Otra vez Eating dirt (la traducción del post del viernes pasado).

Traigo nuevamente al blog las sabias palabras de esta autora, por supuesto tomadas de su libro «Eating dirt».
¿Funciona plantar árboles? ¿Puede satisfacer sus muchas promesas? Es cuestión de esperar en la zona unos pocos cientos de años para descubrirlo, ya que ésa es la diferencia básica entre un antiguo bosque y un campo arrasado tachonado con tiernos plantines. Tiempo. Un bosque prístino es el tiempo encarnado. La luz del sol solidificada. Carbón convertido en madera, moléculas en células. Un árbol de antiguo crecimiento necesita siglos para construir tal volumen, que es la razón por la cual un bosque natural almacena más carbón que uno diseñado. Los árboles medran en ciclos que abarcan varias generaciones humanas. Viven en cronologías épicas.
Hasta que aprendamos cómo duplicar los siglos o imitar la fotosíntesis, no hay substituto para la paciencia. las manos humanas pueden reemplazar los árboles pero no necesariamente el bosque. Plantar árboles arma el escenario, quizás acelerando un revivir, pero pero todavía debemos esperar. Porque pasa algo bajo una fronda establecida que no podemos ni replicar ni controlar.
Creo que este párrafo no tiene precio, disfrútenlo y ayuden a generar conciencia al respecto.
Un abrazo y hasta el lunes con un texto de mi autoría. Graciela.