplinarias.

Por eso mismo es un libro tan interesante, pero además, pone a la piqueta en la picota si me permiten el juego de palabras, porque es ella el arma asesina, que deja huellas tan intrigantes como para ocupar muchas páginas del libro.

Claro, no había en el equipo de investigación un geólogo, por eso nadie podía descifrar la clara firma que dejaba el arma asesina.

Recuerdo al releer el libro, en busca de los párrafos que quiero compartir con ustedes, la acuciante sensación de impotencia, ya que, metida de lleno en la trama, deseaba gritarle a Edward Delaney: «¡Es una piqueta, ¿cómo no lo ves?!!!»

Ahora, les transcribo la secuencia de párrafos clave, a lo largo de la cual, la piqueta se va perfilando, a través de sus rastros, como arma homicida.

Un deleite para la lectura del geólogo, pero también para cualquier lego. La novela es de verdad recomendable.

La primera pista aparece en la página 106:

…-¿Una cachiporra?- preguntó uno de los detectives- ¿Un caño, tal vez?

– No creo- respondió Ferguson, sin levantar la vista- No hay machacadura ni hundimiento. Eso es pelo revuelto y sangre. Pero hay una penetración, una especie de punzadura. Un orificio de unos dos centímetros y medio de diámetro. Parece redondo. Pude meter el dedo por allí.

-¿Un martillo?- preguntó Delaney.

Ferguson se reclinó sobre sus talones.-¿Un martillo? Sí, podría ser. Depende de la profundidad de la penetración…

Mientras la investigación se va desarrollando en otros aspectos, el arma sigue siendo un misterio y en la página 120 se lee:

…-El asesinato de Lombard. No fue con un martillo.

-¿Con qué?

-No sé. La penetración en el cráneo era de ocho a diez centímetros de profundidad. Se iba estrechando en forma cónica. El orificio exterior, la entrada, tenía unos dos centímetros y medio de diámetro. Luego se afinaba hasta convertirse en un punto agudo. Como si fuera una estaca…

No me digan que cualquier geólogo no estaría ya gritando: ¡piqueta, piqueta!… No obstante, en la novela, el misterio continúa y ya en la página 136 se lee:

…El documento, de ocho páginas, tenía dos croquis de la herida externa en tamaño natural, y del perfil del cráneo humano, indicando la ubicación y forma de la penetración. Parecía un triángulo isósceles alargado. La parte externa tenía forma casi redonda, y era algo más grande que una moneda de veinticinco centavos….

Todavía mucho más adelante (página 142), el médico forense especula algo más:

…bueno, además de la impresión de que el orificio no era necesariamente de forma redonda, también me dio la sensación de que la herida se curvaba hacia abajo…

Cuando ya ha pasado un tiempo, el avance de la investigación acerca a un ayudante vocacional de Delaney a un vendedor de elementos de deportes, que da una pista mejor aún, y que el ayudante relata de esta forma, en la página 192:

…Luego le pregunté si conocía un martillo similar en el cual el pico en lugar de terminar en un borde de formón, lo hiciera en punta cónica. Me respondió que había oído hablar de un martillo así pero que nunca lo había visto (un martillo esencialmente hecho para perros cazadores de piedras, para exploradores y arqueólogos)….

Aclaro que lo de perros cazadores (hunting dogs) se suele aplicar a los coleccionistas de minerales en Estados Unidos, es decir que nos vamos acercando al descubrimiento final, y ya en la página 227, leemos:

…-Algunos- lo interrumpió Case- técnicamente, lo llaman martillo de escalada, pero todo el mundo le llama piqueta…

En este caso, es una piqueta especial, no la común de la mayor parte de los geólogos, sino la que se usa en alta montaña y muy particularmente por los glaciólogos, pero es una piqueta más de las existentes, y ya ha sido develada. Pero todavía falta la descripción final que llega en la página 232, mucho después todavía:

…juntos inspeccionaron la piqueta en el escritorio. Era igual a la de Calvin Case. La estudiaron y comentaron las características que buscaban en ella: el pico cónico, la curvatura hacia abajo, la punta afilada, la construcción total de acero…

De allí en adelante, la búsqueda del asesino toma otros carriles, pero ya la piqueta ha pasado a la historia con un papel protagónico en la literatura policial.

Espero que les haya gustado, a mí me encantó tener una excusa para volver a disfrutar una novela formidable. Los espero el lunes, con un post de contenido totalmente diferente. Un abrazo. Graciela

 

4 comentarios para “La piqueta geológica, un arma asesina”

  • terox says:

    Oye, ¿y no fue con una de esas que le dieron a Trotsky?

    Personalmente, creo que la única vez que me he topado, literariamente, con una piqueta en un papel tan protagónico es en Shawshank Redemption…

    Por cierto, buscando por ahí hay una película basada en el libro de Sanders…

  • Graciela L.Argüello says:

    Hola, Terox, ¿es ésa la película cuyo título tradujeron como Sueños de libertad? En tal caso es buenísima. Y a Trotsky creo que le pegaron con un martillo de carpintero, pero da para investigar un poco el caso. Un beso Graciela

  • terox says:

    Creo que sí, con Tim Robbins y Morgan Freeman… pero el libro (es como un cuento largo o una novela corta) es excelente, de Stephen King…

    Según varias fuentes, a Trotsky le pegaron con un «piolet»… creo que se ajusta mucho a tu descripción aunque se supone que es una herramienta de escaladores…

  • Graciela L.Argüello says:

    Sí, Terox, ésa es la película, y el piolet de verdad está más cerca de la piqueta que del martillo común. Como siempre, tenés razón.

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