El Principito y el planeta Tierra
Este párrafo es del colosal éxito editorial de Antoine de Saint Exupéry: El principito.
Capítulo 19
El principito se encontró con una gran montaña y se subió. En verdad, las únicas montañas que en su vida había visto eran los tres volcanes de su pequeño planeta que en total le llegaba cada uno a sus rodillas. El volcán apagado lo utilizaba como taburete.
Se dijo: «Desde una montaña tan alta como ésta, seguro es que veré de un solo golpe el planeta con todos sus habitantes…» Sólo vio puntas de rocas bien afiladas.
– Buenos días -dijo al azar el principito.
– Buenos das… Buenos días… Buenos días… -respondió el eco.
– ¿Quién eres? -preguntó interesado el principito.
– Quién eres… quién eres… quién eres… -respondió el eco.
– Os suplico, sed mis amigos… estoy solo -dijo el principito.
– Estoy solo… estoy solo… estoy solo -prosiguió el eco.
«Pero… ¡qué planeta tan raro! -pensó para sí el principito- Es seco, puntiagudo y salado. Los hombres no tienen imaginación. Repiten y repiten todo lo que escuchan… En casa tenía una flor y siempre era la primera en hablar…»