Tips para mejorar las posibilidades de supervivencia en el campo. Parte 2.

Como ya les conté en la primera parte de este post, que a propósito, deberían ir a leer antes de adentrase en el presente, fue leyendo el libro, Missing without a trace de Tanya Rider y Tracy Ertl, que pensé que algunos de los consejos que allí aparecen para sobrevivir en situaciones extremas, podrían, debidamente traducidos al castellano, y con ligeras adecuaciones, ser útiles para los geólogos, que tantas veces deben trabajar en zonas poco frecuentadas y no están exentos de sufrir un accidente, o de perderse.

En la primera parte mencioné algunos consejos generales, y respondí a las siguientes preguntas:

¿Cuáles son los puntos que se deben tener en cuenta en el caso de estar perdidos en zonas aisladas?

¿Por qué es importante mantener la calma?

¿Cómo se mantiene la temperatura corporal adecuada?

¿Cómo asegurar un suministro de alimento?

¿Cómo orientarse?

Para este post de hoy, reservé en cambio las medidas que deben tomarse con relación a la necesidad de agua de un ser humano.

¿Cuánto tiempo se puede permanecer sin beber agua?

En general no se puede pasar más de 3 o 4 días sin beber agua, pero eso es variable según las condiciones del propio organismo, del estado del tiempo, y de la alimentación que se ingiera, además de la actividad que se realice.

¿Qué pasa si no se tiene acceso a ninguna reserva de agua limpia?

Les llamará la atención que haya escrito agua limpia, y no agua a secas (parece un oxímoron, pero no lo es, jejeje) porque seguramente pensarán que cuando no hay otro suministro, uno no se pone en exquisito, y toma lo que encuentra. Pero lo que quiero señalar es que si bien eso puede ser un alivio momentáneo, conlleva un riesgo muy alto, ya que de producirse por ejemplo, vómitos o diarrea por la condición del agua, la deshidratación se acelera. De modo que hay que ser cuidadoso con lo que se va a beber.

¿Cómo se pueden aprovechar la evapotranspiración, el rocío y la lluvia?

Ya saben ustedes que las plantas evapotranspiran, porque se los he explicado en otro post.

Si se cuenta con bolsas de polietileno, se pueden envolver las hojas de las plantas en ellas, porque de ese modo el agua vaporizada durante el proceso queda retenida allí, y a la noche, con el descenso de la temperatura se condensa nuevamente, produciendo alguna pequeña cantidad de agua bebible.

Si no se cuenta con bolsas, la propia ropa puede tenderse a la noche cuando se produce el rocío y debidamente estrujada a la mañana antes de la evaporación, se puede reciclar humedad. Ésa es también una forma de obtener agua de una lluvia, y hasta, llegado el caso, de la propia transpiración.

En caso de accederse a algún encharcamiento de agua con algún grado de turbiedad, es mejor empapar en ella la camisa, y luego estrujarla para beber, ya que buena parte del material en suspensión quedará retenido en las fibras textiles.

Si hay alguna fauna silvestre, observar los senderos que usan puede conducir a un suministro de agua, ya que todos los animales tarde o temprano, se dirigen a ellos.

¿Cómo se disminuye el riesgo de deshidratación?

Cuando la zona es hiperárida, y no cabe esperar lluvia, charcos, ni humedad atmosférica en cantidad aprovechable, la única alternativa es disminuir la deshidratación hasta llegar a un sitio seguro o mientras se espera un rescate.

En tal caso, los siguientes son los tips recomendables:

  • Evitar el exceso de transpiración, dosificando la marcha de modo que se descanse en las horas más cálidas, para no sudar en demasía.
  • Recordar que también en la respiración se pierde humedad, por lo cual, toda actividad que produzca agitación aumenta la deshidratación. Por tal motivo, entrar en pánico, correr o moverse innecesariamente es desaconsejable.
  • Evitar la exposición directa al sol y al viento. Ambos producen gran desecamiento de los tejidos. Siempre es preferible conservar una camisa, por mucho calor que se sienta, porque retiene la transpiración, manteniendo algún grado de humedad en la piel. Pero tampoco se debe extremar el abrigo, para no transpirar copiosamente. Por esa razón siempre recomiendo las múltiples capas para el abrigo, que permiten regular a lo largo del día la protección necesaria.
  • Comer solamente la cantidad imprescindible para mantener las energías, ya que la digestión consume mucha agua. Recuerden que sin alimentos se puede sobrevivir semanas, pero sin agua no. Regular la alimentación para que se mantenga muy poco por encima del límite justo que evite el desmayo y la hipotermia. 
  • Si en los primeros días se cuenta con alguna bebida que no sea agua, se debe ser muy cuidadoso, porque muchas de ellas son altamente diuréticas, y es preferible abstenerse o dosificarlas al extremo cuando se trata de café, alcohol o bebidas cola.

Por último, insisto en que el pánico es siempre el peor enemigo, por eso leer esta clase de advertencias con anterioridad a un viaje a zonas agrestes, es siempre útil, aun cuando sólo sirvan para generar un sentimiento (más o menos justificado) de seguridad y confianza. Si uno cree estar preparado, y en posición de mantener el control de la situación, (aunque sea una mera ilusión) el pánico deja de ser la primera reacción.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post la he tomado en un viaje a Catamarca.

 

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