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Leyes fundamentales de la Geología: Ley de convergencia de causas y Ley de equifinalidad

No hace mucho tiempo, comencé a explicarles algunos postulados muy básicos que es importante aprehender para una mejor comprensión de la Geología y los fenómenos que ella estudia.

Tanto es así, que en otros posts he debido aludir a algunas de esas leyes, aun sin haber sido tema específico de ninguno de ellos.

Por eso, les recomiendo que se tomen un momento para repasar el post sobre la Ley de actualismo y la introducción pertinente de las leyes fundamentales de la geología.

Hoy he elegido las leyes de Convergencia de Causas, a la cual debí acudir en más de un post para entender procesos que estaban siendo noticia, como los hundimientos en Guatemala y Alemania, por ejemplo; y la de Equifinalidad.

Las presento juntas porque hay entre ambas un cierto parecido, pero no deben confundirse, y para ello es bueno compararlas.

¿Qué dice la Ley de Convergencia de Causas?

Esta ley expresa una premisa sobre la que volveremos una y otra vez, y que estaremos aplicando a cada rato, como ya lo hicimos en los ejemplos que les sugerí más arriba que vayan a leer.

Básicamente significa que una geoforma, un paisaje o un evento geológico dado, es más comúnmente resultado de numerosas causas conjugadas– las cuales actúan en forma cíclica, sucesiva o simultánea- que respuesta a un único agente.

De esta manera, resulta que muy pocos son los casos en que puede encontrarse un único proceso que dé una completa explicación del estado de un paisaje. Un ejemplo es una erupción volcánica que cubre de cenizas un espacio geográfico. Ese manto cinerítico es respuesta directa a la actividad del volcán.

Pero lo será por poco tiempo, porque muy pronto (en geología unos pocos cientos de años es muy pronto) las lluvias, podrían dar lugar a cauces que modelarían ese manto creando surcos, cárcavas, barrancas, etc., o el factor biótico podría colonizarlo formando nuevos suelos, etc., etc.

En esas situaciones el resultado alcanzado en el tiempo sería sólo parcialmente achacable a esa primera emisión del volcán, y un análisis completo debería incluir la meteorización, la erosión, tal vez remociones en masa, y ¿por qué no?, hasta modelados resultantes de otras actividades del volcán, por ejemplo en forma de corrientes de lava.

Los dos ejemplos en los posts que ya he linkeado son más que elocuentes ilustraciones de esta ley, pero para que les  quede todavía más claro, vean la figura 1 que aparece más abajo.

convergencia-de-causasComo pueden ver en ella, desde distintos orígenes, hay una suma de efectos que dan un resultado final único y complejo.

Pero no dejen de tener en cuenta lo que les escribí al definir este postulado, es decir que no necesariamente actúan todas las causas al mismo tiempo, si bien ésa es también una posibilidad.

Figura 1.

En muchos casos, los agentes se van sucediendo unos a otros en el tiempo, y pueden llegar a repetirse generando ciclos más o menos cerrados.

Todas esas posibilidades existen y deben ser tenidas en cuenta, porque como no me canso de repetir (y como ya vimos en el post de Teoría de sistemas), los sistemas geológicos son de los más complejos que existen.

¿Qué plantea la Ley de Equifinalidad?

Según este principio, causas totalmente distintas, y actuando independientemente pueden generar modelados o fenómenos semejantes entre sí.

Un ejemplo sencillo es un resalto topográfico que puede resultar tanto de un movimiento de bloques fracturados, como de una erosión diferencial entre rocas de distinta resistencia.

equifinalidad

Figura 2

Obviamente estoy simplificando los complejos sistemas de que hablamos, para que se entienda mejor el significado de la ley. Pero la figura 2 puede ser bien ilustrativa.

Vean cómo las distintas causas, o agentes si prefieren, van actuando de maneras no relacionadas para dar distintas geoformas que son, sin embargo, iguales entre sí.

¿Notan la diferencia con el caso anterior? En la convergencia de causas, el resultado es uno solo, en la equifinalidad son numerosos, pero similares entre sí.

Claro, tan similares como pueden serlo los paisajes o los eventos en geología, que nunca es demasiado, por la misma complejidad que siempre debemos tener presente, y que hace que en un sentido estricto, cada caso sea único, aunque sólo varíe en pequeños matices.

Esto es un poco como hablar de gemelos idénticos: son dos personas distintas que lucen iguales para el ojo no entrenado, pero que seguramente su madre sabrá distinguir.

La diferencia con los gemelos es que además en ese caso el padre es el mismo, mientras que en la equifinalidad geológica, los «padres» (o causas generadoras) no tienen nada que ver entre sí.

¿Pueden las dos leyes aplicarse al mismo tiempo?

Pues claro que sí, aunque no necesariamente.

Pero les puedo proveer de un bonito ejemplo de ambas, precisamente en los dos posts que ya los he mandado a leer varias veces (¡que vayan les digo!), sobre los hundimientos de Guatemala y Alemania.

En cada uno de los casos hay una manifiesta convergencia de causas, debidamente explicada en cada post (¿vieron que tenían que ir a leerlos?), pero entre ambos hay equifinalidad.

En efecto, en Guatemala es sofusión, en Alemania karstificación (si no entienden de qué estoy hablando, se joden embroman porque ya les dije un montón de veces que fueran a leerlos) es decir dos procesos totalmente diferentes, que dieron resultados semejantes: unos hoyos muy bonitos para la prensa pero no tanto para los damnificados.

Bueno, espero que les haya quedado todo muy claro, porque pronto les voy a tomar otro examen.

Un abrazo. Graciela.

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Leyes fundamentales de la Geología.

bolivia-0192Cuando definimos a la Geología como Ciencia, dijimos ya que se trata de un cuerpo ordenado de conocimientos, y como tal, no puede menos que tener postulados fundamentales que es menester conocer a fondo para poder interpretar los acontecimientos que han jalonado la historia de la tierra, y que siguen teniendo lugar ante nuestros ojos, aunque muchas veces sólo son percibidos por quienes tienen el entrenamiento adecuado.

Muchas de las leyes básicas son compartidas con otras ciencias, como es el caso de la Ley de la Gravitación Universal, las de Kepler o la de Titius Bode. Por eso algunas serán motivo de análisis más adelante, al adentrarnos, por ejemplo, en el universo y sus influencias y relaciones con los fenómenos geológicos.

Pero otras, en cambio, son el pan cotidiano de los geólogos, y a ellas quiero comenzar a referirme a partir de este momento. Son muchas, y ameritan varios posts para comprenderlas cabalmente, por eso, en esta ocasión, sólo pretendo enumerarlas, y profundizar exclusivamente en la primera de ellas. Las demás serán temas de futuros encuentros.

¿Cuáles son las leyes fundamentales de la Geología?

La ley del actualismo.

Las leyes de Stenon (para estratigrafía y para mineralogía)

Las leyes de equifinalidad y de convergencia de causas.

Además de éstas, ya mencioné más arriba algunas que aparecerán de la mano de temas específicos, que incluyen también las de la Paleontología, de la Geomorfología, etc.

Hoy comencemos por la más básica entre todas: la Ley del Actualismo.

¿Qué expresa la ley del Actualismo?

Conocida también como Ley de las Causas Actuales, suele expresarse con un postulado que para los geólogos es casi áureo, que dice que el presente es la clave del pasado.

En efecto, lo que allí se implica es que los procesos que actuaron en el pasado son esencialmente semejantes a los que tienen lugar en el presente, de tal manera que comprendiendo estos últimos, se puede mejor interpretar la historia de la Tierra.

Por otra parte, esta misma premisa, permite extender el conocimiento hacia el futuro, ya que puede asumirse que también regirán las mismas leyes físicas en el  tiempo por venir.

Como puede verse, es un postulado de un enorme valor interpretativo y predictivo.

Un ejemplo muy claro de la aplicación de esta ley sería una erupción piroclástica como la de Islandia, que acumuló un sedimento característico sobre los suelos actuales. Encontrar en secuencias sedimentarias antiguas, depósitos similares sobre suelos preexistentes, permite deducir que allí también tuvo lugar una efusión de ese tipo.

¿Cómo surge el principio del Actualismo?

Si bien, existen antecedentes, en autores como Toulmin, por ejemplo, es James Hutton (1726-1797) quien la explicita por primera vez, en franca oposición a la idea catastrofista por entonces imperante, y de la cual nos deberemos ocupar en otro momento.

¿Cómo evoluciona en el tiempo?

La formulación original de la teoría del actualismo, que hiciera Hutton, se vio desfavorecida por el lenguaje oscuro y de difícil lectura que utilizó dicho autor, y que conspiró contra su difusión por largo tiempo.

Hacia 1830, Charles Lyell, seguidor de sus ideas, la pone por escrito de manera amena y atractiva, con lo que consigue ponerla en el centro de la escena.

No obstante, su entusiasmo por el postulado, le lleva a «hipertrofiarlo», generando lo que luego se conoce como Teoría del Uniformismo o Uniformitarismo, que todavía muchos autores consideran un sinónimo de Actualismo, al no prestar atención a ciertos matices que en un sentido estricto la diferencian de ella de manera sustancial.

En efecto, Lyell expresa que los procesos que actuaron en el pasado son los mismos que actúan en el presente (hasta aquí, es actualismo), a la misma escala y con aproximadamente la misma intensidad.

Lo que he escrito en itálica es la «hipertrofia» de que hablaba, ya que no se tiene en cuenta allí la multiplicidad de factores que hace que en los sistemas complejos, cada situación sea prácticamente irrepetible.

Lo que el Actualismo gana en rigidez a manos de Lyell, lo pierde en veracidad, razón por la cual, a la vuelta de los años, se retoma la teoría oiriginal sin los agregados de Lyell.

¿La Ley del actualismo geológico tiene objeciones o excepciones?

Pues claro, al avanzar el conocimiento, pudo reconocerse que la teoría actualista es aplicable para intervalos acotados del tiempo geológico, y no para toda la historia de la Tierra.

Esto es así porque si nos alejamos hacia atrás, las condiciones se vuelvan cada vez más ajenas a las que hoy se conocen, y los factores inetrvinientes en los procesos no eran necesariamente los mismos.

Por ejemplo, si nos alejamos tanto como cuatro mil millones de años, de existir vida ella era incipiente, y su injerencia en los procesos era muy distinta a la que hoy tiene.

Otro tanto sucede para tiempos en los que la atmósfera tenía una composición diferente de la actual, y sin oxígeno libre, por ejemplo, que hoy interviene en numerosos procesos de meteorización y pedogenéticos.

En definitiva, el postulado del actualismo disminuye gradualmente su vigencia a medida que nos internamos en tiempos distantes miles de millones de años.

¿Y su valor predictivo?

Para su uso a futuro puede parafrasearse que el presente es también la clave del futuro. Pero créanme que eso ya es motivo de otros posts porque es más que apasionante.

Un abrazo Graciela

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