Geología en mi jardín: apreciación de procesos geológicos, para niños

Hoy vuelvo con un post para los más pequeños, porque sé que son los que mejor van a entender cuántas maravillas se esconden en cada cenímetro cuadrado de nuestros propios jardines. Y seguramente se van a prender en la propuesta de explorarlos y verlos de otra manera.

¿Les gusta la idea de ser conmigo, exploradores de la naturaleza?

Empecemos por contestar una pregunta previa al tema que quiero contarles hoy.

¿Qué son los niveles de apreciación de los procesos geológicos?

Así se le llama a la «amplitud» de la mirada que observa los procesos, que puede abarcar desde el planeta entero hasta el mínimo espacio que se puede mirar a través del objetivo de un microscopio.

Estos niveles diferentes son comparativos, vale decir que si el mayor tamaño que se toma como referencia es el mundo, los otros pueden llegar a ser hasta continentes enteros; pero si en cambio el nivel referencial desde el que se parte es una montaña, el que sigue hacia abajo puede ser tal vez un simple estanque, allí donde la montaña se pone más plana.

Ahora, si querés entenderlo mejor te pongo ejemplos de tu vida diaria:

Si yo te digo que vamos a suponer que tu dormitorio es lo más grande que existe (como si fuera el mundo= nivel megascópico), entonces, tu cama puede ser equivalente a un continente (nivel mesoscópico). Pero si te digo que sólo cuenta tu cama (mega), entonces el nivel mesoscópico puede ser tu almohada. ¿Lo entendés?

Eso es lo que te quiero decir cuando digo que los niveles de apreciación se definen de manera relativa, y por supuesto, depende de cómo nos pongamos de acuerdo primero.

¿Cuáles son los niveles posibles de apreciación?

Los niveles posibles-que como te digo son variables, pero siempre respetan el mismo orden de tamaños- son:

  • Nivel megascópico, palabra que viene del vocablo griego «megalos», y quiere decir muy grande o importante.
  • Nivel mesoscópico, palabra que surge a partir, también del griego, de meso que significa intermedio, o entre. Se la aplica para designar lo que está entre lo muy grande y lo grande.
  • Nivel macroscópico, deriva del griego macro, que significa grande.
  • Nivel microscópico, del griego, micro, que significa pequeño.

¿Cuál es el nivel megascópico?

Es el más grande entre los posibles. La mirada que abarca más espacio. Si no empezamos desde espacios más chiquitos, previamente acotados, el nivel megascópico comprende el planeta todo, y los procesos típicos de ese nivel son los de la tectónica de placas.

¿Nos vamos entendiendo?

¿Cuál es el nivel mesoscópico?

Es el espacio que sigue hacia abajo en tamaño, y si ya dijimos que todo el planeta es el nivel megascópico, el mesoscópico puede ser por ejemplo la Cordillera de los Andes, o la Isla de Pascua, y hay que establecerlo formalmente en cada caso de estudio.

Pero también puede tratarse de tamaños considerablemente menores, como una estancia que estemos estudiando, o la ribera norte de un río, o una laguna como la de Mar Chiquita, por mencionar ejemplos.

¿Cuál es el nivel macroscópico?

Si hemos establecido como nivel mega el mundo, y meso una cordillera, macroscópico puede ser un volcán de esa cadena o cualquier cosa de menor tamaño, como por ejemplo la ladera oeste de un monte en ella.

Si era, en cambio meso la laguna, macroscópico puede ser una porción de sus playas, de tamaño definido.

Si en cambio, el nivel de observación megascópico comenzó en la laguna, el meso puede ser la porción de su costa entre dos localidades definidas, y el macro un balneario dado.

Se puede seguir así cambiando sucesivamente las áreas a observar, hasta llegar hasta cosas tan pequeñas como un simple canto rodado.

Pero eso sí, siempre tiene que ser algo observable a simple vista, porque todo lo que se vea solamente con lupa o microscopio, entonces ya cae (siempre) en el nivel de observación conocido como microscópico.

¿Cuál es el nivel microscópico?

El microscópico es el nivel al que la vista humana no alcanza sin ayuda de artefactos especialmente diseñados para ver lo que es demasiado pequeñito.

En Geología, son por ejemplo los cristales de minerales que no se ven a simple vista, o las partículas de arcilla.

No dejes, sin embargo que te confunda la partecita de la palabra «micro», porque ese prefijo también puede usarse en términos más abstractos para referirse a algo que tiene límites estrechos, pero no tanto, como cuando decimos por ejemplo «microclima» y nos estamos refiriendo al ambiente que en tu dormitorio genera el aire acondicionado, y cuya temperatura es distinta a la de toda la ciudad allá afuera.

En este caso, como la apreciación no tiene que ver con la vista, podemos usar el prefijo micro para cosas bastante grandes en realidad.

Pero cuando le agregás lo de «scopía», ya hablamos de ver, y allí el uso es estricto: te hace falta un aparato para mirar algo que es muuuuuyyyyyy chiquito.

¿Qué niveles podemos apreciar en nuestro jardín?

Según el contexto en que lo pongamos, puede ser desde microscópico hasta megascópico.

Si decimos que vamos a entender mi jardín como lo único que nos importa, él mismo, todo entero, te marca el nivel megascópico. En la figura, es la foto en la que ves a mis perritas jugando, es decir el jardín todo.

Abajo, a la izquierda, ves la parte pelada del jardín, gracias a los esfuerzos de la sinvergüenza de Florencia Sofía, que no para de hacer pozos. Tiene algunos metros cuadrados, porque por suerte ella ha concentrado su manía excavadora en los alrededores inmediatos de su casita. Ése es el nivel mesoscópico.

Abajo a la derecha, ves el nivel macroscópico, marcado por el tamaño del estuche de mi cámara de fotos. Y allí está lo que voy a explicarte más abajo.

Y por fin hay un nivel microscópico que no he fotografiado, porque no tengo el microscopio en casa, y sería el correspondiente, por ejemplo a una partícula del suelo del tamaño del limo o la arcilla.

¿Te quedó claro? Si algo no entendiste, volvé a leerlo, o dejame un comentario y lo conversamos un poco más.

¿Qué quiero mostrarles hoy?

El efecto erosivo bien mostrado en la parte central e inferior de la foto que ilustra el post.

Si se fijan un poco en detalle, notarán que esa matita de pasto está sobreelevada respecto al suelo circundante. Lo notarán mejor si observan las sombras. Y lo que quiero explicarles es por qué en un terreno inicialmente plano y regular, se ha formado ese desnivel.

¿Cómo se produjo esa erosión que dejó ese pedestal?

Empiezo por contarte que erosión es el nombre que- en su sentido más general- le damos los geólogos al desgaste o rebajamiento de la superficie terrestre, por acción de la lluvia, el viento, el agua, el hielo, y los seres vivos, principalmente.

En otras palabras es lo que pasa cuando las partículas se desprenden de las rocas y/o los suelos, y son arrastradas fuera de su lugar de origen, con lo cual, el sitio original queda «gastado».

En el caso de la foto, el pedestal se forma por una diferencia en la forma en que el suelo se resiste a ser arrancado y transportado. Allí donde se aferró mejor, no fue desgastado, y por eso queda con la altura original del terreno. Es ese «pedestal» que sustenta a la plantita.

El resto, alededor, sí fue arrancado y se perdió en ese lugar, aunque tarde o temprano se deposite en otro. Por esa ausencia de material es que el suelo alrededor del pedestal falta. En otras palabras, no es que haya crecido el montículo (al menos no inicialmente) sino que se gastó el resto. Eso se llama «erosión diferencial», porque una parte resistió mejor y otra peor, es decir reaccionaron de manera diferente al ataque de los agentes erosivos que nombramos más arriba.

Y por qué esa parte resistió mejor, también es interesante. Al haber allí una plantita, las partículas quedaron retenidas entre sus raíces, y no fueron arrastradas.

Entonces, si volvemos a algo que dije más arriba, fijate que si bien el pedestal sustenta a la plantita, es precisamente la plantita la que le permitió al pedestal formarse. Una cooperación interesante ¿no?

La planta genera el pedestal, y el pedestal conserva las propiedades del suelo que la planta necesita para vivir.

Por eso, cada cambio afecta a todo el sistema, y la deforestación acelera la erosión, y no solamente en el pequeño espacio de nuestros jardines, sino en cualquier lugar en el que ocurra, y eso significa a veces muuuuuuchos kilómetros cuadrados.

Y fijate en otro detalle, la presencia del pedestal, genera un obstáculo para el agua que escurre en cada tormenta, lo cual significa que corre con menos velocidad. Y por eso mismo, su capacidad para arrancar más materiales disminuye, además de que en ese mismo obstáculo, muchas partículas quedan retenidas, ayudando a la recuperación del suelo a lo largo del tiempo.

Como moraleja, si bien la deforestación acelera la erosión, siempre es efectiva la recuperación que una reforestación (volver a plantar) puede iniciar.

¿Te gusta la idea de mirar así en chiquito lo que en la naturaleza pasa también en grandes extensiones?

Si es así, no dejes de volver al blog, porque la geología sigue su curso en mi jardín.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

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