Archivo de la categoría ‘Geólogos destacados’

Se acerca el Día de la Geología en Perú.

El próximo 17 de Septiembre se celebra en Perú el Día de la Geología, en homenaje al Ing. Carlos Lissón Beingolea, conocido como «el padre de la geología peruana», quien nació en fecha similar en 1868.

Para leer más sobre esta fecha los invito a visitar este post en el blog Peligros Geológicos en el Perú.

Nosotros nos vemos el lunes aquí mismo. Pasen un buen fin de semana. Graciela.

Un gigante de la Geología: G.K. Gilbert

Tal como les prometí al hablarles de orogénesis y epirogénesis, hoy vengo a contarles un poco sobre la vida, obra y legado de Grove Karl Gilbert, más conocido en la literatura científica simplemente como G.K. Gilbert, ya que los estadounidenses son muy afectos al uso de las iniciales en reemplazo de los nombres completos.

Como nota de color, el nombre Grove, usado como sustantivo común, y no propio, significa arboleda, huerto o alameda, todo lo cual parece casi una predestinación para alguien que pasaría gran parte de su vida en conexión directa con la naturaleza,ya que fue explorador, geógrafo y geólogo, todas ocupaciones que lo alejaban de los espacios cerrados por largos intervalos de tiempo.

¿Qué sabemos de su vida?

Grove Karl Gilbert, nació en 1843, en Rochester, Estados Unidos, en el seno de una familia amante de los desafíos mentales, como la resolución de rompecabezas y acertijos, lo que seguramente influyó en su producción científica posterior.

Su padre era un pintor de retratos autodidacta que apenas alcanzaba a solventar los gastos familiares, lo que mantuvo al joven Karl algo alejado de la vida social, y ocupándose en la lectura, y más tarde en la construcción de botes con los que surcaba el cercano Río Genesee, en el que comenzó a hacer sus primeras observaciones relativas a la dinámica fluvial, de manera absolutamente espontánea y experimental.

Karl terminó la escuela secundaria a los 15 años, y su familia, que había percibido su capacidad intelectual, hizo cuantos sacrificios fueron necesarios para enviarlo a la Universidad de Rochester,

¿Qué estudios realizó?

Gilbert se inscribió en un programa clásico, centrado en Matemáticas, Griego, Latín, Retórica y Lógica. Debido a su constitución algo enfermiza, su padre le impuso como condición para financiar sus estudios, la práctica regular de actividades al aire libre, lo que lo condujo a tomar como materia optativa, Geología, donde encontró su verdadera vocación, además de fortalecer su salud.

Su profesor en esa área fue Henry A. Ward, el fundador del que luego sería el Ward´s Natural Science Establishment, pero que por entonces se denominaba Cosmos Hall.

Karl completó sus estudios en 1862, con algunas deudas a pagar por ellos, lo que lo hizo aceptar un cargo docente en la escuela pública de Jackson, Michigan, donde vivía su hermana mayor, aunque regresó rápidamente a su ciudad natal.

Durante los años 1863 a 1868, consiguió trabajo con su antiguo profesor en el Cosmos Hall, donde catalogaba muestras y montaba exhibiciones para museos. Su despegue comenzó cuando James Hall, a la sazón jefe de la excavación para extraer un mastodonte en Mohawk River, se rompió la cadera, y le delegó el liderazgo.

Si bien eso le generó un cierto prestigio, el verdadero interés de Gilbert era la Geología Física, y no la Paleontología, de modo tal que aun durante las excavaciones por mastodontes, realizaba descripciones muy detalladas de los paisajes invlucrados, y les daba alguna interpretación.

¿Cómo suele recordarse su actividad?

Muchos de sus contemporáneos lo consideraban no sólo como un gran geólogo, sino también como un audaz explorador que cruzó el Valle de la Muerte a pie y en mula, que remontó la corriente a través del Gran Cañón, y realizó expediciones en Utah, Arizona y Nuevo México. Presenció también el gran terremoto de San Andrés, publicando en 1907 los resultados que observó desde el punto de vista geológico.

Otro de los rasgos destacados por otros importantes científicos, como William Morris Davis, por mencionar alguno, fue su don de gentes. Se lo consideraba honesto, gentil, generoso, y cultor de la amistad. No buscaba el liderazgo, pero lo aceptaba cuando le llegaba de modo natural, precisamente por su temperamento ecuánime y su solidez científica.

¿Cuáles fueron sus trabajos más destacados?

Suele considerarse que lo más sustancioso de su trabajo se resume en dos segmentos principales de su actividad.

El primero, fue cuando Gilbert tomó por primera vez contacto con el todavía casi inexplorado Oeste Americano durante su participación en el Relevamiento de Wheeler de 1871, que cubrió una transecta de unos 1.500 kilómetros en lo que hoy se conoce como la Provincia Geológica Basin and Ranges, que se extiende por los estados de California, Nevada, Utah, y Arizona. En ese tiempo estuvo estrechamente en contacto con John Wesley Powell, que en realidad formaba parte de otra expedición que recorría la zona.

Durante esa primera parte de su carrera, los relevamientos de Wheeler y Powell dieron origen a numerosos estudios hoy clásicos, en los que se reconocieron la naturaleza lacolítica y de bloques falla de la Provincia de Basins and Ranges.

Es también por entonces que realiza un trabajo monumental sobre el Lago Bonneville.

El segundo segmento de la actividad de Gilbert implica su participación en la Expedición Harrimann a Alaska, de 1899, a bordo del vapor SS Elder, que pasó meses analizando las costas, y desembarcando partidas terrestres para reconocer la vida silvestre, y la geología y geomorfología del área.

Más tarde, regresó al Lejano Oeste, como jefe de la División Appalachiana, a los fines de estudiar los problemas causados por la minería del oro. El resultado se ve en dos trabajos medulares, uno sobre el transporte de sedimentos, y el otro que hoy sería considerado como una Evaluación de Impacto Ambiental.

¿Qué sobresale en su legado?

El trabajo de Gilbert ha resistido la prueba del tiempo en muchos aspectos, un ejemplo de lo cual puede verse en la explicación de la figura 2.

A diferencia de muchos otros autores él expuso siempre las fortalezas y debilidades de sus propios argumentos.

Sus trabajos lo posicionaron como uno de los gigantes de la Geomorfología, ya que contribuyó a comprender la evolución, la erosión, la incisión fluvial y la sedimentación.

Gilbert fue también pionero en la identificación de los cráteres lunares como productos de impactos, lo que lo consolida como uno de los más completos e influyentes de los geólogos americanos de su tiempo.

¿Qué reconocimientos recibió?

Además de ser la única persona que fue por dos veces presidente de la Sociedad Geológica Americana (1892 y 1909), colaboró en el despegue del Servicio Geológico de los Estados Unidos, (USGS), del que fue Geólogo en jefe, bajo la dirección de John Wesley Powell.

Fue miembro fundador de la National Geographic Society, ganó la Wollaston Medal de la Sociedad Geológica de Londres en 1900; la Medalla Charles P. Daly de la American Geographical Society en 1910; y en su homenaje, la Sociedad Geológica de América creó el premio G.K. Gilbert, para la Geología Planetaria, en 1983.

Hay cráteres en la Luna y en Marte con su nombre, y no puede dejar de mencionarse el Monte Gilbert en Alaska.

Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.

Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de esta página de Wikipedia.

La figura 2 es de este sitio.

Olsacher, un geólogo cordobés que dejó marca

Hoy voy a contarles lo poco que sé de un geólogo cordobés notable, que no llegué a conocer porque falleció antes de de que yo soñara siquiera con elegir una carrera universitaria. Sin embargo, cuando finalmente ingresé a la Facultad, todavía se contaban allí numerosas anécdotas de este tan especial profesor. Esas anécdotas pueden o no ser del todo ciertas, pero las iré relatando en los posts de los viernes, del modo en que llegaron a mis oídos… E se non é vero, é ben trovato (si no es verdad, está bien hallado).

Pero hoy, mi tributo es mucho más serio, y para eso he intentado reunir algunos datos, lo cual no ha sido fácil.

¿Qué sabemos de la vida de Olsacher?

Como ya he advertido más arriba, no hay mucha información publicada acerca de los detalles de su vida personal, tal vez por aquello tan humano que ha entronizado la locución: «¡Qué va a ser famoso si vive a la vuelta de mi casa!»

Y eso pasa con este profesor, tan nuestro que no hay historiadores que se hayan ocupado seriamente de él. Mucho de lo que nos llega es a través de los que alguna vez fueron sus discípulos, la mayoría de los cuales tampoco están ya entre nosotros.

Pero digamos lo que sí sabemos.

Nació en 1903, en Córdoba, la Docta, de padre austríaco y madre alemana, lo que nos permite imaginar una férrea disciplina a la hora de estudiar, más allá de las muchas extravagancias que de él se cuentan también, cuando de otros aspectos se trata.

Estudió Geología en la Universidad Nacional de Córdoba, recibiendo su título en 1930. Luego de finalizados los estudios, viajó a Dresde, Alemania, donde realizó una pasantía bajo la tutela de Eberhard Rimann y Walter Träger.  Allí se sintió atraído por la especialidad de Mineralogía, en la que habría de destacarse especialmente, pese a ser también- por su gran capacidad integradora- un dotado geólogo generalista y regional, que desarrolló una invalorable tarea en el reconocimiento de las Sierras Pampeanas.

La agudeza de sus observaciones lo convirtieron por añadidura, en un excelente descriptor de campo, y algunos de sus alumnos recordaban su lema: «¡Vista larga y paso corto!». Con ello señalaba la importancia de observar todo el contexto por un lado (vista larga); y la necesidad de no desatender las descripciones detalladas en cada sitio significativo (paso corto). Hubo entre sus discípulos quienes interpretaban además que su «paso corto» entrañaba una recomendación de dosificar la energía para campañas que podían ser extremadamente largas y extenuantes, si no se apoyaban en el buen criterio y la disciplina.

Nada más puedo contarles de su vida personal, salvo que falleció en la misma ciudad que lo vio nacer, en el año 1964.

¿Cuál fue su actividad en la Escuela de Geología de Córdoba?

A su regreso de Alemania, fue durante cuatro años ayudante del profesor Robert Beder, en la cátedra de Mineralogía de la Universidad Nacional de Córdoba. A partir de 1934 y hasta su muerte, treinta años después, fue el profesor encargado de la ya mencionada cátedra, aunque dictó además todas las materias de la carrera que iban requiriendo su concurso mientras no se cubrieran los cargos con nuevos profesores. Prácticamente la continuidad del dictado de toda la carrera se debe a su tarea incansable.

Antiguos alumnos suyos lo recuerdan por su apodo – «El Puma»- que alguna vez me comunicó el Dr. Antonio Di Fini, pero lamentablemente sin explicarme a qué se debía tal apelativo; y por su característico chambergo ladeado, que era su marca personal.

Otros lo evocaban trasladando de aula en aula numerosas carpetas y libros, con los que dictaba sus clases en una gran variedad de materias, tal como ya les he contado.

¿Qué nos ha legado?

A la par de su tarea docente, Olsacher fue Director de los museos de Mineralogía y Geología de la Universidad Nacional de Córdoba, y del Provincial de Ciencias Naturales; y presidió la Academia Nacional de Ciencias entre los años 1950 y 1952.

Como ya lo habían hecho los primeros geólogos europeos que llegaron a Córdoba, también Olsacher dedicó parte de su tiempo a la confección de cartas geológicas.

Entre sus obras publicadas merecen especial mención la que apareció en 1938 con el título «Los Minerales de la Provincia de Córdoba», y la de 1942 titulada «Los Yacimientos Minerales de la Sierra de Córdoba».

Pero es su mayor legado el texto «Introducción a la Cristalografía», de 1946, que fue utilizado en diversas universidades del mundo hispanoparlante, y que aún es obra de consulta en muchos aspectos.

Publicó también «El Límite entre los Océanos Atlántico y Pacífico» escrito en 1956 en colaboración con F.A. Daus y L.R.A Capurro, y fue coautor de «Contribución a la Geología de la Antártida Occidental» en 1957.

Llegó a publicar 36 trabajos sobre temas de su especialidad en los Anales de la Sociedad Científica Argentina, en la Revista Geográfica Sudamericana, y en la Revista de la Universidad Nacional de Córdoba, entre otros medios.

A toda esta labor, sumó la fundación y edición de la revista Comunicaciones.

En otros aspectos de su investigación científica, mejoró notablemente el método de Hobson para realizar bloques diagrama, propuesta que presentó en 1960.

En el campo específico de la Mineralogía, descubrió, describió y publicó nuevas especies minerales, como la achavalita en 1939, y la schmiederita en 1962. Esta última fue por él encontrada en Los Llantenes, La Rioja, y bautizada schmiederita, como un homenaje a Schmieder, que era el Director a cargo del Museo Provincial cuando Olsacher trabajó en él.

¿Qué homenajes se han hecho a su importante tarea?

Tal vez el que más le habría gustado es el de haber denominado a un nuevo mineral, en su honor. En efecto, la olsacherita le debe su nombre, que le fue asignado en 1969 por Hurlbut y Ariastarain, al descubrirla en Bolivia. Se trata de un selenio-sulfato de plomo, Pb2 (SeO4) (SO4), ortorrómbico, incoloro, de densidad 6,55, transparente a translúcido, de brillo vítreo y dureza 3 a 3,5 en la escala de Mohs.

Pero hay también otros homenajes, como la calle Dr. Juan Olsacher que se encuentra en el Centro de La Rioja , y el Museo Prof. Dr. Juan Augusto Olsacher en Zapala, Neuquén, Argentina; y el Museo Tecnológico Olsacher de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UN de Córdoba.

Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.

Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de Imágenes Google.

Ignacio Domeyko: una nota de color en la historia de la Geología.

Imagen1domeykoLa semana pasada les presenté una de las propiedades de los minerales que dependen del estado de agregación, pero mucho antes les había presentado- entre las que dependen de la luz- el color.

En ese momento les dije que existe una convención muy exacta y nada subjetiva para determinar el color, y que nombres fantasiosos no son en absoluto aceptables.

No obstante, hace un siglo y medio por lo menos, era muy corriente encontrar nombres llenos de adjetivos calificativos para designar la coloración mineral, y sobre ese tema, en mis eclécticas lecturas, encontré algo que merece ser compartido: las designaciones que proponía en su libro de texto un geólogo chileno que fue maestro de varias generaciones de profesionales.

¿A qué libro de texto se alude aquí?

Al libro Mineralojía – sí así, con J en vez de G, porque se trata de un libro de hace casi un siglo y medio, cuando la ortografía era todavía diferente- de Ignacio Domeyko, geólogo y docente polaco-chileno, que formó las primeras generaciones de geólogos de ese país. La primera edición de este texto data de 1845.

¿Qué se sabe de Ignacio Domeyko?

Ignacio Domeyko Ancuta nació en el Imperio Ruso, en lo que luego sería Bielorrusia, el 31 de julio de 1802 y murió en Santiago de Chile, donde había recibido la nacionalidad en 1848, el 23 de enero de 1889.

Estudió en la Universidad de Vilna, pero debió abandonar el país tras la derrota de la insurrección de 1831 contra la dominación rusa. Ya en París, estudió en La Sorbona, el Colegio de Francia, el Jardín Botánico y la Escuela de Minas. Su llegada a Chile se produjo en 1838, por contrato en calidad de profesor de Mineralogía y Química en el liceo San Bartolomé, de La Serena.

Entre 1840 y 1846 realizó viajes por gran parte de Chile describiendo su geología, lo que le permitió descubrir la por entonces casi desconocida riqueza minera y lo inspiró para incentivar a las autoridades chilenas hasta la creación de las Escuelas de Minas de La Serena y Copiapó.

Fue parte del claustro académico de la Universidad de Chile, llegando a ser electo como rector, precisamente cuando en parte por su influencia, el Congreso Nacional dictó una ley transformando la Universidad, que era una institución exclusivamente académica en un ámbito de docencia.

Son datos interesantes los siguientes:

  • el dinosaurio más completo hallado en Chile lleva por nombre Domeykosaurus (lagarto de Domeyko) en su honor.
  • el campus donde se encuentra la Escuela de Minas de la Universidad de La Serena, se denomina «Ignacio Domeyko», y otro tanto sucede con el Museo Mineralógico.
  • en Valparaíso, el Instituto Tecnológico que dicta numerosas carreras técnicas se llama Universidad de Playa Ancha Ignacio Domeyko.
  • en Santiago se encuentra el Liceo Industrial y de Minas Ignacio Domeyko.
  • una cadena montañosa de la Cordillera de los Andes situada en el norte de Chile, al oeste del Salar de Atacama se denomina Cordillera Domeyko, y así también se llaman un asteroide del cinturón ubicado entre Marte y Júpiter, descubierto el 15 de abril de 1975; y un pequeño pueblo de la región de Atacama.
  • también llevan su nombre, uno de los Salones de Honor de la Universidad de Chile, una oficina del Palacio de La Moneda, la Plaza en el sector El Llano de la ciudad de Coquimbo, y la Biblioteca Polaca fundada en 1960 en Buenos Aires, Argentina.

¿Cómo denominaba él los colores?

Se los muestro directamente en capturas de pantalla del texto que encontré digitalizado por Google, porque los términos son sumamente pintorescos, vean por ejemplo «pardo de hígado» o «pardo de tumbaga», ¿no son geniales? Por supuesto, inaceptables, aclarémsolo una vez más.

Imagen1color0

 Imagen1color1

Imagen1color2

Imagen1color3

Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.
Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de Google, donde se ha digitalizado la segunda edición del libro.

La apasionante vida de Alfred Wegener.

Imagenwegwnwer1Si bien, Alfred Wegener no fue estrictamente geólogo, sino meteorólogo y astrónomo -lo que le valió una gran resistencia de parte de la comunidad geológica cuando presentó su revolucionaria teoría- es tan importante su aporte al desarrollo del que llegaría a ser con el tiempo el paradigma de la Geología, que se ha ganado un lugarcito entre los más importantes científicos de las Ciencias de la Tierra.

¿Quién fue Alfred Wegener?

Alfred Wegener ha pasado a la historia como el creador de la Teoría de Deriva Continental, que si bien contenía numerosos errores, – que se van corrigiendo a lo largo de más de un siglo de investigaciones posteriores- fue el germen innegable de la actual Tectónica de Placas.

Fue también un estricto científico que buscaba incansablemente las pruebas irrefutables de sus especulaciones teóricas, lo que lo llevó a convertirse en el más renombrado y recurrente explorador polar. Así fue que participó en cuatro expediciones a Groenlandia, en la última de las cuales perdió la vida a la temprana edad de 50 años.

Hoy existen Institutos y Premios que llevan su nombre, en un justo homenaje a su muy importante labor científica.

¿Qué se sabe de su vida?

Nació el 1º de Noviembre de 1880, en Berlín, en una familia en que ya había cuatro hijos. Su padre, Richard Wegener, además de predicador era teólogo y profesor de lenguas clásicas en el Berlinisches Gymnasium.

Wegener cursó sus estudios en el Köllnisches Gymnasium, donde se graduó como el mejor alumno, para estudiar luego Física, Meteorología y Astronomía en las Universidades de Berlín, Heidelberg e Innsbruck.

Aún siendo estudiante, ya se desempeñó como ayudante en el Observatorio Astronómico Urania, entre 1902 y 1903.

Se doctoró en Astronomía en 1905 y se convirtió entonces en miembro del Observatorio Aeronáutico Linderberg, en las proximidades de Beeskow. Allí trabajaba también su hermano Kurt, otro pionero de la meteorología.

En 1906, Wegener participó en la primera de sus cuatro expediciones a Groenlandia, donde bajo el comando de Ludvig Mylius-Erichsen, se construyó la primera estación meteorológica de esa isla.

Muchos de los resultados de las investigaciones realizadas en esa expedición se publicaron en 1910 en su libro: Thermodynamik der Atmosphäre (Termodinámica de la Atmósfera).

El 6 de Enero de 1912 dio a conocer sus primeras especulaciones acerca de la deriva continental, en una conferencia desarrollada ante la Geologischen Vereinigung (Asociación Geológica) en el Museo de Senckenberg en Frankfurt am Main.

Esa presentación provocó una escandalosa reacción de los asistentes, que prácticamente lo defenestraron, ofendidos por lo revolucionario de sus ideas, y por el hecho de que su formación profesional era ajena a la Geología.

En 1913 realizó su segunda expedición al Ártico, y a su regreso contrajo matrimonio con Else Köppen, la hija de quien había sido su maestro, y que pasó a la historia de la ciencia como el creador de una clasificación climática todavía hoy bastante utilizada, el meteorólogo Wladimir Köppen.

Wegener, después de pelear como oficial de la infantería en la Primera Guerra Mundial, donde fue herido dos veces, fue asignado al servicio meteorológico del ejército.

Mientras cumplía tal servicio, completó en 1915 la primera versión de la obra que sería el antecedente del mayor cambio de paradigma geológico de los últimos siglos: Die Entstehung der Kontinente und Ozeane (El Origen de los Continentes y Océanos).

Luego de obtener el cargo de meteorólogo en el Observatorio Naval, trabajó en otro libro de importancia vital, en el que era coautor con su suegro: Die Klimate der geologischen Vorzeit (Los Climas del Pasado Geológico) que se publicó en 1921, casi junto con la versión totalmente revisada de su libro sobre el origen de los continentes, que apareció en 1922.

En Noviembre de 1926 Wegener volvió a meterse en el ojo de una tormenta de críticas y escarnio cuando presentó por segunda vez su teoría de deriva continental, en el Simposio de la American Association of Petroleum Geologists en New York.

En 1929 se embarcó por tercera vez hacia Groenlandia, donde colectaba ya numerosas pruebas para su hipótesis, y puso a prueba un innovador vehículo para la nieve.

La que sería su última aventura en el Ártico tuvo lugar en Noviembre de 1930. En buena medida por condiciones climáticas adversas que demoraron las tareas, el suministro de comida resultó insuficiente para abastecer las tres estaciones establecidas. Para no ser una carga en la estación Eismitte, Wegener y Rasmus Villumsen partieron hacia el campamento Oeste, al que nunca llegaron.

Seis meses después, el 12 de Mayo de 1931, se encontró el cuerpo de Wegener a mitad de camino entre los dos campamentos. Su cuerpo había sido cuidadosamente enterrado por su compañero Villumsen (por entonces de 23 años de edad), quien marcó la tumba con un par de esquíes. Después de ese entierro, el sobreviviente seguramente siguió el viaje, pero no se lo vio nunca más, ni se encontró su cuerpo, ni el diario de Wegener que se asume que rescató en un intento de resguardar la valiosa información que contenía.

El cuerpo de Wegener yace aún en el mismo sitio, pero está ahora marcado con una gran cruz.

¿Cuáles son los aportes más importantes que hizo Wegener a la Geología?

Sin duda, su libro acerca del origen de los continentes, donde presentó su teoría de Deriva Continental significó el más perfecto y completo antecedente de la actual Tectónica Global.

Pero en él no se limitó a especular, sino que presentó numerosas pruebas documentales, la mayor parte de las cuales son hoy reinterpretadas a la luz del nuevo paradigma, y confirman la validez de muchas de aquellas primeras elucubraciones, aun cuando toda la teoría de deriva continental ya no está vigente en su forma original.

Por si eso fuera poco, también investigó los tornados, aportando un conocimiento invalorable.

Y lo mejor de todo, él en persona fue la prueba misma de un científico audaz, con las agallas suficientes para romper viejos paradigmas, y mantenerse fiel a sus convicciones, independientemente de cuántas críticas y burlas debió soportar.

¿Hay algo más para agregar?

Habría numerosos datos de color en una vida tan rica y fructífera, pero vale la pena señalar al menos dos: Wegener y Johan Peter Koch- quien se rompió una pierna al caer en una grieta glaciaria- fueron los primeros en pasar un invierno completo en el glaciar interior del noreste de Groenlandia.

Aún antes de eso, en 1906, él y su hermano, Kurt Wegener, también científico (¿recuerdan?), establecieron un récord de duración de vuelo en globo, permaneciendo en el aire durante 52 horas, lo que superaba por 35 el récord anteriormente vigente. El récord se batió a bordo de un globo de investigación meteorológica, y seguramente, en su entusiasmo ni notaron el tiempo que llevaban recogiendo valiosísima información.

Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente porque esta página está registrada con IBSN 04-10-1952-01.
Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio, de donde tomé también  algunos datos de su biografía.

buscar en el blog
Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
Archivo