El rubí, una piedra preciosa de alto precio.

Como a muchos lectores les interesa particularmente la Gemología, estoy subiendo lentamente información sobre piedras preciosas, y hoy le toca al rubí.

¿Qué es el rubí y a qué debe su nombre?

El rubí es un mineral que se clasifica en el grupo 4 (óxidos) según Strunz, Más específicamente, es una variedad de corindón, es decir que responde a la fórmula general Al2O3  (sesquióxido de aluminio).

Es considerado como gema, porque cumple con los requisitos exigidos para ello. Otro corindón que aparece como gema es el zafiro, del que se distingue por el color, y en razón de él, en el precio de mercado.

Su nombre deriva de la palabra latina «ruber», que significa rojo, color que siempre ostenta, pues es idiocromático, y que debe a los metales de hierro y cromo que aparecen en su composición precisamente como cromóforos. Cuando más abundante es el hierro en su fórmula, más pardo se presenta.

El color rojo intenso es también propio de otros minerales con los que se lo suele confundir, y que hasta a veces de modo intencional se venden como rubíes sin serlo. Esos pseudo rubíes son la espinela roja y la variedad piropo del granate, que son también gemas, pero de mucho menor valor, por su menor dureza y mayor abundancia, entre otras cosas. Se diferencian del rubí principalmente por la dureza y la forma cristalina.

¿Cuáles son sus características particulares?

Ya les adelanté algo sobre su fórmula química, que es Al2O3:Cr, y a veces Fe, reemplazando en parte al Cr.
Dureza: 9 en la escala de Mohs, es decir sólo un punto por debajo del diamante, aunque en valores absolutos es hasta 140 veces más blanda que él.
Color: rojo brillante.

Tenacidad: frágil.

Diafanidad: transparente a translúcido.

Densidad relativa: varía según su composición química cuantitativa, entre 3.9 y 4.1.

Punto de fusión: alrededor de los 1.786,85°C,  (2.000K) pero afectado por la concentración de impurezas en el mineral, lo que puede hacerlo ligeramente inferior o superior a ese valor.

Sistema cristalino: trigonal, pudiendo a veces formar cristales hexagonales de extraordinaria belleza.

El rubí resiste la corrosión y no puede disolverse en otros ácidos que no sean el sulfúrico, el perclórico (en el que el Cloro actúa con valencia +7, la más alta posible), el fluorhídrico o el hexafluorosilícico.

¿Por qué es tan apreciado?

Ya dije más arriba que en lo científico y técnico, el rubí cumple los requisitos de modo objetivo, y es además lo bastante escaso como para adquirir alto precio en el mercado.

No obstante, hay también otras razones que pasan por su apariencia, y las emociones y relaciones que en el imaginario colectivo se han ido creando a lo largo de la historia.

¿Qué propiedades le atribuyen las creencias populares y la superstición?

La más obvia de las inferencias, sin otro fundamento que los prejuicios populares, y la simbología atribuida al color rojo, ha llevado a una asociación entre el rubí y el corazón y la sangre, y por extensión, se lo ha llegado a considerar como símbolo de la pasión y el deseo, a veces también con el amor.

En el pasado, en la India, el rubí era usado como un medio para potenciar la creatividad espiritual y el sentimiento religioso; como remedio para enfermedades cardiovasculares, y como talismán que usaban los soldados para protegerse de las flechas enemigas. (Por cierto que las flechas los mataban lo mismo).

También en la antigua Grecia se pensaba que llevar un rubí atraería tanto el amor como la belleza física. Esta ilusa creencia me recuerda a los versos del antiguo poeta español Bartolomé de Argensola, que escribió:  ¡Lástima grande que no sea verdad tanta belleza!, porque de verdad sería bonito obtener con una piedrita (cara eso sí) amor y belleza juntas.

Por su parte, los nobles romanos usaban el rubí en sus anillos pensando con ellos proteger la riqueza y la salud. Estas tradiciones derivaron en la Edad Media y hasta mediados del Renacimiento, hacia un status de «piedra de las bodas», que supuestamente garantizaría pasión y amor duraderos y gran felicidad conyugal. Otra vez me acuerdo de Argensola.

Pese a los grandes adelantos de la ciencia hay todavía quienes atribuyen al rubí propiedades curativas tan absurdas como la de contener hemorragias, o promover la autoestima. En este último caso, me parece que la autoestima debe pasar por el cononocimiento de que se cuenta con el poder adquisitivo para adquirir una, lástima que no lo acompañe un mejor criterio y mayor lógica.

Y los que creen en el horóscopo y otras sandeces, piensan que el rubí es la piedra adecuada para Leo y Escorpio.

¿Dónde se encuentran los rubíes?

Como principio general podemos decir que no hay muchos yacimientos importantes, lo que suma a su costo comercial.

Los rubíes se forman en rocas ígneas o metamórficas, y con posterioridad, cuando sus rocas de origen se erosionan liberándolos, pueden concentrarse en materiales sedimentarios, mayormente aluvionales.

Los yacimientos más importantes son los de Birmania, en la zona de Nogok, donde ocurren en calizas metamórficas de contacto, con intrusiones de materiales silíceos. Las calizas son de muy difícil explotación, razón por la cual, los rubíes se extraen en las cavidades de disolución natural en ellas; o bien de los detritos producidos por la erosión. De todos modos, solamente un 1% aproximadamente, de la producción es apropiada para joyería.

Hay también rubíes en Tailandia, que son generalmente más ricos en Fe, es decir que adquieren una tonalidad más parda. Se extraen al suroeste de Bangkok, en pozos de hasta 8 m de profundidad.

Los yacimientos de Shri- Lanka (ex Ceylán) son dominantemente de color rojo claro, y se extraen en gran parte de las gravas y arenas fluviales. También se obtienen de las minas de bauxita, por el sistema de flotación.

También hay rubíes en Madagascar, Brasil, Colombia o China, pero se trata de materiales de menor calidad por el color y transparencia. Los rubíes más puros se encuentran en Tanzania y Malaca, aunque no siempre las cantidades justifican la explotación.

Por lo general en ninguna parte se encuentran rubíes de gran tamaño. El mayor del que se guarda registro procedía de Birmania, pesaba 400 quilates y fue dividido en tres partes.

Los ejemplares más famosos por su tamaño y belleza excepcional se encuentran en diversos museos. Ellos son:

  • El rubí Edward, de 167 quilates, que se exhibe en el British Museum of Natural History de Londres.
  • El rubí Estrella de Reeves, de 138.7 quilates, que está en el Smithsonian Institut de Washington.
  • El rubí Estrella Long de 100 quilates, que se ve en el American Museum of Natural History de New York.
  • El rubí de la Paz de 43 quilates, que se llama así, porque se encontró en 1919, cuando había terminado la Primera Guerra Mundial.

¿Existen rubíes artificiales?

Sí, existen, y si se venden como tales no constituyen una estafa, ya que su producción está debidamente aprobada y reglamentada. Esta producción comenzó ya en 1923, y hoy la mayor parte de la producción de rubíes es artificial, aunque su uso no es tanto en joyería como en relojería.

No se trata de materiales sintéticos exactamente, sino de gemas obtenidas por reacciones químicas entre productos naturales como el óxido de aluminio (Al2O3) y el óxido de cromo (CrO3) que se combinan en proporciones estequiométricamente controladas, sobre en un crisol de platino que se lleva a una mufla a la temperatura de fusión (2000 K) por alrededor de 250 minutos. Cuando la mezcla se enfría, luego de haberse fundido y combinado entre sí se observa el cristal resultante, en el fondo de platino. Se trata en definitiva de reproducir artificialmente las condiciones para su formación natural.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La foto que ilustra el post es de este sitio,

2 comentarios para “El rubí, una piedra preciosa de alto precio.”

  • Ale Quiroga says:

    Hola! Muy Lindo su informe!! Tratando de entender un poco mas de las formaciones de estas piedras, quería realizar la siguiente consulta: ¿Cual sería la formación de suelo ideal para que se formarán? Hablando de la formación de minerales del suelo.

    Muchas Gracias por la buena Información!!

    Aprovecho para comentarle que soy de la Provincia de San Juan, lugar que aparece en su foto de perfil!!

    Slds.

    Alejandro Q.

  • Graciela says:

    Hola, Ale, los rubíes no son minerales que puedan formarse en el suelo. El suelo (entendido como se lo define en Geología) responde a génesis incompatibles con la de los rubíes.

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