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¿Cómo se forma y evoluciona el paisaje?

En este post nos encontraremos con el contexto general que interrelaciona los procesos de modelado del paisaje entre sí. Es un intento de esquematizar uno de los sistemas más complejos que se puedan imaginar, de modo que habrá algunas simplificaciones absolutamente necesarias, pero que no debemos perder de vista que lo son.
En algunos casos ya he conversado con ustedes sobre determinados agentes y procesos, de modo que este post servirá de repaso.
En otros temas, de los que aún no hemos hablado, la función de este aporte será preparatoria, y servirá para darles el marco general a los procesos que más adelante vamos a discutir en detalle.
Encontré este diagrama de flujo entre los slides de antiguas presentaciones, y me pareció muy interesante subirlo al blog, aunque debo aclarar que fue tomado de una vieja lámina en cartulina que circulaba en la Escuela de Geología de Río Cuarto, e ignoro quién es el autor del original.
Por supuesto, hay modificaciones mías, sobre todo en el agregado de algunas flechas que me parecieron importantes para conectar fenómenos que en el original aparecían menos integrados.
¿Cómo interpretar este diagrama?
El diagrama está construido según las siguientes pautas:
- Mirando al pie de la figura ven una flecha que conecta todo y que representa el tiempo. Apunta en ambas direcciones porque los procesos pueden moverse de un lado al otro en ciclos casi siempre cerrados y bastante repetitivos.
- Las dos llaves horizontales indican las fuentes de energía involucradas. Arriba la energía externa, procedente del calor solar. Abajo la energía térmica del interior de la Tierra, de cuya producción ya hemos hablado antes.
- En el lado derecho y arriba se observa cómo los agentes externos causan los procesos exógenos que pueden generar un relieve primario. Un ejemplo podría ser una cubierta loéssica.
- Del mismo lado, y procediendo desde abajo, es decir del interior de la Tierra, se ve cómo los procesos endógenos conforman una litología y una estructura que definen también un relieve primario, como podría ser un afloramiento granítico, una colada volcánica, etc.
- Todo el sector izquierdo indica procesos y relaciones que modifican ese relieve primario generando sistemas estables o inestables que se relacionan también entre sí.
- Si volvemos a mirar el vector tiempo, con sus dos sentidos, el ciclo se cierra ya que cada uno de los lados puede correrse hacia el otro extremo en el transcurso de siglos, milenios o miles de milenios. Ocasionalmente también se suman algunos fenómenos casi instantáneos que no podemos ignorar. Ejemplos son erupciones, sismos, avalanchas, etc.
¿Qué ocurre a partir de los fenómenos endógenos?
Si bien se entiende que el propio diagrama ya lo expresa, repasemos que todos los fenómenos que tienen lugar en profundidad, de los que ya hemos analizado los que se generan en el magma, pero que también incluyen el metamorfismo y las transiciones, construyen las rocas y las estructuras, que según dije más arriba constituyen una forma posible de relieve primario.
¿Qué ocurre a partir de los fenómenos exógenos?
Los agentes exteriores: atmósfera, hidrósfera y biósfera interactúan (como señalan las flechitas que van y vienen) generando los procesos de meteorización y de erosión que producen nuevos materiales a los que denominamos sedimentarios, que son también un relieve primario.
Cualquiera sea el origen dominante del relieve primario, vemos que llegan a él flechas desde arriba y desde abajo, porque los dos subsistemas no están aislados uno de otro y se modifican y condicionan mutuamente.
¿Qué sucede con el relieve primario?
Ya sea de origen dominantemente endógeno, dominantemente exógeno, o lo que es más corriente, resultante de convergencia de causas, el relieve primario (nos corremos a la izquierda en el diagrama) se ve modelado por todos, casi todos o sólo algunos de los mismos agentes que antes le dieron origen. En determinadas circunstancias, la modificación llega a ser tan intensa que ya se generan formas secundarias con características propias muy diferentes del relieve primario.
Ese relieve, ya modificado, puede tener una relación estable o no con las condiciones del medio, tal como lo indican las flechas. Si ese sistema es estable y permanece como tal un tiempo suficiente, se instala en él la pedogénesis, del modo en que lo expliqué con detalle en el post sobre biostasia y rexistasia.
En algún tiempo, sin embargo, las propias modificaciones que los procesos inducen en el ambiente, o eventos aleatorios, o intervenciones antrópicas, o la suma de todo eso, pueden poner el sistema en condición inestable, con lo que se instala la morfogénesis. Como expliqué en el post que he linkeado más arriba, esas situaciones pueden convertirse la una en la otra.
Es decir un sistema estable pasa a inestable y viceversa, y donde reina la pedogénesis se marcha hacia la morfogénesis y viceversa.
¿Qué son las formas secundarias y cómo evolucionan?
Como bien sntetizan las flechas, las formas secundarias también pueden constituir sistemas estables o inestables, y en cada una de las situaciones, se reproduce la evolución que ya hemos explicitado en el caso del relieve primario, prístino o modelado.
Ojalá puedan seguir y comprender bien el diagrama de flujo, porque eso los preparará para una mirada más holística del paisaje,
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
¿Qué son las marmitas de gigantes?

Este post se inicia como la simple aclaración de una expresión curiosa utilizada en Geomorfología, pero, por sus propias implicancias termina internándose en otros conceptos, como verán en seguida.
¿A qué se llama marmitas de gigante y cómo se forman?
Según una primera definición, se trata de cavidades que aparecen en los lechos de los ríos, con forma aproximadamente embudiforme, y que se deben a la erosión por el roce de materiales gruesos que quedan atrapados en los remolinos, y al ir rotando en el lugar van desgastando el material del fondo en modo casi perfectamente circular.
Es bastante corriente en el imaginario popular que se les atribuya un origen antrópico, suponiéndolos morteros creados por antiguos habitantes. Pero ningún habitante sería tan inocente como para meterse a moler nada en el medio de una corriente fluvial, ¿no creen? Excepcionalmente ambos rasgos pueden coincidir si un desvío de la corriente ocupa lugares que antes eran subaéreos en lugar de subacuáticos. De lo contrario, no tiene sentido.
Estos rasgos resultan de lo que se conoce como un control litológico en el lecho.
¿Qué significa control litológico en un río?
Se entiende por control litológico a la influencia ejercida por las características petrológicas del cauce, sobre el comportamiento de las aguas fluviales.
En general más que las propias características de las rocas por las que discurre el agua, es la homogeneidad o heterogeneidad de las mismas lo que más modifica la acción de la corriente.
Ya en otro post les hablé de los tipos de flujo posibles (laminar y turbulento) y les hice notar que en la mayoría de los casos las aguas se mueven con cierta turbulencia, y entre los factores que provocan dicha turbulencia se cuenta la topografía del cauce, que a su vez responde en gran medida a las características del propio material. En superficies irregulares la turbulencia crece.
Cuando las diferencias en la resistencia de los materiales a la erosión (erodibilidad) son grandes, muy rápidamente los componentes sólidos de la carga acentúan toda diferencia inicial, desgastando mucho más las exposiciones menos resistentes y generando un aumento en la turbulencia que se manifiesta como remolinos, que darán luego lugar a las marmitas según lo que he explicado más arriba.
¿Qué otras manifestaciones de control litológico existen en los cursos fluviales?
Además de los remolinos, y a veces hasta a partir de ellos mismos, se instalan otras manifestaciones, ya bastante más espectaculares del control litológico, que son los rápidos, las cascadas y cataratas.
¿Cómo se forman y evolucionan los rápidos, cascadas y cataratas?


Imaginemos un espacio en el que por las razones que sea, a veces una intrusión, a veces un bloque errático de grandes dimensiones, a veces coladas que atravesaron corrientes y en ellas se solidificaron, o las mil situaciones que puedan imaginar; dos materiales de muy diferente erodibilidad quedan en contacto a lo largo del perfil longitudinal del río. Es evidente que la erosión será más acelerada en el lado de las rocas blandas que en el de las rocas duras. Supongamos las blandas en la dirección de la menor altitud regional, es decir aguas abajo.
Analicemos la fig 6-17. Las letras sobre el eje Y, indican alturas del relieve, decrecientes desde A hasta G. Están señaladas las rocas de diferente resistencia a la erosión, y en el eje X se representa la extensión de cada una de ellas, resultando muy claro que mientras se desciende en el relieve, las rocas blandas se hacen más extensas, en un fenómeno de retroceso de las rocas duras.
En las zonas altas (A), cuando la corriente se encuentra con esa zona de debilidad, muy pronto genera un desnivel topográfico en B y C, a favor del cual, las aguas fluyen con mayor velocidad, allí ya se están instalando los rápidos.
A partir de ellos, cuando la diferencia entre las velocidades de erosión llega a generar un verdadero salto topográfico, ya se forman las cascadas y cataratas, (D) que por fenómenos de cavitación excavan más en el pie que en la parte alta del salto, con lo cual los materiales superiores pierden sustentación y terminan por caer, retrocediendo el frente de la cascada. Al fenómeno de cavitación ya lo expliqué detalladamente en otro post de este blog, con formulitas incluidas, de modo que no volveré sobre él, sino que les dejo el link para que lo repasen por su cuenta.
Si seguimos el desarrollo de la figurita, observando de derecha a izquierda, ven que cada vez es más extensa la superficie de rocas blandas, lo que da cuenta de ese retroceso aguas arriba de las rocas duras de que les hablé hace un momento; pero además recuerden que en el eje Y estamos descendiendo en la altitud del terreno, con lo cual, normalmente la pendiente es mucho menor. En alguna zona del curso (E y F), esa menor pendiente se refleja en descensos de velocidad, con lo que ya el desnivel deja de acentuarse y se instalan (no imprescindiblemente) nuevos rápidos en el curso inferior, que pasan en transición a un discurrir menos turbulento hasta el nivel de base que puede o no ser el del mar. (G).
Les recomiendo completar estas explicaciones con la lectura del pie de la figura, y por supuesto con el post que les he linkeado.
¿Qué más se puede agregar?
Señalemos dos cosas: los términos cascada y catarata pueden usarse como sinónimos, aunque hay dos salvedades para hacer. Por un lado, el uso ha consagrado la palabra cascada para designar las de menor tamaño, y cataratas para las más imponentes, como las de Iguazú o del Niágara.
Por el otro lado, hay muchos geomorfólogos que prefieren reservar el término catarata para el caso en que no sólo se producen por un control litológico, sino que hay también involucrado un control estructural, tema que vamos a tratar pronto, pero del que adelanto algo en el análisis de la figura 6-18-
Vemos en el bloque diagrama tres situaciones diferentes, con evoluciones también distintas de las cataratas. vemos que la diferencia viene dada por la dirección de buzamiento (inclinación) de los estratos duros o resistentes.
En A, los estratos se inclinan en la dirección opuesta al flujo de la corriente, dejando a sus pies el material blando que al desgastarse quita el soporte al material de la zona superior, con lo cual ocurre la cavitación y la caída de agua retrocede exactamente como lo explicamos más arriba.
En el caso B, las rocas resistentes se inclinan en la dirección de flujo de la corriente fluvial, con lo cual, las partes blandas no se exponen directamente al pie de la caída de agua, sino que se desgastan más rápidamente un poco más adelante. En esta situación la catarata no retrocede sino que avanza.
En la situación C, no existiendo una inclinación sino una pared vertical, no se da ninguno de los casos anteriores, y la caída de agua, permanece estacionaria en el lugar, sin avances ni retrocesos notables.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
La imagen que ilustra el post es de:
SAWKINS,F.J; CHASE,C.; DARBY,D.G.; RAPP.G. Jr.1974. “The evolving earth” Mac Millan Publishing Co. 477 págs.
Las otras dos figuras son de:
BRANSON, C.; TARR, W.; KELLER, W.1964. Elementos de Geología. Ed. Aguilar España. 653 pp.
Paleosuelos en la zona de Los Gigantes
Este trabajo debe ser citado como:
Sanabria, J. A.; Tauber, A.; Argüello, G.; Morrás, H.; Moretti, L.; Krapovickas, J.; Rouzaut, S.; Mansilla, L., Zahn, E. 2014. Paleosuelos del Holoceno en el Área de Los Gigantes. Sierra Grande de Córdoba,Argentina. XIX Congreso Geológico Argentino. Córdoba, Junio de 2014. En CD.
GracielaL.Argüello on Scribd
AGU 2023 — AGU Fall Meeting11 Dec 2023 – 15 Dec 2023 • San Francisco, United States
AGU 2023 — AGU Fall Meeting11 Dec 2023 – 15 Dec 2023 • San Francisco, United States
Organizer: American Geophysical Union (AGU)Event listing ID: 1370357Event
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Los castores, modificadores de su hábitat. Parte 2.

Este post es continuación del de la semana pasada, de modo que deberían empezar por leer ése antes de internarse en el de hoy. La semana pasada contesté las siguientes preguntas:
¿Qué puede decirse de los castores?
¿Por qué se los considera modificadores de su hábitat?
¿De qué formas cambian su entorno?
¿Cómo alteran la hidrología?
¿Cómo alteran la geomorfología?
¿Cómo alteran la bioquímica y la calidad del agua?
A partir de allí retomamos con las preguntas que nos quedan:
¿Cómo alteran los ecosistemas?
El primer efecto que salta a la vista es el pasaje localmente de ecosistemas lóticos (aguas corrientes) a lénticos (aguas en reposo), con todas las formas transicionales entre ambas situaciones, ya que como señalamos en otro momento, los diques no son absolutamente impermeables.
La primera consecuencia es obviamente un aumento de la biodiversidad, ya que habiendo más nichos ligeramente diferentes, los habitantes de cada uno son también más variados. Por supuesto, la coexistencia de más especies puede significar una disminución en el número de representantes de cada una.
Hay también impactos diferentes según el subsistema de que se trate. Por ejemplo, la presencia del dique puede implicar la interrupción de la migración de determinadas especies ictícolas hacia sus zonas de desove o de alimentación en ciertos momentos del año.
Es la vegetación la que más sufre las consecuencias de la acción de los castores, en primer lugar porque la propia inundación ribereña provocada por los diques impacta en la vida vegetal; y en segundo lugar porque los castores son herbívoros y se alimentan de la vegetación próxima a sus madrigueras. Esto implica una pérdida de diversidad vegetal, ya que sólo medran las plantas de rápido crecimiento y capaces de sobrevivir en terrenos inundados, y las que no son tan palatables para los castores.
Lo interesante es que cuando por la razón que sea, la calidad del medio disminuye- generalmente por pérdida de diversidad vegetal, causada por su propio consumo- los castores abandonan el lugar y migran a otras corrientes donde reinician su actividad. Esto implica que permiten al medio recuperarse según su propia resiliencia.
¿Qué otros cambios pueden provocar?
A todos los mencionados se suman los propios cambios de aspecto del paisaje, que a veces pueden resultar sitios de interés turístico en sí mismos, por lo curioso de las construcciones, y la riqueza de la actividad que puede observarse en esos nichos de gran diversidad faunística.
¿Esos cambios son beneficiosos o perjudiciales?
Como en todos los casos, cabe señalar que el concepto de beneficioso o perjudicial es profundamente antropocéntrico, ya que la naturaleza busca sus propios equilibrios, y en ese sentido sólo puede hablarse de situaciones en que el ecosistema está o no en equilibrio en un momento dado de su evolución. Y también tiene la naturaleza sus propios controles para restablecer los balances cuando alguna carga biótica determinada es excesiva para la capacidad del hábitat que ocupa, para sustentarla.
Y esto nos lleva al punto siguiente.
¿Qué pasa cuando se los introduce en ambientes donde no son autóctonos?
Los castores de la especie canadiense fueron introducidos en Argentina, específicamente en la Isla Grande de Tierra del Fuego en 1946, a los solos fines de favorecer una industria peletera. La introducción fue autorizada por el Ministerio de Marina, y se hizo liberando 25 parejas de castores, que luego se convertirían en plaga.
Y es éste un ejemplo clarísimo de cómo la intervención del hombre, sólo significó la ruptura de un equilibrio natural preexistente. En este nuevo hábitat concurrían dos factores que lo hacen muy diferente del originario de la especie. Por un lado no había allí depredadores naturales; y por el otro tampoco las especies autóctonas eran sus competidoras, ni en la ocupación de su nuevo nicho, ni en su alimentación.
En 1983, se autorizó su caza, pero la especie ya era invasora en todo el archipiélago magallánico.
La moraleja es obvia. No hay manera en que la intervención humana pueda suplantar los controles poblacionales que la naturaleza realiza de manera eficiente.
Si bien ya he escrito dos posts, debo admitir que el tratamiento del tema ha sido algo somero, y tal vez pueda volver sobre él en algún otro momento.
Por esta vez, considérenlo una mera introducción.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela. P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio